El Parque Monumento Nacional Bariay es un área natural e histórica situada en la costa norte de la provincia de Holguín, Cuba, en el municipio de Rafael Freyre.[1] Forma una península de aproximadamente 25 km², limitada por las bahías de Jururú (al oeste) y la de Bariay (al este). Es reconocido como el sitio por donde desembarcó el almirante Cristóbal Colón por primera vez en la isla, el 28 de octubre de 1492. No debe confundirse con Bariay, localidad homónima perteneciente al mismo municipio.[2]
Parque Monumento Nacional Bariay | ||
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Monumento Nacional de Cuba | ||
![]() Monumento Encuentro de las Dos Culturas | ||
Situación | ||
País |
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Ubicación | Rafael Freyre, provincia de Holguín | |
Datos generales | ||
Superficie | 25 km² | |
Ubicación del parque. | ||
El desembarco ocurrió en la costa este de la bahía de Bariay, cerca de Playa Blanca, a unos 37 km de la ciudad de Holguín.[3]
El nombre Bariay proviene de un vocablo indígena repetido por los habitantes originarios al llegar los conquistadores. Colón, maravillado por el paisaje, expresó su célebre frase:
«Esta es la tierra más hermosa que ojos humanos hayan visto.»[4][5]
El almirante nombró la bahía como Puerto de San Salvador. Desde 1937, diversos investigadores de todo el mundo han coincidido en este como el punto del desembarco, aunque existen otras hipótesis que lo ubican frente a Cayo Bariay, al otro lado de la bahía. Allí se erigió un obelisco en honor a Colón, aunque el sitio no ha sido priorizado turísticamente por las autoridades cubanas.[6]
Un hecho relevante tuvo lugar en octubre de 1992, durante las conmemoraciones del 500 aniversario del desembarco. Se había planificado una ceremonia en Cayo Bariay, con la participación de delegaciones culturales, religiosas y políticas.[7] La Iglesia Católica propuso iniciar el evento con una misa y una peregrinación hasta el sitio histórico, lo cual no fue aceptado por las autoridades políticas. El día señalado, una fuerte tormenta interrumpió el acto y provocó la destrucción de la infraestructura preparada, que incluía equipos de sonido, vestuario y decoraciones.
Seis años después, en 1998, el papa Juan Pablo II realizó su primera visita a Cuba, lo que otorgó un nuevo valor simbólico al lugar.
Algunas investigaciones señalan que el traslado de las celebraciones a Cayo Bariay pudo estar motivado también por razones políticas, ya que el obelisco en honor a Colón, erigido en 1952, había sido impulsado por la compañía Santa Lucia Company S.A. a partir de estudios independientes.
Excavaciones realizadas por el arqueólogo José Manuel Guarch del Monte descubrieron restos de una aldea taína, lo que permitió la creación de una réplica de la misma junto a un museo arqueológico. El parque incluye también un fortín español del período de la Guerra de Independencia de Cuba.
En Punta de Sabaneta se levanta un monumento conmemorativo inaugurado en 1992, con motivo del 500 aniversario del arribo de Cristóbal Colón a tierras americanas. Su propósito es recordar el histórico contacto entre los pueblos europeos y las comunidades aborígenes de la región.
La obra de la artista holguinera Caridad Ramos, simboliza este encuentro a través de dos elementos principales: por un lado, una estructura en ruinas que evoca el desarrollo de la cultura neoclásica europea; por otro, una representación de la cultura aborigen compuesta por réplicas de objetos elaborados por sus pobladores, hallados en excavaciones arqueológicas.
Bariay posee un alto valor paisajístico, ecológico y cultural. El sitio forma parte del Corredor Biológico Caribe, una iniciativa internacional que busca conservar ecosistemas clave en la región. En su entorno natural se encuentran especies de flora y fauna endémicas, propias del oriente cubano, lo que convierte al área en un destino atractivo para el turismo de naturaleza y la investigación científica. Sus ecosistemas incluyen manglares, bosques siempreverdes, bosques semideciduos y matorrales xeromorfos, con numerosas especies endémicas.[8]
En 1978, el sitio fue declarado Monumento Nacional, lo que garantiza su protección legal como patrimonio histórico y cultural del país. Asimismo, ha sido reconocido por organismos internacionales, como la UNESCO, por su relevancia dentro del proceso de conquista y colonización de América.[9]
El parque ha sido sede de actividades culturales que rememoran el encuentro entre culturas, y es uno de los escenarios principales de la Fiesta de la Cultura Iberoamericana.[10][11] Recibe visitantes a través de excursiones organizadas desde polos turísticos cercanos como Guardalavaca y Playa Pesquero. Los recorridos incluyen miradores naturales, senderos ecológicos y sitios arqueológicos.[12][13]