Los Geoglifos de Chiza, también conocidos como Geoglifos de la confluencia Chiza-Suca, son una serie de geoglifos prehispánicos con figuras antropomorfas, geométricas y zoomorfas, ubicadas en la confluencia de la quebrada de Chiza y la quebrada de Suca, Comuna de Huara, Región de Tarapacá, Chile.
El topónimo "Chiza" es de origen aimara. Deriva de las palabra ch´isi o ch´isa, que se traduce como "frío invernal". El nombre viene dado por la penetración de frío en la temporada de invierno.[1]
Los geoglifos se encuentran en medio del desierto de Atacama, a orillas de la ruta 5 (Km 1947) , 123 km al sur de Arica y 107 km al norte de Huara.[2]
El panel principal está formando por figuras antropomorfas con un rectángulo de doble línea, diseño observado en los geoglifos de Cerro Mono y Alto Ariquilda Norte. Además, se observan figuras geométricas (círculos, cruces, entre otras) y zoomorfas (camélidos y otros cuadrúpedos). En la ladera opuesta del panel principal la figura es una chacra.[3]
Los geoglifos de Chiza se vinculan a un importante cruce de rutas o senderos caravaneros, con destino a diversos sitios estratégicos: hacia el norte, a los sectores de Conanoxa y Taltape de la quebrada de Camarones; hacia el sur, a Corza en la quebrada de Camiña y Tiliviche; hacia el este, a Liga y Suca en la quebrada de Suca; y hacia el oeste, a la desembocadura de la quebrada de Camarones. Además, también señalarían la existencia de una aguada. En consecuencia, el sector probablemente haya sido un lugar de descanso y reabastecimiento de agua y pastos.[3]
Fueron realizados usando la técnica de adición, consistente en agregar o acumular piedras de colores oscuros para definir la figura del geoglifo, a fin de contrastar sobre un fondo más claro, característicos de cerros y pampas del desierto.[4][5]