Francis William Reitz, Jr., nació en Swellendam^[9]​ el 5 de octubre de 1844, hijo de Francis William Reitz, Sr. MLC,^[10]​ agricultor y político, y de Cornelia Magdalena Deneys. Fue el séptimo de una familia con doce hijos. Creció en Rhenosterfontein, la granja modelo de su padre, situada a orillas del río Breederivier (río Ancho) en la Colonia del Cabo.^[11]​

Reitz se casó dos veces. Su primer matrimonio (celebrado en Ciudad del Cabo el 24 de junio de 1874) fue con Blanka Thesen (Stavanger, noruega, 15 de octubre de 1854 - Bloemfontein, 5 de octubre de 1887). Era hermana de Charles Wilhelm Thesen e hija de Arnt Leonard Thesen, comerciante, y de Anne Cathrine Margarethe Brandt.^[2]​^[12]​ La familia Thesen se había establecido en 1869 en Knysna, en la Colonia del Cabo, procedente de Noruega. La pareja tuvo siete hijos y una hija. Después de la muerte de su primera esposa, Reitz se volvió a casar (Bloemfontein, 11 de diciembre de 1889) con Cornelia Maria Theresia Mulder (Delft, Países Bajos, 25 de diciembre de 1863^[13]​ - Ciudad del Cabo 2 de enero de 1935), hija de Johannes Adrianus Mulder, tipógrafo, y Engelina Johanna van Hamme. Cuando se casaron, Mulder era director interino del Eunice Ladies' Institute en Bloemfontein. Con su segunda esposa, tuvo seis hijos y una hija.^[3]​

Su hijo Deneys luchó contra los británicos en la segunda guerra bóer, comandó el Primer Batallón de los Fusileros Reales Escoceses durante la Primera Guerra Mundial y fue miembro del Parlamento de la Unión Sudafricana, ministro, vice primer ministro (1939-1943) y en 1944 representante sudafricano (Alto Comisionado) en la Corte de St. James.^[14]​ Su libro, «Comando: Un diario bóer de la Guerra Bóer», ha sido considerado durante muchos años como una de las mejores narraciones de guerra y aventuras en inglés.^[15]​

Reitz recibió su primera educación en casa, con una institutriz, en una granja vecina. A los nueve años, ingresó en el internado Rouwkoop en Rondebosch (Ciudad del Cabo). Allí destacó por sus logros académicos y posteriormente fue elegido Escolar de la Reina por el Senado del Colegio Sudafricano en Ciudad del Cabo. Durante los seis años que pasó en el Colegio, tras su llegada en 1857, recibió una amplia formación en artes y ciencias, y se convirtió en un joven equilibrado con claras dotes de liderazgo. Se graduó en el Colegio Sudafricano en septiembre de 1863 con el equivalente a un título de grado moderno en artes y ciencias.^[11]​

Para entonces, había desarrollado un gran interés por el derecho y continuó sus estudios en el Colegio Sudafricano, donde estudió derecho con el profesor F.S. Watermeyer. El fallecimiento de este último, pocos meses después de que Reitz comenzara a trabajar con él, lo llevó a decidir continuar sus estudios en Londres, en el Inner Temple. Fue una decisión que requirió deliberación, ya que su padre esperaba que su hijo regresara a la granja a su debido tiempo, y la situación económica de la familia no era sólida. Sin embargo, Reitz fue a Londres y terminó sus estudios con éxito. Fue admitido en la barra de abogados de Westminster el 11 de junio de 1867. Durante su estancia en Inglaterra, Reitz se interesó por la política y asistió regularmente a las sesiones de la Cámara de los Comunes. Antes de regresar a Sudáfrica, realizó una gira por Europa. De regreso en Sudáfrica, Reitz se estableció como abogado en Ciudad del Cabo, siendo admitido en el colegio de abogados el 23 de enero de 1868.^[11]​

