El pie de atleta o tinea pedis es una infección micótica producida por hongos dermatofitos (que se alimentan de queratina) o por levaduras (en casos muy raros con alteración del sistema inmunitario). Afecta los pliegues interdigitales, la planta y los bordes del pie; el nombre coloquial de «pie de atleta» se le da porque frecuentemente los deportistas presentan una mayor probabilidad de contagio.[3]
Pie de atleta | ||
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Especialidad | infectología | |
Síntomas | Ardor, comezón, sudoración en la parte del pie, uñas amarillas en los dedos, descamación, partes semi-abiertas alrededor de la parte del pie. | |
Causas | Hongos (Trichophyton, Epidermophyton, Microsporum) | |
Prevención | Evitar caminar descalzo en las duchas públicas, mantener las uñas de los pies cortas, usar zapatos lo suficientemente grandes y cambiarse los calcetines a diario.[1][2] | |
Tratamiento | Medicamentos antimicóticos aplicados sobre la piel o tomados por vía oral. | |
Sinónimos | ||
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Es la dermatofitosis más frecuente y representa un 70 % de las tiñas y el 20 % de los individuos son portadores asintomáticos de una tiña contagiosa. Es frecuente ver el paso del organismo a zonas distantes del pie a través de toallas, ropa contaminada y sábanas, entre otras.[4]
El pie de atleta es más frecuente en hombres que en mujeres y se ve tanto en niños como en adultos. Los atletas y deportistas presentan una mayor posibilidad de contagio. El contagio es por transmisión directa de persona a persona, así como de superficies húmedas donde el hongo persiste por meses, tales como piscinas, baños, duchas, toallas, alfombras, en cuarteles, colegios, saunas, hoteles y gimnasios. El mantener el pie húmedo (sudor, por ejemplo) por tiempos prolongados y uso de calzado cerrado como las botas aumenta el riesgo de aparición o permanencia de la infección,[5] pues crea un ambiente cálido, húmedo y oscuro favorable para el hongo.
La dermatofitosis micosis tiene la capacidad de infectar tejidos cutáneos queratinizados no viables, incluso el estrato córneo, uñas (tinea unguium) y pelo (tinea capitis). Hay unas 42 especies de dermatofitos que pueden afectar los tejidos queratinizados y estas se clasifican, según su procedencia, en: zoofílicos, que viven en los animales; antropofílicos, que viven exclusivamente en el ser humano, y geofílicos, que viven en la tierra.[6] Entre los dermatofitos que pueden ocasionar el pie de atleta se incluyen el Trichophyton rubrum, el Trichophyton mentagrophytes y, en menor medida, el Epidermophyton floccosum. B
El pie de atleta causa enrojecimiento y picor constante. Algunos casos pueden presentarse sin síntomas, excepto por la característica maloliente de la infección. Es frecuente ver también grietas, ampollas y escamas en el área afectada.
El pie de atleta puede presentarse en tres formas clínicas:
No solamente los hongos del pie de atleta causan irritación del pie. Múltiples enfermedades, como el eccema y la psoriasis interdigital, pueden ocasionar síntomas parecidos.[7] Muchas veces, el diagnóstico es incorrecto, pues se trata en realidad de otra dolencia que no es causada por pie de atleta, seguida de un tratamiento incorrecto, que incluso puede agravar el problema. Por ello, es importante acudir a un médico. El diagnóstico correcto debe ser precedido por una historia clínica completa, la toma de muestra raspando la zona afectada, para realizar un examen directo en busca de hifas características del hongo y para llevar a cabo la siembra de un cultivo micológico, con objeto de identificar el organismo causante. Esta es una enfermedad casual.
El masaje en el pie puede ser un gran aliado para quienes padecen pie de atleta. Antes de realizar el masaje, es fundamental lavar bien el pie con agua caliente, ya que esto ayuda a eliminar impurezas, suaviza la piel y prepara la zona para recibir el tratamiento. Además de aliviar la tensión y mejorar la circulación, el masaje ayuda a reducir la incomodidad causada por la infección. Al estimular la zona afectada de manera suave, se favorece la regeneración de la piel y se potencia la absorción de tratamientos tópicos. Eso sí, siempre es importante mantener una buena higiene antes y después del masaje para evitar la propagación del hongo. Incorporar esta práctica a tu rutina puede contribuir a una recuperación más rápida y a mantener tus pies más saludables...