Las minas del Sabinar son un yacimiento de minas subterráneas españolas situadas en la Sierra Pelada y en el Tossal Redó, que se extiende por los términos municipales de Muchamiel y San Vicente del Raspeig.
Minas del Sabinar | ||
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Minas de Ocre | ||
![]() Vista de las explotaciones de la Sierra Pelada en la Partida Tossal Redó, término municipal de Muchamiel. | ||
Localización geográfica | ||
Continente | Europa del Sur | |
Región | Península ibérica | |
Cordillera | Sierra Pelada y Tossal Redó | |
Área protegida | Microrreserva Bec del Águila, Paraje Natural Municipal Bec de l’Àguila y Monnegre | |
Localización administrativa | ||
País |
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División |
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Subdivisión | Alicante | |
Municipio | Muchamiel y San Vicente del Raspeig | |
Localidad | Partida Tossal Redó y Partida Boqueres | |
Características | ||
Tipo | Mina subterránea | |
Método | galerías, túneles, pozos y contramina | |
Materias primas | Ocre | |
Cronograma de la explotación | ||
Años de actividad | 1867-1945 (78 años) | |
Fecha de clausura | 1945 | |
Reutilización | Turismo (de manera informal) | |
Otros datos | ||
Motivo del abandono | Guerra Civil Española y tintes sintéticos | |
En sus yacimientos existen importantes reservas de ocre que se utilizaba principalmente como pigmento natural en diversas industrias como fabricación de material de pintura, materiales de construcción, industria cerámica o industria textil.[1] En el caso de El Sabinar, la producción principal se destinó a las industrias de pinturas y cerámica.[2]
Las minas en España poseen un topónimo para describir un conjunto, sistema o cuenca minera, como ejemplos cercanos a las de El Sabinar existen las minas del Carmen de extracción de plomo situadas en los términos municipales de El Marchal de Antón López y Enix, o las minas de Serón de extracción de hierro situadas en Serón y Bacares, ambas en la provincia de Almería.
Al conjunto de minas de ocre situadas en los términos municipales de Muchamiel y San Vicente del Raspeig se le conoce como minas del Sabinar. También aparecen referenciadas vulgarmente como minas de ocre del Sabinar, minas de ocre del Tossal Redó y El Sabinar, minas de ocre de Muchamiel y San Vicente del Raspeig, o simplemente minas de ocre, términos incorrectos, ya que minas del Sabinar recoge el concepto de divulgación general de todo el sistema de minas subterráneas de extracción de ocre de los siglos XIX y XX situado en las montañas de Muchamiel y San Vicente del Raspeig.
Las primeras referencias documentales que se tienen del topónimo El Sabinar en la provincia de Alicante datan de 1866 cuando Cipriano García Torregrosa adquiere mediante adjudicación como bien desamortizado por el Estado el monte Loma Sabinar (en referencia a sierra Pelada) que en 1883 sería comprado por el empresario Federico Ghiglione Brotons. Otra referencia documental sobre El Sabinar data de agosto de 1891 cuando el gobernador civil concede el expediente 748 de concesión pública de la explotación de ocre a Federico Ghiglione Brotons bajo el nombre El Sabinar, posteriormente se le concedieron más ampliaciones.
Las minas del Sabinar se localizan en el Tossal Redó y Boqueres, las dos partidas rurales más alejadas de los cascos urbanos de Muchamiel y San Vicente del Raspeig, respectivamente.
