Sarita Cartonera fue un proyecto editorial solidario creado en Lima a principios del año 2004, siguiendo la línea de Eloísa Cartonera, editorial argentina formada un año antes en Buenos Aires.[1] El nombre combinó dos elementos, la figura de Sarita Colonia, ícono popular peruano que representa la estética chicha de la que el proyecto se nutre, y el adjetivo "cartonero", que de a pocos se fue imponiendo como apellido para las editoriales cartoneras del mundo. El proyecto se les ocurrió en 2003 a Milagros Saldarriaga y Tania Silva, tras encontrar un ejemplar de algún libro de Eloísa Cartonera en la librería Metales pesados, en Santiago de Chile.[2] En sus primeros meses contaron con el apoyo de Rodolfo Loyola y Julio César Vega para la diagramación de los libros, y poco después se unió Jaime Vargas Luna como editor general. En una segunda fase, el proyecto estuvo a cargo de Renzo Farje, hasta su fallecimiento en un accidente de tráfico en 2015.[3]
Sarita Cartonera publicó libros de literatura latinoamericana en formatos artesanales: papel bond A4 impreso en láser casera en tirajes reducidos, encuadernados con tapas hechas con cartones viejos, y pintados a mano y serigrafiados por el team cartonero, formado por un grupo de adolescentes y jóvenes de la ciudad de Lima. Los libros se vendían en librerías y ferias a bajo precio y buscaban difundir la mejor literatura latinoamericana en el Perú, promover la lectura y llamar la atención de la sociedad sobre cuestiones como el reciclaje, el endiosiamiento de los productos industrializados, la desnaturalización del arte, etc.[4]
Además de haber publicado treinta títulos en sus tres primeros años de fundada, Sarita Cartonera desbordó los límites de la edición, originando el proyecto educativo de estimulación y comprensión lectora Libros, un modelo para armar, participando en muestras de arte urbano, interviniendo plásticamente el stand que ocupó durante varios años en la Feria Internacional del Libro de Lima y que en el 2006 fue diseñado por Christian Bendayán, e integró en su producción a artistas plásticos como Fernando de Szyszlo o Eduardo Tokeshi junto a muchos otros, en la elaboración de su colección: Libros fascinantes, libros con cuya subasta se financiaba parcialmente el proyecto.
Después de la fundación de Eloísa Cartonera en Argentina y Sarita Cartonera en el Perú, se fundaron Yerba Mala Cartonera en La Paz, Bolivia; y Animita Cartonera en Santiago de Chile. Ahora las cuatro editoriales comienzan a construir juntas una red cartonera en vías de expansión. Véase: editoriales cartoneras.