Madrid, es uno de los 116 municipios que componen el departamento de Cundinamarca en Colombia y se sitúa en la provincia de Sabana Occidente, dentro de la Sabana de Bogotá. Este municipio alberga una población aproximada de 140.000 habitantes para 2024,[3][4] consolidándose como uno de los municipios más poblados de la región y del país. Con una extensión territorial de 120,5 km² y una altitud de la cabecera municipal de 2554 m s. n. m., se localiza a una distancia de 21 km de Bogotá,[5] integrándose de manera funcional y espacial en el área metropolitana de la capital colombiana.
Madrid | ||||
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Municipio | ||||
![]() Parroquia San Francisco de Paula.
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Lema: Unidad - Progreso - Desarrollo | ||||
Himno: Himno de Madrid | ||||
Localización de Madrid en Colombia | ||||
Localización de Madrid en Cundinamarca | ||||
Coordenadas | 4°43′50″N 74°15′50″O / 4.7305555555556, -74.263888888889 | |||
Idioma oficial | Español | |||
Entidad | Municipio | |||
• País |
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• Departamento |
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• Provincia | Sabana Occidente | |||
Alcalde de Madrid (Colombia) | Carlos Alberto Chávez Moya (2024-2027) | |||
• Partidos gobernantes | Coalición liderada por el Partido Liberal Colombiano | |||
Eventos históricos | ||||
• Fundación | 20 de noviembre de 1559[1] (Alonso Díaz) | |||
• Erección | 1834 (como distrito municipal) | |||
Superficie | ||||
• Total | 120,5 km²[1] | |||
Altitud | ||||
• Media | 2554 m s. n. m. | |||
Población (2025) | ||||
• Total | 143 167 hab.[2] | |||
• Densidad | 927,72 hab./km² | |||
• Urbana | 137 033 hab. | |||
Gentilicio | Madrileño; madrileña. | |||
Huso horario | UTC -5 | |||
Código postal | 250030 | |||
Prefijo telefónico | 60+1 | |||
Matrícula | MADRID | |||
Patrono(a) | Virgen del Carmen de Madrid | |||
Sitio web oficial | ||||
El municipio se distingue por su significativo crecimiento residencial y su diversidad cultural. Su historia se remonta a la época colonial, cuando fue establecido en 1559 como la encomienda de Serrezuela, y adoptó su nombre actual en 1875 en honor al político e intelectual Pedro Fernández Madrid.
El territorio de Madrid posee un profundo legado precolombino. Antes de la consolidación de la cultura Muisca, la región fue habitada por la Cultura Herrera, una de las primeras sociedades sedentarias de la Sabana de Bogotá. Estos asentamientos se desarrollaron en torno a importantes recursos hídricos como la laguna de La Herrera y el río Subachoque, que eran fundamentales para su subsistencia y prácticas ceremoniales. La evidencia arqueológica sugiere la existencia de una sociedad compleja, con un notable conocimiento de los ciclos astronómicos y una profunda conexión espiritual con su entorno. Posteriormente, durante el dominio Muisca, se ha sugerido que el área fue un relevante centro agrícola conocido como Tibaitatá, bajo la jurisdicción del Zipa de Bacatá y gobernado por el cacique Sugasuca. Sin embargo, no existen documentos que respalden esta teoría de manera concluyente. Además, es posible que el territorio de Tibaitatá no solo abarcara lo que hoy es Madrid, sino también parte del actual municipio de Mosquera.
A lo largo de su historia, el municipio ha sido escenario de la presencia de numerosas figuras ilustres de la historia de Colombia. Entre ellas se encuentran los héroes de la independencia Simón Bolívar y Antonio Nariño; intelectuales de la talla de Rufino José Cuervo y José María Vergara y Vergara; y varios presidentes de la República, como José Hilario López, Rafael Reyes y Alfonso López Pumarejo. Esta conexión con personalidades clave refleja la importancia estratégica y cultural que la región ha tenido en diferentes etapas de la historia nacional.
Geográficamente, el paisaje de Madrid está definido por dos formaciones montañosas: el Cerro Tibaitatá al sureste, de gran valor histórico, y la vereda Valle del Abra al norte, una importante reserva natural. Además, el municipio ostenta una distinguida trayectoria en la aviación colombiana, al ser la sede del Comando Aéreo de Mantenimiento (CAMAN), la base aérea más antigua del país, y de la Escuela de Suboficiales de la Fuerza Aeroespacial Colombiana (ESUFA), consolidando su posición como un punto de referencia en la historia aeronáutica de la nación.
El nombre de Madrid, asignado en honor y memoria de Pedro Fernández Madrid, se constituyó en reconocimiento a este destacado personaje nacido en La Habana, Cuba, quien residió sus últimos años en el municipio, entonces conocido como Serrezuela. Tras su fallecimiento el 7 de febrero de 1875, la comunidad local solicitó formalmente a la Asamblea Departamental de Cundinamarca el cambio de denominación del municipio. Esta petición fue aprobada mediante la ley 14 del 17 de noviembre de 1875, perpetuando así el legado de Fernández Madrid en la eponimia de la región.[6]
El nombre de Serrezuela fue restablecido en 1945, solo para ser modificado nuevamente a Madrid en 1946. Sin embargo, en 1973, la Asamblea Departamental reinstauró el nombre original en conformidad con la Ley 5 de 1920, que estipula la asignación de nombres indígenas, antiguos o históricos a los pueblos. El nombre actual, Madrid, fue oficialmente establecido por el decreto n.º 14 del 16 de noviembre de 1976. Según el historiador Roberto Velandia, el nombre de Fernández Madrid fue adoptado de manera fortuita, influenciado por la simpatía político-social que este personaje suscitaba.[6]
El nombre de Madrid, Cundinamarca, carece de vínculo etimológico con el Madrid español, pues se configura como un caso de eponimia, que se refiere al acto de asignar el nombre de una persona a un lugar, en homenaje a Pedro Fernández Madrid. Por contraste, el topónimo del Madrid europeo tiene una etimología toponímica que remonta al mozárabe Matrice (arroyo matriz o madre), asociado al curso de agua que atravesaba la ciudad en época andalusí. Este término, documentado como Maǧrīţ y posteriormente como Magerit, ha sido sustentado por investigadores como Jaime Oliver Asín y Joan Coromines, quienes consolidaron su fundamento histórico-lingüístico.
Aunque el municipio colombiano es atravesado por el río Subachoque, esta coincidencia hidrográfica es estrictamente fortuita. Mientras que el Madrid europeo debe su denominación al entorno natural, el Madrid colombiano responde a una designación histórica que refleja contextos culturales divergentes, evidenciando la multiplicidad de factores que moldean los procesos de nominación geográfica.
Por otra parte, el término Serrezuela corresponde al antiguo nombre colonial del actual municipio de Madrid, Cundinamarca. Aunque su etimología no está completamente esclarecida, la Real Academia Española lo define como el diminutivo de sierra. En 1559, Alonso Díaz, el primer encomendero de la región, utilizó este nombre para designar el territorio, inspirado en el cerro Tibaitatá, cuya forma le recordó ciertos cerros españoles. Sin embargo, es importante señalar que Díaz no asignó el nombre Serrezuela al cerro como tal, sino al territorio en su conjunto.
En la actualidad, el cerro Tibaitatá aparece registrado en el Registro Único Nacional de Áreas Protegidas bajo el nombre de Serrezuela y forma parte de una Reserva Natural de la Sociedad Civil.[7] Aunque no existe información exacta sobre las razones detrás de esta designación, es probable que esté relacionada con el hecho de que el territorio en general era conocido como Serrezuela desde la época hispánica hasta 1875. Este caso ilustra la estrecha relación entre la toponimia, es decir, la asignación de nombres a lugares, y la oronimia, que se refiere a la denominación de accidentes geográficos. Además, destaca cómo los nombres históricos, cargados de significado cultural y temporal, pueden evolucionar y adaptarse a nuevas circunstancias y contextos con el paso del tiempo.
El gentilicio de los habitantes del municipio es madrileño y madrileña.
La llegada de los españoles en 1536 desarticuló por completo la sociedad muisca. Se impuso el sistema de la encomienda para explotar a la población indígena. El territorio del actual municipio de Madrid fue asignado en 1559 como la encomienda de Serrezuela. Durante esta época, se consolidaron grandes haciendas en manos de la élite colonial, que se convirtieron en el centro de la vida económica y social. La región adquirió importancia estratégica por su ubicación en el Camino Real que conectaba a Santafé (Bogotá) con el río Magdalena.
Tras la independencia de España, Serrezuela pasó a formar parte de la nueva república. Durante el siglo XIX, la región vivió las transformaciones y conflictos políticos del país. En 1875, la localidad fue renombrada como Madrid en honor al político Pedro Fernández Madrid. A finales de ese siglo, su economía se basaba en la agricultura y la ganadería, aunque su infraestructura era precaria. Su cercanía a Bogotá la convirtió en un lugar de veraneo para las élites de la capital.
Pedro Fernández Madrid (1817-1875) fue un político, escritor y educador colombiano, cuya vida estuvo marcada por importantes acontecimientos históricos y un profundo compromiso con el servicio público.
Nacido en La Habana, Cuba, el 13 de diciembre de 1817, su llegada al mundo ocurrió durante el exilio de su padre, José Fernández Madrid, una figura destacada en la independencia de la Nueva Granada. La familia regresó a Colombia en 1825, pero poco después se trasladó a Europa debido a las responsabilidades diplomáticas de su padre. En Londres, el joven Pedro tuvo el privilegio de ser educado por el eminente intelectual Andrés Bello. Tras la muerte de su padre en 1830, regresó a Bogotá, donde culminó su formación académica doctorándose en Derecho en el Colegio Mayor del Rosario en 1838.
Su carrera literaria comenzó en 1837, mientras aún era estudiante, con la publicación de un artículo en defensa de la memoria de su padre. En 1842, su Opúsculo sobre la Instrucción Pública le valió un reconocimiento y demostró su interés por la educación. Un año más tarde, ingresó al Ministerio de Relaciones Exteriores, donde desempeñó un papel crucial en la defensa de la soberanía nacional y en la delimitación de fronteras.
