El Cullinan es el diamante en bruto con calidad gema más grande jamás encontrado,[2] con un peso de 3106 quilates (621,2 g).[3][4] Fue descubierto el 26 de enero de 1905 en la mina Premier Nº 2, situada junto a la localidad de Cullinan en Sudáfrica. Recibió su nombre en honor a Thomas Cullinan, el propietario de la mina. En abril de 1905, se puso a la venta en Londres, pero a pesar del considerable interés que suscitaba, permaneció sin venderse durante dos años. En 1907, el gobierno de la Colonia de Transvaal compró el Cullinan; y su primer ministro, Louis Botha, se lo regaló al rey Eduardo VII de Inglaterra. Posteriormente fue cortado por Joseph Asscher & Co. en Ámsterdam.
Diamante Cullinan | ||
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![]() El diamante en bruto | ||
Peso | 3106 quilates (621,2 g) | |
Color | Prácticamente incoloro[1] | |
Corte | 105 gemas de varios tallados | |
País de origen | Sudáfrica | |
Mina de origen | Mina Premier | |
Cortado por | Joseph Asscher & Co. | |
Propietario original | Premier Diamond Mining Company | |
Propietario | El rey Carlos III de Inglaterra, en nombre de la Commonwealth | |
El Cullinan produjo piedras de diversos cortes y tamaños, la más grande de las cuales se llama Cullinan I, y a la que Eduardo VII bautizó como la Gran Estrella de África. Con un peso de 530,4 quilates (106,08 g), es el diamante limpio tallado más grande del mundo. La piedra está engastada en la parte superior del cetro del soberano. El segundo diamante más grande es el Cullinan II o la Segunda Estrella de África, con un peso de 317,4 quilates (63,5 g), que forma parte de la corona imperial del Estado. Ambos pertenecen a las Joyas de la Corona británica. Otros siete diamantes importantes obtenidos del Cullinan, con un peso total de 208,29 quilates (41,66 g), eran propiedad privada de la reina Isabel II de Inglaterra, quien los heredó en 1953 de su abuela, la reina María de Teck. Isabel II también poseía un diamante menor, una serie de brillantes más pequeños, y un conjunto de fragmentos sin pulir.
Se estima que el Cullinan se formó en la zona de transición del manto terrestre, a una profundidad de entre 410 y 660 km, y alcanzó la superficie hace 1180 millones de años.[5] Fue encontrado a 5,5 m bajo la superficie en la mina Premier, en Cullinan, Colonia de Transvaal, por Frederick Wells, gerente de superficie de la mina, el 26 de enero de 1905. Tenía aproximadamente 10,1 cm de largo, 6,35 cm de ancho y 5,9 cm de fondo, y pesaba 3106 quilates (621,2 g).[6] Los periódicos lo llamaron el "Diamante Cullinan", en referencia a Sir Thomas Cullinan, quien abrió la mina en 1902.[7] Era tres veces más grande que el diamante Excelsior, hallado en 1893 en la mina de Jagersfontein, que pesaba 972 quilates (194,4 g). Cuatro de sus ocho superficies eran lisas, lo que indica que alguna vez formó parte de una piedra mucho más grande, fragmentada por fuerzas naturales. Tenía un tono blanco azulado y contenía una pequeña bolsa de aire que, iluminada en ciertos ángulos, producía un arcoíris (efecto óptico conocido como anillos de Newton).[8]
Poco después de su descubrimiento, el Cullinan se exhibió públicamente en el Standard Bank de Johannesburgo, donde fue visto por unos 8000 o 9000 visitantes. En abril de 1905, la gema en bruto fue depositada en la sede de la empresa gestora de las ventas de la Premier Mining Co. en Londres, la compañía S. Neumann & Co.[9] Debido a su inmenso valor, se propagó el rumor de que la piedra viajaría hasta Inglaterra en el buque RMS Kenilworth Castle, custodiada por un grupo de detectives. Se depositó ceremoniosamente un paquete en la caja fuerte del capitán, que sería vigilada durante todo el viaje. Era una táctica de distracción, ya que la piedra transportada en ese barco era falsa, con la intención de atraer a aquellos que pudieran intentar robarla. El Cullinan fue enviado al Reino Unido en una caja sencilla por correo certificado.[10] Al llegar a Londres, el diamante fue trasladado al Palacio de Buckingham para su inspección por el rey Eduardo VII. Aunque despertó un interés considerable entre los compradores potenciales, el diamante permaneció sin venderse durante dos años.[6]