Las minas situadas en el término municipal de Muchamiel se encuentran protegidas desde 1999 en microrreserva y desde 2022 en paraje natural municipal, ambos denominados Bec de l'Àguila.[3][4] Las explotaciones mineras situadas en el término municipal de San Vicente del Raspeig no gozan de protección municipal por su ayuntamiento. A su vez, desde 2009 todas las explotaciones mineras se ubican dentro del espacio protegido superior al municipal, el de la ZEPA Monnegre de la Red Natura 2000.[5]
En la provincia de Alicante existieron otras minas de ocre, como las de la Sierra de Fontcalent en Alicante, el Cabezón de Oro en Busot, la Sierra Helada en Alfaz del Pi, la Sierra de Segària en Benimeli, o el yacimiento de la Cova Beneito, ubicada en Muro de Alcoy. Pero pasados los siglos, el comercio del ocre vivió su eclosión en la provincia de Alicante entre finales del siglo xix y principios del xx, con el conjunto de minas del Sabinar liderando con diferencia la extracción de toneladas de ocre sobre el resto.[6]
Las explotaciones de ocre en la zona que hoy se denomina Minas del Sabinar se documentan desde la segunda mitad del siglo XIX. En el monte Tossal Redó I (Muchamiel) existen referencias catastrales y notariales que sitúan explotaciones y escrituras de propiedad anterior de 1867, por lo que la actividad extractiva en el Tossal Redó puede considerarse anterior o contemporánea a esas fechas.
Durante las últimas décadas del siglo XIX y durante las primeras décadas del XX la explotación del ocre en la Sierra Pelada adquirió carácter industrial. Se demarcaron concesiones mineras (como «El Sabinar Primero» y «El Sabinar Segundo» o como «La Justa» y «La Felicidad») y se organizó la extracción y el transporte del mineral hasta molinos y fábricas de molienda de Villafranqueza, San Vicente del Raspeig y Alicante. Los planos y expedientes de demarcación entre 1880 y 1895 reflejan la intensidad de la actividad en este periodo.[7]
El ocre extraído en estas explotaciones era apreciado por su pureza y por una tonalidad característica (amarillo mostaza) que lo diferenciaba de otros yacimientos de la provincia. Durante su apogeo comercial se documenta la exportación del producto a mercados industriales nacionales, como Barcelona, e internacionales, especialmente el británico.
Las técnicas de explotación incluían labores horizontales, galerías y pozos abiertos siguiendo las vetas, así como barrenado manual y voladuras con explosivos. El material era transportado en carros o animales de carga como burros hasta plantas de lavado y molienda, tras un proceso de secado y selección en superficie. En las paredes de las minas aún son visibles marcas de estas labores.[8]
A partir de la década de 1930 la producción de ocre natural comenzó a declinar debido a la competencia de pigmentos sintéticos más económicos y versátiles. La Guerra Civil Española (1936–1939) y las dificultades económicas posteriores aceleraron el declive, provocando el cese casi total de la actividad extractiva hacia mediados de la década de 1940.
Según testimonios orales recogidos entre vecinos del Tossal Redó y El Sabinar, algunas galerías habrían sido utilizadas como refugio o escondite durante la Guerra Civil Española. Además, se han encontrado restos de armas, proyectiles y munición en zonas más profundas y de difícil acceso. Estas afirmaciones proceden de relatos locales y exploraciones urbanas (urbex) y deben considerarse testimoniales hasta que nuevas investigaciones arqueológicas o documentales las corroboren.[9]
Tras el cierre progresivo de las explotaciones y la paralización de la molienda industrial, las bocas y galerías quedaron abandonadas. Con el paso del tiempo, las minas se han convertido en parte del patrimonio industrial local y en un punto de interés para el senderismo y la interpretación histórica. Sin embargo, la existencia de pozos sin protección y galerías inestables ha llevado a los ayuntamientos a colocar señalización preventiva y restringir el acceso en determinadas zonas.[10]
Al conjunto de minas de ocre de Muchamiel y San Vicente del Raspeig se le conoce como Minas del Sabinar. El topónimo El Sabinar viene ligado al valle del Sabinar, un espacio natural que da nombre a todo el territorio abarcado entre las sierras de Caragols, Penyes Roges, Güendo, Llofriu y Pelada. Esta última, de manera habitual es denominada erróneamente como sierra del Sabinar, por el nombre de su cumbre más alta (469m) que además posee vértice geodésico del mismo nombre. Idéntica confusión que ocurre con la sierra de Llofriu habitualmente denominada por el nombre de su cumbre más alta, Bec de l'Àguila. Pese a que el Tossal Redó no pertenece a la sierra Pelada, sus explotaciones mineras también son parte del sistema de minas del Sabinar.