Al principio le resultó difícil ganarse la vida, ya que la competencia entre abogados en Ciudad del Cabo era bastante dura en aquella época. Sin embargo, logró hacerse un nombre gracias a su aguda mentalidad jurídica y a su inteligencia social. Formar parte del Tribunal de circuito occidental de la Colonia del Cabo le proporcionó una amplia experiencia en muy poco tiempo. Al mismo tiempo, alimentó sus intereses políticos escribiendo artículos de fondo para el periódico Cape Argus, para el que también informaba sobre las deliberaciones del Parlamento del Cabo y actuaba como subdirector. En 1870 trasladó su bufete a Bloemfontein, en el Estado Libre de Orange. El descubrimiento de diamantes en las orillas del río Vaal, pensó Reitz, impulsaría el trabajo legal y le permitiría establecer un bufete próspero. Sin embargo, esto no sucedió, y después de unos meses, abandonó Bloemfontein para establecerse como prospector diamantífero en Gricualandia Occidental, donde compró una pequeña concesión cerca de Pniel a una Sociedad Misionera de Berlín. Esta empresa también fracasó, y de nuevo, después de solo unos meses, regresó a Ciudad del Cabo. Esta vez, su bufete de abogados tuvo éxito, irónicamente debido a la anexión británica de los yacimientos de diamantes del Estado Libre de Orange (1871) y a la prosperidad económica que este hecho generó para la Colonia del Cabo.^[2]​

En 1873, se le pidió a Reitz que representara al distrito de Beaufort West en el Parlamento del Cabo. El día que asumió su escaño, el 30 de mayo, su padre, representante por Swellendam, anunció su retirada de la Asamblea. Como tantas de las actividades de Reitz hasta ese momento, su carrera parlamentaria fue efímera. Tan solo dos meses después, el presidente Johannes Brand del Estado Libre de Orange le ofreció la presidencia del recién formado Tribunal de apelación del Estado Libre de Orange, a pesar de que Reitz no estaba plenamente cualificado (entre otras cosas, era demasiado joven). Reitz rechazó la oferta por este motivo, pero cuando otro candidato también la rechazó, Brand insistió en la nominación de Reitz y convenció al Volksraad para que lo nombrara.^[2]​

Con su nombramiento como miembro del poder judicial del Estado Libre de Orange, Reitz alcanzó su máximo potencial. Su llegada a Bloemfontein en agosto de 1874, con casi treinta años y recién casado, marcó el inicio de una residencia de veintiún años, así como el inicio de una brillante carrera, que culminaría con su elección como presidente del Estado Libre de Orange.^[2]​

Antes de mediados de la década de 1870, el sistema judicial del Estado Libre de Orange era bastante improvisado y caótico, sobre todo porque la mayoría de los jueces carecían de cualificación legal. La mayor parte de los procedimientos judiciales estaban en manos de los magistrados de distrito, los llamados landdrosts, cuya principal función era administrativa. La primera tarea de Reitz fue mejorar esta situación, lo que hizo con gran ahínco. Durante su primer año de mandato, el Volksraad aprobó una Ordenanza que creó tanto un tribunal de circuito profesional como una corte suprema.^[16]​ Reitz se convirtió en el primer presidente de la corte suprema y, en consecuencia, también en el primer presidente del Tribunal Supremo del Estado Libre de Orange. Desde el principio se mostró como un luchador, oponiéndose al Volksraad en más de una ocasión, combatiendo tradiciones políticas profundamente arraigadas que obstaculizaban la modernización del sistema judicial, pero también luchando con determinación por mejorar los salarios y pensiones de los funcionarios estatales. Como "colonial", después de todo, nació en la Colonia del Cabo, tuvo que ganarse la confianza de la población bóer para que sus ideas fueran aceptadas. Esto lo logró viajando con el tribunal de circuito por el país durante más de diez años, adquiriendo conocimiento y empatía por su forma de vida y sus creencias, a menudo conservadoras y siempre temerosas de Dios. A ello contribuyó el hecho de que el propio Reitz fuera una persona religiosa y se hubiera criado en la zona rural afrikáans de la Colonia del Cabo. Con el tiempo, se convirtió en el símbolo de los Afrikanerdom para muchas personas en el Estado Libre de Orange.^[3]​

Institucionalmente, contribuyó significativamente a la codificación y revisión de las leyes del Estado Libre de Orange. Junto con sus colegas C.J. Vels, O.J. Truter y J.G. Fraser, publicó el primer «Ordonnantie boek van den Oranje Vrijstaat» (Libro de Ordenanzas del Estado Libre de Orange) en 1877, poniendo las leyes y ordenanzas de la república a disposición del público en general. También participó en la revisión de la constitución del Estado Libre de Orange, en lo que respecta a los artículos sobre ciudadanía y derecho al voto, fue presidente del comité examinador para aspirantes a practicantes y contribuyó a la mejora del sistema penitenciario y la administración del distrito.^[3]​