La carrera política de Fernández Madrid continuó en ascenso, sirviendo como congresista entre 1852 y 1860, y llegando a presidir el Congreso en 1857. Ese mismo año, también ocupó el cargo de presidente del Estado Soberano de Boyacá. Además, fue reconocido como miembro de la Academia Colombiana de Historia por sus aportes intelectuales.
En 1864, problemas de salud lo obligaron a retirarse de la vida política, estableciéndose en la población de Serrezuela junto a su esposa, Vicenta Martínez de Madrid. Desde su retiro, mantuvo una activa correspondencia con importantes figuras intelectuales de la época. La vida familiar de Fernández Madrid estuvo marcada por la tragedia, incluyendo la presunta muerte de una de sus hijas y el posterior ahogamiento de su esposa Vicenta y su ama de llaves, Tránsito Ospina, en el río Subachoque.
Pedro Fernández Madrid falleció el 8 de febrero de 1875 en Serrezuela. En un homenaje póstumo a su vida y a la estima que le tenía la comunidad, el municipio cambió su nombre a Madrid mediante la Ley n.º 14 del 17 de noviembre de 1875, perpetuando así su legado. Sus restos, junto con los de su esposa y su ama de llaves, descansan en el cementerio municipal.
Durante el siglo XX, Madrid, Cundinamarca, fortaleció su relevancia al entrelazar su historia con figuras de la política nacional y un significativo desarrollo económico. El municipio tuvo vínculos con los presidentes Alfonso López Pumarejo, quien residió allí en su infancia, y Rafael Reyes Prieto. Este periodo fue clave para su transformación productiva, destacando la construcción del distrito de riego La Ramada en 1936 y, de manera decisiva, el establecimiento de la empresa Corona en 1952, que impulsó la industrialización y generó un importante cambio social y urbano en la región.
Paralelamente, el tejido social y la identidad del municipio evolucionaron notablemente. Mientras el censo de 1951 registraba una población de 6,060 habitantes, en el ámbito educativo destacó la conversión del Asilo Zoraida Cadavid en un colegio en 1945. La identidad local fue incluso objeto de debate cuando en 1973 se restituyó brevemente su nombre original, Serrezuela, aunque la decisión fue revertida en 1976.
Por mandato del gobierno de los Estados Unidos, Charles Lindbergh emprendió una gira por varios países de América Latina, incluida Colombia. El 26 de enero de 1928, llegó a Cartagena tras bordear la costa de Colón, Panamá, a bordo de su célebre aeronave, el Spirit of St. Louis. A su llegada, fue recibido con una salva de cañonazos en Bocagrande. Al día siguiente, continuó su vuelo directo hacia Bogotá.[8]
El Spirit of St. Louis no aterrizó en Bogotá, sino que sobrevoló la emblemática carrera Séptima, escoltado por los pioneros de la aviación colombiana, el Capitán Buenaventura Caicedo y el Teniente Camilo Daza Álvarez, quienes pilotaban aviones Wild. Lindbergh realizó maniobras aéreas, culminando en un espectacular descenso entre los cerros de Monserrate y Guadalupe. Luego, dirigió su aeronave al aeródromo de Madrid, Cundinamarca, donde más de 10 000 personas esperaban al Lone Eagle en la Escuela de Pilotaje y Observación, hoy Comando Aéreo de Mantenimiento (CAMAN).[8]
Cuando Charles Lindbergh se disponía a aterrizar, una multitud se congregó, lo que obligó al Teniente Camilo Daza a realizar pasadas rasantes para despejar la pista. Aunque el acto pasó desapercibido para el público general, generó gran admiración entre los conocedores, quien vitorearon a Lindbergh y Daza. Este episodio fue destacado en la prensa estadounidense, subrayando la valentía y destreza de los aviadores.[8]
La Escuela de Pilotaje y Observación rindió honores militares a Charles Lindbergh, develando una placa conmemorativa que marcó este evento como un hito histórico para el país. El aviador recibió numerosos homenajes, incluyendo una recepción en el Jockey Club y la distinción de la Orden de Boyacá, otorgada por el presidente Miguel Abadía Méndez. También se le entregaron el pabellón nacional y una esmeralda, como símbolos de reconocimiento por su contribución a la aviación y al fortalecimiento de los lazos entre Estados Unidos y Colombia.[8]
Para inspeccionar y aprovisionar su aeronave, Charles Lindbergh regresó al aeródromo de Madrid. Durante su estancia, compartió conocimientos con los oficiales y empleados de la Escuela de Aviación, e incluso fue invitado a pilotar un biplano Wild. Tras dos días de homenajes, entrevistas, discursos y composiciones en su honor, Lindbergh retomó su vuelo hacia Caracas el 29 de enero de 1928.[8]
La visita de Charles Lindbergh a Colombia marcó un hito significativo en la historia de la aviación nacional, motivo por el cual se le rinde homenaje cada 27 de enero. En 2012, la ceremonia fue presidida por el Brigadier General Gonzalo Cárdenas Mahecha, Comandante de CAMAN, y contó con la participación del Coronel Hans Palaboro, Jefe de la Misión Aérea de Estados Unidos, y familiares del Teniente Camilo Daza. Durante el evento, se evocó aquella época de esplendor, se ofreció una ofrenda floral y se entregó un modelo a escala de un avión al nieto de Daza, Camilo Daza Gómez. La memoria de Lindbergh y su contribución a la aviación siguen siendo un símbolo de innovación y cooperación internacional en Colombia.[8]
En 2003, se descubrió en el conjunto residencial Camino Real de Madrid un importante yacimiento arqueológico que sugiere un complejo ritual-funerario único en Colombia, con posibles estructuras de observación astronómica. Los hallazgos de cerámica Herrera y del Valle del Magdalena, junto con materiales líticos y restos de fauna, apuntan a un centro ritual vinculado a ceremonias sobre la muerte y fenómenos celestes, prácticas comunes en las culturas andinas precolombinas.[9]
El 7 de julio de 2008, el Vuelo 164 de Centurion Cargo, operado por Kalitta Air, se estrelló en la Hacienda Casablanca, en Madrid, Cundinamarca, poco después de despegar del Aeropuerto Internacional El Dorado, Bogotá, con destino al Aeropuerto Internacional de Miami. La tripulación sufrió graves heridas, pero ninguno de sus miembros murió. Sin embargo, dos personas en tierra fallecieron cuando la aeronave impactó su casa. Este fue el segundo accidente de un Boeing 747 de Kalitta Air en 2008, tras otro ocurrido en Bruselas en mayo. La investigación de las autoridades colombianas y la NTSB concluyó que el accidente fue causado por una falla doble de motores: la pérdida de potencia en los motores número 1 y 4 durante el despegue, lo que impidió a la tripulación recuperar el control y provocó el impacto contra la vivienda.
La SECAD (Sección Certificación Aeronáutica de la Defensa) fue fundada el 12 de enero de 2010 en Madrid, Cundinamarca, para certificar los estándares de calidad y seguridad en la industria aeronáutica colombiana, asegurando la operatividad segura de aeronaves civiles y militares. Con el respaldo del gobierno de Brasil, la SECAD adaptó su experiencia en certificación aeronáutica a las capacidades locales, implementando normas claras y procedimientos rigurosos. Su objetivo es fortalecer la industria nacional, atraer inversiones, fomentar la innovación y mejorar la competitividad internacional, en colaboración con organismos de Brasil, España y Corea del Sur.[10]
Durante las protestas en Colombia de 2019-2020 y 2021, Madrid se consolidó como un punto clave en los acontecimientos sociopolíticos. La ciudadanía participó en masivas marchas por diversos barrios, destacándose manifestaciones como la marcha del silencio con antorchas y parones culturales frente a la alcaldía. La ciudad fue escenario de diversas actividades, como la distribución de panfletos, plantones en la glorieta de la vía Madrid-Facatativá y marchas que se extendieron hasta Puente Grande en Fontibón y el Puente de Siberia en Funza. La dimensión cultural de las protestas se manifestó en murales y teatro callejero, posicionando a Madrid como un foco de atención en redes sociales como Facebook y Twitter, así como en medios internacionales como la Agencia AFP.
El RegioTram de Occidente, un tren eléctrico regional, conectará los municipios de Funza, Mosquera, Madrid y Facatativá con Bogotá. Su trazado de 40 km, en su mayoría sobre el corredor férreo existente, se divide en 25 km en la Sabana y 15 km en Bogotá. El recorrido comenzará en la Carrera 17 con Calle 6 en Bogotá, enlazando con la Primera Línea del Metro. Luego, avanzará hacia el sur por la Carrera 17, cruzando la NQS y la Av. Américas, para dirigirse al occidente por el corredor férreo de Occidente, pasando por varias avenidas hasta la estación Fontibón. Desde allí, continuará hasta el límite de Bogotá con Funza, cruzando los municipios de Funza, Madrid y Mosquera, pasando bajo la Autopista 50 y el río Subachoque en Madrid. Finalmente, llegará a Facatativá, donde concluirá en la estación Facatativá – Calle 9.[11]
El 14 de diciembre de 2024 se celebró la primera Feria del Libro en Madrid, Cundinamarca. Aunque modesta en tamaño, el evento contó con la participación de destacadas personalidades y marcó un hito cultural significativo en la historia del municipio.
En la actualidad, el municipio de Funza resguarda la mayor cantidad de archivos históricos relacionados con Madrid, lo cual se debe a la profunda interrelación que ha existido entre ambos municipios desde la época precolombina.
Madrid, situado en el departamento de Cundinamarca, forma parte de la subregión occidental de la Sabana de Bogotá, dentro del primer anillo metropolitano de la capital y a solo 21 km de distancia. Se encuentra al este de la provincia de Sabana Occidente y al suroeste de la Sabana de Bogotá, rodeado por Facatativá, Funza y Mosquera, tres de las ciudades más densamente pobladas de la región.
