Luis Alonso Barahona (La Unión, El Salvador 17 de octubre de 1867 - San Salvador, El Salvador 20 de octubre de 1915), a veces escrito Baraona, fue un militar, político y diplomático salvadoreño que se desempeñó como ministro de Guerra y Marina en 1915. También se desempeñó como gobernador del departamento hondureño de Cortés de 1900 a 1902 y como diputado a la legislatura de la República Mayor de Centroamérica en 1898; y se presentó como candidato presidencial en El Salvador en 1903, 1907 y en 1911, pero perdió en todas esas elecciones ante Pedro José Escalón, Fernando Figueroa y Manuel Enrique Araujo respectivamente.[1][2][3][4]
Luis Alonso Barahona | ||
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Ministro de Guerra y Marina de El Salvador | ||
3 de marzo-20 de octubre de 1915 | ||
Presidente |
Carlos Meléndez Alfonso Quiñónez Molina | |
Predecesor | Pío Romero Bosque | |
Sucesor | Enrique Córdova | |
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Gobernador de Cortés | ||
9 de agosto de 1900-1 de julio de 1902 | ||
Presidente | Terencio Sierra | |
Predecesor | Pilar M. Martínez | |
Sucesor | Miguel Nuila | |
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Diputado de la República Mayor de Centroamérica | ||
27 de agosto-29 de noviembre de 1898 | ||
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Información personal | ||
Otros nombres | Luis Alonso Baraona | |
Nacimiento |
17 de octubre de 1867 La Unión, El Salvador | |
Fallecimiento |
20 de octubre de 1915 San Salvador, El Salvador | |
Nacionalidad | salvadoreño | |
Familia | ||
Cónyuge | Gertrudis Lemus | |
Información profesional | ||
Ocupación | Militar, político y diplomático | |
Rama militar | Ejército | |
Rango militar | General | |
Conflictos |
Revolución de los 44 Guerra de 1907 | |
Partido político | Partido Constitucional | |
Luis Alonso Barahona nació el 17 de octubre de 1867 en La Unión, El Salvador. Siendo hijo natural de Isabel Barahona, hermana del general José María Barahona; según el general Lisandro Letona al escritor nicaragüense Enrique Guzmán, su padre era un clérigo de apellido Bustillo que era hermano del general y expresidente hondureño José Santos Guardiola Bustillo. Contrajo matrimonio en Santa Ana con Gertrudis Lemus.[1][5][6]
En abril de 1894, al estar opuesto al gobierno del presidente Carlos Ezeta, se puso bajó el mando del general Rafael Antonio Gutiérrez para participar en la Revolución de los 44 que buscaba derrocarle y que el 29 de abril tomó el cuartel de Santa Ana.[7]
El 17 de mayo, comandó un grupo de soldados para intentar capturar la ciudad de Chalatenango, pero fue derrotado por el teniente coronel Encarnación Gambeta Cruz, segundo jefe de la guarnición. En dicho combate quedó herido, por lo que fue obligado a replegarse a Cojutepeque donde se unió a las fuerzas del general Manuel Rivas que había tomado esa ciudad. Junto con Rivas tomó San Salvador el 16 de junio, por lo Gutiérrez ascendió oficialmente a la presidencia.[7][8][9]
En 1897, sirvió como secretario de Crisanto Medina, embajador de la República Mayor de Centroamérica (unión de países centroamericanos que se formó en 1896 y a la que El Salvador fue parte integrante) en el Reino Unido, específicamente en la ciudad de Londres.[10]
Entre 1897 y 1898, el general Rafael Antonio Gutiérrez, lo nombró comandante general del departamento de Santa Ana y subsecretario de guerra. Posteriormente trabajó como profesor en la Universidad de El Salvador y luego sirvió como secretario de la legación en Francia para la República Mayor de Centroamérica.[2]
A partir del 27 de agosto de 1898, se desempeñó como diputado en la legislatura de la República Mayor y contribuyó a la redacción de la constitución del país. Posteriormente, fue nombrado comandante general de los soldados federales en Sensuntepeque.[11][2]
Cuando el general Tomás Regalado, también uno de los 44, derrocó a Gutiérrez el 13 de noviembre de 1898, se puso del lado del vicepresidente y general Prudencio Alfaro para intentar recuperar el poder y derrotar a las tropas de Regalado lideradas por Ladislao Salazar y Guillermo Valdez en las batallas de Ilobasco y Sensuntepeque (entre el 14 y 19 de noviembre). Siendo derrotados en ambas batallas, por lo que partiría al exilio en Honduras.[12][8]