Ya en 1878, se oyeron voces a favor de que Reitz se postulara a la presidencia, pero la posición del presidente Brand seguía siendo muy fuerte y Reitz elogió abiertamente sus cualidades y se negó a oponerse a él. A finales de la década de 1870 y principios de la de 1880, la tensión política en el Estado Libre de Orange era muy alta. La anexión de la República Sudafricana (Transvaal) por los británicos en 1877 y la primera guerra bóer de 1880-1881, en el que esa república recuperó su autonomía, impactaron profundamente en el sentimiento político del Estado Libre de Orange. Por un lado, estaban aquellos que propagaban la cautela en la relación con los británicos, y por otro, se desarrolló un movimiento político que propagó con fuerza una (reactiva) conciencia nacional de los afrikáner. Reitz se decantó por esta última postura y, junto con C.L.F. Borckenhagen, editor del periódico Bloemfontein Express, redactó la constitución de la Afrikáner Bond (Unión Afrikáner), un partido político creado originalmente por importantes políticos afrikaners de la Colonia del Cabo, como Rev S.J. du Toit y su Genootskap van Regte Afrikaners (Sociedad de Auténticos Afrikáners), y Jan Hendrik Hofmeyr y la Zuidafrikaansche Boeren Beschermings Vereeniging (Asociación Sudafricana de Protección de los Bóers). Entre los partidarios de este nuevo nacionalismo afrikáner en el Estado Libre de Orange se encontraba también el sucesor de Reitz, M.T. Steyn, entonces un joven abogado. La constitución se presentó en abril de 1881 y, varios meses después, Reitz se convirtió en presidente de la Afrikáner Bond.^[3]​ Sus actividades políticas manifiestas le valieron críticas de quienes temían una ruptura de relaciones con los británicos. Sin embargo, es evidente que soplaban vientos de cambio entre las repúblicas bóeres y entre los afrikáners de la Colonia del Cabo, que transformarían drásticamente las relaciones anglo-bóeres.

En el Estado Libre de Orange, el presidente Brand fue uno de los políticos que mantuvo una política más cautelosa y consolidadora hacia el gobierno británico en el Cabo, manteniendo una estricta neutralidad. En este cargo, Brand siguió la costumbre de toda su vida, lo que le valió ser nombrado caballero por el Imperio británico. A pesar del cambiante clima político y la polarización de las posiciones políticas, Brand mantuvo una gran popularidad entre los burgueses del Estado Libre de Orange. Las elecciones presidenciales de 1883 podrían haberse convertido, en teoría, en una batalla política entre los partidarios panholandeses de la Afrikáner Bond y los seguidores de la línea de Brand. Sin embargo, Reitz, como candidato panholandés ideal, se negó una vez más a oponerse a Brand. Solo cuando Brand falleció en el cargo cinco años después, llegó el momento oportuno para el cambio. Reitz se presentó como candidato y obtuvo una victoria aplastante con la candidatura del nacionalismo afrikáner. Fue investido presidente del estado en la "Tweetoringkerk" (Iglesia de las Dos Torres) de Bloemfontein el 10 de enero de 1889.^[5]​

Como presidente, Reitz fue uno de los primeros afrikáners en desarrollar activamente la llamada "política bantú", cuya filosofía y terminología trascendían las ideas contemporáneas sobre la segregación entre blancos y negros. Bajo su gobierno, los inmigrantes indios tenían prohibido por ley establecerse en el Estado Libre de Orange (1890). Esto condujo a un enfrentamiento con el gobierno británico y a una extensa correspondencia entre Reitz y el alto comisionado británico en la Ciudad del Cabo, en la que se reivindicó y estableció la soberanía interna.^[3]​

En términos económicos, los finales de la década de 1880 fueron un período de crecimiento para el Estado Libre de Orange. La agricultura prosperó y el sistema ferroviario se convirtió también en una importante fuente de ingresos. Reitz contribuyó decisivamente a la modernización de la agricultura, difundiendo nuevas técnicas y un enfoque científico para la prevención de plagas. En este contexto, demostró ser el agricultor modelo que su padre había sido antes que él.^[5]​