El primer ministro de Transvaal, Louis Botha, sugirió comprar el diamante para Eduardo VII como "muestra de la lealtad y el apego del pueblo de Transvaal al trono y a la persona de Su Majestad".[11] En agosto de 1907, el Consejo Legislativo[12] votó sobre el destino del Cullinan, y una moción que autorizaba la compra fue aprobada por 42 votos a favor y 19 en contra. Inicialmente, Henry Campbell-Bannerman, entonces primer ministro británico, aconsejó al rey que rechazara la oferta, pero posteriormente decidió dejar que Eduardo VII decidiera si aceptaba o no el regalo.[13] Finalmente, Winston Churchill, entonces subsecretario colonial, lo convenció de que lo aceptara. Como recompensa, Churchill recibió una réplica, con la que disfrutaba presumiendo ante sus invitados cuando se la mostraba sobre una bandeja de plata.[14] El gobierno de la Colonia de Transvaal compró el diamante el 17 de octubre de 1907 por 150.000 libras esterlinas,[15] que, ajustadas a la inflación, equivalen a unos 17 millones de libras en 2021. Debido a un impuesto del 60% sobre las ganancias mineras, el Tesoro recuperó parte del dinero pagado a la Premier Diamond Mining Company.[16]
El diamante fue entregado al rey en Sandringham House por el Agente General de la colonia, sir Richard Solomon, el 9 de noviembre de 1907, día de su 66 cumpleaños, en presencia de un numeroso grupo de invitados, entre los que figuraban la reina de Suecia, la reina de España, los duques de Westminster y Lord Revelstoke.[17] El rey solicitó a su secretario colonial, Lord Elgin, que anunciara que aceptaba el obsequio «para mí y mis sucesores» y que se aseguraría de que «este magnífico y único diamante se conservara y se mantuviera entre las joyas históricas que forman parte del patrimonio de la Corona».[14]
El rey eligió a la firma Joseph Asscher & Co. de Ámsterdam para dividir y pulir la piedra en bruto en gemas de diversos cortes y tamaños. Abraham Asscher recogió el diamante en la Colonial Office de Londres el 23 de enero de 1908.[18] Regresó a los Países Bajos en tren y ferry con el diamante en el bolsillo de su abrigo.[15] Mientras tanto, con gran pompa, un barco de la Marina Real británica transportaba una caja vacía a través del Mar del Norte, despistando de nuevo a posibles ladrones. Ni siquiera el capitán sabía que su "preciosa" carga era un señuelo.[19]
El 10 de febrero de 1908, Joseph Asscher partió la piedra por la mitad en su taller de corte de diamantes de Ámsterdam.[20] En aquel entonces, la tecnología aún no había evolucionado lo suficiente como para garantizar la calidad del corte con los estándares modernos, y dividir el diamante era un trabajo difícil y arriesgado. Tras semanas de planificación, se realizó una incisión de 0,5 pulgadas (12,7 mm) de profundidad para que Asscher pudiera hender el diamante de un solo golpe. Realizar la incisión solo le llevó cuatro días, pero en el primer intento de dividir la piedra se rompió la cuchilla de acero utilizada.[6] Se colocó una segunda cuchilla en la ranura, con la que por fin se partió limpiamente la piedra en dos, según uno de los cuatro planos de clivaje posibles.[21] En total, dividir y tallar el diamante llevó ocho meses, con tres personas trabajando 14 horas diarias para completar la tarea.[6]