Este entorno urbano está delimitado por los cursos fluviales del río Subachoque y el río Bojacá, que configuran tanto límites naturales como políticos. Además, Madrid ocupa una posición estratégica sobre la Autopista Bogotá y la línea férrea que conecta la capital con Puerto Salgar. También está atravesado por otras importantes vías regionales, como la Autopista Medellín, consolidándose como un nodo clave en la infraestructura vial nacional.[13]
El municipio se divide en dos zonas geográficas: el 84% del territorio es plano, ideal para actividades agropecuarias debido a su buen drenaje y abundantes recursos hídricos. El 16 % restante es montañoso, con altitudes que alcanzan los 2875 m s. n. m. (metros sobre el nivel del mar) al sur de la cabecera urbana, por encima de los 2600 m s. n. m. promedio de la sabana.[13]
Madrid no solo está cerca de Bogotá, sino que también juega un papel fundamental en el sistema urbano regional. Forma parte de los dos principales ejes viales nacionales que se cruzan en la capital: el norte-sur, que conecta Tunja, Girardot e Ibagué, y el oriente-occidente, que comunica Villavicencio, Honda y la zona cafetera. Estos ejes concentran gran parte de la infraestructura vial y los servicios públicos de Cundinamarca.[13]
Ubicada en el eje occidental del polígono metropolitano, Madrid es parte del área metropolitana de Bogotá, integrada por municipios como Soacha, Chía, Funza y Mosquera. Esta conurbación refleja su alta integración funcional con la capital, destacando a Madrid como una ciudad intermedia con una dinámica demográfica en expansión.[13]
Madrid está ubicado en la sabana de Bogotá, una planicie fluviolacustre de 425 160 ha en la cuenca alta del río Bogotá, limitada por la cota de 2600 m s. n. m. (metros sobre el nivel del mar). Situado en el altiplano cundiboyacense, dentro de la Cordillera Oriental de los Andes, Madrid tiene una altitud promedio de 2554 m s. n. m., en una de las regiones montañosas más destacadas de Colombia, con una altitud media de 2630 m s. n. m.
La Sabana de Bogotá, una meseta en la cordillera oriental de los Andes colombianos, abarca desde Villapinzón hasta el Salto del Tequendama, a altitudes de 2500 a 4000 metros. Antiguamente una cuenca marina en el Cretácico, se transformó en planicie continental por la orogenia andina del Cenozoico. En el Pleistoceno, el drenaje del Lago Humboldt, causado por la erosión en el Salto del Tequendama hace unos 30 000 años, dejó los suelos fértiles que hoy caracterizan la región.
La singularidad de Madrid radica en su pertenencia al reducido conjunto de localidades habitadas por menos del 1.02 %[14] de la población mundial que vive por encima de los 2500 metros de altitud. Dentro de este grupo, que incluye 123 cabeceras municipales de Colombia, Madrid ocupa la posición 102, destacándose por los desafíos y adaptaciones biológicas y culturales que implica su altitud.
La ubicación de Madrid en la zona occidental de la Sabana de Bogotá ofrece condiciones físicas ideales para el desarrollo agropecuario. Su topografía plana, con pendientes inferiores al 3 %, altitudes entre 2550 y 2600 m s. n. m., suelos de alto potencial agrícola y una abundante oferta hídrica superficial y subterránea refuerzan su aptitud para la agricultura y la conservación ambiental.
El río Subachoque, afluente clave de la región central de Cundinamarca, nace en el páramo El Tablazo, en Subachoque, a 3,450 metros sobre el nivel del mar, y recorre 156,67 kilómetros, de los cuales 49,9 atraviesan Madrid. A lo largo de su curso, abastece de agua a zonas rurales y urbanas como La Cuesta, Puente de Piedra, Las Mercedes, Los Árboles, Laguna Larga, Santa Cruz y La Estancia.[15]
Durante la época de la Conquista, su presencia fue crucial para el asentamiento de los primeros habitantes y el desarrollo inicial del municipio de Madrid. El río Subachoque se une con el río Bojacá en Mosquera, formando el río Balsillas, que desemboca en el río Bogotá, siendo esta cuenca vital para la infraestructura hídrica y la vida local.[15]
El río bordea un área industrial y agroindustrial en Madrid, un centro importante de la floricultura, que ocupa el 13% de los cultivos nacionales en invernadero. Esta actividad demanda grandes volúmenes de agua y utiliza agroquímicos que, sin un manejo adecuado, contaminan el suelo y las fuentes hídricas, afectando la calidad del agua y la sostenibilidad ambiental de la cuenca.[15]
Adicionalmente, muchas instalaciones industriales y agrícolas carecen de sistemas eficaces para tratar aguas residuales. Durante la temporada de lluvias, las estructuras de almacenamiento, frecuentemente sin recubrimiento impermeable, pueden rebosar, permitiendo la infiltración y descarga de contaminantes en el río.[15]
El cerro Tibaitatá, conocido localmente por este nombre pero registrado oficialmente en el Registro Único Nacional de Áreas Protegidas como Serrezuela, forma parte de una Reserva Natural de la Sociedad Civil.[7]Esta formación montañosa abarca 407 hectáreas y alcanza los 2,875 metros sobre el nivel del mar, destacándose como un elemento característico del paisaje de la Sabana de Bogotá. Su ubicación privilegiada permite divisarlo desde lugares emblemáticos como Monserrate y los cerros orientales de Bogotá, reforzando su papel como un referente visual en la región. Con pendientes superiores al 25 %, limita el crecimiento urbano hacia el sur, definiendo el perímetro de la ciudad y condicionando el desarrollo de barrios en las zonas planas. Su clima seco, con precipitaciones anuales de 600 mm, lo convierte en uno de los lugares más áridos de la región. Pertenece al Bosque seco montano bajo, un ecosistema adaptado a la escasez de humedad y temperaturas frescas.[16]
Originalmente, el cerro albergaba un bosque andino seco con vegetación arbustiva y árboles de bajo porte (6-10 m). Sin embargo, actividades humanas como tala, quemas, pastoreo y extracción minera han sustituido casi todo el ecosistema por potreros, plantaciones de especies exóticas (eucaliptos, acacias) y fragmentos de matorrales semiáridos. En estos últimos sobreviven especies nativas como hayuelo (Dodonaea viscosa), ciro (Baccharis macrantha), cactus tunas (Opuntia), fique (Furcraea), gurrubo (Lycianthes lycioides), Chromolaena leivensis y Salvia bogotensis, entre otras.[16]
A pesar de la degradación, los matorrales remanentes albergan una diversidad biológica notable, incluyendo plantas, aves, reptiles, insectos, caracoles y hongos. Estos refugios son cruciales para la restauración ecológica, promoviendo la regeneración de especies nativas y la protección de la fauna asociada. La restauración del cerro podría recuperar funciones clave del bosque andino seco en la Sabana de Bogotá.[16]
El Valle del Abra, ubicado al norte de Madrid, en el límite con Subachoque y Tenjo, es una formación geográfica de alta relevancia ecológica en la Sabana de Bogotá. Este corredor biológico estratégico conecta diversos ecosistemas, facilitando el tránsito de fauna, la dispersión de semillas y la polinización, procesos esenciales para preservar la biodiversidad en una región vulnerable a la expansión agrícola y urbana. Su posición entre sistemas montañosos y la planicie lo convierte en una zona de amortiguación que regula microclimas y sustenta una biodiversidad significativa, incluyendo especies endémicas de aves, insectos y plantas.
La vegetación adaptada a sus condiciones altitudinales refuerza su función como refugio ecológico, promoviendo la resiliencia y regeneración de los ecosistemas al mantener interacciones vitales entre especies. Este valor ambiental se complementa con la Ruta Agroturística Zion, una iniciativa de turismo sostenible impulsada por la alcaldía. La ruta atraviesa el Valle del Abra, ofreciendo experiencias inmersivas en prácticas agrícolas tradicionales, como la producción artesanal de lácteos, que subrayan la interrelación entre agricultura y conservación ecológica.
Madrid cuenta con ecosistemas estratégicos como la Laguna de la Herrera, el Complejo de Humedales Potrero Grande, Los Árboles y Puente Piedra, que son vitales para garantizar la calidad de vida, el progreso social, económico y la sostenibilidad ambiental. Sin embargo, el municipio enfrenta serios problemas ambientales e infraestructurales. Los ríos Subachoque y Bojacá, históricamente utilizados como receptores de desechos, se encuentran gravemente contaminados debido a las descargas de aguas residuales industriales, lo que agrava la crisis hídrica. Además, el abastecimiento de agua y el sistema de alcantarillado son insuficientes para atender las demandas de la población en crecimiento. Madrid depende de tres empresas de acueducto y alcantarillado, dos de ellas privadas: Puente de Piedra y La Prosperidad. En particular, la vereda Puente de Piedra enfrenta una grave situación, ya que su pozo está agotado y actualmente recibe agua mediante carrotanques mientras se planifica la construcción de otro. A esto se suma un sistema de alcantarillado obsoleto, incapaz de adaptarse al ritmo del desarrollo urbano.[17]
A pesar de que el servicio de agua en Madrid sigue operativo, el municipio enfrenta graves problemas de abastecimiento. Antes autosuficiente gracias al río Subachoque, ahora depende un 80% de Bogotá y un 20% de pozos. Este cambio ha agravado la crisis hídrica, intensificada por la emergencia declarada por la Alcaldía de Bogotá debido a los bajos niveles de los embalses. Además, el deterioro de las redes hidráulicas, con frecuentes roturas por la presurización, afecta especialmente la tubería principal. Para mitigar estos problemas, se implementa un proyecto que incluye dos tanques (uno operativo de 4800 m³ y otro planificado con 13 veces más capacidad), una planta de tratamiento, una estación de bombeo y dos pozos profundos. [17]
Sin embargo, la limpieza del río Subachoque, esencial para una solución integral, será ineficaz mientras las industrias sigan vertiendo aguas residuales. Asimismo, los residentes piden detener proyectos inmobiliarios que degradan el suelo agrícola y aumentan el uso urbano de los recursos hídricos, lo que agrava la situación ambiental y social y pone en riesgo la sostenibilidad del territorio. La floricultura, actividad predominante en Madrid, también contribuye a la crisis hídrica al extraer grandes cantidades de agua de acuíferos sin generar compensaciones económicas para el municipio. La presión sobre los recursos hídricos, combinada con los efectos de la crisis climática, agrava aún más los desafíos ambientales y sociales de la región.[17]
El municipio de Madrid tiene un clima templado húmedo de montaña, clasificación climática de Köppen, con temperaturas promedio entre 11 °C y 21 °C[18] y una mínima oscilación térmica anual debido a su altitud y ubicación geográfica. Las lluvias se concentran principalmente en dos estaciones: abril-mayo y octubre-noviembre. Este entorno combina vegetación nativa adaptada a la altitud con paisajes transformados por la agricultura y la introducción de especies exóticas, lo que confiere al municipio una identidad ecológica y sociocultural distintiva.
