Andrianerinerina es una figura legendaria de la mitología malgache y de las tradiciones históricas del pueblo merina, en las Tierras Altas de Madagascar. Diversas versiones lo presentan como la encarnación en la tierra del hijo de Zanahary, dios creador del cielo, del que descendería la línea de los reyes merina.[1][2]
Andrianerinerina | ||
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Información personal | ||
Otros nombres | Anerinerina | |
Nacimiento |
mito fundacional Anerinerina, Tierras Altas de Madagascar | |
Fallecimiento | desconocido (figura legendaria) | |
Residencia | Imerina, Madagascar | |
Nacionalidad | Mítica (merina) | |
Religión | Mitología malgache | |
Familia | ||
Padres | Zanahary (según la tradición) | |
Cónyuge | Andriamanitra (según la tradición) | |
Hijos | Descendencia real merina (linaje mítico) | |
Información profesional | ||
Ocupación | Soberano mítico | |
Área | Mitología malgache | |
Conocido por | Ser el primer soberano merina y ancestro de la dinastía merina | |
Según la tradición recogida en las Tierras Altas de Madagascar, el hijo de Zanahary descendió a la tierra en un lugar llamado Anerinerina (al norte de Angavokely), de donde deriva el nombre del soberano. Allí convivió con los Vazimba, considerados los habitantes originarios de Madagascar y vinculados en muchos relatos al mundo de los antepasados primordiales.[3]
El mito cuenta que Zanahary había advertido a los Vazimba de que no cocinaran ni ofrecieran la carne de las ovejas de Andrianerinerina, ya que este no podía consumirla. Pese a la prohibición, uno de los animales fue sacrificado y preparado en un guiso que le fue servido. Al ingerirlo inadvertidamente, Andrianerinerina quedó imposibilitado de regresar al cielo junto a su padre, quedando confinado a la tierra.
Ante esta transgresión, Zanahary planteó a los Vazimba una elección: «desatar los hilos de su vida» (aceptar la muerte) o reconocer a Andrianerinerina como su señor y soberano. Los Vazimba eligieron servirle para evitar su destrucción.
Para consolidar la nueva dinastía, Zanahary envió a una de sus hijas, llamada Andriamanitra, como esposa de Andrianerinerina. De esta unión mítica surgió el linaje real merina, que legitimó su soberanía mediante esta genealogía de origen divino.[4]
En las tradiciones orales merina, Andrianerinerina es considerado el primer soberano establecido en Imerina, aunque su figura conserva rasgos fuertemente míticos. El nombre suele interpretarse como «príncipe de las alturas», en alusión tanto a su origen celeste como a la geografía montañosa de la región central de Madagascar.
La historiografía moderna lo interpreta como un mito fundacional que legitima la realeza merina, al combinar elementos cosmogónicos —la descendencia directa de Zanahary— con componentes sociopolíticos —la subordinación de los Vazimba como población autóctona y la instauración de una nueva dinastía.[5]
Algunos estudios han subrayado además el valor simbólico de la prohibición alimentaria (la carne de oveja) como marcador de identidad y frontera cultural entre divinidad y humanidad, y la presencia de la figura femenina de Andriamanitra como esposa enviada desde el cielo, que introduce un principio de legitimidad dual (celeste y terrestre) en el linaje real.[6]
Otros autores relacionan el relato con procesos de sincretismo y memoria histórica: la oposición entre Vazimba y merina reflejaría tensiones entre poblaciones anteriores y los nuevos asentamientos en las Tierras Altas, mientras que la genealogía sagrada habría servido como herramienta de cohesión política y religiosa en la formación del Reino de Imerina.[7]