En la mitología griega Calipso (en griego: Κᾶλυψώ, Kalypsṓ;[1] «la que oculta») era una ninfa que gobernaba en la isla de Ogigia, donde, según la Odisea de Homero, detuvo a Odiseo durante siete años. Calipso le prometió a Odiseo la inmortalidad si se quedaba con ella, pero Odiseo prefirió regresar a casa.
En el Etymologicum Magnum se nos dice que la etimología de su nombre corresponde a «la que oculta (el conocimiento)»; καλύπτουσα το διανοούμενον.
La isla de Ogigia era un lugar muy hermoso, tanto que Hermes quedó totalmente embelesado de sus pasajes.[2] En general se conviene que más bien era una isla mítica en occidente, aunque los mitógrafos tardíos ubicaban Ogigia como una isla cercana a Sicilia.[3] Al menos dos autores llaman a Calipso como Eea —confundiéndola con Circe— y especifican que la isla de Eea se situaba en un estrecho entre la Península itálica y Sicilia, como si sugiriesen el estrecho de Mesina, en donde estaban apostadas las terribles Escila y Caribdis.[4]
Según el relato homérico, cuando Odiseo, que se hallaba a la deriva tras naufragar su barco, llegó a esta isla, Calipso lo hospedó en su cueva y lo agasajó con manjares, bebida y su propio lecho. Lo retuvo así durante mucho tiempo: siete años según la Odisea,[5] cinco según el epítome de la Biblioteca mitológica,[6] o uno según Higino.[7] Sea como fuere, dice Hesíodo que Calipso le alumbró a Odiseo dos hijos: Nausítoo y Nausínoo, nombres parlantes relacionados convenientemente con la navegación.[8][9]
Calipso intentó que Odiseo olvidara su vida anterior, y le ofreció la inmortalidad y la juventud eterna si se quedaba con ella en Ogigia. Pero el héroe se cansó pronto de sus agasajos y empezó a añorar a su esposa: Penélope.[10] Viendo esta situación, Atenea intervino y pidió a Zeus que mandase a Calipso que dejara marchar a Odiseo. Zeus envió a su mensajero Hermes, y Calipso, viendo que no tenía más opción que obedecer, dio a Odiseo materiales y víveres para que se construyera una balsa y continuara su viaje. Odiseo se despidió de ella, no sin cierto recelo por si se tratara de una trampa, y zarpó.[11]
Calipso nunca tiene un final feliz. Unos dicen que durante mucho tiempo estuvo anhelando el regreso de Odiseo con el corazón afligido, esperándolo en la arenas de la playa,[12] pero otros dicen que sucumbió a la tristeza y terminó suicidándose.[13]
El relato de Odiseo y Calipso tampoco ha escapado a la mitología comparada. Se ha sugerido un paralelo con Gilgamesh y Siduri, que aparecen en el Poema de Gilgamesh. Se repite el mismo mitema de la mujer solitaria que da de beber al héroe errante y desesperado y le ayuda a preparar un viaje hacia a un lugar más allá del mar, reservado para una clase especial de personas virtuosas. Y también sucede el mitema de la construcción de la balsa de madera, por consejo de la mujer, pero por obra del héroe.[14]
Calipso descendía de un dios preolímpico. Homero la hace hija de Atlas,[15] no obstante no menciona a la madre. La versión hesiódica dice que era hija de Océano y Tetis, y como tal una de las oceánides.[16] Una versión tardía nos dice que Calipso es hija de Helios y Perse.[17] Otros la imaginan como hija de Atlante (Atlas) y Pléyone y la catalogan como una de las Pléyades, pero esta versión es minoritaria.[18] Aún existe una cuarta versión, que la hace una de las nereidas, pero es dudoso.[19]
En cuanto a su descendencia, existen leyendas posteriores a la Odisea donde se le atribuyen a Odiseo y Calipso otra descendencia diferente,[20] acaso más artificiosa. Unos agregan a Telégono y Telédamo como sus hijos;[21] otros a Ausón, quien daría origen a Ausonia;[22] y otros más añaden a Latino,[23] a pesar de que en otras fuentes es hijo de Circe y Odiseo.[24] De todas formas a Ausón también se lo imagina como hijo de Atlas y Calipso, de manera alternativa.[25] En la ‘Vuelta a la tierra’, una digresión dentro del Catálogo de mujeres, se sugiere que las altivas tribus del pueblo cefaleno tienen su origen en la unión entre Hermes y Calipso, pero esta interpretación no es unánime.[26]