La crisis climática ha intensificado las sequías, aumentando el riesgo de incendios forestales, tanto accidentales como provocados, en el Cerro Tibaitatá, así como un aumento en la intensidad de las lluvias y la frecuencia de inundaciones en diversas áreas del municipio. Además, durante las épocas lluviosas, las temperaturas descienden significativamente. Estas alteraciones reflejan los desafíos ambientales que enfrenta Madrid en el contexto actual.
Parámetros climáticos promedio de Madrid | |||||||||||||
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Mes | Ene. | Feb. | Mar. | Abr. | May. | Jun. | Jul. | Ago. | Sep. | Oct. | Nov. | Dic. | Anual |
Temp. máx. media (°C) | 18.3 | 19.3 | 18.7 | 18.7 | 18.6 | 18.4 | 18.4 | 18.4 | 18.6 | 18.2 | 18.4 | 18.7 | 18.6 |
Temp. media (°C) | 13.5 | 13.6 | 13.8 | 14.0 | 14.1 | 13.9 | 13.8 | 13.8 | 13.8 | 13.8 | 13.8 | 13.6 | 13.8 |
Temp. mín. media (°C) | 5.3 | 5.4 | 6.7 | 7.7 | 7.7 | 7.0 | 6.4 | 6.4 | 6.1 | 6.8 | 7.0 | 5.3 | 6.5 |
Precipitación total (mm) | 14 | 29 | 41 | 73 | 72 | 49 | 38 | 36 | 42 | 74 | 64 | 30 | 562 |
Días de precipitaciones (≥ 1 mm) | 6 | 9 | 12 | 15 | 17 | 14 | 13 | 12 | 12 | 16 | 14 | 8 | 148 |
Horas de sol | 189 | 156 | 139 | 111 | 111 | 120 | 112 | 136 | 135 | 130 | 126 | 167 | 1632 |
Humedad relativa (%) | 79 | 80 | 81 | 82 | 82 | 81 | 80 | 79 | 80 | 82 | 82 | 81 | 80.8 |
Fuente: Instituto de Hidrología, Meteorología e Investigaciones Ambientales (IDEAM)[19] |
La llegada humana transformó el ecosistema de lagos, humedales y bosques de la Sabana mediante la agricultura, la urbanización y la extinción de megafauna como gonfoterios y caballos americanos. Esto incluyó una gran deforestación y la introducción de especies exóticas como el pasto kikuyo, los eucaliptos y los pinos, que desplazaron plantas nativas como el encenillo y el aguacatillo. A pesar de esto, especies resistentes como el chilco y el arboloco han logrado regenerarse de forma natural en zonas erosionadas.
La Sabana de Bogotá, hogar de diversas especies nativas, incluidas algunas endémicas, sigue siendo un refugio clave de biodiversidad. Conservar este paisaje, modelado por la interacción entre la naturaleza y la historia, es esencial para garantizar la supervivencia de estas especies. Para ello, es urgente implementar estrategias de restauración, proteger las reservas naturales y aplicar un manejo sostenible que equilibre las necesidades humanas con la preservación del entorno.
Estas son algunas especies de la fauna y flora del Cerro Tibaitatá:
Fauna: La Rana sabanera, el Lagarto collarejo, la Serpiente tierrera, la Torcaza o tórtola, el Chulo, la Caica, la Garza ganadera, el Cernícalo, el Colibrí, el Colibrí mosca, la Águila cuaresmera, el Gavilán espíritu santo, el Chamicero, el Toche, el Chirlobirlo, el Atrapamoscas oriental, el Copetón, el Picocon, el Canario sabanero, el Chisga, el Curí, el Caracol acuático, el Caracol de jardín, el Alacrán, la Mariposa cometa negra, la Mariposa azul del trébol, la Mariposa amarilla del trébol, la Mariposa blanca de las coles, la Mariposa amarilla de las coles, el Abejorro negro, la Abeja doméstica, la Abeja cortahojas, Avispa cazadora de araña, el Escarabajos giradores, el Escarabajo longicornio, la Mariquita herbívora, el Grillo, el Saltamontes alado, la Chinche asesina, la Libélula.
Flora: La Acacia, el Trébol rojo, la Spermacoce chartensis, el Barbasco, la Alternantera, el Eucalipto, la Moradita, la Salvia roja, el Pasto de olor, el Pasto poa, el Raigrás.
En términos geográficos y administrativos, el municipio limita con siete localidades contiguas: al noroeste con Facatativá, al norte con El Rosal, y al noreste con Subachoque y Tenjo. Hacia el este, colinda con Funza y Mosquera, extendiéndose hacia el sur y sureste nuevamente con Mosquera. Por último, hacia el oeste y suroeste, delimita con Bojacá. Este complejo marco territorial no solo define la extensión geográfica de Madrid, sino que también influye significativamente en su desarrollo socioeconómico y cultural dentro del panorama regional.
Noroeste: Facatativá | Norte: El Rosal | Nordeste: Subachoque |
Oeste: Bojacá | Este: Funza | |
Suroeste: Bojacá | Sur: Mosquera | Sureste: Mosquera |
La cabecera municipal de Madrid se encuentra estructurada en una variada distribución urbana que abarca numerosos barrios, urbanizaciones, conjuntos residenciales y centros poblados.
Entre los barrios destacan Alcaparro, Amparito, Centro, Barranquillita, San Pedro, Bolonia, Casas Grises, Cerezos I y II, El Cortijo, El Molino, San Pablo, El Rinconcito, Sosiego, El Triunfo, El Escallón, Gabriel Echavarría, Hermandades del Trabajo, Hacienda Casablanca, Ciudadela La Prosperidad, Hacienda Madrid, Hacienda Los Sauces, Kennedy, La Española, La Esperanza, La Huerta, La Magnolia, La Trinidad, La Virgen, Lorena, Loreto I y II, Los Ángeles, Lusitania, Miguel Velásquez, Porvenir, Primero de Mayo, Provic, San Bernardo, San Francisco, San José, San Luis, Santa Matilde, Serrezuela y Nuestra Señora del Loreto II.
Las urbanizaciones presentes incluyen Arrayanes, Bosques de Madrid, Bosques del Loreto, Cedritos, El Edén, Villa María, El Tesoro, Parques de Santa María, Villas de Serrezuela, El Porvenir, El Nogal, Villas de Alcalá, Prados de Madrid, Orquídeas, Puertas del Sol, Puertas del Alcalá, El Pinar, Quintas de Villa Ucrania, La Libertad, San José, Parques de Santamaría, San Carlos, Villas de Barcelona, San Diego, Los Jazmines, Hacienda Los Alcaparros, Bello Horizonte, Bulevar, La Finca y Punto Madrid.
Se destacan también los conjuntos residenciales como Alameda del Río, Alcalá, Altos de Madrid, Bilbao, Camino Real, Sabana Pijao (anteriormente conocido como Oasis de la Sabana), Zaragoza (apartamentos y casas), Toscana, Tarento, Villas de Madrid y Reserva de Madrid. Además, se incluyen centros poblados como Chauta, El Corzo (compartido con Facatativá), La Cuesta, Moyano y Puente de Piedra.
Finalmente, el municipio está complementado por diversas veredas que conforman su extensión territorial: Los Árboles, La Cuesta, Carrasquillita, Valle del Abra, Las Mercedes, La Estancia, Boyero, Bebederos, Laguna Larga (El Porvenir), Santa Cruz, La Punta y Potrerogrande (El Pedregal). Este mapeo detallado refleja la complejidad y la diversidad estructural de Madrid, delineando sus distintos entornos urbanos y rurales en el contexto regional.
En Colombia, el cargo de alcalde representa la función ejecutiva al nivel municipal. El Acto Legislativo del Congreso de Colombia, promulgado el 9 de enero de 1986, reformó el artículo 201 de la Constitución Política, estableciendo que los alcaldes fueran elegidos mediante voto popular. El parágrafo transitorio de esta disposición estipuló que la primera elección de alcaldes bajo el nuevo sistema tendría lugar el segundo domingo de marzo de 1988. Inicialmente, el mandato del alcalde era de dos años, pero este periodo fue extendido a tres años en 1994 y a cuatro años a partir de 2004.
El alcalde ejerce la dirección de la administración municipal y actúa como representante del municipio en el ámbito nacional. Entre sus funciones principales se incluyen la administración eficiente de los recursos de la municipalidad, la promoción del bienestar y los intereses de la ciudadanía, así como la representación del municipio ante el Gobierno Nacional. Además, el alcalde está encargado de la formulación e implementación de políticas locales destinadas a mejorar la calidad de vida de los habitantes del municipio. Estas políticas abarcan diversas áreas, tales como salud pública, vivienda, seguridad, educación, infraestructura vial y orden público.
Es imperativo que el alcalde presente a los ciudadanos un plan de gobierno detallado al momento de su elección. En caso de incumplimiento de los compromisos establecidos en dicho plan, los ciudadanos tienen la facultad de solicitar la revocatoria del mandato del alcalde, estableciendo un mecanismo de control y rendición de cuentas en la administración municipal.
Es urgente destacar el persistente fenómeno de corrupción que ha deteriorado significativamente la cultura política del municipio. Desde la implementación del nuevo sistema electoral, tres administraciones del siglo XXI han sido objeto de investigaciones y denuncias por presuntos actos de corrupción.[17] Incluso, uno de estos exalcaldes enfrentó un proceso judicial que resultó en su encarcelamiento.
La corrupción ha tenido un impacto perjudicial en el desarrollo social y económico del municipio, evidenciado por su rezago en comparación con los municipios vecinos. Por tanto, es crucial que las nuevas generaciones y las administraciones emergentes asuman un firme compromiso en la lucha contra la corrupción. Esta actitud proactiva es esencial para superar los desafíos históricos y promover un avance significativo en el bienestar y progreso del municipio.
A continuación, se presenta el listado de alcaldes desde la implementación del sistema electoral vigente en 1988.