Luego del golpe de Estado a Gutiérrez, Regalado separó al país de la República Mayor. Barahona se trasladó a San Pedro Sula, Honduras; donde, el 9 de agosto de 1900, el presidente hondureño Terencio Sierra lo nombró gobernador del departamento de Cortés, en sustitución del general Pilar M. Martínez. [3][13]
Durante su mandato como gobernador, comenzó la construcción de la antigua parroquia católica (hoy cátedral) de San Pedro Sula y en 1901 construyó el parque central de esa población en el lugar que ocupaba la antigua plaza pública.[3][13]
El escritor y conservador nicaragüense Enrique Guzmán refiere en su diario íntimo, que el 1 de febrero de 1902, mientras estaba en Tocontín, el presidente Sierra le presentó a Barahona diciéndole que él «figura en El Salvador como un caudillo conservador, y el partido de este nombre lo reconoce por jefe».[14]
El 1 de julio de 1902, renunció a su cargo de gobernador debido a que no estaba de acuerdo con la candidatura para presidente del partido liberal (el partido de Sierra) de Juan Ángel Arias Boquín. Su renuncia fue aceptada y en su lugar se nombró como gobernador al coronel Miguel Nuila.[13][15]
Retornó a El Salvador y participó como candidato en la elección presidencial de 1903 por parte del partido Constitucional, partido de tendencia liberal y nacionalista que él había formado en 1899 y que continuaría existiendo luego de su deceso bajo la dirección de Miguel Tomás Molina. Dichas elecciones serían ganadas por Pedro José Escalón, quien era el candidato oficial.[16][4]
Entre septiembre y octubre de 1904 intentaría llevar a cabo una revolución contra Escalón y Regalado (quién seguía teniendo mucha influencia en el gobierno, como caudillo) en la zona oriental salvadoreña, pero dicho intento no prosperó y durante un tiempo guardó prisión en San Miguel antes de ser liberado; dedicándose posteriormente a su profesión de abogado, estableciendo su hogar en Santiago de María, donde tendría su hacienda La Piragua.[6][17][15][18]
En 1906, retornaría a El Salvador; y después de la muerte de Regalado en la guerra contra Guatemala, en julio de ese año, buscaría participar en las elecciones presidenciales del siguiente año. El 5 de agosto, viajaría de Santiago de María a San Salvador para lanzar oficialmente su candidatura por parte del partido Constitucional.[16][6][19]
En San Salvador, los partidarios del entonces ministro de guerra y general de división Fernando Figueroa, especialmente el doctor Manuel Enrique Araujo, buscaron convencerle de apoyar la candidatura de Figueroa (que era impulsada por varios cuarteles militares y podía convertirse en la oficial) e ir por la vicepresidencia a la vez de tener el cargo de ministro de guerra, pero no la aceptó.[6][15][18]
Como candidato, Barahona tenía mucha opinión favorable; teniendo entre su apoyo a jóvenes y obreros, así como intelectuales como Alberto Masferrer y Arturo Ambrogi. Pero Escalón terminó eligiendo como candidato oficial a Figueroa que era muy impopular. Ante esto, a finales de agosto, los generales Potenciano Escalón y Horacio Villavicencio buscarían dejar sus candidaturas y apoyar a Barahona, pero por sus diferencias al final se presentarían los tres.[6][15][19][18]
Debido a que la prensa no le era favorable a Figueroa, sus partidarios pidieron al presidente Escalón declarará al país en estado de sitio. Lo cual realizó en la noche del 11 de septiembre de 1906, prolongándose hasta el 8 de diciembre de ese año, y con lo cual también se prohibieron las reuniones, afectando a los partidarios de Barahona.[6][18]
En las elecciones de ese entonces, como los comicios se llevaban a cabo en las municipalidades y eran vigilados por un directorio nombrado por los concejos municipales, el gobierno a través de sus redes clientelares buscaba controlar el voto en las municipales (que se practicaban cada año, mientras las presidenciales eran en enero cada cuatro años), apartando a los seguidores de la oposición, muchas veces con métodos violentos. Esto se observó en la noche del 8 de diciembre de 1906, el día anterior a las elecciones municipales, cuando los partidarios y miembros del comité central del partido de Barahona, que habían llegado desde temprano de la noche a los portales del palacio municipal de San Salvador (frente a la plaza libertad), fueron desalojados por la policía a punta de revólver, causando la muerte de un obrero y varios héridos, siendo capturado el presidente del comité José Simón Pacheco.[20][21][18]
