Mosca de caballo (Hippobosca equina) es una especie de mosca perteneciente a la familia Hippoboscidae que recibe varios nombres comunes como mosca perrera, mosca de mula, mosca borriquera, mosca del bosque o mosca araña. Es un parásito externo hematófago (que se alimenta de sangre), especialmente del ganado.[1]
Hippobosca equina | ||
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Taxonomía | ||
Reino: | Animalia | |
Filo: | Arthropoda | |
Subfilo: | Tracheata | |
Clase: | Insecta | |
Subclase: | Pterygota | |
Orden: | Diptera | |
Suborden: | Brachycera | |
Sección: | Schizophora | |
Subsección: | Calyptratae | |
Superfamilia: | Hippoboscoidea | |
Familia: | Hippoboscidae | |
Género: | Hippobosca | |
Especie: |
H. equina Linnaeus, 1758 | |
Insecto díptero con alas de entre 6 y 8 milímetros, traslúcidas y atravesadas por varias venas de color marrón-rojizo oscuro. Su principal característica es que sus alas se mantienen funcionales durante toda la vida, a diferencia de otros hipobóscidos que atrofian sus alas tras encontrar un huésped. Esto explica su preferencia por parasitar animales de pelo corto y la tendencia a cambiar de hospedador con mayor frecuencia.[2]
Cuerpo de color parduzco rojizo pálido con manchas amarillentas en el abdomen y cabeza claramente separada del tórax. Las antenas son cortas y con poca movilidad, típicas de los ectoparásitos que no requieren de una gran sensibilidad olfativa pero sí moverse dentro del pelaje de su hospedado de forma ágil.[3]
Las patas son robustas, amarillentas y con franjas oscuras cerca de las articulaciones. Tienen uñas simples con bordes estriados, y órganos adaptados que les ayudan a aferrarse con fuerza. Las patas están cubiertas por numerosos pelos y largas cerdas que maximizan el área de contacto.[1]
Poseen un aparato bucal perforador chupador con dos filas de dientes que se encargan de rasgar la piel generando una hemorragia abierta de la cual se alimenta la mosca mediante una probóscide.[2]
La vida de las moscas adultas dura de 4 a 5 meses. Fuera de un hospedador y sin poder alimentarse no sobreviven más de unas 2 semanas.
La especie presenta cierto dimorfismo sexual, teniendo los machos una forma más alargada respecto de las hembras. Las hembras adultas no ponen huevos sino que desarrollan toda la fase larvaria dentro del abdomen de la hembra hasta que las deposita en un estado de pre-pupa. Una vez depositadas, completan la pupación en unas pocas horas y caen al suelo, de donde emergerán los adultos unas 3 a 4 semanas después. Debido a este peculiar ciclo reproductivo, cada hembra deposita únicamente de 5 a 12 durante su vida. Con el objetivo de maximizar la expansión de la especie, la probabilidad de que una larva genere una hembra es el doble de la probabilidad de generar un macho.[1]
La distribución primaria es en Europa y partes de Asia y África. Ha sido introducida a otras regiones, aun así en algunos casos han sido erradicadas. En el Reino Unido se sabe de su presencia en Devon. En la península ibérica es conocida en los bosques del interior, generalmente cerca de cauces de ríos y arroyos. El adulto sólo vive en los meses de verano (de junio a septiembre).
Como ectoparasito hematófago, se alimenta de la sangre de sus huéspedes, siendo estos principalmente equinos, de ahí su nombre de "mosca del caballo", así como ganado vacuno, ovejas, cabras, ciervos o camellos así como cualquier tipo de mamífero cuya piel puedan penetrar, incluyendo al ser humano. Una vez posada sobre alguna zona donde la piel sea suficientemente fina, como las ingles del ganado o el hocico de los perros, se engancha al huésped de forma similar a una garrapata, realizando una herida sangrante de la que puede libar sangre. Tras un corto periodo de alimentación suele esconderse entre el pelaje del huésped en espera de la siguiente mordedura. Se puede alimentar más de diez veces al día, con tiempos de alimentación superiores a los 10 minutos. Durante el proceso de libación puede frotar la herida con sus patas para evitar el inicio del proceso de cicatrización, lo cual produce la transmisión mecánica de microorganismos como Anaplasma, Bartonella, Corynebacterium pseudotuberculosis, Besnoitia besnoiti o Trypanosoma theileri. Sus picaduras pueden ser muy dolorosas, causando en los animales parasitados alteraciones del comportamiento que pueden derivar en otro tipo de problemas como rascado compulsivo que produce pérdida de pelaje y heridas superficiales.[4][1]
Es activamente atraída hacia los humanos y suele aterrizar sobre ellos, siendo habitual que aproveche la oportunidad de morder. En caso de hacerlo provoca heridas que cicatrizan con nódulos que persisten semanas antes de desaparecer. Entre otras, es responsable de la transmisión en humanos de Corynebacterium pseudotuberculosis causante de la enfermedad edematosa de la piel. De reflejos lentos, no suelen esforzarse en evitar los manotazos o coletazos de sus víctimas dado que los resisten gracias al duro exoesqueleto de quitina y su cuerpo de forma aplastada. Generalmente un ser humano no será capaz de aplastar una de estas moscas entre sus dedos.
Para combatir la infestación de ganado y animales de compañía, se recomienda cepillar los animales para obligar a salir a los ejemplares ocultos en el pelaje, así como cambiar con frecuencia el lecho de los establos, puesto que las pupas se depositan en el suelo. Como medida preventiva, los huéspedes pueden ser tratados con Piretroides como la Permetrina