El 16 de diciembre de 2023, dos mujeres cristianas palestinas, Nahida Khalil Anton y su hija Samar Kamal Anton, fueron asesinadas a tiros mientras caminaban dentro de los terrenos de la Iglesia de la Sagrada Familia para ir al baño durante la guerra de Gaza.[1][2] El Patriarcado Latino de Jerusalén afirmó que los disparos fueron efectuados por un francotirador israelí.[3][4]
Asesinato de Nahida Khalil y Samar Kamal Anton | ||
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Parte de guerra de Gaza y genocidio en Gaza | ||
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Lugar | Gaza, Franja de Gaza (Palestina) | |
Coordenadas | 31°31′27″N 34°27′07″E / 31.524083333333, 34.451994444444 | |
Blanco | Varios civiles que se refugiaban en los terrenos de la iglesia | |
Fecha | 16 de diciembre de 2023 | |
Tipo de ataque | Tiroteo masivo | |
Muertos | 2 | |
Heridos | 7 | |
Perpetrador |
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Al estallar la guerra, la comunidad cristiana en Gaza contaba con 1017 miembros, de los cuales 135 eran católicos,[5] y juntos representaban apenas el 0,05% de la población total de la Franja de Gaza.[6] Las relaciones con la población musulmana en general eran pacíficas, con programas de ayuda a los pobres y a los ancianos, y miles de niños musulmanes estudiaban en escuelas cristianas.[7] Durante las hostilidades, la Iglesia de la Sagrada Familia en Rimal se convirtió en un refugio para más de 300 desplazados, en su mayoría cristianos,[7] y en el momento de los asesinatos, albergaba a 648 habitantes de Gaza.[8] La iglesia estaba bien preparada para albergar a los refugiados, ya que la experiencia de numerosos conflictos anteriores la había llevado a acumular provisiones para tales emergencias. Estas se habían reabastecido durante el alto el fuego de noviembre de 2023, aunque para diciembre la comunidad sufría de escasez de raciones.[7]
Después de un intenso intercambio de correos electrónicos entre el 14 y el 26 de octubre entre Catholic Relief Services y personal del Senado de Estados Unidos, este último informó a los enlaces militares israelíes que la iglesia estaba albergando civiles, proporcionándoles las coordenadas exactas de los cuatro edificios que forman el complejo de la iglesia.[7][8] Las FDI respondieron que no podían garantizar la seguridad de los civiles que se encontraban en el interior e instaron a evacuar la comunidad, algo que no era factible dada la gran cantidad de discapacitados y ancianos a su cargo.[8] En un correo electrónico, las autoridades israelíes identificaron que uno de los cuatro edificios, la Casa de Niños Discapacitados, era una mezquita.[8]
Los bombardeos de las FDI habían arrasado la mayoría de los edificios en las inmediaciones de la iglesia. El 12 de noviembre, en contra del consejo de sus correligionarios cristianos,[9] una anciana (84-85) bautista[9][10] que se había refugiado en los terrenos de la iglesia, Elham Farah, organista de la iglesia, profesora de música y, según se dice, pariente del poeta palestino Hanna Abu-Hanna[12] se aventuró a salir del recinto, ya sea para ver si su casa todavía estaba en pie[9] o para recuperar algunas de sus pertenencias personales.[13] Un conductor la acompañó, pero se detuvo antes de llegar a su casa porque era demasiado peligroso continuar.[14] Salió del coche y siguió a pie, pero un francotirador israelí la disparó en la pierna y cayó cerca del Hospital al-Shifa, que en ese momento estaba sitiado. Permaneció herida toda la noche, pidiendo ayuda.[11] Nadie en la localidad, ni siquiera las ambulancias, pudieron acudir en su ayuda por el grave riesgo que suponían los francotiradores israelíes.[9] Su sobrina, alertada por los vecinos, publicó un llamado a una ambulancia con el número de teléfono de su tía.[11] Según testigos presenciales, su cuerpo fue arrollado por un tanque israelí a la mañana siguiente.[15][9]