Periodo | Nombre |
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1988-1990 | Alberto Dimaté Cárdenas |
1990-1992 | Edgar Alfonso Suárez |
1992-1994 | Alexi Villarraga de Rojas |
1995-1997 | Heberto Muñoz Porras |
1998-2000 | Mario Alfonso Montejo |
2001-2003 | Juan Carlos Coy Carrasco |
2004-2007 | Heberto Muñoz Porras |
2008-2011 | Diego Humberto Sicard |
2012-2015 | Giovanni Villarraga Ortiz |
2016-2019 | Orlando Cardona Rojas |
2020-2023 | Jorge Andrés Tovar Forero |
2024-2027 | Carlos Alberto Chávez Moya |
El Concejo municipal es una corporación político-administrativa de elección popular que actúa como la máxima autoridad en el ámbito municipal. Sus integrantes, denominados concejales, son elegidos mediante sufragio directo para un periodo de cuatro años, según lo estipulado por la Constitución y las leyes colombianas.[20]
Funciones principales del concejo municipal
El concejo municipal desempeña un papel central en la gestión del desarrollo local, asumiendo responsabilidades que abarcan diversos aspectos de la administración pública y la regulación municipal. Entre sus funciones principales se encuentran:[20]
A continuación, se presenta la lista de concejales en ejercicio para el período constitucional 2024-2027.
Partido Político | Concejales |
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Luz Cely Morales González | |
Luis Alberto Díaz Guerrero | |
Hugo Fernando Sierra Cubillos | |
Jefferson Darío Cárdenas Sierra | |
Ever Jiménez Triana | |
Andrés Fernando Duarte Forero | |
Cristian Arley Hernández Garzón | |
Adán Higuera Niño | |
Harol Arley Naranjo Coy
(Ley 1909 de 2018)[21] | |
Albeiro Jiménez Sterling | |
Marilyn Julissa Martínez Bernal | |
Partido Demócrata |
Juan Manuel Reyes Castañeda |
Jorge Humberto Chaux Joven | |
Danna Katalina Hernández García | |
Jhon Jairo Bohórquez Triana |
Según el DANE, se observa una descentralización demográfica respecto a Bogotá, con una creciente concentración en los núcleos urbanos cercanos a la capital. Este patrón resalta el papel clave de las ciudades intermedias como Madrid en el sistema urbano, con el potencial de equilibrar las relaciones territoriales regionales, lo que justifica la necesidad de profundizar en su estudio.[13]
Madrid ha emergido como un refugio para quienes buscan alejarse de los problemas de la gran ciudad, como aglomeración, inseguridad, contaminación, altos costos de vivienda y movilidad. Este fenómeno se refuerza por una diversificación funcional que incluye nuevos usos del suelo, como bodegaje, logística y viviendas para estratos altos, además de las actividades existentes como la industria y la floricultura.[13]
Desde la segunda mitad del siglo XX, los censos del DANE (1951, 1973, 1985, 1993 y 2005) muestran que Madrid ha tenido tasas de urbanización superiores a las de Colombia, Cundinamarca y Bogotá. Este crecimiento acelerado ha convertido a Madrid en un importante polo de atracción, reflejando tanto la presión de la capital como las dinámicas internas del municipio.[22][23][13]
Madrid cuenta con un amplio sistema educativo entre los cuales predominan los colegios privados.
Colegios de Madrid, Cundinamarca |
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Las principales actividades económicas del municipio abarcan la industria, la agricultura, la ganadería y la floricultura. Madrid está compuesto por 18 veredas, dedicadas en su mayoría a cultivos que se extienden sobre más de 12.000 hectáreas de terrenos predominantemente planos, atravesados por los ríos Subachoque y Bojacá, los cuales actualmente sirven como receptores de los desechos municipales.[22]
La ubicación estratégica de Madrid, tanto en relación con la capital como con el resto del país, incrementa su atractivo para el desarrollo agrícola e industrial. Esta posición geográfica privilegiada facilita el acceso a una de las principales rutas de salida de la capital hacia una región vasta y productiva de Cundinamarca y de Colombia en general. La expansión en los sectores agrícola e industrial es un testimonio fehaciente del aprovechamiento de esta ventaja geoestratégica.[22]
La interacción de factores geográficos, económicos y sociales en Madrid no solo refuerza su rol como núcleo productivo, sino que también subraya la importancia de una gestión ambiental sostenible, especialmente en lo que concierne al manejo de los recursos hídricos y la mitigación de la contaminación de los ríos locales.[22]
Madrid, Cundinamarca, ha crecido rápidamente debido a la presión poblacional de Bogotá y sus alrededores. Este fenómeno sigue una tendencia regional en la Sabana de Bogotá, donde muchas personas se mudan a municipios cercanos buscando viviendas más económicas y mejores condiciones ambientales. Sin embargo, este crecimiento trae retos en sostenibilidad y planeación urbana.[13]
El municipio ha registrado un crecimiento poblacional anual del 5,6%, mucho mayor que su ritmo habitual, pasando de 136 374 habitantes en 2021 a cerca de 150 000 en 2024. Este crecimiento ha generado una expansión urbana acelerada, dificultando la provisión de servicios públicos, infraestructura y la gestión de recursos. Desde mediados del siglo XX, Madrid ha superado las tasas de urbanización de Colombia, Cundinamarca y Bogotá, según datos del DANE. Este proceso ha transformado al municipio en un centro estratégico en la Sabana de Bogotá, reflejando tanto la presión de la capital como su propio dinamismo interno.[22]
En el área urbana de Madrid viven alrededor de 26,667 personas por kilómetro cuadrado en un territorio de solo 7.5 km², lo que demuestra una gran presión sobre el uso del suelo y los recursos disponibles. Por otro lado, en la zona rural, que ocupa 113 km², la densidad poblacional varía entre 1000 y 5000 habitantes por kilómetro cuadrado, mostrando una ocupación más dispersa y menos impacto en las áreas agrícolas y de conservación. En total, el municipio de Madrid abarca 120.5 km².[22]
El plano de Madrid muestra un crecimiento que se concentra alrededor de su núcleo histórico. En este centro, la calle 7, que forma parte de la Ruta Nacional 50 y concentra la mayoría de los comercios, funciona como la columna vertebral de las vías urbanas y rurales. Como en muchas ciudades de América Latina, las calles del centro están organizadas en forma de cuadrícula española.[13]
La ciudad presenta una mezcla de zonas muy diferentes, formada por la adaptación a su entorno natural y cultural, y por un crecimiento urbano irregular desde la década de 1960. Este crecimiento, conocido como salto de rana (Leapfrogging), ha dejado espacios vacíos dentro de la ciudad. Con el tiempo, al ocuparse estos espacios, se ha creado un tejido urbano variado y fragmentado, resultado de combinaciones entre desarrollos planificados y no planificados.[13]
El río Subachoque cruza Madrid de norte a sur, dividiendo la ciudad y formando un recorrido con curvas pronunciadas. Esto interrumpe la continuidad de las calles y el diseño urbano, dando lugar a zonas con formas irregulares que se adaptan al curso del río. Las construcciones, orientadas para aprovechar mejor el espacio, suelen tener su parte trasera hacia la orilla del río.[13]
La expansión urbana en el norte del municipio comenzó en los años 1980, dejando amplias áreas vacías que representan casi un tercio del área urbana. La zona industrial, que ocupa el 8 % del territorio, se organiza en grandes terrenos ubicados principalmente en el norte.[13]
En el sur de Madrid, cerca de la base aérea, se encuentran conjuntos residenciales cuya urbanización comenzó en la década de 1990.
La Base Aérea de la FAC Mayor Justino Mariño Cuesto, ubicada en el suroccidente del municipio, ha influido significativamente en la morfología urbana. Con 90 ha, que representan el 13 % del área total, esta zona militar actúa como una barrera para la expansión urbana debido a sus restricciones de acceso. Esto limita el crecimiento hacia el sur y fragmenta las zonas residenciales cercanas. Los trazados viales y desarrollos en la periferia, como las carreras 9 y 20 al sur de la calle 7, se alinean a lo largo de su perímetro, generando una desconexión en el sector occidental compuesto por los barrios Sosiego, San Bernardo, San Carlos y San José.[13]
El cerro Tibaitatá también limita la expansión urbana de Madrid. Esta elevación, define el perímetro sur de la ciudad, en la zona del barrio Las Hermandades, impidiendo nuevos desarrollos en esa área.[13]
Desde el cerro Tibaitatá, una de las principales elevaciones del municipio, se pueden observar los cambios urbanísticos del sur, con barrios como Loreto y Altos de Madrid, junto a instalaciones clave de la Fuerza Aeroespacial Colombiana, como el Comando Aéreo de Mantenimiento (CAMAN) y la Escuela de Suboficiales. En el horizonte destaca la Ciudadela La Prosperidad, una de las áreas más recientes de expansión, mientras que la Ciudadela Casa Blanca rodea el cerro.[13][22]
El crecimiento poblacional se aceleró en los años 2000 y se intensificó en las dos últimas décadas, impulsado por la demanda del mercado inmobiliario y las políticas de ordenamiento territorial. Sin embargo, este crecimiento ha generado desafíos importantes en sostenibilidad ambiental, provisión de servicios y manejo del desarrollo.[22]
La ubicación original del poblado de Serrezuela, hoy Madrid, estaba en un eje de comunicación estratégico: el antiguo camino de Santafé de Bogotá a Honda, ahora parte de la Ruta Nacional 50. Esta vía fue esencial para consolidar a Santafé como capital del virreinato, al facilitar el transporte de la producción harinera del altiplano cundiboyacense hacia el río Magdalena con menor costo y distancia que otras rutas.[13]
Entre los siglos XVII y XIX, esta fue la vía más eficiente para conectar el altiplano con el río Magdalena, utilizada para el transporte de carga a lomo de mula, donde la calidad de los caminos resultaba crucial. Alexander von Humboldt recorrió esta ruta en 1801 al ingresar a la capital. Madrid aprovechó su ubicación como punto de paso y descanso para viajeros y funcionarios.[13]
La inauguración del trazado ferroviario en 1889, paralelo a este camino, consolidó aún más la importancia de Madrid al integrarlo como un nodo clave del Ferrocarril de la Sabana, reforzando su papel como punto neurálgico en la conectividad regional.[13]Esta infraestructura, junto al actual sistema vial intermunicipal, integra eficientemente al municipio con la capital y el resto del país, permitiendo un uso óptimo de los recursos y promoviendo alternativas de desarrollo regional.[22]
No obstante, el sistema vial municipal enfrenta deficiencias en su articulación con el de Bogotá y la región circundante. Los principales problemas incluyen congestionamientos en los accesos a la capital, atribuibles a la baja calidad de las vías y a una organización y planificación inadecuadas.[22]
Madrid es accesible desde Bogotá por la Ruta Nacional 50 hasta Facatativá, pasando por la parte norte de la ciudad. También se puede llegar a través de Soacha desde la avenida Indumil por la vía Mondoñedo o desde Funza por la Perimetral de Occidente hacia Mosquera. Además, existe un extenso servicio intermunicipal de buses desde cualquier punto de la capital y la Sabana. Adicionalmente, existen conexiones con Zipacón y Bojacá al suroccidente, y El Rosal y Subachoque por el norte.
