1 Reyes 1

Summary

1 Reyes 1 es el primer capítulo de los Libros de los Reyes de la Biblia hebrea o Primer Libro de los Reyes del Antiguo Testamento de la Biblia cristiana[1][2]​ El libro es una compilación de varios anales que registran los actos de los reyes de Israel y Judá por un compilador deuteronómico en el siglo VII a. C., con un suplemento añadido en el siglo VI a. C..[3]​ Este capítulo pertenece a la sección que se centra en el reinado de Salomón sobre el reino unificado de Judá e Israel (1 Reyes 1 a 11).[4]​ Este capítulo se enfoca en el reinado de David y Salomón, los reyes de Israel.[5]

Páginas que contienen los Libros de los Reyes (1 y 2 Reyes) Códice de Leningrado (1008 d.C.)

Texto

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Este capítulo fue escrito originalmente en lengua hebrea y desde el siglo XVI se divide en 53 Versículos.

Testigos textuales

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Algunos de los primeros manuscritos que contienen el texto de este capítulo en hebreo pertenecen a la tradición del Texto Masorético, que incluye el Códice de El Cairo (895), el Códice de Alepo (siglo X) y el Códice Leningradensis (1008).[6]​ Fragmentos que contienen partes de este capítulo en hebreo se encontraron entre los Rollos del Mar Muerto, es decir, 5Q2 (5QReyes; 150-50 a.C.) con los Versículos 1, 16-17, 27-37 existentes.[7][8][9]​.[10]

También existe una traducción al griego koiné conocida como Septuaginta, realizada en los últimos siglos a.C.. Los manuscritos antiguos existentes de la versión Septuaginta incluyen el Codex Vaticanus (B;  B; siglo IV) y el Codex Alexandrinus (A;  A; siglo V). [11][13]

Referencias del Antiguo Testamento

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  • 1 Reyes 1:32-40: 1 Crónicas 29:21-25[14]

Análisis

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Los dos primeros capítulos de los Libros de los Reyes describen la fase final de la historia de David y el comienzo de la de Salomón.[15]​ Sin embargo, 1 Reyes 1 es una narración nueva, no una continuación de 1-2 Samuel, ya que 1-2 Reyes también difieren notablemente de otra literatura antigua bíblica y extrabíblica.[16]​ Este capítulo en particular está fuertemente relacionado con 2 Samuel 11-12, porque sólo en estos capítulos (y no entre ellos) se menciona a Betsabé, Natán el profeta, y Salomón.[16]​ La narración aclara cómo Dios cumple su promesa de establecer el reino de David para siempre a través de su hijo (2 Samuel 7:12-13).[15]

La debilidad y vejez de David (1:1-4)

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«El rey David, Abisag y un siervo», miniatura de la Biblia del Monasterio de Santa María de Alcobaça, c. 1220s (Biblioteca Nacional de Portugal)

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La escena inicial de los Libros de los Reyes describe al rey David como un «hombre viejo e impotente, temblando de frío», una representación única de un rey muy respetado en la historiografía antigua. La hermosa y joven Abisag iba a acompañarle y más tarde desempeñó un papel sin decir ni una sola palabra (1 Reyes 2:17, 22).[5]​ La pérdida de la virilidad de David (implícita en el Versículo 4) sugirió a los oficiales de palacio que el envejecido David podría haber perdido también su capacidad para gobernar.[15]

Versículos 1-4

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1-El rey David era viejo y tenía muchos años, y por más ropa que le ponían no entraba en calor.
2-Por lo tanto, sus siervos le dijeron: «Que se busque una joven virgen para nuestro señor el rey, y que se ponga delante del rey, y que lo cuide; y que se acueste en su seno, para que nuestro señor el rey se caliente.»[17]
3-Buscaron, pues, una muchacha hermosa por todo el territorio de Israel. Encontraron a Abisag, la sunamita, y la llevaron al rey.
4-La muchacha era muy hermosa, cuidaba del rey y le servía. No obstante, el rey no la conoció.[18]
  • «Una mujer joven, virgen»: del hebreo: נערה בתולה na-‘ă-rāh ḇə-ṯū-lāh,[19]​ una expresión aposiciónal que es idiomática: 'el segundo término define específicamente el primer término más general'.[20]