"Se cuenta la historia de Joseph Asscher, el mayor hendedor de la época", escribió Matthew Hart en su libro Diamond: A Journey to the Heart of an Obsession (2002), "que cuando se disponía a hender el diamante más grande jamás conocido, tenía un médico y una enfermera a su lado, y cuando finalmente golpeó el diamante, se desmayó".[22] Lord Ian Balfour, en su libro «Famous Diamonds» (2009), desmiente la historia del desmayo, sugiriendo que era más probable que Joseph lo hubiera celebrado abriendo una botella de champán.[18] Cuando Louis, el sobrino de Joseph, escuchó la historia, exclamó: «Ningún Asscher se desmayaría jamás por una operación en un diamante».[23]
El Cullinan produjo 9 piedras principales que suman 1055,89 quilates (211,2 g) en total,[24] más 96 brillantes menores y algunos fragmentos sin pulir que pesan 19,5 quilates (3,9 g).[25] Todas las piedras, excepto las dos más grandes (Cullinan I y II), permanecieron en Ámsterdam por acuerdo como tarifa por los servicios de Asscher,[25] hasta que el gobierno sudafricano las compró (excepto el Cullinan VI, que Eduardo VII había comprado y regalado a su esposa la reina Alejandra en 1907), y el Alto Comisionado para África Austral se las presentó a la reina María de Teck el 28 de junio de 1910.[14] María también heredó el Cullinan VI de Alejandra, y dejó todos sus diamantes Cullinan a su nieta Isabel II en 1953.[26] Los Cullinan I y II son parte de las Joyas de la Corona,[2] que pertenecen al monarca por derecho de la Corona.[27]
Asscher vendió las piedras menores al gobierno sudafricano, que las distribuyó a la reina María; a Louis Botha, entonces primer ministro de Sudáfrica; a los comerciantes de diamantes Arthur y Alexander Levy, quienes supervisaron la talla de Cullinan;[28] y a Jacob Romijn (posteriormente Romyn), cofundador del primer sindicato de la industria del diamante.[29] Algunos diamantes fueron engastados por María en una larga cadena de platino, que Isabel nunca lució en público, alegando que "se mete en la sopa".[30] En la década de 1960, dos diamantes Cullinan menores, propiedad de los herederos de Louis Botha, fueron analizados en el laboratorio De Beers de Johannesburgo y se descubrió que estaban completamente libres de nitrógeno o de cualquier otra impureza.[31] Los Cullinan I y II fueron examinados en la década de 1980 por los gemólogos de la Torre de Londres y ambos fueron clasificados como incoloros del Tipo IIa.[32]
El Cullinan I, también conocido como la Gran Estrella de África, es un brillante con talla pendeloque con un peso de 530,2 quilates (106 g) y 74 facetas.[33] Está engastado en la parte superior del cetro del soberano, fabricado en 1661, que tuvo que ser rediseñado en 1910 para acomodarlo. El Cullinan I fue superado como el diamante tallado más grande del mundo en 1992 por el Jubileo de Oro un diamante marrón de 545,67 quilates (109,1 g),[34] pero sigue siendo el diamante tallado incoloro más grande del mundo.[35] En términos de claridad, tiene algunas pequeñas hendiduras y una pequeña mancha de granulado. El diamante, de 5,89x4,54×2,77 cm, está equipado con presillas y puede sacarse de su engaste para usarse como colgante suspendido del Cullinan II para formar un broche.[36] La reina María, esposa de Jorge V, solía llevarla así.[37] En 1908, la piedra se valoró en 2,5 millones de dólares estadounidenses (equivalentes a 85 millones de dólares estadounidenses en 2023), dos veces y media el valor aproximado actualmente estimado para el Cullinan.[38]
El Cullinan II, o la Segunda Estrella de África, es un brillante de talla cojín con 66 facetas y un peso de 317,4 quilates (63,5 g), engastado en la parte frontal de la Corona imperial del Estado,[33] debajo del rubí del Príncipe Negro (una gran espinela roja).[39] Mide 4,54×4,08×2,42 cm. El diamante presenta varias imperfecciones menores, arañazos en la faceta de la tabla y una pequeña mella en el filetín. Al igual que el Cullinan I, se sujeta mediante una carcasa de oro amarillo atornillada a la corona.[36]