Pese a que a lo largo de toda la sierra Pelada y Tossal Redó abundan las bocaminas y pozos, cada punto perteneció a una explotación demarcada por un ingeniero de minas público y otorgada mediante concesión pública por el Gobernador civil con periodos de larga duración.
Explotación | Año de concesión | Mineral | Municipios donde se ubica |
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Fortuna | Antes de 1867 | Hierro | Tossal Redó (Muchamiel) |
Buscada | Antes de 1867 | Hierro | Tossal Redó (Muchamiel) |
La Justa | 1878 | Hierro | Sierra Pelada (Muchamiel) |
La Felicidad | 1884 | Hierro | Sierra Pelada (Muchamiel) |
La Milagro | 1891 | Hierro | Sierra Pelada (San Vicente del Raspeig y Muchamiel) |
El Sabinar I | 1891 | Hierro | Sierra Pelada (San Vicente del Raspeig y Muchamiel) |
El Sabinar II | 1891 | Hierro | Sierra Pelada (San Vicente del Raspeig y Muchamiel) |
Ampliación El Sabinar I | 1894 | Hierro | Sierra Pelada (San Vicente del Raspeig y Muchamiel) |
Ampliación El Sabinar II | 1894 | Hierro | Sierra Pelada (San Vicente del Raspeig y Muchamiel) |
La Zarza | 1906 | Lignito | Tossal Redó (Muchamiel) |
Siempre los Dos | 1917 | Lignito | Tossal Redó (Muchamiel) |
La Constancia | Desconocido | Hierro | Sierra Pelada (Muchamiel) |
Matilde | Desconocido | Hierro | Sierra Pelada (Muchamiel) |
La Consuelo | Desconocido | Hierro | Sierra Pelada (Muchamiel) |
Una de las primeras concesiones para la explotación en las minas del Sabinar se denomina La Justa, y fue otorgada por el Gobernador civil de Alicante el 29 de marzo de 1878, tras ser demarcada por el ingeniero jefe de minas José Vilanova y Piera. Su propietario fue el empresario Nicolás Sánchez Gómez, que por fallecimiento fue legada en 1888 a su esposa Rita Morote García y que ésta vendió en 1908 a su hijo Vicente Sánchez Morote y a Juan Asensi Sánchez. Todos ellos vecinos de Villafranqueza.[11] La mina fue explotada posteriormente por la sociedad Asensi, Pérez y Lillo S.L., propiedad de Juan Asensi, que tenía fábricas en San Vicente del Raspeig y Villafranqueza.
La mina de La Justa cruza la sierra Pelada de lado a lado desde el barranco dels Cocons hasta el lado del Tossal Redó mediante un sistema de galerías, túneles y pozos que recuerda a un hormiguero. En 1926 logró su pico de producción conjunta con la mina La Felicidad fue de más de 3.600 toneladas, según el catastro minero del Instituto Geológico y Minero de España.
La explotación del ocre, técnicamente es la extracción de los óxidos e hidróxidos de hierro, principalmente en forma de goethita y limonita que son los minerales de hierro más abundantes en estas minas.
Además, en el interior de estas minas encontramos calcita con cristalizaciones diversas de pequeño tamaño, y algunas muestras de aragonito tipo estalactiticos. En las minas del Sabinar, el geólogo Jiménez de Cisneros citó en sus investigaciones la presencia de celestina.[2]
La técnica mayoritaria de extracción de ocre eran los explosivos. Los barrenos se colocaban en perforaciones realizadas a mano por mineros por lo que la extracción avanzaba a un ritmo lento. En las paredes de las minas todavía se visualiza perfectamente los tallados que realizaban los trabajadores con barrenado y marcas de piqueta. Los mineros aprovechaban siempre que podían las cuevas naturales ya existentes en Sierra Pelada.