Bajo la presidencia de Reitz, se inauguró en 1893 la nueva sala de reuniones del Volksraad, la llamada "Vierde Raadszaal" (Cuarta Sala del Consejo), y el nuevo edificio gubernamental recibió una segunda planta en 1895. En las afueras de Bloemfontein, se prestó atención a la red de carreteras.^[5]​

Como era de esperar, inmediatamente después de su investidura, Reitz contactó con el gobierno de la República Sudafricana con el objetivo de establecer nuevos y más estrechos lazos políticos. Ya el 4 de marzo de 1889, el Estado Libre de Orange y la República Sudafricana firmaron un tratado de defensa común en Potchefstroom. Posteriormente, se firmaron tratados sobre comercio y ferrocarriles. Incluso antes, en enero de 1889, el Volksraad encargó a Reitz la negociación de un tratado aduanero con las colonias británicas sudafricanas y con la República Sudafricana. El 20 de marzo de 1889 se celebró una Conferencia Aduanera en Bloemfontein que culminó en un acuerdo entre el Estado Libre de Orange y la Colonia del Cabo, enormemente beneficioso para el primero. Los beneficios económicos se incrementaron aún más con la apertura de nuevas líneas ferroviarias entre la Colonia del Cabo y Bloemfontein (1890) y entre Bloemfontein y Johannesburgo (1892), que conectaban directamente Ciudad del Cabo con Johannesburgo y convertían al Estado Libre de Orange en una economía de tránsito. Para Reitz, el desarrollo de un sistema ferroviario sudafricano unificado también era un objetivo político: los ferrocarriles como medio para disminuir la desconfianza mutua y fomentar la unidad y el entendimiento mutuo entre la población blanca de Sudáfrica.^[5]​

Las políticas de Reitz fueron bien recibidas por el Volksraad, lo que reflejaba el cambio de actitud del electorado afrikáner hacia el nacionalismo afrikáner. Meses antes de las elecciones presidenciales de 1893, el Volksraad respaldó la candidatura de Reitz con sus votos. El resultado fue de cuarenta y tres contra dieciocho. Reitz aceptó la aprobación con la condición de que se le permitiera pasar tres meses en Europa. El 22 de noviembre de 1893 fue reelegido, de nuevo con una mayoría aplastante.^[17]​

El viaje a Europa no fue solo unas vacaciones familiares. En Gran Bretaña, Reitz hizo fuertes declaraciones públicas, defendiendo el sistema republicano de gobierno en Sudáfrica y oponiéndose a la intervención británica en los "asuntos bantúes". En el continente fue recibido por varios jefes de estado y líderes políticos. En octubre de 1894 regresó a Bloemfontein. Poco después, a Reitz le diagnosticaron hepatitis, lo que además afectó a sus ya de por sí tensos nervios y lo llevó a una crisis de insomnio. La situación era tan grave que finalmente tuvo que dimitir de la presidencia. El Volksraad aceptó su dimisión el 11 de diciembre de 1895.^[17]​

En junio de 1896,se desplazó a Europa una vez más para realizar un viaje de cinco meses, con el fin de recuperarse de su debilitante enfermedad. A su regreso a Sudáfrica, se estableció en Pretoria, en la República Sudafricana, en julio de 1897, donde abrió un nuevo bufete de abogados.^[6]​

Reitz no permaneció en el anonimato por mucho tiempo, ya que un conflicto entre la legislatura de la República Sudafricana y el poder judicial resultó en la destitución del juez presidente. Reitz asumió entonces el cargo de juez a principios de 1898 y rápidamente se integró al círculo íntimo de la administración de Transvaal. En aquel entonces, la relación con los británicos ya se estaba deteriorando rápidamente y el gobierno de la República Sudafricana estaba tomando medidas para reforzar su posición nacional e internacional. Una de las medidas adoptadas fue sustituir al Secretario de Estado W.J. Leyds, quien tenía nacionalidad holandesa, por un sudafricano. Leyds fue nombrado Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario en Europa para representar a la República en el extranjero, mientras que Reitz ocupó su puesto como Secretario de Estado en junio de 1898, tras la renuncia de Abraham Fischer.^[6]​