Comentarios a los versículos 1-4

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David tendría alrededor de setenta años, y el uso de una joven virgen para darle calor era una medida terapéutica. El texto, al aclarar que David «no la conoció», señala la ausencia de nuevos herederos al trono y refleja su debilidad e incapacidad para ejercer como rey. La muchacha provenía de Sunem, una localidad cercana a Yizreel (Jos 19,18), sin relación con la sulamita mencionada en el Cantar de los Cantares, pese a la similitud de nombres. Algunos han interpretado a esta joven y su vínculo con David como una representación de la sabiduría que acompañaba al rey y de la virtud de la castidad.[21][22]

La lucha por la sucesión al trono de David (1:5-10)

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Versículos 5-10

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5-Adonías, hijo de Jaguit, se enaltecía diciendo: «Yo reinaré». Se procuró un carro, jinetes y cincuenta hombres que marchaban ante él.
6-Su padre nunca le había reprendido diciéndole: «¿Por qué obras así?». Además él era muy bien parecido y seguía en edad a Absalón. :7-Se puso de acuerdo con Joab, hijo de Seruyá, y con el sacerdote Abiatar, que apoyaban el partido de Adonías.
8-Sin embargo, el sacerdote Sadoc, Benaías, hijo de Yehoyadá, el profeta Natán, Semeí, Reí y los hombres fuertes que rodeaban a David no estaban a favor de Adonías.
9-Entonces Adonías hizo un sacrificio de ovejas, bueyes y animales cebados junto a la piedra de Zojélet, que está al lado de la fuente de Roguel, e invitó a todos sus hermanos, hijos del rey, y a todos los hombres de Judá que servían al rey.
10-Pero no invitó ni al profeta Natán, ni a Benaías, ni a los nobles, ni a su hermano Salomón[23]

Sintiendo que había llegado el momento de la sucesión de David. Adonías, que era el cuarto hijo de David pero que en aquel momento era aparentemente el hijo mayor superviviente tras la muerte de sus hermanos Amnón y Absalón (2 Samuel 14; 18; cf. 2 Samuel 3:2-5).[5][15]​ Aprovechó la oportunidad para anunciar sus ambiciones de ser rey, pero siguió el mismo camino que Absalón y también fracasó (cf. 2 Samuel 14:25-26; 15:1).[5][15]​. Adonías pareció tomar el silencio paternal de David como una «aprobación implícita» y recabó el apoyo de las personalidades y clases dirigentes de la tierra de Judá, en particular Joab, el comandante del ejército (cf. 2 Samuel 20:23; 24:1-9 y Abiatar, uno de los sumos sacerdotes y antiguo compañero de David (cf. 1 Samuel 22:20-23; 2 Samuel 15:24-29), junto con funcionarios de la corte de Judea y otros miembros de la familia real. Por otra parte, Salomón era el décimo en la línea de los hijos de David (cf. 2 Samuel 3:2-5; 5:14-16), pero con la aprobación explícita de David, recibió el apoyo de 'pesos pesados políticos y militares de la ciudad de Jerusalén', en particular: 'el general mercenario' Benaía, con sus tropas de élite (2 Samuel 20:23; 2 Samuel 23:8-39), el otro sumo sacerdote, Sadoc (2 Samuel 15:24-29) y el profeta Natán (2 Samuel 7; 12). La situación era tan tensa como durante el esfuerzo de Absalón (2 Samuel 13:23-29; 15:7-12), porque Adonías invitó a miembros de sus partidarios a una gran fiesta en «un pozo», probablemente en el valle del Cedrón.[5]

