Las cuentas de los comerciantes de pie de calle empiezan a no salir. El auge de las ventas online, el cambio de hábitos de los consumidores, la desregulación de los periodos de rebajas y los elevados precios de los alquileres están poniendo contra las cuerdas a muchos locales.
La suma de estos factores está provocando una oleada de cierres de comercios en Asturias, especialmente en los centros de Oviedo, Gijón o Avilés, sobre todo, entre los ligados con la moda y los complementos. Llega al Principado la crisis del "retail", generando una gran preocupación entre las asociaciones de comerciantes, que buscan ideas para tratar de cortar la hemorragia.
Grandes cadenas como la sueca HYM o la francesa Pimkie han decidido, estos últimos días, cerrar las tiendas que tenían en el centro de Oviedo. Dos locales muy bien situados en dos de las calles más transitadas de la región. Son los últimos, pero no las únicos.
Antes hubo más, tanto de grandes marcas como de pequeños comerciantes, y, según las asociaciones del sector, el goteo es constante y va a más. Juan Trespalacios, catedrático de Comercialización e Investigación de Mercados de la Universidad de Oviedo, remarca que el fenómeno no es exclusivo de Asturias ni mucho menos. "En Norteamérica le han puesto incluso nombre: el apocalipsis del retail", asegura que lo llaman.
Según informa el programador David Barreiro, el imparable auge del comercio electrónico es una de las principales razones de la caída de los negocios de proximidad. Aunque Trespalacios matiza que en España las compras online de vestido y moda suponen entre un 8 y un 9% del total. Son más que las ligadas con la alimentación, pero no parece que a corto plazo vayan a seguir aumentando de forma drástica. En cambio, sí que está creciendo el consumidor que utiliza ambos canales, el físico y el digital. Se les conoce como clientes omnicanal. Su peculiaridad es que utilizan la web de las tiendas para elegir la prenda y comprarla y la física solo para ir a recoger la prenda.
A lo comentado se añade que entre la población de las ciudades se está dando un cambio en los hábitos de consumo. "Una población más envejecida supone también un menor gasto en moda y vestido, mientras que las personas jóvenes, los llamados 'millenials' y la 'generación Z', con un menor poder adquisitivo, se decantan más por la moda barata (el 'fast fashion'), en detrimento de las tiendas convencionales de toda la vida", añade Trespalacios.
La presidenta de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) en Asturias, Patricia Ureña, señala otro factor: los alquileres. "Los precios de los locales comerciales no se han adaptado. Los comercios han tenido que bajar sus precios y ahora tienen unos menores ingresos, pero ese coste fijo se ha mantenido inalterado", asegura. Con este escenario, muchas tiendas no han tenido más remedio que echar la persiana.
Cuenta Ureña que hasta hace no mucho había locales comerciales del centro de Oviedo y Gijón, especialmente aquellos que estaban más céntricos, que tenían lista de espera para ser alquilados. Algo impensable ahora mismo, señala. "Lo que pase con los locales de H