El 15 de noviembre, la diputada liberal demócrata Layla Moran declaró en la Cámara de los Comunes que los miembros de su familia palestina, entre ellos una abuela, un primo, su esposa y sus gemelos de 11 años,[16] estaban refugiados en la Iglesia: según sus relatos, el recinto estaba siendo atacado con fuego de fusilería y fósforo blanco,[17] un miembro de su familia había muerto, un recolector de basura y un conserje habían sido asesinados afuera y no pudieron ser enterrados.[5] Los generadores de la iglesia habían sido destruidos por los bombardeos israelíes, junto con los paneles solares, tanques de agua y recursos de combustible.[16] Los tanques israelíes estaban estacionados cerca, mientras que los francotiradores de las FDI habían tomado posiciones en los bloques de apartamentos que daban al complejo, lo que hacía muy peligroso el movimiento entre los edificios del complejo de piedra caliza.[16] Moran agregó más tarde que a cualquiera que se acercara a la iglesia le disparaban nada más verlo.[16] Se estima que a mediados de diciembre, 19.453 habitantes de Gaza habían muerto a causa del fuego israelí.[18]
El 14 de diciembre, dos técnicos que reparaban tuberías de agua dañadas por disparos fueron asesinados a tiros por francotiradores israelíes.[19]
Nahida Anton era la madre de la familia católica más numerosa de la Franja de Gaza, con siete hijos y más de veinte nietos. Su hija Samar trabajaba como cocinera para niños con discapacidad física y mental,[18] atendidos por las monjas teresanas de las Misioneras de la Caridad.[5] Nahida provenía originalmente de una familia de refugiados palestinos y nació en 1953[20] en Dbayeh, Líbano, donde un sector del campamento aún atiende a refugiados cristianos palestinos y sirios. Su familia se vio obligada a huir a Yemen tras la invasión israelí del Líbano de 1982. Finalmente logró regresar a la Franja de Gaza, donde se dedicó al voluntariado para la comunidad católica local.[21] Su hija Samar tenía 49 años.[16]
En la mañana del 16 de diciembre, un tanque israelí atacó el convento de las Misioneras de la Caridad, que albergaba a 54 personas con discapacidad. El bombardeo provocó una gran explosión que destruyó el generador eléctrico y las reservas de combustible de la iglesia. Dos proyectiles posteriores dejaron el hospicio inhabitable, obligando a los residentes a desplazarse y privando a varios de los respiradores que necesitaban.[22][23] El padre Youssef, un sacerdote de Gaza, intentó, mediante un contacto telefónico defectuoso, conseguir que el Patriarcado comunicara a las FDI que su área era una «zona segura designada».[7] Las FDI dijeron más tarde que esa mañana se había producido un diálogo con las autoridades de la Santa Parroquia, en el que estas últimas afirmaron que no habían sufrido bajas.[23]
Alrededor del mediodía, Edward Anton, hermano de Samar que trabajaba con Médicos Sin Fronteras, creyó haber visto al ejército israelí fuera de la iglesia y trato de advertir a los que se refugiaban en el edificio para que permanecieran dentro.[7] Según su relato, su madre recibió un disparo cuando cruzaba el patio hacia un baño y no escuchó sus advertencias.[7] Nahida fue tiroteada tres veces,[7] un tiro le alcanzó en el estómago. Su hija Samar salió corriendo[7] para tratar de socorrer a su madre caída y arrastrarla a un lugar seguro, pero ella a su vez recibió un disparo en la cabeza y debajo de la oreja.[16][24][18] Los asesinatos fueron observados directamente por una de las monjas residentes, la hermana Nabila Saleh. Durante aproximadamente los siguientes diez minutos,[7] otras siete personas fueron baleadas y heridas, entre ellas Edward Anton, quien recibió un disparo en la pierna[7] y otros familiares: el Dr. Elias, un cirujano, y primo de 16 años que intentó ayudar a la pareja caída[16][25] o mientras intentaban proteger a otros dentro del recinto de la iglesia. Según el Patriarcado, «No se dio ninguna advertencia ni se notificó. Fueron tiroteados a sangre fría dentro de las instalaciones de la parroquia, donde no hay beligerantes».[18][26] Tanto Hamás como el Patriarcado afirmaron que un francotirador israelí fue el responsable del asesinato de las dos mujeres.[27] Más tarde, las excavadoras israelíes apilaron los coches destrozados en la calle para bloquear la puerta de la iglesia.[18]