Otros comentarios a los versículos 5-10

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La forma de sucesión del rey aún no estaba definida. Tanto Saúl como David habían sido elegidos directamente por Dios, y aunque David había prometido a Betsabé que Salomón ocuparía el trono (v. 13), Adonías, como el hijo mayor sobreviviente, se consideraba con derecho a sucederlo. Sin embargo, su actitud es apresurada y marcada por la soberbia. Finalmente, será Dios quien determine quién reinará. La fuente de Roguel (En-Roguel), mencionada en este contexto, se localiza al sur de Jerusalén, en la confluencia del valle de Hinom y el torrente Cedrón.[24]

La decisión de David a favor de Salomón (1:11-37)

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El narrador informa de lo que había sucedido «dentro de los confines de los muros del palacio»: Natán habló con Betsabé (la madre de Salomón, cf. 2 Samuel 11-12), Betsabé habló con David, David con Natán, David con Betsabé, y finalmente David dio la orden firme a Sadoc, Natán y Benaías de que «Salomón fuera ungido rey». David decidió abdicar para dar paso a Salomón.[5]

Comentarios a los versículos 11-37

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El protagonismo de Natán en el relato señala el cumplimiento del oráculo que él mismo había pronunciado. El texto subraya que los acontecimientos no se desarrollan conforme a los planes humanos, sino según la voluntad divina, contando Dios con la cooperación de los hombres. La participación de Betsabé, madre de Salomón, es fundamental: primero, al obtener de David la promesa bajo juramento de que su hijo reinaría (v. 13); y segundo, al seguir con prontitud las instrucciones del profeta Natán. La intervención de Betsabé guarda similitudes con las acciones de Sara, esposa de Abrahán (Gn 18,9-14), y Rebeca, esposa de Isaac (Gn 27,1-36). Estas mujeres, colaborando en los planes de Dios y conduciendo la historia por caminos inesperados, anticipan y aclaran la colaboración de la Virgen María, quien, por designio divino, dio a luz al Mesías, el hijo de David, superando las leyes naturales de la generación humana.[25]

El ascenso de Salomón al poder (1:38-53)

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Maqueta de Tierra Santa de Jerusalén de la Ciudad de David en el Museo de Israel

La unción de Salomón tiene lugar en la fuente del Gihón, justo al este y debajo de los terrenos del palacio (en la ciudad de David), custodiado por la 'poderosa y fácilmente disponible tropa mercenaria' de David, los «quereteos y peleteos» (cf. 2 Samuel 15:18).[5][26]​ El óleo sagrado es traído de la tienda donde estaba el arca de la alianza (2 Samuel 6:17), lo que significa la «consagración de un rey y su autorización para gobernar».[5][15]​ Los testigos vitorearon ruidosamente en señal de celebración y el ruido infundió miedo a los participantes de la fiesta de Adonías. Jonatán ben Abiatar (cf. 2 Samuel 17:17-21) informó a Adonías de la impactante noticia de la unción de Salomón. Adonías huyó al altar situado junto a la tienda que albergaba el arca de la Alianza, creyendo que su santidad le ofrecería la amnistía (cf. Éxodo 21:13-14). Salomón pareció asegurarle a Adonías el perdón, aunque sólo a prueba.[5]

Comentarios a los versículos 32-40

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Con la designación de Salomón como sucesor al trono, la monarquía comienza a establecerse como hereditaria, cumpliendo la profecía de Natán (2 S 7,14). David instituye los ritos de sucesión, propios de la tradición de la época, destacando la unción con aceite santo procedente de la «Tienda de la Reunión» (v. 39) y el acto de sentarse en el trono real. Así, el rey es constituido por la acción de Dios a través de la unción, aunque el «derecho» se afiance por sucesión.