Como Secretario de Estado, Reitz tenía por delante una tarea compleja y de gran envergadura. Tras el Presidente del Estado, era el miembro más importante del Consejo Ejecutivo (Uitvoerende Raad). Como funcionario de mayor rango, era responsable de supervisar la aplicación de las leyes y reglamentos, así como de toda la correspondencia del Presidente, y de los informes oficiales del gobierno. También era intermediario entre el Consejo Ejecutivo y el Parlamento, el Primer y el Segundo Volksraad, y una figura clave en la política exterior del Estado. Experimentado y organizado como era, logró modernizar rápidamente la estructura del aparato estatal, implantando regulaciones para el funcionamiento de los departamentos gubernamentales, nombrando un archivero para el suyo y estableciendo que toda la correspondencia con el gobierno debía estar en idioma holandés.^[6]​

El Presidente del Estado de la República Sudafricana, Paul Kruger, no era un hombre con el que fuera fácil trabajar, y en algunos círculos se predijo que Reitz se vería rápidamente subordinado a Kruger. Sin embargo, no fue así. En ocasiones, ambos hombres chocaron en cuestiones políticas, pero Reitz se mantuvo fiel a sus convicciones, ganando cierta influencia sobre Kruger en el proceso. Inicialmente elogiado por los británicos por su cortesía diplomática, su actitud cambió rápidamente al comprender que Reitz era uno de los líderes de la independencia de Transvaal. Reitz a veces era bastante descarado en sus declaraciones políticas, así que cuando afirmó que la República Sudafricana era un estado plenamente soberano, los británicos se abalanzaron sobre él.^[6]​

En vista de la creciente presión británica y el consiguiente conflicto armado por la posición de los uitlanders y el control económico de los yacimientos de oro de Witwatersrand, la política exterior de la República Sudafricana fue finalmente determinada por un triunvirato: el presidente del Estado Kruger, el secretario de Estado Reitz y el fiscal general del Estado J.C. Smuts. Durante 1899, decidieron que una actitud ofensiva hacia las demandas británicas era la única salida, a pesar de los riesgos que esto conllevaba. Reitz buscó y recibió el apoyo del Estado Libre de Orange para esta estrategia. El 9 de octubre de 1899, la República Sudafricana y el Estado Libre de Orange emitieron un ultimátum conjunto al gobierno británico para que se retractara de sus demandas.^[6]​

El gobierno británico no cedió al ultimátum y, dos días después, el 11 de octubre de 1899, estalló la segunda guerra bóer (Guerra Sudafricana). Cuando el ejército británico marchó sobre Pretoria en mayo de 1900, el gobierno se vio obligado a huir de la capital. A partir de ese momento, Reitz fue responsable de la continua reubicación de su sede en el Transvaal, lo que ocurrió sesenta y dos veces hasta marzo de 1902. En mayo de ese año, Reitz participó activamente en las negociaciones de paz con los británicos y fue uno de los firmantes del Tratado de Vereeniging, firmado en Pretoria el 31 de mayo de 1902.^[6]​

Aunque jugó un papel decisivo en la redacción del Tratado de Vereeniging, Reitz no quiso jurar lealtad al gobierno británico y optó por exiliarse. El 4 de julio de 1902, abandonó Sudáfrica y se unió a su esposa e hijos en los Países Bajos. Para aliviar sus dificultades económicas, emprendió una gira de conferencias por Estados Unidos.^[6]​ El declive del interés por la causa bóer tras el fin de la guerra hizo que la gira fracasara y le obligó a regresar a los Países Bajos. Allí, su salud volvió a resentirse, lo que lo obligó a ser hospitalizado y a pasar un largo período de convalecencia. Contó entonces con el apoyo de sus amigos W.J. Leyds y H.P.N. Muller, así como de la «Nederlandsch Zuid-Afrikaansche Vereeniging» (Sociedad Holandesa Sudafricana).^[7]​

En 1907, tras la obtención del autogobierno de las antiguas repúblicas bóer, y en vísperas de la formación de la Unión Sudafricana, los destacados políticos afrikáneres J.C. Smuts y L. Botha pidieron a Reitz que regresara a Sudáfrica y volviera a participar en la política. Junto con su esposa, se estableció en Sea Point, Ciudad del Cabo. En 1910, ya con sesenta y seis años, fue nombrado presidente del senado de la recién formada Unión Sudafricana.^[7]​

