La rosa almizcleña (Rosa moschata) es una especie de rosa que lleva mucho tiempo cultivada. Sus orígenes silvestres son inciertos pero se sospecha que se encuentran en el oeste de los Himalayas.
Rosa moschata | ||
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Taxonomía | ||
Superreino: | Eukaryota | |
Reino: | Plantae | |
Subreino: | Tracheobionta | |
División: | Magnoliophyta | |
Clase: | Magnoliopsida | |
Subclase: | Rosidae | |
Orden: | Rosales | |
Familia: | Rosaceae | |
Subfamilia: | Rosoideae | |
Tribu: | Roseae | |
Género: | Rosa | |
Especie: |
Rosa moschata Herrm. | |
Rosa moschata es un arbusto que alcanza los 3 m de altura con flores blancas de unos 5 cm en una floja cima o corimbo, que florece en un nuevo crecimiento desde finales de primavera hasta finales de otoño en climas cálidos, o de a finales del verano en adelante en climas de veranos frescos. Los sépalos son de 2 cm de largo con puntos finos.
Las flores tienen un aroma característico a "almizcle", que emana de los estambres, que también se encuentra esta característica en algunos de sus descendientes.
Las espinas en los tallos son rectas o ligeramente curvas y tienen una base amplia. Las hojas de color verde claro o verde grisáceo tienen de cinco a siete foliolos ovales con pequeños dientes; las venas a veces son pubescentes y la raquis posee espinas. Las estípulas son estrechas con amplias terminaciones libres. Frutos pequeños, ovalados llamados escaramujos, se vuelven rojo anaranjados en otoño.
Las semillas se encuentran dentro del cinorrodón, frutos ovoides que miden entre 15 y 20 mm, presentan una cáscara semiblanda de aproximadamente 1 mm de espesor, con restos de sépalos espinosos en el extremo, llamados aquenios.[1]
El fruto se trata de un pseudofruto, que se llama cinorrodón. El cual envuelve los aquenios, fruto pequeño y ovalado de color rojo anaranjada en otoño. Los frutos maduros se mantienen adheridos a la planta después de su completa madurez. Tras las primeras heladas, el fruto se ablanda y comienza a caer.[1]
Esta especie ha sido históricamente confundida con Rosa brunonii, una muy parecida de los Himalayas, la especie es de mayor altura y hábito de escalada que lleva las flores en primavera y que posee un parecido, olor almizclado. Se pueden distinguir en los jardines por su temporada de floración y por sus hábitos de crecimiento diferentes.
La variedad 'Plena' presenta flores semi-dobles, y una forma con el nombre de estudio "Temple Musk", ("Templo de almizcle"), que se encuentra en los Estados Unidos, lleva flores más dobles.
Se encuentra en Chile, desde Valparaíso a Magallanes,[2] en Mexico (Michoacán y Veracruz),[3] y en Estados Unidos (Alabama).[4]
La Rosa moschata requiere una gran cantidad de luminosidad, por lo que es poco tolerante a las sombras y su desarrollo se limita en bosques denso, el exceso de agua es una limitante pero crece de buena manera en suelos con buen drenaje con 25-30 cm de profundidad y se considera una especie más rústica con respecto a lo poco exigente que es sobre los fertilizantes.
Es una especie que no crece con un patrón definido con respecto a ubicación, la podemos encontrar en bosques sin intervención humana o en sectores donde se observa un alto tránsito de personas, es más, se pide constante la eliminación de esta especie por la amenaza a la biodiversidad local, pero se puedo observar que presenta mayor preferencia a terrenos degradados, bordes de camino y estereos. [5]
Fruto es un aquenio ovoide, rojo-anaranjado o escarlata brillante de alto contenido en vitamina C, nutrientes y antioxidantes,[6] es liso, a veces con algunas cerdas, que alberga numerosas semillas.[7] El tamaño y color del fruto varía según el grado de madurez, entre el anaranjado y el rojo brillante, por lo que recibe también el nombre popular de coral.