De manera similar, Jesucristo, el Hijo de David, fue ungido no con aceite, sino con el Espíritu Santo. Aunque ya poseía al Espíritu en plenitud, este «posarse» sobre Él reveló su consagración mesiánica en el tiempo.[27]​ Además, Jesús no fue entronizado en un trono terrenal, sino en el cielo, a la derecha del Padre tras su resurrección, cumpliendo las palabras del Salmo 2: «Tú eres mi Hijo, yo mismo te he engendrado»[28]

Comentarios a los versículos 41-50

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Por tercera vez se narra cómo Salomón subió al trono (1,34.39), subrayando la trascendencia del evento. A la unción en Gihón y la aclamación popular se suma ahora la reacción en la corte: la aceptación de Salomón como rey y el agradecimiento litúrgico de David a Dios. El anciano monarca contempla el cumplimiento de la promesa divina hecha a través de Natán (2 S 7,14). Un sentimiento similar, aunque en un contexto diferente, inspirará al anciano Simeón, quien dará gracias a Dios por permitirle ver al «Rey Mesías, el Salvador e Hijo de David», antes de morir (Lc 2,29-30).[29]

Generosidad de Slomón. Versículos 51-53

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51-Le comunicaron a Salomón: —Mira, Adonías, como tenía miedo del rey Salomón, se ha agarrado a los cuernos del altar y ha dicho: «Que hoy me jure el rey Salomón que no hará morir a espada a su siervo».
52-Salomón respondió: —Si es un hombre de bien, no caerá a tierra ni uno de sus cabellos; pero si se encuentra maldad en él, morirá.
53-El rey Salomón envió gente para que lo bajaran del altar. Vino Adonías, se postró ante el rey Salomón, y éste le dijo: —Vete a tu casa.[30]

Comentarios a los versículos 51-53

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Adonías reacciona proyectando en Salomón la conducta que él mismo habría tenido (1,12) y busca refugio en el altar, donde estaba prohibido matar a una persona (Ex 21,13-14). Los «cuernos» del altar, estructuras elevadas en sus esquinas, se untaban con la sangre de los sacrificios (Ex 29,12, entre otros). Aferrarse a estos cuernos simbolizaba acogerse a la protección divina, un acto que buscaba salvaguardar la vida frente a posibles represalias.[31]

Véase también

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  • Partes de la Biblia relacionadas: Éxodo 21, 2 Samuel 7, 2 Samuel 11, 2 Samuel 12, 2 Samuel 14, 2 Samuel 17, 2 Samuel 18, 1 Crónicas 3, 1 Crónicas 29

Referencias

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  1. Halley, 1965, p. 189.
  2. Collins, 2014, p. 288.
  3. McKane, 1993, p. 324.
  4. Dietrich, 2007, p. 234.
  5. a b c d e f g h i Dietrich, 2007, p. 235.
  6. Würthwein, 1995, pp. 35-37.
  7. Ulrich, 2010, p. 323.
  8. com/dead-sea-scrolls/general-info/#1_kings Rollos del Mar Muerto - 1 Reyes
  9. Fitzmyer, 2008, p. 105.
  10. 5Q2 en la Biblioteca Digital de los Rollos del Mar Muerto Leon Levy
  11. Würthwein, 1995, pp. 73-74.
  12.   El contenido de este artículo incorpora texto de la Enciclopedia Católica (1913), que se encuentra en el dominio público.
  13. El libro completo de 1 Reyes no se encuentra en el Codex Sinaiticus existente.[12]
  14. 1 Reyes 1, Berean Study Bible
  15. a b c d e f Coogan, 2007, p. 489 Biblia hebrea.
  16. a b Leithart, 2006, p. 29.
  17. 1 Reyes 1:2: New King James Version
  18. Facultad de Teología. Sagrada Biblia: Universidad de Navarra (p. 841). EUNSA Ediciones Universidad de Navarra.
  19. 1 Reyes 1:2 análisis del texto hebreo. Biblehub.
  20. Nota [b] sobre 1 Reyes 1:2 en Nueva Traducción al Inglés
  21. Jerónimo; Epistulae 52,3) y Quodvultdeus (De promissionibus 2,27)
  22. Facultad de Teología. Comentarios a la Sagrada Biblia: Universidad de Navarra (p. 5814). EUNSA Ediciones Universidad de Navarra.
  23. Facultad de Teología. Sagrada Biblia: Universidad de Navarra (pp. 841-842). EUNSA Ediciones Universidad de Navarra.
  24. Facultad de Teología. Comentarios a la Sagrada Biblia: Universidad de Navarra (p. 5815). EUNSA Ediciones Universidad de Navarra
  25. Facultad de Teología. Comentarios a la Sagrada Biblia: Universidad de Navarra (p. 5816). EUNSA Ediciones Universidad de Navarra
  26. Coogan, 2007, p. 489 Biblia Hebrea.
  27. Catecismo de la Iglesia Católica, n. 438
  28. Facultad de Teología. Comentarios a la Sagrada Biblia: Universidad de Navarra (p. 5817). EUNSA Ediciones Universidad de Navarra
  29. Facultad de Teología. Comentarios a los Sagrada Biblia: Universidad de Navarra (p. 5818). EUNSA Ediciones Universidad de Navarra
  30. Facultad de Teología. Sagrada Biblia: Universidad de Navarra (pp. 845-846). EUNSA Ediciones Universidad de Navarra.
  31. Facultad de Teología. Comentarios a la Sagrada Biblia: Universidad de Navarra (p. 5819). EUNSA Ediciones Universidad de Navarra.