Debido a los sucesos ocurridos contra sus partidarios, el 9 de diciembre que era el día de las elecciones, Barahona mandó a emitir una circular, probablemente escrita por Masferrer, en el que criticaba a Figueroa, sus partidarios y al gobierno que buscaban que de forma fraudulenta ganase el candidato oficial, e instaba a sus seguidores a abstenerse de votar. Una frase de ese documento es la siguiente:[18][21][22]
¡Qué triunfen, pues! Pero que triunfen descaradamente por la fuerza; que deban su victoria al palo, a la cárcel, al destierro y al asesinato, y que no puedan decir jamás que triunfaron en una elección libre.Luis Alonso Barahona (circular a sus seguidores en 1909)
Al haber ganado todas o la mayoría de votos en las municipalidades, le era fácil al gobierno controlar a través de sus redes clientelares los votos en las presidenciales para que ganase el candidato oficial por unanimidad o amplia mayoría en un municipio (y así a nivel nacional), pero permitiendo que los demás candidatos también obtuviesen cierta cantidad de votos para evitar sublevaciones. Por lo que en las elecciones de 1907, llevadas a cabo entre el 13 y 15 de enero, Barahona terminó en segundo lugar detrás del general de división Fernando Figueroa, habiendo obtenido un total de 222 votos, el 0,15 por ciento del recuento total de votos.[3][23][20]
Barahona, al ver que no tenía oportunidad en las elecciones y buscando huir de San Salvador, dejó el apartamento donde se alojaba, en la casa Trigueros contiguo al casino salvadoreño, para dirigirse a la casa de esquina de Antonia viuda de Soto; desde donde, a las 7:30 pm del 6 de enero de 1907, salió con ella sin disfraz y solo un pañuelo en la mano, aparentando usarlo, hasta el puente de Candelaria. Donde lo esperaban con un caballo, que montó hasta la finca El Porvenir de Carlos Dueñas (hijo del expresidente Francisco Dueñas) y de ahí salió hacia Las Huertas, departamento de Cabañas.[21][18]
En Las Huertas, alrededor del 22 de enero de 1907, se alzó en armas contra el gobierno junto con el general Manuel Rivas, Norberto Morán, y Enrique Borja; extendiéndose por Sensuntepeque, Cojutepeque y Chalatenango. El 30 de enero serían derrotados por las tropas lideradas por los generales Duron, de origen hondureño, y Félix Molina; y al siguiente día Barahona fue capturado en Dolores. Fue llevado preso a Cojutepeque, presentando varios moretones; de ahí fue llevado va la penintenciaría de San Salvador, siendo liberado poco después.[21][18]
En junio de 1907, Barahona se unió a un grupo de opositores salvadoreños (entre los que destacaban los generales Prudencio Alfaro y Manuel Rivas) que, ayudados por el presidente de Nicaragua José Santos Zelaya, lideraron un ejército de al menos 3.000 rebeldes hondureños y nicaragüenses contra Figueroa en la Guerra de 1907. Dicha rebelión, logró desembarcar en Acajutla y llegar a Sonsonate, pero no logró derrocar a Figueroa y se retiró a Nicaragua.[24][25][20]
Volvería al país por enero de 1908, siendo bien recibido en las poblaciones de la zona oriental mientras iba rumbo a Santiago de María. Por septiembre de 1908, mientras se encontraba en San Salvador, fue capturado junto con varios emigrados hondureños, con el cargo de conspirar contra el gobierno. Desde Costa Rica, su amigo el doctor Enrique Cordova (quien fuese subsecretario de relaciones exteriores en la presidencia de Escalón), gracias a mediación del general Salvador Toledo, logró que el congreso del país pidiese por la liberación de Barahona y que lo enviasen a ese país, pero dichas solicitudes no fueron atendidas. También se hicieron otras gestiones con ese fin en Costa Rica, con cartas particulares o de artículos prensa, en los meses de septiembre y octubre; e igualmente su esposa con su padre, el doctor Cornelio Lemus, buscó pedir su liberación ante el propio Figueroa, siendo finalmente liberado poco tiempo después.[26][18][15][27][28]
Entre noviembre y diciembre de 1908 el gobierno salvadoreño descubrió conspiraciones contra el gobierno en Sonsonate, Ahuachapán y Santa Ana, que habrían sido impulsadas por Prudencio Alfaro y Barahona. Ante esto, el 29 de noviembre de ese año, Figueroa decretó estado de sitio que se mantuvo hasta el final de su presidencia.[29][30]
