Ratsimilaho (c. 1694 – c. 1750) fue el fundador y filoha be (jefe supremo) de la confederación Betsimisaraka, que dominó gran parte del litoral oriental de Madagascar a comienzos del siglo XVIII, abarcando unos 640 km de costa e importantes puertos como Toamasina, Fénérive y Maroansetra.[3][4]
Ratsimilaho | |||
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Información personal | |||
Nombre completo | Ramaromanompo | ||
Nacimiento |
ca. 1694 Madagascar | ||
Fallecimiento |
ca. 1750 Foulpointe, Madagascar | ||
Residencia | Foulpointe, Toamasina | ||
Nacionalidad | Malgache | ||
Religión | Religión tradicional malgache (culto a los ancestros) | ||
Familia | |||
Padres |
Thomas Tew o Thomas White (atribuido) Rahena (princesa Anteva) | ||
Cónyuge | (atr.) Matave, princesa Sakalava[1] | ||
Hijos |
Zanahary Bety (Bétia) | ||
Familiares | (descendencia lejana: Roland Ratsiraka) | ||
Educación | |||
Educado en | Estancia breve en Inglaterra (atr.)[2] | ||
Información profesional | |||
Ocupación | Monarca | ||
Años activo | c. 1710 – 1754 | ||
Cargos ocupados | Rey | ||
Miembro de | Confederación Betsimisaraka | ||
reconocimientos
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Notas | |||
Fundador y primer jefe supremo de la confederación Betsimisaraka | |||
Hijo de Rahena, princesa local Anteva, y de un europeo tradicionalmente identificado con el pirata inglés Thomas Tew o, según otras versiones, Thomas White,[5][2] fue proclamado con el nombre real de Ramaromanompo («el que es servido por muchos»).[6]
Durante su gobierno (c. 1710–1754) logró consolidar una identidad común entre numerosos clanes de la costa oriental, que pasaron a reconocerse bajo la denominación de Betsimisaraka («los numerosos que no se separan»).[1]
El título honorífico principal de Ratsimilaho fue Ramaromanompo, que las fuentes traducen como «el que es servido por muchos».[1]
En la asamblea fundacional (kabary) en Foulpointe, otorgó a sus aliados del norte el etnónimo Betsimisaraka («los numerosos que no se separan»), como emblema de cohesión frente a los clanes rivales del sur.[7] Estos últimos fueron conocidos posteriormente como Betanimena («cubiertos de tierra roja»), en alusión a la arcilla húmeda que se les pegó durante su retirada en la derrota de 1712.[1]
El nombre personal Ratsimilaho se interpreta como una forma compuesta del malgache: Ratsi-milahy («hombre noble» o «hombre valeroso»), reflejando tanto su ascendencia mixta como su legitimidad como líder.[8]
Con la expansión de la confederación, el apelativo Betsimisaraka pasó de ser un lema político a designar al conjunto de la población de la costa oriental, constituyendo uno de los principales grupos étnicos de Madagascar.
Entre 1680 y 1720, el litoral oriental de Madagascar se convirtió en un área de intenso intercambio con europeos —comerciantes, misioneros y sobre todo piratas británicos, franceses y estadounidenses—, que utilizaban como bases principales Île Sainte-Marie, Foulpointe y la bahía de Antongil.[1][7]
Los contactos incluyeron tanto comercio de arroz, cebúes y esclavos hacia las islas Mascareñas como intercambios culturales, musicales y lingüísticos.[7] Las alianzas matrimoniales entre capitanes europeos y mujeres de linajes aristocráticos locales dieron origen a la categoría social de los zana-malata («descendientes de mulatos»), grupo influyente que medió entre el poder extranjero y las comunidades indígenas.[1]
En este contexto, las comunidades de la costa este estaban políticamente fragmentadas en pequeños clanes (filohany), lo que facilitaba la intervención extranjera. El jefe sureño Ramanano organizó milicias desde Vatomandry y lanzó incursiones contra los puertos septentrionales, profanando tumbas y tomando cautivos, lo que generó un clima de violencia e inestabilidad.[7] Frente a esta amenaza surgió la figura de Ratsimilaho, que lograría unificar a los clanes del norte en torno a un proyecto de resistencia común. Fundación de la confederación (c. 1710–1730) editar
Hacia 1710, Ratsimilaho fue proclamado filoha be (jefe supremo) por los clanes del norte, conocidos como Antavaratra, y asumió el liderazgo de la resistencia frente a las incursiones de Ramanano y sus aliados sureños (Tsikoa).[1][7]
En 1712, logró recuperar Fénérive y consolidar su autoridad en la costa oriental. Estableció su capital en Foulpointe (actual Mahavelona), desde donde articuló un territorio que se extendía aproximadamente desde Mananjary en el sur hasta Antalaha en el norte, cubriendo unos 640 km de litoral y varios de los principales puertos de la región.[4][3]
Para estabilizar el litoral, combinó campañas militares con negociaciones diplomáticas. En algunos casos llegó a pactar con sus rivales, como la cesión temporal del control de Tamatave a los Betanimena («cubiertos de tierra roja») con el fin de evitar nuevas guerras.[7] Al mismo tiempo, buscó ampliar sus alianzas con pueblos vecinos: estrechó vínculos con los Bezanozano, situados en el interior, y consolidó una unión con los Sakalava del reino de Iboina, posiblemente mediante matrimonio con la princesa Matave.[1]
Estas estrategias políticas y matrimoniales, junto con la fuerza militar, le permitieron reforzar la cohesión entre comunidades tradicionalmente rivales y dar origen a la confederación Betsimisaraka («los numerosos que no se separan»), que se convirtió en una de las principales potencias regionales de Madagascar en el primer tercio del SXVIII.