El Cullinan III, o Estrella Menor de África, tiene corte de pera y pesa 94,4 quilates (18,9 g).[33] En 1911, la reina María, esposa y reina consorte del rey Jorge V, lo engastó en la parte superior de una cruz patada de la corona que compró personalmente para su coronación.[40] En 1912, la tiara usada el año anterior por María en lugar de una corona en el Delhi Durbar (ceremonia de recepción real), donde su esposo usó la Corona Imperial de la India, también fue adaptada para llevar los diamantes Cullinan III y IV.[41] Isabel II usó frecuentemente el Cullinan III en combinación con el Cullinan IV como broche. En total, el broche mide 6,5 cm de largo y 2,4 cm de ancho.[42] El Cullinan III también se ha usado como colgante en la collar de la Coronación, donde ocasionalmente reemplazó al diamante Lahore de 22,4 quilates (4,5 g).[43][44]
El Cullinan IV, también conocido como la Estrella Menor de África, tiene corte cuadrado y pesa 63,6 quilates (12,7 g).[33] En 1911, se engastó por primera vez en la base de la corona de la reina María. En 1914, tanto el III como el IV fueron reemplazados por réplicas de cristal, hasta 2023, cuando los diamantes se volvieron a engastar en la corona para su uso por la reina Camila. El 25 de marzo de 1958, durante una visita de estado con Felipe de Edimburgo a los Países Bajos, la reina Isabel II reveló que los Cullinan III y IV son conocidos en su familia como los "Granny's Chips" (las "patatatas fritas de la abuela). Visitaron la Asscher Diamond Company, donde el Cullinan había sido tallado 50 años antes. Era la primera vez que la reina lucía el broche en público. Durante su visita, se lo dejó a Louis Asscher, sobrino de Joseph Asscher, quien había dividido la piedra en bruto. A sus 84 años, se sintió profundamente conmovido por el detalle de la reina de lucir los diamantes, consciente de lo mucho que significaría para el tallador de diamantes volver a verlos después de tantos años.[45]
El Cullinan V es un diamante en forma de corazón de 18,8 quilates (3,8 g), engastado en el centro de un broche de platino. Formó parte del peto diseñado para que la reina María lo luciera en el Durbar de Delhi en 1911. El broche fue diseñado para lucir el Cullinan V y presenta un borde tachonado con diamantes más pequeños. Puede colgarse del broche del Cullinan VIII y unirse al del Cullinan VII. María solía usarlo así.[43] En mayo de 2023, el broche se colocó en la parte frontal de la corona cruzada de la Reina María para la coronación de la reina Camila en lugar del tradicional y controvertido Koh-i-Noor.[46]
El Cullinan VI tiene talla marquesa y pesa 11,5 quilates (2,3 g).[33] Cuelga del broche que contiene el Cullinan VIII y forma parte del peto del parure del Delhi Durbar. El Cullinan VI, junto con el VIII, también pueden ensamblarse para formar otro broche, rodeado de unos 96 diamantes más pequeños. El diseño se creó aproximadamente al mismo tiempo que el broche del Cullinan V en forma de corazón, ambos con una forma similar.[47]
El Cullinan VII también tiene talla marquesa y pesa 8,8 quilates (1,8 g).[33] Originalmente, Eduardo VII se lo regaló a su esposa y consorte, la reina Alejandra. Tras su muerte, ella entregó la joya a la reina María, quien la engastó como colgante del collar de diamantes y esmeraldas del Delhi Durbar, como parte del aderezo.[48]
El Cullinan VIII es un diamante de talla oblonga con un peso de 6,8 quilates (1,4 g).[33] Está engastado en el centro de un broche que forma parte del peto del parure del Durbar de Delhi. Junto con el Cullinan VI forma un broche.[47]
El Cullinan IX es el más pequeño de los diamantes principales que se obtuvieron del Cullinan en bruto. Es una piedra de talla pendeloque (talla pera escalonada), con un peso de 4,39 quilates (0,9 g) y está engastado en un anillo de platino conocido como el Anillo Cullinan IX.[49]