El cacholote de la caatinga (Pseudoseisura cristata),[4][5] es una especie de ave paseriforme de la familia Furnariidae perteneciente al género Pseudoseisura. Es endémica de la caatinga del este de Brasil.
Cacholote de la caatinga | ||
---|---|---|
Cacholote de la caatinga (Pseudoseisura cristata) en el estado de Paraíba, Brasil. | ||
Estado de conservación | ||
Preocupación menor (UICN 3.1)[1] | ||
Taxonomía | ||
Reino: | Animalia | |
Filo: | Chordata | |
Clase: | Aves | |
Orden: | Passeriformes | |
Familia: | Furnariidae | |
Subfamilia: | Furnariinae | |
Tribu: | Synallaxini | |
Género: | Pseudoseisura | |
Especie: |
P. cristata (Spix, 1824)[2] | |
Distribución | ||
Distribución geográfica del cacholote de la caatinga. | ||
Sinonimia | ||
| ||
Se distribuye por el noreste de Brasil, desde el este de Maranhão, hacia el este hasta Río Grande do Norte y hacia el sur hasta el centro de Minas Gerais y sur de Bahía.[6]
Esta especie es considerada localmente es bastante común en su hábitat natural: la vegetación arbustiva de la caatinga y áreas semiabiertas, algunas veces inclusive en áreas de ganadería intensa por debajo de los 600 m de altitud.[7]
La especie P. cristata fue descrita por primera vez por el naturalista alemán Johann Baptist von Spix en 1824 bajo el nombre científico Anabates cristatus; la localidad tipo es: «Malhada, Río São Francisco, Bahía, Brasil.».[3]
El nombre genérico femenino «Pseudoseisura» se compone de las palabras del griego «ψευδος pseudos»: falso, y «σεισουρα seisoura»: ave mencionada por Hesiquio y posteriormente identificada como las lavanderas del género Motacilla del Viejo Mundo, significando «falso Motacilla»;[8] y el nombre de la especie «cristata», del latín «cristatus»: crestado, con penacho.[9]
El género no tiene parientes cercanos obvios dentro de su familia. La presente especie es pariente cercana de Pseudoseisura unirufa que era antes considerada una subespecie de P. cristata, pero Zimmer & Whittaker (2000) presentaron evidencias para considerar P. unirufa como especie separada. Difieren ecológica y vocalmente (diferencias importantes en la vocalización fueron demostradas mediante experimentos de «playback»), y posiblemente también en el sistema social y arquitectura del nido.[10] Es monotípica.[3]