Las semillas cuentan con una composición de eugenol, heneicosano, tricosano y nonadeceno.[8] Rica en vitaminas E y minerales. [6]
La Rosa moschata o rosa mosqueta, posee una amplia tradición de uso en contextos rurales, especialmente en ámbitos como la medicina tradicional, la alimentación y el cuidado de la piel. Sus frutos secos, se utilizan frecuentemente en infusiones y jarabes caseros destinados al tratamiento de afecciones digestivas leves como diarrea, cólicos y estreñimiento funcional. También se emplean como tónico general en casos de resfriados y estados febriles, atribuyéndose estos efectos a su contenido natural de taninos, flavonoides y vitamina C.[9] Las flores secas han sido aplicadas externamente mediante compresas y lavados oculares tradicionales, utilizados para calmar irritaciones cutáneas y oculares, gracias a sus propiedades suavizantes y astringentes.
Uno de los derivados más valorados es el aceite de semilla, que se aplica tópicamente como cicatrizante natural para tratar heridas quirúrgicas, quemaduras, úlceras dérmicas y marcas cutáneas, debido a su capacidad regeneradora e hidratante percibida empíricamente.[5]
En la alimentación, los frutos se han empleado tradicionalmente en la elaboración de mermeladas, infusiones, vinos artesanales y suplementos vitamínicos, aprovechando su sabor ácido y su alto contenido de vitamina C. [5]
En el ámbito cosmético, el aceite de rosa mosqueta ha sido ampliamente utilizado en preparaciones caseras para mejorar la apariencia de cicatrices, arrugas y manchas cutáneas, efecto atribuido a su riqueza en ácidos grasos esenciales como el linoleico y linolénico.[10]
El fruto de la rosa mosqueta es rico en vitamina C, dependiendo de la época de cosecha estas cantidades de vitamina va cambiando, antocianinas y carotenoides como el licopeno, el β-caroteno y la α-criptoxantina. Además, contiene grupos fenólicos como el de los flavonoides, proantocianidinas y catequinas. Posee alto contenido de ácidos grasos poliinsaturados (Linoleico, linolénico, oleico, esteárico y palmítico) tanto en frutos como en semillas. El aceite de las semillas contiene más del 77% de estos ácidos grasos.
Asimismo, el fruto es rico en aceites esenciales, fibra, azúcares, minerales como silicio, aluminio, fósforo, potasio, calcio, magnesio, sodio, hierro, cobre, manganeso, zinc y boro, y posee altas cantidades de proteína tanto en frutos como en semillas.[5]
Su propiedad antioxidante se relaciona al alto contenido de polifenoles, vitamina C y ácidos grasos esenciales en sus frutos.[11][12] Es capaz de neutralizar radicales libres, reduciendo el estrés oxidativo celular y el envejecimiento prematuro de la piel. Efecto antiestrés asumido por la actividad antioxidante de sus flavonoides y vitaminas.[13]
Se determinó una acción gastrointestinal como antiespasmódica y antidiarreica. Los frutos inhiben las contracciones del yeyuno mediante bloqueo de canales de calcio, reduciendo la motilidad intestinal. Extractos hidro-metanólicos confirman el efecto antidiarreico.[14]
La rosa mosqueta ha generado importantes problemas ambientales en diversas zonas de Chile y Argentina, al ser considerada una especie invasora que amenaza la biodiversidad local. En Chile, específicamente en la región de Aysén, su densa vegetación espinosa dificulta el acceso de animales a ciertas zonas, limitando sus fuentes de alimento. Además, no es apta para el forraje, por lo que los ganaderos suelen eliminarla.[15] En Argentina, su rápida propagación y alto consumo de agua han generado preocupación en áreas sensibles como los humedales de la Reserva Nacional Villavicencio, en Mendoza.[16]
Rosa moschata fue descrita por Johann Hermann y publicado en De Rosa 15. 1762.[17]
Rosa: nombre genérico que proviene directamente y sin cambios del latín rosa que deriva a su vez del griego antiguo rhódon, , con el significado que conocemos: «la rosa» o «la flor del rosal»
moschata: epíteto que alude a su aroma almizclado (del latín muscus = almizcle).[18]