Hans Mommsen (Marburgo, 5 de noviembre de 1930; Tutzing; 5 de noviembre de 2015) fue un historiador alemán, conocido por sus estudios de historia social alemana, por su interpretación funcionalista del Tercer Reich y especialmente por argumentar que Adolf Hitler fue un dictador débil. Descendiente del historiador ganador del Premio Nobel Theodor Mommsen, fue miembro del Partido Socialdemócrata de Alemania.
Hans Mommsen | ||
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Información personal | ||
Nacimiento |
5 de noviembre de 1930 Marburgo | |
Fallecimiento |
5 de noviembre de 2015 Tutzing, Alemania | |
Nacionalidad | Alemán | |
Familia | ||
Padre | Wilhelm Mommsen | |
Cónyuge | Margareta Mommsen | |
Educación | ||
Educado en | ||
Información profesional | ||
Ocupación | Historiador | |
Empleador |
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Partido político | Partido Socialdemócrata de Alemania | |
Miembro de | ||
Distinciones |
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Mommsen nació en Marburgo,[1] hijo del historiador Wilhelm Mommsen y bisnieto del historiador de Roma Theodor Mommsen.[2] Era hermano gemelo del historiador Wolfgang Mommsen.[3] Estudió alemán, historia y filosofía en la Universidad de Heidelberg, la Universidad de Tubinga y la Universidad de Marburgo. [3] Fue profesor en Tubinga (1960-1961), Heidelberg (1963-1968) y en la Universidad del Ruhr de Bochum (desde 1968). [3]
Fundó y fue el director de 1977 a 1985 del Institut zur Geschichte der Arbeiterbewegung (Instituto de historia del movimiento obrero).[4]
Se casó con Margaretha Reindel en 1966.[3] Fue miembro del Partido Socialdemócrata de Alemania desde 1960 hasta su muerte.[5] Murió el 5 de noviembre de 2015, día de su 85.º cumpleaños.[6]
Gran parte del trabajo inicial de Mommsen se centró en la historia de la clase trabajadora alemana, como objeto de estudio en sí mismo y como factor de la sociedad alemana en general. Su libro de 1979, Arbeiterbewegung und nationale Frage (El movimiento obrero y la cuestión nacional), una colección de sus ensayos escritos en los años 1960 y 1970, fue la conclusión de sus estudios sobre el tema.[3]
Mommsen fue un especialista en la Alemania nazi y el Holocausto. Fue un funcionalista en lo que respecta a los orígenes del Holocausto, viendo la Solución Final como el resultado de la "radicalización acumulativa" del estado alemán en oposición a un plan a largo plazo por parte de Adolf Hitler.[3]
Mommsen es más conocido por argumentar que Hitler era un "dictador débil" que, en lugar de actuar con decisión, reaccionó a diversas presiones sociales. Creía que el modelo de Estado totalitario utilizado para caracterizar al nazismo contradecía la evidencia histórica y rechazaba el totalitarismo como concepto de la historiografía y de la ciencia política en general.[7] Junto a Martin Broszat desarrolló la interpretación estructuralista del Tercer Reich, que veía al estado nazi como una colección caótica de burocracias rivales envueltas en interminables luchas de poder.[8][9][3]
En relación con el debate sobre política exterior, Mommsen argumentó que la política exterior alemana no siguió un "programa" durante la era nazi, sino que fue una "expansión sin objeto", ya que, impulsada por poderosas fuerzas internas, buscaba la expansión en todas las direcciones.[10]
Mommsen enfrentó críticas en diversas áreas:
En el debate Historikerstreit sobre cómo incorporar el Holocausto a la historiografía alemana, Mommsen sostuvo que el Holocausto y los crímenes fascistas no podían minimizarse equiparándolos con los crímenes soviéticos.[12] Mommsen sostuvo que el crecimiento del sentimiento pacifista en la República Federal Alemana, reflejado en la oposición pública generalizada al ataque estadounidense a Libia en abril de 1986, hizo imperativo para los estadounidenses y el gobierno de Alemania Occidental promover una versión más nacionalista de la historia alemana, y eso era lo que estaba detrás de la Historikerstreit.[13]
Mommsen escribió libros y ensayos muy valorados sobre la caída de la República de Weimar, atribuyendo la culpa de lo sucedido a los conservadores alemanes. Al igual que su hermano Wolfgang, fue un defensor del Sonderweg de la historia alemana, que considera que las formas en que se desarrollaron la sociedad, la cultura y la política alemanas en el siglo XIX hicieron que el surgimiento de la Alemania nazi en el siglo XX fuera prácticamente inevitable.[14]
