En geometría, el teorema de Monsky establece que no es posible diseccionar un cuadrado en un número impar de triángulos de igual área.[1] En otras palabras, un cuadrado no tiene una equidisección impar.
El problema fue planteado por Fred Richman en el American Mathematical Monthly de 1965 y demostrado por Paul Monsky en 1970.[2][3][4]
La demostración de Monsky combina las técnicas combinatoria y algebraica y, en resumen, es la siguiente:
Según el teorema de Monsky, es necesario tener triángulos con diferentes áreas para diseccionar un cuadrado en un número impar de triángulos. Se han estudiado las cotas inferiores para las diferencias de área que deben darse para diseccionar un cuadrado en un número impar de triángulos y las disecciones óptimas.[6][7][8]
Dado que las homologías afines conservan las equidisecciones, se deduce de forma más general que los paralelogramos (las imágenes afines de los cuadrados) tampoco tienen equidisecciones impares. Los polígonos con simetría central, de forma más general, no tienen equidisecciones impares, ni tampoco las tienen los poliominós.[4]
El teorema se puede generalizar a dimensiones superiores: un hipercubo de dimensión n solo se puede dividir en símplices de igual volumen si el número de símplices es un múltiplo de n.[2]