Tiberino (en latín Tiberinus), en la mitología romana, era el dios y personificación del río Tíber. Se lo imaginaba como hijo de Jano.[1] Era hermano, por parte de padre, de Fonto[2] y Canente,[3] entre otros. Sin embargo en la interpretatio graeca se considera que, como uno de los dioses fluviales, debería ser por lo tanto hijo de Océano y Tetis.[4] Tuvo al menos un hijo, Ocno, habido con Manto.[5]
Según el Libro VIII de la Eneida de Virgilio, Tiberino ayudó a Eneas después de su llegada a Italia desde Troya. Se le apareció en sueños sugiriéndole que remontara la corriente del río hasta el Palatino y buscara una alianza con Evandro en la guerra contra Turno y sus aliados (ver fundación de Roma). Tiberino se apareció a Eneas en un sueño, diciéndole que había llegado a su verdadero hogar. Tiberino también calmó el mar para que el barco de Eneas pudiera llegar a la ciudad a salvo.[6]
Tiberino también es conocido por ser el dios fluvial que encontró a los gemelos Rómulo y Remo y se los entregó a la loba Luperca (que acababa de perder a sus propios cachorros) para que los amamantara. Más tarde rescató y se casó con Rea Silvia, la madre de los gemelos y virgen vestal que había sido sentenciada a muerte.[7]
Tiberino era considerado uno de los dioses fluviales más importantes y sus seguidores se aseguraban de poner ofrendas en el río Tíber cada mes de mayo. Tiberino era honrado con veintisiete muñecos de paja que se llamaban Argei.[6]
Su fiesta anual (las Tiberinalias) se celebraban cada 8 de diciembre (en otros casos se da la fecha de 17 de agosto),[8][9] aniversario de la fundación del templo del dios en la isla Tiberina, siendo un rito de purificación y propiciatorio. Horacio, recordando un desbordamiento del río tras la muerte de César, llama a la mujer de Tiberino, Ilia o Rea Silvia, a quien supuestamente acogió en sus aguas, expulsada por Amulio.
El culto a Tiberino, fundado, tradicionalmente, por Rómulo, tuvo una importancia considerable en la topografía sagrada de Roma. Sagrada era la isla Tiberina, sede de un santuario del dios del inframundo Véjove y luego del santuario de Esculapio.
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