La tórtola de Rodrigues (Nesoenas rodericanus)[2] es una especie de ave columbiforme de la familia Columbidae endémica de la isla mascareña de Rodrigues, extinta en tiempos recientes. Se le conoce a partir de un esternón subfósil y algunos otros huesos, y de las descripciones de François Leguat (1708) y Julien Tafforet (1726).
Tórtola de Rodrigues | ||
---|---|---|
![]() | ||
Estado de conservación | ||
![]() Extinto desde mediados del siglo XVIII (UICN 3.1)[1] | ||
Taxonomía | ||
Dominio: | Eukaryota | |
Reino: | Animalia | |
Filo: | Chordata | |
Subfilo: | Vertebrata | |
Infrafilo: | Gnathostomata | |
Superclase: | Tetrapoda | |
Clase: | Aves | |
Superorden: | Neognathae | |
Orden: | Columbiformes | |
Familia: | Columbidae | |
Género: | Nesoenas | |
Especie: |
Nesoenas rodericanus (Milne-Edwards, 1873) | |
Distribución | ||
Localización de Rodrigues | ||
Sinonimia | ||
| ||
La paloma de Rodrigues fue durante mucho tiempo asignada al género Alectroenas, pero ello era erróneo. Nesoenas rodericanus se asemejaba más a las palomas terrestres del género Gallicolumba, o a las palomas imperiales del género Ducula (contando con un esternón más pequeño). Si esta similitud no se basa en la convergencia, considerando las relaciones evolutivas del dodo y el solitario de Rodrigues, Nesoenas rodericanus muy posiblemente era el pariente más cercano de los Raphidae que aún vivía en tiempos históricos. Esto no significa que haya habido una relación próxima entre esta ave y las palomas didinas, supone más bien el hecho de que ambos grupos derivaron, independientemente, del mismo linaje indoasiático que se extinguió hace millones de años.
Ciertos restos subfósiles, que en la actualidad se cree pertenecen a Nesoenas rodericanus, anteriormente llegaron a adjudicarse a la tórtola malgache (Nesoenas picturatus), de ahí que se asocie también el nombre 'tórtola de Rodrigues' a esta última.
Era un animal del tamaño de una paloma tamborilera, de color gris pizarra. Leguat y sus compañeros se encariñaron con estas aves mansas y confiadas, y tenían varias docenas de ellas atendiendo su mesa al aire libre a la hora de comer, a espera de las sobras; eran especialmente aficionadas a las semillas de melón. Si bien para 1693 la especie fue observada buscando alimento en la isla, sus nidos sólo persistían en los islotes costeros a los que las ratas introducidas en algún momento del siglo XVII aún no habían llegado.[3]
Leguat describió su comportamiento de la siguiente manera:
Las palomas aquí son algo más pequeñas que las nuestras y todas de color pizarra, gordas y buenas. Se posan y construyen sus nidos en los árboles, se atrapan fácilmente, siendo tan dóciles, que hemos tenido cincuenta en nuestra mesa al recoger las semillas de melón que les lanzamos, y les gusta mucho. Las tomamos cuando quisimos, y les pusimos pequeños trapos de varios colores en sus muslos para volverlas a encontrar si las dejabamos sueltas. Nunca nos faltaban en nuestras comidas, y las llamábamos nuestras gallinas. Nunca construyeron sus nidos en la isla, sino en los pequeños islotes cercanos. Suponemos que es para evitar la persecución de las ratas, de las cuales hay un gran número en esta isla...[3]
Tafforet por su parte se refirió así de la ave:
Las tórtolas allí [Rodrigues] se encuentran en grandes números, pero en tierra firme se ven muy pocas, porque van a alimentarse a los islotes del sur, lo mismo que los loros, y vienen a beber asimismo a tierra firme.[3]
El informe de Tafforet constituye el último registro de esta especie. Se puede suponer que se extinguió a mediados del siglo xviii, cuando las ratas finalmente invadieron sus sitios de anidación.