Los jardines del Doctor Marescot corresponden a un jardín público histórico[1] situado en el centro de la ciudad española de Pontevedra.
Jardines del Doctor Marescot | ||
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![]() Los jardines en 2024. | ||
Ubicación | ||
País |
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Comunidad |
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Localidad |
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Coordenadas | 42°25′54″N 8°38′55″O / 42.431638888889, -8.6485 | |
Características | ||
Tipo | Jardín | |
Vías adyacentes | Calle Alameda, Calle Maestranza, Calle Doctor Enrique Marescot | |
Área | 2500 m² | |
Historia | ||
Creación | 1909 | |
Mapa de localización | ||
Ubicación en Pontevedra | ||
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Los jardines rinden homenaje al médico cirujano Enrique Marescot Iglesias (1879-1962), que fue conocido por ser benefactor de los pobres.[n. 1] Trabajó en el Hospital Provincial de Pontevedra, conocido entonces como Hospital de Beneficencia, y fundó posteriormente su propio sanatorio, el Sanatorio Marescot.[3][2]
Los jardines del doctor Marescot tienen su origen en el siglo siglo XIX en el jardín provincial de aclimatación[4] y en el conocido como Campo del Conde de la Peña del Moro, un campo situado delante de la antigua Maestranza[5] y cuartel de San Fernando. En 1909, con la finalización de la reconstrucción del cuartel, este espacio fue transformado y mejorado con la incorporación de árboles y el acondicionamiento de jardines y una nueva calle conducente a la entrada del nuevo edificio.[6] En 1928, este pequeño campo, que anteriormente mostraba un aspecto despejado, ya contaba con árboles que habían crecido notablemente, alcanzando un tamaño considerable.
El diseño de los jardines fue experimentando variaciones con el paso del tiempo,[7] tanto en el acondicionamiento vegetal como en la incorporación de monumentos y estatuas. El primer monumento, dedicado a Manuel Quiroga, se instaló en los jardines en 1949 y fue realizado por el escultor Francisco Asorey.[8] El 6 de septiembre de 1954, se instaló en la parte este de los jardines la fuente monumento al doctor Marescot, realizada por el escultor Fernando Campo Sobrino[9][10] y erigida gracias a las contribuciones de sus pacientes pontevedreses, especialmente los del barrio de A Moureira.[11][2]
El 29 de marzo de 1962, en recuerdo del doctor Marescot tras su fallecimiento, se decidió bautizar con su nombre la calle y los jardines situados frente a su vivienda.[12]
En 2019 se instalaron los dos últimos monumentos en los jardines: el monumento a Isaac Díaz Pardo, realizado por el escultor José Molares en bronce y granito[13] y el Duende Gerardo, realizado por el escultor Santiago Castro Soage, dedicado al fallecido artista Gerardo Ferradás Rodríguez.[14]
Los jardines del Doctor Marescot están delimitados al noroeste por el antiguo cuartel de San Fernando, hoy sede de la Facultad de Bellas Artes de Pontevedra y la calle Maestranza,[15] al nordeste por la Subdelegación del Gobierno de Pontevedra y la calle Doctor Enrique Marescot y al sureste por la calle Alameda. Las tres calles delimitan un terreno con forma de triángulo isósceles cruzado transversalmente por tres senderos que enlazan las vías de la Maestranza y de la Alameda, facilitando el tránsito peatonal y dividiendo el espacio en áreas funcionales. El sendero más al nordeste, flanqueado por camelios, dirige hacia la Facultad de Bellas Artes. La distribución de árboles y arbustos es uniforme, ofreciendo tanto sombra como apertura visual. Un seto perimetral delimita el espacio al noroeste.[1]
Los jardines, con una extensión de 2 500 m², representan un ejemplo de jardín indiano, caracterizado por la integración de árboles exóticos como palmeras y magnolias. Su diseño combina la riqueza vegetal típica de los jardines tropicales con los principios organizativos del jardín clásico europeo, creando un espacio armonioso que equilibra naturaleza y ornamentación. Entre sus elementos destacan una fuente ornamental y diversas estatuas, que refuerzan su valor estético y simbólico.[16]
Los jardines presentan una gran diversidad arbórea: Destaca una veintena de camelios, magnolias, tres palmeras canarias y cuatro rododendros, además de ejemplares de pino de Oregón, arce palmado, madroño, palmera de la jalea, pino de Australia, palmerita china, palmera china de abanico y el gran arce de hoja de fresno junto a la fuente monumento del Doctor Marescot.[17][7]
El monumento a Manuel Quiroga, realizado en granito, destaca por su sobriedad y pureza en el diseño.
La obra, en el sendero central empedrado de los jardines, se eleva sobre un pedestal en el que está grabada la inscripción «A MANOLO/QUIROGA/MCMIL». Coronando el conjunto, se encuentra el busto del célebre violinista, obra de Francisco Asorey, que representa a Quiroga con una mirada introspectiva y rasgos marcados.[18]
En 1992, con motivo del centenario de su nacimiento, la ciudad reafirmó el homenaje a su músico más ilustre incorporando al monumento una placa de bronce con un violín grabado y una inscripción:[8][19]
La ciudad de
Pontevedra
a
Manolo Quiroga
en el centenario
de su nacimiento
1892-1992
El monumento dedicado al doctor Enrique Marescot (1879-1962) combina granito y bronce en un diseño que aúna sobriedad y simbolismo. La labor en piedra, granito de Lourido, es obra de los canteros pontevedreses hermanos Sanmartín.[3]
El conjunto está compuesto por un busto y relieves en un estanque ovalado, formando un homenaje integral a su legado. El estanque lleva en su parte frontal el nombre del doctor Marescot grabado en grandes letras de granito en relieve. En uno de los extremos, sobre un pedestal, se encuentra el busto del doctor, representado con realismo y líneas sencillas, vestido con bata médica, evocando su dedicación profesional. En el extremo opuesto, un tambor ornamental exhibe tres relieves de bronce que representan las virtudes que definieron su vida: la medicina, la caridad y la fe.
En la parte posterior del pedestal está inscrita una dedicatoria que subraya el altruismo de Marescot:[11][19]
Al doctor
Enrique Marescot Iglesias
que consagró su vida
a la cirugía,
a la práctica del bien
y de la caridad
El monumento a Isaac Díaz Pardo se compone de un busto, realizado en bronce, que representa de modo realista al intelectual gallego con una expresión serena y reflexiva, arrugas marcadas y la profundidad en los ojos que transmite una fuerte personalidad e introspección. La vestimenta, elegante y sencilla aporta movimiento y naturalidad a la escultura.
El busto se apoya sobre un pedestal de granito de la Escuela de Canteros de Poyo,[20] que muestra en su base la inscripción "Galicia".
En el pedestal, una placa conmemorativa con una inscripción originalmente en gallego:[n. 2]
Cuando los años me venzan,
ya todo acabado
y cansado de hacer cuanto hago,
no sé qué haré…
Estoy tan acostumbrado a perder
que no sabré qué hacer si un día gano
El monumento fue inaugurado el 26 de enero de 2019.[20]
Se trata de una escultura de madera, tallada in situ por Santiago Castro Soage[21] en el tocón de un cedro, que alcanza los 4,80 metros de altura. Representa a un duende, figura cargada de simbolismo y fantasía, que se distingue por su porte peculiar: lleva un gran pincel, aludiendo a la creatividad y al arte, y luce el característico gorro en pico que identifica a estas criaturas mágicas, rematado con un cascabel.[22]