Más que un reino centralizado en sentido estricto, la confederación Betsimisaraka funcionó como una red de alianzas entre clanes y linajes locales, cohesionados bajo la figura del filoha be pero con un alto grado de autonomía interna.[9][4] Su base política se apoyaba en pactos, matrimonios estratégicos y ceremonias colectivas (kabary) que legitimaban la autoridad del jefe supremo y la solidaridad intercomunitaria.
Los puertos de la costa oriental se mantuvieron abiertos al comercio atlántico e índico, canalizando exportaciones de arroz, ganado y esclavos hacia las Mascareñas —en especial Île de France y Reunión—, mientras que de Europa y del Índico llegaban armas de fuego, pólvora, tejidos, cuentas y abalorios.[9] Este intercambio generó una relativa prosperidad pero también incentivó la dependencia de la trata esclavista, en la que los Betsimisaraka desempeñaron un papel clave como intermediarios.
Para reducir tensiones internas, Ratsimilaho impulsó políticas de asentamiento cruzado: familias del norte (Antavaratra) eran instaladas en territorios del sur, y viceversa, con el fin de debilitar lealtades exclusivas y reforzar la identidad común betsimisaraka.[9] Asimismo, fomentó la producción de excedentes de arroz destinados a la exportación a las Mascareñas, lo que convirtió al litoral oriental en una región estratégica para el abastecimiento de colonias francesas y británicas.[9]
Aunque se mantuvo la autoridad local de los tangalamena (notables) y consejos de ancianos, el liderazgo de Ratsimilaho supuso un grado inédito de coordinación política en la región, articulando un sistema de confederación flexible más que de monarquía centralizada.
La principal alianza exterior de la confederación Betsimisaraka se estableció con los Sakalava de la costa occidental, en particular con el reino de Iboina, mediante un matrimonio atribuido entre Ratsimilaho y la princesa Matave, hija del rey Andrianbaba.[1] Esta unión matrimonial sirvió para equilibrar el poder frente a los adversarios meridionales (Betanimena) y reforzar la legitimidad del filoha be como actor político a escala insular.
Las relaciones con las potencias europeas fueron ambivalentes. Por un lado, se dio una cooperación pragmática con comerciantes y autoridades coloniales francesas, que utilizaban los puertos betsimisaraka —como Toamasina, Foulpointe y Île Sainte-Marie— como puntos de aprovisionamiento y de intercambio de arroz, ganado y esclavos.[4] Por otro lado, la confederación ejerció una contención activa contra iniciativas percibidas como amenazas a su autonomía, como la de Maurice Benyowsky, aventurero de origen austrohúngaro que en el siglo XVIII intentó proclamarse «rey de Madagascar» con el apoyo de algunas facciones locales.[1]
Asimismo, Ratsimilaho buscó mantener un delicado equilibrio diplomático entre franceses, británicos y otros europeos, evitando la dependencia exclusiva de una sola potencia y preservando la autonomía de los Betsimisaraka en un contexto de creciente rivalidad colonial en el océano Índico.
A la muerte de Ratsimilaho (c. 1750–1754),[3][4] lo sucedió su hijo Zanahary, mientras que su hija Bety (también conocida como Bétia o Marie-Élisabeth Sobodic) gobernó Île Sainte-Marie y la vinculó estrechamente a Francia mediante su matrimonio con el cabo Jean Filet Olésime, apodado «La Bigorne».[10]
La cohesión de la confederación se fue debilitando tras la desaparición del filoha be. Bajo los reinados de Iavy y Zakavolo, la autoridad central fue cada vez más cuestionada, mientras la influencia francesa aumentaba a través del control comercial de los puertos y las alianzas con facciones zana-malata locales.[7] Durante este período, los intentos de mantener la unidad se vieron socavados por conflictos internos, incursiones de los Sakalava y la competencia entre potencias europeas.
El debilitamiento estructural facilitó la expansión del Reino de Imerina. En 1817, el rey merina Radama I emprendió una campaña hacia la costa oriental y ocupó Toamasina, instalando guarniciones en los principales puertos y en el interior, lo que marcó la integración del litoral betsimisaraka en la esfera política merina.[11] A pesar de varias revueltas locales, la confederación había perdido ya su capacidad de resistencia coordinada, y quedó sometida al dominio merina hasta la colonización francesa en 1896.
La figura de Ratsimilaho se conoce principalmente a través de una combinación de tradiciones orales, crónicas de viajeros y comerciantes europeos de los siglos XVII y XVIII, y estudios históricos modernos.
Existen notables incertidumbres en torno a su biografía:
Su figura ha sido reinterpretada en distintos contextos:
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incorrecto (ayuda).
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incorrecto (ayuda).