En las minas del Sabinar se utilizó un sistema de huecos y pilares, la roca se volaba con dinamita y después se cavaba la tierra. Se seguía la veta del mineral y se profundizaba hasta agotarla. En algunos casos por derrumbes y voladuras había atrapamientos de mineros y se activaba un protocolo de liberación para la retirada de escombro al que acudían grupos de vecinos de San Vicente del Raspeig.[12]
Sobre la materia prima extraída, el ocre, se dejaba secar en los pequeños bancales de la montaña mientras se removían continuamente para que secara mejor.[12] Se transportaba a las fábricas de San Vicente del Raspeig, Alicante o Villafranqueza mediante carreta traccionada con burro.
Ya en fábrica, se limpiaba la materia prima. Una parte del ocre se molía, y el restante se comercializaba tal y como se extraía de la mina en forma de bloque o bola.[12]
Entre el material que utilizaban los mineros se encontraban el capazo, pico, piqueta, pala, barreno, carburero, candil. Ellos mismos construían andamios en algunos puntos. El capataz era responsable de la dinamita y los detonadores.[12]
Los medios materiales y aperos se guardaban en pequeñas casetas o en cuevas excavadas para ello en laderas de la montaña. Para el transporte del ocre a las fábricas se utilizaban carros de tracción mediante un burro.
Gracias al catastro minero se conoce que en 1928 las explotaciones de La Justa y La Felicidad tuvieron una plantilla de 23 trabajadores (15 mineros en interior y 8 en exterior). En 1929 aparecen empleadas 25 personas en las explotaciones de La Felicidad y Grupo El Sabinar.[11]
No se conoce el número exacto de trabajadores, ya que en el catastro minero no aparecen datos de las otras explotaciones existentes. Tampoco se tiene constancia de la procedencia y experiencia de los trabajadores. En otras zonas mineras similares en la Comunidad Valenciana se conoce que los agricultores a lo largo del año alternaban sus labores en el campo con las de la minas, incluso hay constancia de la llegada de mineros profesionales de otras provincias próximas[13] La residencia de los trabajadores solía ser en San Vicente del Raspeig, con unas condiciones laborales muy precarias.[1]
Por el año 1900, en una cueva natural existente en sierra Pelada a la que se podía acceder por una pequeña sima, cuando los mineros se adentraron para realizar trabajos de extracción, encontraron el cadáver de un varón vestido y que portaba un arma de fuego de tipo carabina. Según fuentes de la época, el varón llevaba alrededor de 20 años en paradero desconocido y se desconocen aún las causas del fallecimiento en dicho lugar.[14]
Pese a la peligrosidad de los pozos o respiraderos con más de 40 metros de caída libre en algunos casos, no se han encontrado otros accidentes o catástrofes relacionadas con las Minas del Sabinar.[cita requerida]
El estado de conservación y señalización de las minas es deficiente, y los expertos han instado a su puesta en valor y la toma de medidas por parte de las Administraciones públicas para su protección y evitar la peligrosidad.[1] Las minas se encuentran tal y como las abandonaron los operadores a mitad del siglo XX. Llama la atención la virginidad de las mismas, sin grafitis ni vandalismos, debido a que son zonas alejadas de la ciudad donde acuden personas senderistas, corredores de trail, ciclistas de montaña o y aficionados a la espeleología.
Las minas del Sabinar han pasado a ser un atractivo de espeleoturismo dentro del turismo natural que genera el sitio donde se ubican como el valle del Sabinar, Monnegre, las elevaciones montañosas como el Tossal Redó, sierra Pelada, sierra de Llofriu, o la rambla de Orgegia o el barranc dels Cocons afluente de la rambla del Juncaret.
Desde el punto de vista turístico, la gestión político-administrativa de las minas no ha sido abordada de manera decidida. El Ayuntamiento de Muchamiel ha señalizado las diferentes minas de su término municipal, instalando barreras protectoras y avisando del riesgo que conlleva adentrarse en ellas. El Ayuntamiento de San Vicente del Raspeig no ha realizado ni cercados protectores ni cartelería informativa en las bocaminas que forman parte de su término municipal, sin embargo posiciona las minas como atractivo turístico del municipio en sus folletos y rutas.[15]
Desde el punto de vista de la fauna, las minas se han convertido en hábitat de murciélagos, y desde el punto de vista mineralógico se pueden divisar numerosos minerales y el ocre todavía fresco en sus galerías.[16]