Jokin Mitxelena Erize es un escritor e ilustrador guipuzcoano nacido en San Sebastián el 15 de febrero de 1962.
Jokin Mitxelena | ||
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![]() Jokin Mitxelena | ||
Información personal | ||
Nacimiento |
15 de febrero de 1962 (62 años) San Sebastián, Guipúzcoa | |
Nacionalidad | Española | |
Lengua materna | Euskera | |
Familia | ||
Padre | José Michelena | |
Educación | ||
Educado en | Universidad del País Vasco | |
Información profesional | ||
Ocupación | Ilustrador | |
Movimiento | Literatura vasca | |
Lengua literaria | Euskera | |
Distinciones |
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Sus primeros recuerdos están vinculados a la capital guipuzcoana, y a la villa de Oyarzun, a donde se translada a vivir con siete años. Su itinerario formativo está vinculado a los centros educativos Haurtzaro ikastola de Oiartzun e ikastola Orereta de Renteria, donde realizó el bachillerato. Su formación universitaria se desarrolló en la Universidad del País Vasco, facultad de Bellas Artes de Leioa. Para financiar sus estudios en la universidad empezó a dibujar.[1][2]
Inició sus primeros pasos en el mundo de la ilustración elaborando material escolar para el profesorado de un centro educativo en Galdacano , Galdaoko Ikastola.
En 1985 comienza su andadura como profesor de dibujo y plástica en el centro educativo de Renteria Ikastola Orereta. Al mismo tiempo inicia su colaboración profesional con el escritor y cuentista de Oiartzun Pello Añorga. Dicha colaboración se extiende en el tiempo superando los treinta títulos publicados: Adio, adio!, Ahulerio, Ama erraldoia, Haur zeru-lurtarra, Pottoko y Zupankapaloak, entre otros.[1]
En 1995 se traslada de forma permanente a Alemania, abandona la enseñanza y se dedica a la labor de la ilustración por completo.[2] Colabora con diversas editoriales vascas y extranjeras (Adinkra, Aizkorri, Alfaguara, Baula, Bromera, Destino, Edebé, Elkarlanean, Everest, Kösel, Kumon, La Galera, Pamiela, SM, Susaeta, etc.), no solo como ilustrador , también como escritor de literatura infantil.[3][4]
Miembro de la Agencia Pencil de Ilustradores, de la Asociación de Ilustradores Vascos y de la Asociación Galtzagorri, de la cual destaca su apoyo y la labor realizada en cuanto a organización de cursos, publicaciones, etc.[5]
En palabras de Pello Añorga “Los dibujos de Jokin conforman una línea expresiva y narrativa, ovilladas con líneas gruesas y delgadas, con gestos vivos y dinámicos, que buscan un punto de humor. Llevan siempre el sello personal del autor".[1]
El autor describe su propio estilo: “Preparo muy poco con antelación. Dibujo sobre una idea general. Normalmente no hay boceto ni preparación previa. Para bien o para mal los dibujos están hechos directamente. Para los que prefieren un estilo limpio puede resultar algo caótico, para los partidarios de la expresividad por el contrario, resultan frescos y directos”.[5]
Sobre la preferencia sobre el dibujo a mano o digital, trabaja a la antigua, prefiere trabajar a mano. Algunas partes son digitales, pero intentando que no se note en el resultado final.[5]
La manera de colaborar con el autor varía, algunos saben lo que quieren desde el principio, otros dejan libertad al ilustrador. Para Mitxelena lo más complicado es encontrar el registro adecuado a partir del texto que ha recibido, la manera de abordar el trabajo. Cada registro necesita un tono particular desde el punto de vista del dibujo, y ese es el trabajo más arduo para el autor en algunos casos.[5]
Sobre el tándem formado con el autor Pello Añorga desde hace 25 años, cuya trayectoria sigue siendo fructífera, abordan el trabajo de una forma similar. Pello Añorga comienza con la elaboración del texto, pero el proceso de darle forma lo hacen en común de manera que ambos sugieren cambios en sus respectivas labores.[6]
Refiere como dificultad el proceso de entenderse con el autor o el editor, porque si tienen una idea muy fija algunas veces surgen malentendidos.[5]
Tradicionalmente la industria editorial ha identificado la ilustración con la literatura infantil.
El autor realiza una distinción los adultos y los niños a la hora de valorar como perciben la ilustración unos y otros. Para los adultos la ilustración es un ejercicio intelectual mientras que los niños, de forma diferente, perciben la ilustración como algo más sensorial, que entra por los sentidos directamente a las tripas y les sale por los ojos.
Los libros ilustrados para adultos suelen ser ediciones especiales de lujo, para un público reducido, en pequeñas ediciones que suelen resultar caras, poco pagadas a los ilustradores. En el mundo de la ilustración para adultos confluyen en opinión del autor todas las desventajas del oficio.[5]