Giovanni Berardi o Giovanni de Tagliacozzo (Tagliacozzo, c. 1380 – Roma, 21 de enero de 1449) fue un eclesiástico italiano, arzobispo de Tarento y cardenal de Eugenio IV.
Giovanni Berardi | ||
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Arzobispo de Tarento | ||
1421-1444 | ||
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Cardenal de SS. Nereo y Aquileo | ||
1439-1444 | ||
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Cardenal de Palestrina | ||
1444-1449 | ||
Información religiosa | ||
Proclamación cardenalicia | 1439 por Eugenio IV. | |
Información personal | ||
Nombre | Giovanni Berardi | |
Nacimiento | Tagliacozzo, c. 1380. | |
Fallecimiento | Roma, 1449. | |
Giovani Berardi, llamado por algunos autores Giovanni di Tagliacozzo, Giovanni de' Ponti o Giovanni de Pontibus, nació en Tagliacozzo (según otros, en Corcumello) en la segunda mitad del siglo XV, posiblemente emparentado con los Orsini.[1][2]
De su juventud e inicios en la carrera eclesiástica apenas hay noticias hasta que en 1421, teniendo solo las órdenes menores y siendo clérigo de Marsi, el papa Martín V le nombró arzobispo de Tarento, en el Reino de Nápoles.[3][4]
En 1431 se había inaugurado el Concilio de Basilea, en el que pronto se expandieron las teorías conciliaristas que reivindicaban la superioridad del concilio sobre la autoridad del papa. Durante los años siguientes Berardi actuó como embajador de Eugenio IV en Basilea, donde como principal representante de la facción que propugnaba la superioridad papal tuvo frecuentes desencuentros con los partidarios de la postura contraria, entre los que se encontraban Louis Aleman, Louis de La Palud, Jean d'Arces, Thomas de Courcelles, Eneas Silvio Piccolomini, Juan de Segovia o Guillaume Hugues. Por las mismas fechas actuó también como legado en el Sacro Imperio Romano Germánico ante la corte del emperador Segismundo de Luxemburgo. Su estancia en Basilea terminó cuando en 1437 el concilio le acusó de haber falsificado la bula que ordenaba trasladar la asamblea a Italia; antes de que terminase el proceso contra él, Berardi abandonó la ciudad y se unió al concilio convocado por el papa en Ferrara.[5][6]
Entre 1438-1440 formó parte de la legación pontificia dirigida por Niccolò Albergati que viajó por el Sacro Imperio y Hungría para conseguir la paz entre el rey de romanos Alberto II y el rey de Polonia Vladislao III Jagellón, y para atraer a la causa pontificia a los príncipes electores y a la reina Isabel de Luxemburgo contra los conciliares de Basilea.[2][6]
En 1440 regresó a Florencia, donde el papa Eugenio IV le había creado cardenal en el consistorio del 18 de diciembre de 1439 con título de SS. Nereo y Aquileo.[7][8] Poco después ofició como legado para ajustar la paz con Alfonso V de Aragón, enfrentado por el trono de Nápoles con René de Anjou, a quien el papa había apoyado hasta entonces.[9]
Formaba parte del séquito de Eugenio IV cuando en septiembre de 1443 el papa regresó a Roma después de nueve años de ausencia.[a] Fue Camarlengo del Colegio Cardenalicio durante el año 1443,[10] cardenal obispo de Palestrina y penitenciario mayor desde este mismo año,[11] abad comendatario de San Stefano en Sermoneta y decano del Colegio Cardenalicio desde la muerte en 1445 de Antonio Correr.[b]
Fue papable en el cónclave de 1447 en el que en detrimento de Prospero Colonna fue elegido Nicolás V,[12] formó parte junto con los cardenales Estouteville y Barbo de la comisión encargada del proceso de canonización de Bernardino de Siena,[13] fue protector de los eremitas de San Agustín y durante un breve periodo al final de su vida administrador de las diócesis de León y Orense.[2][14][15][c]
Fallecido en Roma a principios de 1449, fue sepultado en la capilla de S. Nicola di Tolentino de la iglesia de Sant'Agostino de esta misma ciudad, pero su lápida se perdió tras las reformas posteriores al incendio del templo en 1750.[16][17]