Bibliografía

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  • Collins, John J. (2014). «Chapter 14: 1 Kings 12 – 2 Kings 25». Introduction to the Hebrew Scriptures. Fortress Press. pp. 277-296. ISBN 9781451469233. 
  • Coogan, Michael David (2007). Coogan, Michael David; Brettler, Marc Zvi; Newsom, Carol Ann et al., eds. The New Oxford Annotated Bible with the Apocryphal/Deuterocanonical Books: New Revised Standard Version, Issue 48 (Augmented 3rd edición). Oxford University Press. ISBN 9780195288810. 
  • Dietrich, Walter (2007). «13. 1 and 2 Kings». En Barton, John; Muddiman, John, eds. The Oxford Bible Commentary (first (paperback) edición). Oxford University Press. pp. 232-266. ISBN 978-0199277186. Consultado el February 6, 2019. 
  • Fitzmyer, Joseph A. (2008). A Guide to the Dead Sea Scrolls and Related Literature. Grand Rapids, MI: William B. Eerdmans Publishing Company. ISBN 9780802862419. 
  • Halley, Henry H. (1965). Halley's Bible Handbook: an abbreviated Bible commentary (24th (revised) edición). Zondervan Publishing House. ISBN 0-310-25720-4. 
  • Hayes, Christine (2015). Introduction to the Bible. Yale University Press. ISBN 978-0300188271. 
  • Leithart, Peter J. (2006). 1 & 2 Kings. Brazos Theological Commentary on the Bible. Brazos Press. ISBN 978-1587431258. 
  • McKane, William (1993). «Kings, Book of». En Metzger, Bruce M; Coogan, Michael D, eds. The Oxford Companion to the Bible. Oxford University Press. pp. 409–413. ISBN 978-0195046458. 
  • Metzger, Bruce M; Coogan, Michael D, eds. (1993). The Oxford Companion to the Bible. Oxford University Press. ISBN 978-0195046458. 
  • Ulrich, Eugene, ed. (2010). The Biblical Qumran Scrolls: Transcriptions and Textual Variants. Brill. 
  • Würthwein, Ernst (1995). The Text of the Old Testament. Grand Rapids, MI: Wm. B. Eerdmans. ISBN 0-8028-0788-7. Consultado el January 26, 2019. 

Enlaces externos

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  • Traducciones del Judaísmo :
    • Melachim I - I Reyes - Capítulo 1 (Judaica Press). Texto hebreo y traducción al inglés [con el comentario de Rashi] en Chabad.org
  • Traducciones delCristianismo:
    • Online Bible en GospelHall.org (ESV, KJV, Darby, American Standard Version, Bible in Basic English)
    • 1 Reyes capítulo 1. Portal de la Biblia
  •   Datos: Q12470153