Otro ámbito de interés para Mommsen fue la disidencia, la oposición y la resistencia en el Tercer Reich. Gran parte de su trabajo en este área se centra en los problemas de la "resistencia sin el pueblo". Estableció comparaciones desfavorables entre lo que él consideraba la oposición conservadora y la resistencia socialdemócrata y comunista a los nazis. Era un experto en historia social y escribió a menudo sobre la vida de la clase trabajadora en las eras de Weimar y del nazismo.[3]
A partir de la década de 1960, Mommsen formó parte de una generación más joven de historiadores de Alemania Occidental que ofrecían una evaluación más crítica del Widerstand dentro de las élites alemanas y llegó a denunciar la "monumentalización" típica de los escritos históricos alemanes sobre el tema en la década de 1950.[15] En dos artículos publicados en 1966, Mommsen demostró que era falsa la afirmación, a menudo difundida en la década de 1950, de que las ideas detrás de los "hombres del 20 de julio" fueron la inspiración para la Ley Fundamental de la República Federal de 1949.[16]
La investigación de Mommsen sobre el incendio del Reichstag basada en los archivos y su conclusión resultante de que el pirómano fue seguramente un autor solitario, es decir, Marinus van der Lubbe,[17][18] que luego fue condenado, todavía se debate, pero aún no se ha presentado una refutación concluyente debido a la falta de pruebas de lo contrario.[19][20]
Durante la "Controversia Goldhagen" de 1996, Mommsen emergió como uno de los principales oponentes de Daniel Goldhagen, y a menudo debatió con este en la televisión alemana.[21] Mommsen considera que el esquema que Goldhagen presentó de los antecedentes del Tercer Reich se basaba en una "evaluación completamente inadecuada de la literatura secundaria". Los graves malentendidos se debieron sólo en parte “a que no comprendía suficientemente el lenguaje ambivalente de los textos originales”. Una parte del libro es “un cliché defectuoso del fenómeno real”. Goldhagen retrata a los pioneros de la emancipación judía, que estaban a favor de la asimilación, como precursores de la Shoah, mientras que ignora a los predecesores antisemitas reales de Hitler, como Houston Stewart Chamberlain o Paul de Lagarde.[22] El historiador británico Sir Ian Kershaw, escribió que creía que Mommsen había "destruido" a Goldhagen durante sus debates sobre el libro Los verdugos voluntarios de Hitler.[21]
Mommsen a menudo tomó posición sobre los grandes temas del momento, creyendo que la responsabilidad de garantizar que los errores del pasado nunca se repitan recae en una ciudadanía comprometida y consciente de la historia. Consideraba que era deber del historiador criticar constantemente la sociedad contemporánea.[3]
En agosto de 2006, bajo el título Grass’ Spießrutenlauf (La pena de baquetas de Grass)[23] Mommsen repitió su tesis, sostenida desde los años 1980, de que la opinión pública alemana practicaba una apologética encubierta al proyectar indirectamente la culpa sobre los representantes del nacionalsocialismo y sus protagonistas. Señaló la falta de voluntad de los alemanes para admitir su participación personal (o la de sus antepasados) en los crímenes nazis. Para evitar la difamación pública, celebridades como Walter Jens y Martin Broszat ocultaron su membresía en el NSDAP o en otras organizaciones nazis. Por ello, Mommsen califica de "típica y engañosa" la indignación suscitada por la tardía confesión de Grass sobre su pertenencia a las Waffen-SS cuando era joven.[24]
Mommsen fue elegido en 1993 miembro de la Academia Británica y ese mismo año miembro de la Academia Europaea. Fue nombrado miembro correspondiente de la clase histórico-filosófica en el extranjero de la Academia Austriaca de Ciencias (1995). En 1995 se le dedicó una publicación conmemorativa.[25] También recibió el Premio Carl von Ossietzky de Historia Contemporánea y Política de la Ciudad de Oldemburgo (1998), el Premio Bruno Kreisky al Libro Político por su obra periodística completa (2010) y el Premio Estatal Victor Adler de Historia de los Movimientos Sociales (2013).[26]