En febrero de 1909, contando con el apoyo de Zelaya, y junto con el general Prudencio Alfaro y unos 400 soldados (mayormente presos nicaragüenses liberados de la penintenciaría), comandaría un nuevo intento de invasión a El Salvador; el día 19 de ese mes desembarcarían en Aceituno (Honduras) e intentarían cruzar la frontera con El Salvador en el río Goascorán, pero serían rechazados y sufrirían unas 150 bajas, luego buscarían desembarcar por El Encantado pero la artillería del vapor Presidente lo impidió por lo que retornaron a Nicaragua. Más adelante, en noviembre de 1909, el presidente de Nicaragua José Santos Zelaya buscaría llevar a cabo una nueva invasión a El Salvador con un contingente de 2000 soldados salvadoreños al mando de Alfaro, a quien se le uniría Barahona; pero esa intentona fracasó porque Zelaya fue derrocado por una revolución en diciembre de ese mismo año.[31][32][33]
Barahona volvería a El Salvador por 1910, postulándose nuevamente a la presidencia por parte del partido Constitucional en las elecciones presidenciales de 1911, que perdió ante Manuel Enrique Araujo. Se desconoce el número de votos que recibió; luego de lo cual volvería al exilio en Honduras.[34][16]
Entre diciembre de 1911 y enero de 1912, el gobierno de El Salvador, a través del embajador estadounidense en el país William Heimke, denunció al secretario de Estado de los Estados Unidos Philander Chase Knox que Prudencio Alfaro y Barahona buscaban iniciar una invasión a El Salvador apoyados por el presidente de Guatemala Manuel Estrada Cabrera (a quién se le acusaba de querer unificar a Centroamérica por la fuerza) y el de Honduras Manuel Bonilla. A esto contestó, el 15 de enero de 1912, el ministro de relaciones exteriores de Honduras Rafael Alvarado que si bien no conocía el paradero de Alfaro ni sus actividades, pero que el general Barahona se encontraba residiendo en San Pedro Sula y que este no tiene intenciones de cruzar la frontera como revolucionario al estar orgulloso de las gestiones realizadas en el gobierno de Araujo.[35][36]
Para 1913, se desempeñaba como superintendente del Ferrocarril Nacional de Honduras; y bajo su dirección se construyó un puente ferroviario de acero sobre el río Ulúa en Pimienta, departamento de Cortés.[13][37]
Retornaría a El Salvador, con promesas de amnistía y paz según refiere Miguel Mármol en su biografía, durante la presidencia provisional de Carlos Meléndez, quien ascendió al poder después del asesinato de Araujo en febrero de 1913. Entre marzo y abril de 1914, sería enviado por Meléndez como un representante a un negocio particular en Honduras, regresando con él varios de los opositores salvadoreños residentes en Honduras.[38][39]
El 3 de marzo de 1915, el recién elegido presidente Carlos Meléndez lo nombró como ministro de Guerra y Marina, sucediendo a Francisco Martínez Suárez.[40] El Diario Oficial, el periódico oficial del gobierno salvadoreño, describió a Barahona como "uno de los colaboradores [del gobierno] más importantes").[2]
Barahona murió en el barrio El Calvario de San Salvador el 20 de octubre de 1915 a las 6:30 a. m., hora local; debido a una autoinfección generalizada consecutiva a apendicitis gangrenosa, ante los oficios de los doctores José Llerena, Francisco Guevara, Francisco Guillermo Cano, José Simón Pacheco y Santiago Letona.[2][5]
El presidente Meléndez declaró nueve días de duelo nacional y nombró a Enrique Córdova como su sucesor en el cargo de ministro de Guerra y Marina. Su funeral se celebró en San Salvador el 22 de octubre. [2]
Miguel Mármol, activista salvadoreño y uno de los fundadores del Partido Comunista de El Salvador, afirmó en su biografía que Barahona fue envenenado por el gobierno salvadoreño.[38]
El parque Central Luis Alonso Barahona en San Pedro Sula, Honduras, lleva su nombre; y en 1936 se erigió ahí una estatua en su honor.[3]
Año | Cargo | Rango militar | Partido | Oponente principal | Partido | Votos para Barahona | Resultado | Balance | ||||||
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Total | % | P. | ±% | |||||||||||
1903 | Presidente de El Salvador | General | Constitucional | Pedro José Escalón | Liberal | Desconocido | Pierde | Se mantiene | ||||||
1907 | Presidente de El Salvador | General | Constitucional | Fernando Figueroa | Liberal | 222 | 0,15 | 2º | N / A | Pierde | Se mantiene | |||
1911 | Presidente de El Salvador | General | Constitucional | Manuel Enrique Araujo | Liberal | Desconocido | Pierde | Se mantiene |