Por otro lado, Madrid también se conecta con Bogotá a través de la Ruta Nacional 50 (Vía Bogotá - Medellín), desde la avenida calle 80 de la capital hasta el sector de Puente de Piedra, y luego hasta el centro urbano de Madrid al sur. En el futuro, Madrid formará parte del RegioTram de Occidente, que conectará el centro de Bogotá con Facatativá, con su propia estación de acceso y opciones de conexión con el sistema de transporte público de Bogotá.[11]
Iglesia San Francisco de Paula
La génesis de la historia parroquial de la iglesia de San Francisco de Paula se remonta al 23 de septiembre de 1635, fecha en que se consignó en los archivos eclesiásticos la partida de bautismo de un infante indígena denominado Mateo. En ese entonces, la iglesia era conocida como la parroquia de La Serrezuela. La edificación del actual templo parroquial de San Francisco de Paula se inició el 15 de agosto de 1895, gracias a los esfuerzos ímprobos y la dedicación del cura Sandalio María Rodríguez, tal como lo documenta el historiador Wilson Buitrago Giraldo.
Desde sus albores, la parroquia ha desempeñado un rol preponderante en la vida pastoral de la comunidad. Se tiene constancia de que en 1635, bajo el liderazgo del párroco Juan Bautista Guio Cerullo, se celebró el primer bautismo en la parroquia de La Serrezuela. El padre Cerullo continuó su labor pastoral hasta 1655, consolidando la fundación espiritual de la parroquia y estableciendo las bases para su futuro desarrollo.
El Templo actual fue solemnemente bendecido por el Arzobispo de Santa Fe el 15 de agosto de 1895. La construcción, supervisada diligentemente por el párroco Sandalio María Rodríguez, se llevó a cabo utilizando piedra traída de las célebres canteras de Chunuba de Bojacá.
A principios del siglo XX, la fachada de la iglesia colapsó, lo que hizo necesario sustituirla por la estructura que se observa en la actualidad.
Julio Sánchez González
Julio Sánchez González, conocido cariñosamente como El cura Julio, nació en Madrid en 1914. Su vida, marcada por una devoción profunda tanto a la fe como a la educación, comenzó a delinearse claramente cuando, a los catorce años, ingresó al seminario diocesano. Ordenado como sacerdote en Roma, dedicó su vida a la labor educativa y pastoral, desempeñándose como capellán del prestigioso Gimnasio Moderno y del colegio Alfonso Jaramillo.
La visión pedagógica de Sánchez González cristalizó en 1966 con la fundación del colegio Emilio Valenzuela. Su ideario, encapsulado en la frase No queremos ser un colegio más, reflejaba un compromiso ferviente con la excelencia y la innovación educativa. El cura Julio aspiraba a un proyecto educativo en el cual el ideal permaneciera siempre claro y el espíritu vivo y ardiente, resistente al desgaste del tiempo, la rutina y la inercia.
Un año después de fundar el colegio, Sánchez González fue nombrado rector, cargo que desempeñó con notable dedicación hasta el año 2001. Su liderazgo fue fundamental para establecer y consolidar los valores y principios que definieron la institución.
Además de su labor educativa, Julio Sánchez González mantuvo una estrecha amistad con prominentes miembros de la Golconda, como Camilo Torres Restrepo, René García Lizarralde y Luis Currea. A pesar de las diferencias ideológicas, estas relaciones reflejan un diálogo constante y un intercambio intelectual que enriqueció su perspectiva y su labor pastoral.
Rafael Navas Pardo nació el 2 de febrero de 1908 en Madrid, Cundinamarca. Fue una figura prominente en la historia militar y política de Colombia, integrando la Junta Militar de Gobierno que sucedió al General Gustavo Rojas Pinilla, gobernando desde el 10 de mayo de 1957 hasta el 7 de agosto de 1958.
Navas Pardo recibió su educación en el colegio de La Presentación y en la Universidad de La Salle de Bogotá. Inició su carrera militar en la Escuela de Suboficiales, donde se graduó antes de ingresar a la Escuela Militar de Cadetes. Allí obtuvo los títulos de bachiller y subteniente en 1933, marcando el comienzo de una trayectoria militar destacada.
Durante su carrera, Navas Pardo sirvió en diversas unidades e instituciones militares, incluyendo la Escuela Militar de Cadetes, el Batallón Guardia Presidencial, la Escuela de Armas Blindadas y el Batallón de Bogotá. Ocupó múltiples cargos de relevancia, tales como alcalde militar, comandante de unidades militares, jefe de la División de Policía de Bogotá y comandante de la Brigada de Institutos Militares.
La relación entre el General Navas Pardo y Rojas Pinilla fue estrecha y se cimentó en una prolongada colaboración militar. Durante la presidencia de Rojas Pinilla, Navas Pardo ascendió a comandante del Ejército Nacional y alcanzó el rango de Brigadier General, destacándose por su liderazgo en la Brigada de Institutos Militares y sus cualidades como oficial.
El 10 de mayo de 1957, Navas Pardo se unió a la Junta Militar de Gobierno constituida para suceder a Rojas Pinilla en la presidencia de Colombia. Sin embargo, el contexto político de la época fue tumultuoso. El 2 de mayo de 1958, un intento de golpe de Estado perpetrado por un grupo de fuerzas militares, que buscaban impedir la transferencia del poder a un gobierno civil electo mediante plebiscito, culminó en el ataque y parcial destrucción de la residencia de Navas Pardo debido a su oposición a la perpetuación del régimen de Rojas Pinilla.
Rafael Navas Pardo es el tío abuelo del político y economista Rafael Pardo Rueda.
Además de su destacada trayectoria política, Pedro Fernández Madrid es igualmente célebre por su fecunda producción literaria. En 1842, publicó su obra magna, Opúsculo sobre la Instrucción Pública, la cual fue galardonada con la medalla de oro en un certamen organizado por la Sociedad Filantrópica. En esta y otras obras, como Nuestras costas incultas, Fernández Madrid defendió con ardor la soberanía de la República de la Nueva Granada sobre la Costa de Mosquitos. Su incansable labor literaria y diplomática fue determinante para que el Reino Unido y los Estados Unidos reconocieran los derechos de Colombia en dicha región.
Los escritos de Fernández Madrid también propiciaron reformas significativas en la legislación nacional en materia de población e inmigración, demostrando su impacto duradero en la configuración sociopolítica del país. En 1871, cuatro años antes de su fallecimiento, su prolífica carrera fue reconocida con su nombramiento como miembro de la Academia Colombiana de la Lengua, una distinción que subrayó su valiosa contribución tanto a la literatura como a la defensa de los derechos soberanos de Colombia.
Miguel Aguilera
Miguel Aguilera, miembro de número de las prestigiosas Academia Colombiana de la Lengua, Academia Colombiana de Historia y Academia Colombiana de Jurisprudencia, así como del Instituto Colombiano de Cultura Hispánica. Nació en Madrid en 1895 y falleció en 1973, a los 78 años de edad. Su existencia es un paradigma de devoción íntegra a los menesteres de la docencia, la investigación histórica y el análisis de los más intrincados aspectos de la lengua española. Respondió al llamado del expresidente Laureano Gómez, con quien mantuvo una profunda amistad literaria y política, y se convirtió en uno de los eminentes fundadores del Instituto Colombiano de Cultura Hispánica. Entre sus obras destacadas se encuentran América en los Clásicos Españoles y Raíces Lejanas de la Independencia, textos que resaltan su erudición y su capacidad para desentrañar las raíces históricas y culturales de nuestra identidad.[24]
Karla Lucía Cajamarca, reconocida en los círculos artísticos como Kei Linch, es una joven y talentosa rapera, artista musical y cantautora originaria de Madrid, Cundinamarca. Su carrera, forjada en el vibrante y desafiante ambiente underground del rap en Bogotá, la catapultó a la fama nacional en 2021 al culminar como finalista en la cuarta temporada del programa El Factor X. Su obra artística está profundamente influenciada por figuras emblemáticas como Tres Coronas y Canserbero, lo que se evidencia en su primer EP, Red & Blue Sad Doll. Este trabajo, elaborado con pistas obtenidas de YouTube y comercializado en formato físico, representa una auténtica manifestación de su ingenio y creatividad.
Durante el primer confinamiento por la pandemia de COVID-19 en 2020, Anarkía participó en el proyecto Caciques, una iniciativa destinada a descubrir el próximo gran talento del hip hop colombiano. Su destacada participación evidenció no solo su formidable talento, sino también su carácter indomable y su capacidad de liderazgo dentro del movimiento hip hop. A través de su música y su presencia, Anarkía ha puesto en el mapa a su lugar de origen, Madrid, y ha destacado a las personas y experiencias que han sido pilares en su trayectoria hacia el éxito.[25]
A pesar de no haber ganado El Factor X, Anarkía logró cautivar al público nacional, particularmente a los aficionados del rap y el hip hop, con su electrizante presentación en la final del 30 de mayo de 2021. Su desempeño en esta plataforma consolidó su posición como una figura prometedora y auténtica en la escena musical contemporánea.
