El ajuste laboral anunciado por la marmolera Levantina que afectará a 274 trabajadores entre personal de las cinco plantas de Novelda y el de la cantera de Monte Coto, además del cierre de la factoría 1, ha vuelto a generar gran incertidumbre entre los empleados del gigante del sector de la piedra natural en Novelda, que suma una plantilla de más de 540 operarios en la zona. Les ha retrotraído a hace, aproximadamente, una década, cuando ya sufrieron el primero de los dos anteriores Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) . «Cuando esta semana anunciaron otra reestructuración, pensé: estamos en un bucle.
Volvemos a vivir lo que pasamos hace diez años. Y poco ha cambiado desde entonces», lamentaba Jesús, de 42 años y que lleva 22 trabajando en el grupo. Porque él, al igual que muchos compañeros, ya sufrieron aquel ajuste. «Recuerdo a compañeros que salieron con 48 años y hoy tienen 58, y continúan sin encontrar un empleo», añadía Jesús.
La empresa sólo ha comunicado la cifra global de afectados y los sindicatos van a intentar reducir el impacto del ERE. Algunos de los consultados son delegados sindicales, otros no. Pero la inquietud es generalizada y va más allá de la situación personal según se puede ver en esta web de marmol. Piensan en el difícil futuro laboral que tendrían muchos, «porque les coge con una edad muy mala, con más de 50 años, para reincorporarse al mercado laboral. Y más aquí, dada la crisis del sector. Además, la industria de las especias no puede absorber el desempleo que se genere con este ERE», apostillaba Pedro, de 54 años y que lleva trabajando en Levantina 24 años. Pero, también, miran con preocupación el impacto que estas medidas van a tener en Novelda y en el Medio Vinalopó, en el comercio de la zona. Algunos de ellos, recorrían ayer las ruinas de lo que era una factoría que hace años que está cerrada. El edificio hecho escombros y con bloques de mármol abandonados, como los restos de un naufragio.
El único ingreso familiar
Antonio tiene 51 años y hace unos meses ha tenido un bebé. «Mi mujer me dice que, hasta que no se sepa el alcance real de la medida, no piense en ello, pero, cuando llego a casa, no me puedo quitar el tema de la cabeza», señalaba. Otros compañeros, incluso, «llevan días sin dormir», apuntaba José. Otra de las grandes inquietudes de los trabajadores es el futuro económico. «El último ajuste laboral ya supuso un importante recorte de salario. Ahora, se está con un sueldo de convenio de entre 1.100 o y hasta 1.300 euros al mes, dependiendo de los complementos», señalaba el sindicalista de CC OO Miguel Ángel Mira. «Y si uno se va al paro, la cuantía se reduce a la mitad a los seis meses. En la mayoría de los casos, es el único ingreso que entra en la familia», advertía Miguel Ángel, de 39 años y 20 trabajando en Levantina. Tiene dos hijos adolescentes y su mujer está empleada a media jornada.
«Para todos, lo peor es que no se sabe cuál será el futuro laboral», incidía. Admiten que con la crisis del sector es difícil incorporarse a otra empresa. Se verían abocados a salir fuera de Novelda. «Y eso supone costes, al tenerse que trasladar toda la familia, teniendo en cuenta, además, de que nosotros solo sabemos hacer esto. Nos hemos criado, como quien dice, en Levantina. Nuestros padres ya trabajaban aquí. Tendríamos que reinventarnos», subrayaba Pablo, quien, como para muchos empleados, la situación por la que atraviesa la multinacional no la ve sólo como la de una empresa más, «sino que pienso que es el pulmón de la zona y los ajustes van a impactar mucho en la ciudad».
Urgen acciones a los alcaldes
Rafael tiene 44 años y tres hijos. Aunque su mujer trabaja, piensa que en la actual coyuntura, la preocupación de todos es «si los que, al final, sean despedidos podrán llegar a fin de mes con los salarios actuales y lo que queda de paro». Pablo es más joven y tiene pronto una despedida de soltero. No sabe si podrá ir «porque, aunque no sé si me afectará, hay que ir apretándose el cinturón. No se sabe si esto va a ser un nuevo parche». Por otra parte, los sindicatos CC OO y CTA valoraban el frente común de los alcaldes de la zona para combatir la crisis del mármol. «Pero se tienen que dar prisa, el ERE se negocia en un mes. Es mejor que actúen hoy, porque mañana puede ser tarde», advertían.