El cementerio de Lloret de Mar fue proyectado por Joaquim Artau i Fàbregas (1876-1946), un maestro de obras que lo construyó entre 1896 y 1901.
En el cementerio de Lloret, buena parte del espacio está dedicado a los grandes panteones y a los hipogeos, sepulturas en tierra con una decoración escultural encima. A partir de una paseo central donde se ubican los entierros principales y más famosos, la parte derecha está dedicada a nichos, y la parte izquierda está constituida por hipogeos y pequeños mausoleos de estética neogótica y adosados entre sí. El aspecto exterior recuerda a construcciones similares de la época con una valla de reja majestuosa, a pesar de las dimensiones reducidas de la población en aquellos años.
Como ocurre con otros municipios de la costa catalana, como Arenys de Mar o Canet de Mar fue construido en un momento de esplendor del modernismo que coincide con el regreso de muchos indianos a sus villas de origen. Estos, ricos y con ganas de perpetuar su memoria, encargaron sus panteones y mausoleos a los mejores artistas de la época.
Entre las obras principales hay piezas de Puig i Cadafalch, Gallissà, Vicenç Artigas o Bonaventura Conill.
Algunas de las figuras más significativas de las que se encuentran en el paseo central del recinto. Obviamente, hay muchas más obras anónimas o sin identificar por todo el cementerio.