En Madrid se han destacado varios deportistas que han dejado un legado significativo en sus respectivas disciplinas. Entre ellos:
Arturo Melgarejo (Voleibol)
Es reconocido por su destacada trayectoria como jugador de voleibol y su rol como antiguo asistente técnico de la Selección masculina de voleibol de Colombia. Melgarejo ha dedicado más de tres décadas al fomento del desarrollo deportivo en Madrid. Su compromiso con el deporte se ve reflejado tanto en su labor como deportista de alto rendimiento como en su contribución actual como miembro del cuerpo técnico nacional. Es importante destacar que Melgarejo, además de su dedicación al deporte, tiene la distinción de ser ahijado del renombrado poeta colombiano Eduardo Carranza Asimismo, en colaboración con las hermanas Blanco, fundó la escuela San Marino en la homónima hacienda. Su servicio público también incluyó roles como concejal y alcalde en el municipio de Madrid.[26]
Herbert Armando Ríos (Fútbol)
Hebert Armando Ríos, nacido en 1955 en Bogotá y criado en Madrid, Cundinamarca, es una figura destacada del fútbol colombiano. Como exfutbolista y actual director técnico, Ríos brilló tanto en su carrera como arquero como en su papel como entrenador. Su trayectoria profesional incluye destacadas etapas en clubes emblemáticos como Once Caldas, América de Cali e Independiente Santa Fe. Inició su carrera en el Sport Boys y se formó en el Hexagonal del Olaya con Pijaos. Representó a Colombia en los Juegos Olímpicos de Moscú 1980 y participó en las eliminatorias para la Copa Mundial de Fútbol de España 1982, consolidando su legado en el fútbol colombiano.[27]
Nancy Casallas (Ciclismo)
Se distingue como una ciclista destacada y campeona panamericana en el ámbito del ciclismo prejuvenil. Su trayectoria deportiva comenzó en competiciones locales de un día en ciudades como Girardot, Flandes, Chía y Cajicá, vinculadas a programas de formación ciclística. Obtuvo el título de subcampeona nacional en la disciplina de contrarreloj, celebrada en el majestuoso Parque Simón Bolívar de Bogotá, y se alzó con el primer puesto en la exigente prueba de ruta que transcurrió entre El Rosal y Soacha.
Posteriormente, destacó en la prestigiosa Vuelta al Futuro en Paipa, donde se posicionó como líder indiscutible tras cinco etapas y un prólogo. Su incursión internacional incluyó la participación en la Vuelta a México, enfrentando desafíos considerables y culminando exitosamente la prueba como la competidora más joven del pelotón.
En la categoría juvenil, sobresalió al ganar la persecución individual en los campeonatos nacionales de ciclismo en Bucaramanga, donde también logró dos medallas de oro en las modalidades de contrarreloj y ruta, durante las competiciones celebradas en Riosucio. Sin embargo, sus mayores logros se materializaron en el escenario panamericano de Santa Catarina, Brasil, donde se adjudicó el primer lugar en la contrarreloj y obtuvo el segundo puesto en el circuito de ruta. Estos triunfos consolidan a Nancy Casallas como una figura prominente en el panorama internacional del ciclismo juvenil.[28][29]
William Ramírez (Atletismo)
Destacado atleta oriundo de Madrid, ha alcanzado notables logros en el ámbito del atletismo, destacándose como campeón sudamericano en la disciplina de maratón. Su participación en la célebre maratón de Boston lo posicionó en el puesto 18 entre 45,000 participantes, evidenciando su excepcional habilidad y dedicación al deporte. Además, ha competido en la Rock 'n' Roll Nashville Marathon en Tennessee, consolidando su presencia en eventos de relevancia internacional.
Con una tenacidad ejemplar, William se propuso el desafío de participar en un campeonato mundial, meta que logró concretar tras un período de 10 años. Su destacada actuación lo ha consagrado como campeón a nivel municipal, departamental y nacional, así como en los Juegos Sudamericanos y Centroamericanos y del Caribe. Su participación en el campeonato mundial no solo representa un hito en su carrera, sino que también afianza su posición como referente y modelo a seguir en el ámbito deportivo.[30]
Cerro Tibaitatá
El cerro Tibaitatá, con una altura entre los 2550 y 2750 metros sobre el nivel del mar, se caracteriza por su ecosistema de Bosque Seco Montano Bajo, un entorno con baja precipitación anual (600 mm) que alberga una rica biodiversidad. Antiguamente, fue parte de la Hacienda Casablanca, propiedad del empresario Pepe Sierra. Este cerro es un destino popular para actividades como el senderismo y el ciclismo de montaña, además de ser hogar de especies emblemáticas como el colibrí, el águila cuaresmera, el canario sabanero, y plantas como el eucalipto y la acacia.
Valle del Abra
De las dieciséis veredas que componen el municipio de Madrid, la vereda Valle del Abra destaca por su relevancia ecológica, al ser una reserva natural municipal. Situada al norte del municipio, en ella se encuentra una casa de estilo colonial que funciona como escuela para los niños de la región; esta edificación fue donada por la familia Echavarría Obregón, quienes poseen una parte significativa de la vereda y han asumido la responsabilidad de preservar su ecosistema. Para acceder al Valle del Abra, se debe tomar la calle 80 en dirección a la autopista Medellín, girar a la derecha en el kilómetro 14 hacia el sector Pablo VI, y desde allí continuar hasta la vereda.
El Valle del Abra es conocido por sus paisajes impresionantes y su rica biodiversidad, que incluye una amplia variedad de aves, insectos y plantas. Es un destino popular para actividades recreativas al aire libre, como el senderismo y el ciclismo de montaña. En los últimos años, se han desarrollado planes de ecoturismo en la región, que incluyen posadas y hoteles para alojar a los turistas.
Dentro de este entorno natural, se encuentra la Ruta Agroturística Zion, promovida por la actual administración municipal. Esta ruta ofrece a los visitantes una experiencia educativa única, permitiendo una inmersión en los métodos artesanales de producción alimentaria, desde el ordeño hasta la manufactura de productos finales. La ruta también sirve como un espacio donde se fusionan el conocimiento práctico y la apreciación estética de la labor agrícola.
Parque Pedro Fernández Madrid
Se considera que este es el único parque del país completamente rodeado de balcones. Este parque, que constituye el principal espacio público del municipio, y antiguamente funcionaba como la plaza de mercado, que luego fue trasladada a su ubicación actual. Incluye, como es común en la mayoría de los municipios colombianos, varios edificios emblemáticos: la actual iglesia, construida en 1895, la Casa de Gobierno, el edificio administrativo, la casa estudiantil Guillermo Gómez Sierra y la casa construida en 1890 por el ingeniero Leopoldo Córdoba. El parque se empedró en 1970, y las piedras utilizadas fueron extraídas de la vereda Chunubá de Bojacá. Asimismo, las viviendas de teja de barro que circundan el parque presentan un estilo arquitectónico republicano y datan aproximadamente de entre 1850 y 1870.
El edificio se ubica en el sitio que previamente perteneció a la familia Quijano, quienes adquirieron la propiedad en 1850. Desde entonces, la residencia ha evolucionado hasta convertirse en una casa tradicional madrileña con una historia de 174 años, conservando aún sus pisos originales y unos frescos en las paredes del centro de la casona, que añaden un valor artístico e histórico significativo a la propiedad. El inmueble cuenta con cinco salas de exhibición, en las cuales se destacan, entre otras, tres tipos de cerámica precolombina de La Herrera, urnas funerarias guajiras y un esqueleto quimbaya.
Plaza de mercado
La plaza de Mercado representa un lugar tradicional, en el cual se exhiben productos frescos como frutas y verduras, provenientes directamente del fecundo campo de la Sabana de Occidente, cultivadas con esmero por los laboriosos trabajadores campesinos locales. Asimismo, la plaza se erige como una ocasión propicia para apreciar y degustar la rica gastronomía autóctona.
Parque de las Flores
El parque de las Flores se erige como un espacio recreativo y familiar singular en la región de la Sabana de Occidente, abarcando una extensión de 6 hectáreas. Este parque se distingue por albergar una diversidad de áreas destinadas a la práctica de deportes, la realización de reuniones y eventos culturales. Entre sus instalaciones se incluyen canchas de fútbol, microfútbol, baloncesto, voleibol y tenis, así como espacios destinados a juegos infantiles, arenero, patinódromo, concha acústica y zonas de asadores diseñadas para el disfrute de las familias.
Obleas Villetica
El afamado enclave de las obleas en Madrid, ubicado en la confluencia de la calle 7 y la carrera 4, frente al parque Luis Carlos Galán, ha deleitado a los residentes y visitantes del municipio con sus productos artesanales durante más de 122 años.
La historia de este icónico establecimiento madrileño se remonta a los albores del siglo XX. En 1900, las obleas empezaron a elaborarse en una finca denominada Villetica, situada en la ubicación actual de la estación de servicio del sector Las Palmas, frente al centro comercial Casa Blanca.
Conforme a los registros históricos, numerosos viajeros en ruta desde Bogotá hacia Honda se detenían para investigar el cautivador aroma que emanaba de su cocina, acabando por adquirir sus exquisitos dulces. Estos no solo eran consumidos in situ, sino que también eran solicitados como obsequios para sus visitas, lo cual evidencia la antigua tradición de acudir a Madrid para disfrutar y llevar consigo estas obleas.
En 1916, la familia trasladó su actividad a una ubicación céntrica del municipio de Madrid, donde prosiguió la venta de postres y obleas hasta 1952, año en que finalmente erigió la fábrica de obleas que perdura hasta nuestros días.
Más:
En 1989, la Alcaldía de Madrid, Cundinamarca, convocó un concurso para la creación del himno, la bandera y el escudo municipales, con el objetivo de fortalecer la identidad local. La iniciativa contó con la participación de docentes, estudiantes, miembros de la Escuela de Suboficiales Andrés M. Díaz y habitantes del municipio.
El sargento Pedro Eduardo Arévalo ganó el certamen y recibió la Medalla al Mérito Civil mediante el Decreto N.º 045 de 1989. La premiación se realizó en el Día del Campesino en el parque Pedro Fernández Madrid, donde se interpretó por primera vez el himno municipal, cuya letra fue compuesta por Arévalo junto a Juan Gámez y Miguel Romero Pachón. El himno exalta los valores locales y la memoria histórica, haciendo referencia a Sugasuca y la Serrezuela virreinal.
Si bien los símbolos comenzaron a utilizarse desde 1989, fue el 9 de diciembre de 1998 cuando la Alcaldía, mediante el Acuerdo N.º 058, oficializó su adopción como emblemas institucionales. Este acuerdo normó su uso en eventos cívicos, culturales, deportivos y educativos.[31]
La bandera del municipio de Madrid, Cundinamarca, es un símbolo oficial que refleja la identidad y valores de esta localidad. Consta de un diseño sencillo pero significativo, compuesto por tres franjas horizontales de diferentes colores, cada una con un simbolismo particular para la comunidad.
