Sociedad pastoril es la sociedad que tiene como actividad económica principal el pastoreo; un grupo social de ganaderos cuya vida cotidiana se centra en el cuidado de sus manadas o rebaños, típicamente los nómadas.
No hay una forma de organización social única vinculada al pastorialismo; aunque muy frecuentemente se organizan en tribus, con un concepto de familia extensa como forma básica de organización del trabajo y los gastos,[1] mientras que el linaje suele ser la base de los derechos de propiedad. La movilidad permite a los grupos pastoriles agruparse y reagruparse según los recursos lo permitan, lo que implica cambios en las relaciones sociales.
La existencia de fronteras internacionales no implica que las sociedades pastoriles nómadas limiten sus desplazamientos a un lado de ellas; siendo muy frecuente que las crucen siguiendo sus desplazamientos tradicionales en busca de pastos o comercio. Esta actividad transfronteriza suele llevar a tensiones con los Estados-nación modernos, que pretenden someterlos a su autoridad y regulaciones. Por ejemplo, en África Oriental cerca del 95% del comercio transfronterizo sigue canales no oficiales. El comercio no oficial de ganado vivo (vacas, camellos y cabras) proveniente de Etiopía y que se vende en Somalia, Kenia y Yibuti genera un total estimado de 250 a 300 millones de dólares anuales (cien veces más que la cifra oficial).[2] Este comercio irregular mantiene bajos los precios de los alimentos, permitiendo una cierta seguridad en el suministro, alivia las tensiones fronterizas y promueve la integración regional.[2] Por otro lado, también significa riesgos, como la extensión de enfermedades y la pérdida de ingresos fiscales.[2] Hay ciertas iniciativas que pretenden promover el tráfico transfronterizo y documentarlo para evitar tales riesgos (como puede ser la vacunación del ganado).[2] (Regional Resilience Enhancement Against Drought -RREAD-, Enhanced Livelihoods in Mandera Triangle/Enhanced Livelihoods in Southern Ethiopia -ELMT/ELSE-, Regional Enhanced Livelihoods in Pastoral Areas -RELPA-, Regional Livelihoods Advocacy Project -REGLAP-, de la European Commission Humanitarian Aid Office -ECHAO-).[2]
Una de las consecuencias del colapso de la Unión Soviética y la independencia de las repúblicas centroasiáticas fue el resurgimiento del nomadismo pastoril. Un ejemplo es el pueblo kirguís, nómada previamente a la colonización rusa de los siglos XIX y XX, que los obligó a asentarse en poblados agrícolas. La población se urbanizó crecientemente desde la Segunda Guerra Mundial, pero algunas comunidades continuaron cuidando de rebaños de caballos y vacas en los altos pastos (jailoo) cada verano. Desde los años noventa del siglo XX, con el colapso económico del sistema soviético, muchos desempleados recurrieron a los lazos familiares, pasando a trabajar de nuevo como pastores nómadas. Los símbolos del nomadismo, específicamente la yurta, aparece en la bandera nacional de Kirguistán.
El Plan Morgenthau proponía convertir a Alemania en un «estado pastoril» para evitar que su previsible recuperación económica volviera a convertir a este país en un rival de los vencedores de la Segunda Guerra Mundial.