Estos no fueron años fáciles, una vez más, ya que antiguos compatriotas afrikáneres se encontraron divididos en dos bandos de la política, en un mundo en rápida transformación. Al igual que en su vida anterior, Reitz siguió siendo un hombre de convicciones abiertas, que expresaba con total libertad. Por ello, entró en conflicto con el gobierno de Smuts, y en 1920 no fue reelegido presidente del Senado. Sin embargo, permaneció como miembro de dicha Cámara hasta 1929.^[7]​

Como figura pública importante, Reitz fue reconocido y recordado de diversas maneras. En 1923, la Universidad de Stellenbosch le otorgó un doctorado honoris causa en derecho por sus servicios públicos. Ya en 1889, una villa recibió su nombre en el Estado Libre de Orange. En 1894, también se nombró un pueblo en honor a su segunda esposa, Cornelia. Un barco que llevaba su nombre, el "President Reitz", se hundió frente a Puerto Elizabeth en 1947.^[18]​ El Diamante Jubileo, hallado en 1895 en el pueblo de Jagersfontein, en el Estado Libre, se llamó originalmente diamante Reitz, pero se le cambió el nombre en honor al sexagésimo aniversario de la coronación de la reina Victoria en 1897.^[19]​

Cuando finalmente se retiró de la vida pública, se mudó a Gordon's Bay, pero varios años después regresó a Ciudad del Cabo, donde tenía una casa en Tamboerskloof y estaba al cuidado de su hija Bessie, médico de profesión. Se mantuvo activo hasta el final, escribiendo y traduciendo. Falleció en su casa de Botuin el 27 de marzo de 1934, y se organizó un funeral de Estado en su honor tres días después, en la Grote Kerk. Fue enterrado en el cementerio de Woltemade, en Maitland.^[7]​^[20]​

Reitz fue una figura importante en la vida cultural afrikáner. Fue poeta y publicó numerosos poemas en afrikáans, lo que lo convirtió en un precursor del desarrollo de este idioma como lengua cultural.^[8]​ Por ello, simpatizaba con la Genootskap van Regte Afrikaners (Sociedad de Auténticos Afrikáners), fundada en la Colonia del Cabo en 1875. Aunque nunca llegó a ser miembro, fue un colaborador activo de la revista de la sociedad, "Die Suid-Afrikaansche Patriot".^[5]​ Con su obra literaria, se integró firmemente en el llamado Primer Afrikaans Language Movement, aunque le interesaba menos el impulso didáctico de dicho movimiento que escribir en afrikáans como actividad puramente cultural. Gran parte de su obra se basó en textos ingleses, que tradujo, editó y adaptó. En el proceso, produjo obras literarias completamente nuevas.^[21]​

Para Reitz, el afrikáans era predominantemente una lengua cultural, no de gobierno, y promovió el uso de la lengua oficial de las repúblicas bóer, el holandés. Durante su presidencia del Estado Libre de Orange, donde el uso del inglés era significativo entre los burgueses, promovió con vehemencia el uso del holandés, en contra de políticos como John G. Fraser y otros, que defendían el inglés.^[17]​

En el ámbito institucional, promovió la fundación de la «Letterkundige en Wetenschappelijke Vereeniging» (Sociedad Literaria y Científica) del Estado Libre de Orange, de la que fue presidente durante un tiempo, la biblioteca de Bloemfontein y el Museo Nacional del Estado Libre de Orange.^[22]​

»(Lista incompleta)»^[23]​

• Reitz, F.W., «Hoofregter Reitz over het barbaarsche patois» (Paarl, 1880).
• Reitz, F.W., 'De Taalkwestie', De Express and Zuid-Afrikaansch Tijdschrift, septiembre de 1891.
• Reitz, F.W., 'De Hollandsche taal in Zuid-Afrika', De Zuid-Afrikaan, 13 de marzo de 1909.

• Reitz, F.W., 'Opvoeding en onderwijs: een toespraak... in het Victoria College, Stellenbosch op 15 Junie 1888', Zuid-Afrikaansch Tijdschrift (julio de 1888).