Distribución de las franjas
La bandera está dividida en tres franjas horizontales. La franja superior, de color verde, ocupa la mitad del ancho total. La franja central, de color amarillo, abarca un cuarto del ancho, y la franja inferior, de color blanco, también ocupa un cuarto del total.
Simbolismo de los colores
El escudo del municipio de Madrid se presenta en forma de cuartelado, con divisiones heráldicas de estilo francés, conformado por cuatro campos iguales, cada uno con símbolos representativos de la historia y economía del municipio.
Las divisiones superiores del escudo están enmarcadas por los colores de la bandera de Colombia, simbolizando la identidad nacional. En contraste, las divisiones inferiores se destacan por la representación de la bandera de Cundinamarca, la cual adopta un azul más oscuro que el azul celeste tradicional de dicha bandera, en representación del departamento al que pertenece el municipio.
El escudo se encuentra flanqueado a ambos lados por cornucopias o cuernos de la abundancia, de los cuales emergen flores y frutos, representando la prosperidad y la fertilidad de la región. La parte superior del escudo está adornada con un águila de sable (negra), mostrada de frente con las alas desplegadas y el pico abierto, que simboliza la altivez, perspicacia y fortaleza. Esta ave sostiene con sus garras una cinta con los colores de la bandera de Madrid, y en ella se inscribe el nombre del municipio en letras de sable.
Finalmente, una cinta que rodea la parte inferior del escudo lleva el lema: Unidad - Progreso - Desarrollo, plasmado en letras negras sobre los colores de la bandera municipal, que refuerza los ideales de cohesión y crecimiento del municipio.
La Base Aérea Mayor Justino Mariño Cuesto (SKMA), conocida como la base aérea de Madrid, es una instalación militar colombiana adscrita al Comando Aéreo de Mantenimiento (CAMAN) de la Fuerza Aeroespacial Colombiana (FAC), considerada la más antigua del país.[32]
Fundada el 8 de noviembre de 1924 mediante el Decreto 1756 durante la presidencia de Pedro Nel Ospina y la dirección del ministro de Guerra Carlos Jaramillo, la base comenzó sus operaciones en la hacienda Serrezuela en Madrid (Cund). Respaldada por la asesoría de una misión de la Fuerza Aeroespacial Suiza desde sus inicios, experimentó un breve cierre temporal en 1928, pero reanudó actividades en 1929 con instructores colombianos.[32]
A lo largo de su historia, ha cambiado de denominación y ubicación, pasando de ser la Escuela de Pilotaje y Observación a la Base Escuela de Clases Técnicas en Cali, y luego la Base Arsenal en 1956, asumiendo responsabilidades logísticas y de guerra.[32]
En los setenta, lideró la modernización de aeronaves Silver Star T-33, expandiendo su experiencia a la Fuerza Aeroespacial Ecuatoriana. En 1990, modernizó aviones Mirage M-5, Kfir C-2 y Fantasma AC-47, y cinco años después inició la mejora de helicópteros UH-1H a la versión Huey II. En 2009, participó en el proyecto de diseño y fabricación de los aviones de entrenamiento T-90 Calima en colaboración con la Corporación de la Industria Aeronáutica Colombiana (CIAC).[32]
Tanto el himno como el escudo del municipio de Madrid fueron diseñados por integrantes de la Fuerza Aeroespacial Colombiana, lo cual subraya el significativo vínculo histórico y simbólico existente entre la comunidad local y esta rama de las fuerzas armadas nacionales.[33]
T-90 Calima
La construcción del T-90 Calima en Madrid marcó un avance en la industria aeronáutica colombiana. Desarrollado por CIAC en colaboración con Lancair International Inc. y Sud Air, este avión de entrenamiento básico, basado en el Lancair Legacy FG, fue diseñado para modernizar la Fuerza Aeroespacial Colombiana, reemplazando aeronaves como el Beechcraft T-34 Mentor y el Cessna T-41 Mescalero. Fabricado con materiales compuestos en el Comando Aéreo de Mantenimiento, su primer vuelo de prueba ocurrió en septiembre de 2009. Aunque fue un hito, el primer avión con Certificado de Tipo en Colombia fue el Gavilán G358, registrado en 1992 y producido por Aero Mercantil. Desde la década de 1970, la producción aeronáutica en el país había sido limitada tras el cierre de las plantas de Cessna y Piper en Guaymaral.[34][35]
Justino Mariño Cuesto, oriundo de Bojacá, fue una figura clave en los inicios de la aviación militar y civil en Colombia. Tras formarse en la Escuela Militar de Aviación en Flandes, Tolima, y recibir instrucción en vuelo y mantenimiento, perfeccionó sus habilidades como mecánico aeronáutico en Francia. Con la reactivación de la Escuela de Aviación Militar en Madrid, Cundinamarca, en 1924, se reincorporó como instructor civil, contribuyendo a la formación de nuevos aviadores.
Durante la guerra colombo-peruana, Justino Mariño Cuesto y su equipo demostraron el valor estratégico de la aviación en la defensa nacional, asegurando la operatividad de aeronaves esenciales para las operaciones militares. En 1934, con la reubicación de la Escuela de Pilotos en Cali y la creación de la Escuela de Radiotelegrafía y Mecánica de Aviación, Mariño fortaleció el cuerpo técnico aeronáutico. Su labor fue clave en la creación del primer curso de Oficiales Técnicos en 1951, consolidando la logística aérea en Colombia. Tras su retiro en 1945 con el grado de capitán, la Fuerza Aeroespacial Colombiana lo nombró Mayor Honorario y bautizó en su honor el Comando Aéreo de Mantenimiento.[36]
El Gobierno colombiano estableció la instrucción en pilotaje y mecánica aeronáutica mediante la contratación de la Misión Militar Francesa (1920-1922) y la Misión Militar Suiza (1924-1928). Durante estos años, se sentaron los fundamentos de las especialidades técnicas en la aviación militar colombiana, siendo suboficiales del Ejército y aprendices de mecánica los pioneros en estas disciplinas.
El 5 de julio de 1932, se creó la Escuela de Radiotelegrafía y Mecánica de Aviación, con sede en Madrid, bajo la dirección de los Jefes Técnicos Justino Mariño, Julio Parga y Antonio Rozo, asesorados por Adolph Rubín de la Misión Aérea Suiza. Esta escuela ofreció formación en aerodinámica, carpintería aeronáutica, mantenimiento y motores aéreos. En 1934, pasó a llamarse Escuela de Mecánicos de Aviación, y en 1947, Escuela de Clases Técnicas.[37]
En 1953, por disposición del Comando de la Fuerza Aeroespacial Colombiana, la Escuela se trasladó a Cali y asumió el nombre de Escuadrón Escuela de Aerotécnicos Militares. Desde entonces, ha sido una unidad educativa clave, brindando capacitación para el ascenso de suboficiales de la FAC. En 1971, tras el cierre del Instituto Militar Aeronáutico, la Escuela se convirtió en la principal institución de formación para los suboficiales de la FAC, recibiendo el nombre de CT. Andrés M. Díaz.
Reconocida por sus programas académicos homologados y su nivel educativo, la Escuela es la primera Institución Tecnológica de la Fuerza Aeroespacial en Colombia, otorgando títulos de Tecnólogos Aeronáuticos y siendo un modelo en Iberoamérica.[37]
Andrés María de la Trinidad Díaz Díaz nació el 9 de noviembre de 1901 en Gachetá, Cundinamarca. Su formación educativa inicial tuvo lugar en su localidad natal, donde cursó sus estudios primarios y secundarios. Posteriormente, ingresó a la Escuela Militar de Cadetes, donde completó su formación, obteniendo el grado de subteniente en diciembre de 1923, con el firme objetivo de convertirse en aviador militar.
Su carrera en la aviación comenzó a consolidarse tras alcanzar el grado de teniente y su ingreso a la Escuela Militar de Aviación en Madrid, Cundinamarca. En 1929, recibió el título de piloto militar, lo que lo posicionó como uno de los aviadores más destacados de la entonces emergente Fuerza Aeroespacial Colombiana (FAC). Entre sus logros más notables, se encuentra su participación en la Escuadrilla que llevó a cabo el vuelo conmemorativo a San Pedro Alejandrino en el marco del centenario de la muerte del Libertador Simón Bolívar. Asimismo, junto a los pioneros de la aviación colombiana, Camilo Daza y Gómez Niño, Díaz Díaz protagonizó el histórico vuelo entre Bogotá y Cúcuta, una hazaña que cimentó su reputación como uno de los principales pilotos de la época.
A lo largo de su carrera, ocupó cargos clave como Jefe de Pilotos en la base aérea de Palanquero y participó activamente en la Escuadrilla Aérea del Sur durante el conflicto colombo-peruano de 1932-1933. Estas responsabilidades lo consolidaron como un líder en la aviación militar colombiana, destacando su capacidad técnica y estratégica en un momento crucial para la defensa nacional.
Posteriormente, fue designado Comandante de la base aérea de Palanquero y, más tarde, asumió la jefatura del Departamento de Aviación Militar en el Ministerio de Guerra. Su legado en el desarrollo de la aviación militar en Colombia es incuestionable, marcando hitos importantes en la consolidación de la FAC como una fuerza fundamental en la defensa del país.
Trágicamente, la carrera de Andrés M. Díaz Díaz llegó a su fin el 14 de febrero de 1936, cuando perdió la vida durante unas maniobras de práctica en Palanquero, mientras pilotaba el avión HAWK n.º 807 en compañía de Germán Olano, quien comandaba otra aeronave del mismo tipo. Su muerte prematura fue una gran pérdida para la aviación militar colombiana.
Este epitafio honra la memoria del Teniente Andrés María de la Trinidad Díaz Díaz, cuyo servicio y sacrificio constituyen un pilar en la historia de la Fuerza Aeroespacial Colombiana. Su legado sigue vivo en la institución que ayudó a forjar y que continúa siendo un baluarte en la defensa de la soberanía nacional.[38]
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sin título (ayuda). Consultado el 26 de enero de 2025.