El picolezna comesebo,[8] (Pygarrhichas albogularis), también denominado picolezna patagónico (en Argentina) o comesebo grande (en Chile),[4] es una especie de ave paseriforme de la familia Furnariidae, es el único miembro del género monotípico Pygarrhichas. Es nativo del sudoeste de Sudamérica.
Picolezna comesebo | ||
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Estado de conservación | ||
Preocupación menor (UICN 3.1)[1] | ||
Taxonomía | ||
Reino: | Animalia | |
Filo: | Chordata | |
Clase: | Aves | |
Orden: | Passeriformes | |
Familia: | Furnariidae | |
Subfamilia: | Furnariinae o Pygarrhichinae[2] | |
Tribu: | Pygarrhichadini | |
Género: |
Pygarrhichas Burmeister, 1837[3] | |
Especie: |
P. albogularis (King, 1831) | |
Distribución | ||
Distribución geográfica del picolezna comesebo. | ||
Sinonimia | ||
En Argentina también es conocido como corre árboles, falso carpintero, picolezna de garganta blanca, picolezna del bosque o trepador garganta blanca;[9] en Chile como carpintero pardo.[10]
Se distribuye en el sudoeste de la Argentina (hacia el sur desde el sur de Mendoza),[9] y el centro y sur de Chile (desde Santiago) hacia el sur hasta Tierra del Fuego.[11]
En la Argentina habita en las provincias de: Mendoza, Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz, y Tierra del Fuego Antártida e Islas del Atlántico Sur.
En Chile habita desde Santiago hasta la isla Navarino, en la Región de Magallanes y la Antártica Chilena.
Es una especie endémica de los bosques subantárticos. Sus hábitats naturales incluyen todos los tipos forestales regionales, especialmente los maduros, y especialmente los dominados por lengas (Nothofagus). Habita entre el nivel del mar y los 1200 m de altitud.[11]
El picolezna comesebo mide entre 15 y 16 cm de longitud y pesa entre 20 y 27 g.[11] El pico es negro y la base de la mandíbula blanquecina. Las patas son pardas. El iris es pardo. El dorso es pardo oscuro con la rabadilla castaña y las cobertoras alares de color pardo oscuro, con ribetes castaños; la cola es castaña. La garganta, el cuello y el pecho son blancos. El ábdomen es pardo oscuro con lunares blancos. Las alas son pardas con banda castaña.[9] El patrón ventral no se parece con ningún otro furnárido.[11] El pico es fuerte y ligeramente encorvado hacia arriba. Las puntas de las rectrices no poseen barbas y son muy tiesas y firmes, asemejándose a prolongaciones espinosas.[10]
Es un ave difícil de ver debido a su pequeño tamaño, timidez y colores mimetizados con el entorno. Prefiere los bosques maduros, frecuentando también sus bordes y clareras. A pesar de tener costumbres similares a los carpinteros, no posee fuertes músculos en el cuello, por lo que debe construir sus nidos en maderas de troncos podridos o semiquemados.
Utiliza las puntas firmes de las rectrices como apoyo mientras sube y corre ágilmente por los troncos y ramas gruesas. Con su fuerte pico levanta la corteza arrancando pedacitos y líquenes en busca de su alimento. Sabe frecuentar los restos de fogatas de campamentos en busca de sobras de grasa.[10]
Puede forrajear de forma regular a usual junto a bandadas mixtas, como a veces también solitario.[11]
Su dieta preferencial consiste de artrópodos, y también se han registrado larvas de coleópteros.[11]
La postura ocurre entre noviembre y diciembre. El nido es una perfuración redondeada de profundidad entre 25 y 40 cm, a una distancia entre 3 y 8 m del suelo, en troncos de madera algo podrida. El interior es forrado con aserrín de la propia excavación y pajitas secas. Deposita de dos a tres huevos blancos que miden en promedio 22 x 7 mm.[10]
El canto es una serie de agudos «tsisisis .. tsisisi .. tsisisi».[9]
Los adultos pueden ser predados por el aguilucho andino (Buteo albigula) y los pichones por el carpintero negro (Campephilus magellanicus).[9]
El picolezna comesebo ha sido calificado como especie bajo preocupación menor por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) debido a que su población, todavía no cuantificada, se considera estable y sin evidencias de cualquier declinio o amenazas substanciales.[1]
La especie P. albogularis fue descrita por primera vez por el ornitólogo británico Phillip Parker King en 1831 bajo el nombre científico Dendrocolaptes albo-gularis. No fue señalada una localidad tipo; presumiblemente sería: «Estrecho de Magallanes occidental, Chile».[11]
El género Pygarrhichas fue propuesto por el naturalista alemán naturalizado argentino Carlos Germán Burmeister en 1837.[3]
El nombre genérico masculino «Pygarrhichas» deriva del griego « pugē»: rabadilla, y «arrhikhos»: cesta de mimbre;[5] y el nombre de la especie «albogularis», proviene del latín «albus»: blanco y «gularis»: de garganta; significando «de garganta blanca».[12]
Estudios genético moleculares recientes de Moyle et al (2009) y Derryberry et al (2011), indican que la presente especie está hermanada a un grupo que incluye Microxenops y Ochetorhynchus.[13][14] Los estudios de Ohlson et al (2013) propusieron la inclusión de los tres géneros en una subfamilia Pygarrhichinae Wolters, 1977.[2] Es monotípica.[11]