• Reitz, F.W., 'Schetsen uit die Oranje Vrijstaat', Zuid-Afrikaansch Tijdschrift (diciembre de 1890).
• Reitz, F.W., Brief van den heer F.W. Reitz... aan den heer P.J. Blignaut... (Dordrecht: Morks & Geuze [c. 1900]), 12p.
• Reitz, FW y M.T. Steyn, Presidente Marthinus Theunis Steyn, Hombres y mujeres importantes en nuestros días 33 (Haarlem 1903).
• Hofmeyr, J.H. & FW Reitz, La vida de Jan Hendrik Hofmeyr (Onze Jan) (Ciudad del Cabo: Van de Sandt de Villiers 1913), xii, 666p.
• Hofmeyr, J.H. & FW Reitz, La vida de Jan Hendrik Hofmeyr (Onze Jan) (Ciudad del Cabo: Van de Sandt de Villiers 1913), xii, 666p.

• Reitz, F.W., traductor de Jorissen, E.J.P., Reminiscencias de un juez de Transvaal (Ámsterdam 1897). Nunca se publicó debido al estallido de la Segunda guerra bóer.
• Reitz, F.W., traductor de Theal, G.M., «Breve historia de Sudáfrica 1486?1835» (Ciudad del Cabo, 1891).

¡Ay! Un siglo de injusticias. Al comienzo de la Segunda Guerra Anglo-Bóer, F.W. Reitz, en su calidad de Secretario de Estado de la República Sudafricana, publicó en holandés un resumen de las relaciones anglo-bóer en el siglo XIX, titulado «Un siglo de injusticia». El libro fue un importante documento de propaganda durante la guerra.

La autoría real del libro no está clara. La segunda edición holandesa incluía el texto «Por orden del Secretario de Estado de la R.A.Z., F.W. Reitz» («Por orden del Secretario de Estado de la R.A.Z., F.W. Reitz»). J.C. Smuts aparece como autor, pero probablemente solo editó la introducción y el final del libro, en colaboración con E. J. P. Jorissen. El resto del texto probablemente fue preparado por J. de Villiers Roos.^[24]​

En 1900, aparecieron traducciones al alemán y al inglés. La traducción al inglés solo llevaba el nombre de Reitz y cuenta con un prefacio de W.T. Stead. La edición en inglés contenía más material que la edición original en neerlandés (véase el número de páginas).

• Reitz, F.W., [J. de Villiers Roos, J.J. Smuts, E.J.P. Jorissen,] «An Age of Injustice» (Pretoria [1899]), 49 págs.
• Reitz, F.W., [J. de Villiers Roos, J.J. Smuts, E.J.P. Jorissen,] Un siglo de injusticia: Una revista de política sudafricana. Inglés: traducción autorizada del holandés, con la iluminación por encargo y bajo la influencia de F.W. Reitz (Berlín: Walther 1900), 96 págs.
• Reitz, F.W., [J. de Villiers Roos, J.J. Smuts, E.J.P. Jorissen,] Un siglo de injusticia, publicado por F.W. Reitz... Con prefacio de W.T. Stead (Londres: Review of Reviews [1900]), xxiii, 152 págs.^[25]​

• Reitz, F.W., 'Klaas Gezwint en zijn paert', Het Volksblad 19 de julio de 1870. [traducción de Robert Burns, 'Tam O'Shanter's Ride']
• Reitz, F.W., Las botas de Sannie', The Volksblad 29 de noviembre de 1873.
• Reitz, F.W., Klaas Gezwint y su paert y otras canciones y rijmpies de Sudáfrica (Ciudad del Cabo 1884)
• Reitz, FW (ed), Vijftig uitgesogte Afrikaansche poemas (Ciudad del Cabo 1888). [Cincuenta poemas afrikaner seleccionados]. Segunda edición: Sestig uitgesogte Afrikaansche poemas (Ciudad del Cabo 1897); Poesía Africana (Ciudad del Cabo, 1898)
• Reitz, F.W., Guerra y Otros Poemas (Potchefstroom, 1910, 1911)
  [Guerra y otros poemas]

• Moll, J.C. (1972). «Reitz, Francis William». Suid-Afrikaanse Biografiese Woordeboek 2. Kaapstad & Johannesburg. pp. 592-600. 
• Reitz, Deneys (1929). Commando: A Boer Journal of the Boer War (1st edición). [S.l.]: Faber & Faber. ISBN 0-571-08778-7. Consultado el 17 de marzo de 2008. 

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• Monumento Conmemorativo de la Guerra de los Bóers Británicos en Maitland.