Los Bara son un pueblo malgache de tradición pastoral asentado en el sector meridional del altiplano de Madagascar, con centros como Ihosy, Betroka, Ranohira o Sakaraha. Históricamente constituyen el principal grupo criador de cebúes de la isla y practicaron un modo de vida seminómada, aunque desde mediados del siglo XX una parte creciente de la población adoptó la agricultura.[1][2]
Bara | ||
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![]() Pueblo malgache pastoril y seminómada del sur y centro-sur de Madagascar | ||
Otros nombres | Ibara | |
Ubicación | Madagascar (principalmente en Región Ihorombe, Atsimo-Andrefana y Anosy) | |
Descendencia | ~520 000 (2000) – ~590 000 (2013) | |
Idioma | Dialecto bara del malgache | |
Religión | Religiones tradicionales; cristianismo | |
Etnias relacionadas | Otros pueblos malgaches, pueblos bantúes, pueblos austronesios | |
Asentamientos importantes | ||
Ihosy | ||
Betroka | ||
Ranohira | ||
Sakaraha | ||
Ivohibe | ||
Ankazoabo | ||
Beroroha | ||
Ranotsara Avaratra | ||
Ranohira | ||
Analavelona | ||
Isalo | ||
Las estimaciones de población oscilan entre unas 520 000 personas hacia el año 2000 y cerca de 590 000 en la década de 2010, lo que representa aproximadamente el 3 % de la población nacional.[3][4]
El término Bara es de posible origen bantú y ha sido interpretado como «los del interior». Su territorio histórico se denomina Ibara.[5] En fuentes coloniales francesas se describen subgrupos como Bara-Be, Bara-Imamono o Bara-Iantsantsa.[6]
El espacio bara ocupa una amplia franja del sur del altiplano malgache, entre los cursos del Zomandao y el Mangoky (al norte), las mesetas y macizos de Isalo, Ihorombe y Analavelona (al oeste y noroeste), y el Onilahy (al sur), en contacto oriental con tierras Tanala. Sus principales núcleos son Ihosy (capital histórica), Betroka, Ranohira, Sakaraha, Ankazoabo y Beroroha.[7]
Los orígenes del grupo se asocian a genealogías de época moderna con conexiones Sakalava (linajes Maroserana). Hacia 1640 un noble Mahafaly se impuso en territorio bara y estableció la dinastía Zafimanely; tras décadas de conflictos internos, alrededor de 1800 el rey Raikitroka introdujo normas que estabilizaron el conjunto, que volvió a fragmentarse posteriormente en múltiples reinos y principados.[8]
Durante el siglo XIX la riqueza bara creció gracias al comercio de cebúes y a la participación —junto con los sakalava— en el tráfico de esclavos y en razias fronterizas, lo que favoreció su autonomía frente al Reino de Imerina. Aunque Ranavalona I instaló una guarnición en Ihosy, los merina no lograron someter por completo a los Bara.[9]
Tras la colonización francesa (1896) algunos reinos fueron disueltos y se sucedieron insurrecciones en 1897 y en la gran revuelta del sur (1904–1905).[10] En el periodo de independencia destacó el líder bara André Resampa, figura clave del PSD en 1959–1960.[11]
La sociedad bara se organizó en reinos y linajes emparentados, con los Zafimanely como línea noble predominante. Tradicionalmente estuvo estratificada en tres órdenes —nobles, comunes y esclavos— y se regía por normas patriarcales; en algunos grupos se practicaron la endogamia y la poligamia.[12][13]
Entre los ritos de paso masculinos tuvo especial relevancia el robo ritual de ganado (dahalo) como prueba de valor previa al matrimonio; hoy está prohibido, pero persiste como abigeato armado sin connotación iniciática.[14]
Existen numerosos fady (tabúes) que regulan la vida social, variables según linaje y aldea; entre las élites fueron comunes los tabúes relativos al nombre de los jefes difuntos y la inviolabilidad de sus esposas y casas.[15]
Predominan las creencias tradicionales malgaches: culto a Zanahary (dios creador) y a los antepasados, con altares comunales (hazomanga) y árboles sagrados —como el tamarindo— donde se realizan ofrendas.[16][17]
El cristianismo (principalmente luterano y católico) está presente desde fines del siglo XIX, a menudo en formas de sincretismo con las prácticas locales.[18]
Las aldeas tradicionales presentan casas rectangulares construidas con tierra rojiza (rica en hierro), con espacio bajo los aleros destinado al secado de maíz en invierno.[19] La vestimenta incorporó algodón hilado y tejido en rueca de caída; el hilo sin ablandar (fole velo) posee valor ritual y se emplea en amuletos y ceremonias de circuncisión. En zonas orientales también se usaron corteza batida y esteras de harefo (Eleocharis).[20]
Los fady regulan gestos cotidianos, como no servir con los mismos utensilios a personas distintas o no pasar por encima de otro.[21] Los muertos se depositan en cuevas naturales —emblemáticas las del Isalo— o en tumbas de piedra situadas lejos de los poblados. El duelo incluye llanto ritual en la llamada «casa de muchas lágrimas» y corte de cabello.[22][23]
La música bara recurre al lokanga (violín de tres cuerdas) y a cantos polifónicos; en la danza se imitan los movimientos del cebú. En época reciente se popularizó el estilo kilalaky, música y baile en línea asociado a cuadrillas de pastores y dahalo.[24]
Hablan el malgache bara (Bara Malagasy), un dialecto de la lengua malgache, perteneciente a la familia malayo-polinesia y relacionado con el subgrupo barito procedente del sur de Borneo.[25]
La cría y comercio de cebúes constituye la base económica histórica de los Bara. Desde el siglo XIX se documentan exportaciones hacia la costa suroeste (Toliara, Saint-Augustin, Belo, Soalara) y un activo intercambio de armas por ganado que reforzó su autonomía política. Practican además agricultura (arroz, yuca, mijo, maíz); el calendario de siembra del arroz se asociaba a la llegada de la codorniz migratoria (kibodolo).[26][27] En el siglo XIX, los Bara junto con los Sakalava fueron actores principales del comercio de esclavos en la isla hasta su abolición.[28] En ciertas zonas (Ankandrarezina) se explotó el tapia (Uapaca bojeri) para la producción local de seda y su exportación a Imerina.[29]