La hermana de uno de los civiles que se encontraban en el recinto dijo a la BBC que los que estaban en la iglesia tenían miedo de irse por temor a que les dispararan, y agregó que «creían que los israelíes disparaban a todo lo que se movía».[28] Se produjeron más muertes cuando las tropas israelíes impidieron que la ayuda médica llegara a los heridos.[29] Los heridos tuvieron que esperar hasta la víspera de Navidad para ser evacuados al Hospital Bautista Al-Ahli Arabi que ya había sufrido graves daños por una explosión el 17 de octubre,[7] además no fue posible realizar las cirugías necesarias debido a que gran parte del personal había sido detenido durante una incursión israelí contra el hospital el 19 de diciembre, lo que dejó el centro médico con muy poco personal.[7]
El Patriarcado también denunció que el mismo día del ataque un tanque israelí lanzó tres proyectiles contra la parroquia, impactando en el convento, donde hay 54 personas discapacitadas que «se encuentran actualmente desplazadas y sin acceso a los respiradores que algunos de ellos necesitan para sobrevivir». A consecuencia del ataque israelí, la residencia del convento quedó inhabitable y fueron destruidos el generador de energía, la única fuente de electricidad, y el tanque de agua.[30] Además dos cohetes más, lanzados desde un tanque israelí, alcanzaron el convento y ahora es un lugar inhabitable. Las 54 personas que se encontraban en su interior tuvieron que ser evacuadas.[3]
Tras una investigación interna, las FDI afirmaron que habían actuado ese día contra «terroristas» en la zona de la parroquia católica. «Una revisión inicial sugiere que las tropas de las FDI, que estaban operando contra los terroristas de Hamás en el área, operaron contra una amenaza que identificaron en el área de la iglesia. Las FDI están llevando a cabo una revisión exhaustiva del incidente»,[31] por su parte los funcionarios de la Iglesia Católica negaron que hubieran beligerantes palestinos en la zona.[18] En enero, las FDI se retractaron de sus conclusiones originales y afirmaron que realizarían un examen más profundo del incidente.[7]
El Patriarcado Latino denunció en un comunicado que «Un francotirador del ejército israelí disparó a varias personas que se encontraban en los locales de la iglesia, donde no había combatientes. Sin aviso previo, sin notificación alguna. […]. Nadiha y a su hija Samar murieron y otras siete personas resultaron heridas».[3]
La secuencia de acontecimientos, desde el bombardeo de la iglesia de San Porfirio el 19 de octubre, que mató a dieciocho civiles e hirió a otros veinte,[18] hasta destrucción de la Escuela del Santo Rosario, los graves daños a la casa de las Misioneras de la Caridad y el asesinato de Nahida y Samar contribuyeron a agravar las ya tensas relaciones entre el Vaticano e Israel. El propio papa Francisco mantenía contacto telefónico casi diario con la parroquia católica de Gaza.[32] Según The Washington Post, a finales de octubre, en una llamada telefónica al presidente israelí Isaac Herzog, el papa Francisco expresó su opinión de que estaba prohibido combatir el terrorismo con terrorismo.[18] Condenó el ataque y dijo: «Algunos dirían: "Es la guerra. Es terrorismo". Sí, es guerra. Es terrorismo».[33] Esta fue la segunda vez que el papa utilizó la palabra «terrorismo» al referirse a la invasión israelí de Gaza,[34][35] enfureciendo a algunos israelíes.[7]
El arzobispo de Westminster, el cardenal Vincent Nichols, la figura católica de mayor rango en el Reino Unido, dijo: «Les dispararon a sangre fría dentro de las instalaciones de la parroquia, donde no hay beligerantes».[36][37] El papa Francisco dijo sobre lo ocurrido que «Civiles indefensos están siendo bombardeados y tiroteados. Y esto ha ocurrido incluso dentro del recinto parroquial de la Sagrada Familia, donde no hay terroristas, sino familias, niños, enfermos y discapacitados, monjas».[30]
Cuando el sitio web del Patriarcado Latino de Jerusalén condenó el asesinato de las dos mujeres el 16 de diciembre, el embajador israelí en el Vaticano respondió acusando al patriarcado de cometer un libelo de sangre.[38] Mitri Ráheb, un pastor luterano palestino en Belén, dijo a los periodistas que las muertes fueron desgarradoras y que hicieron enojar a la gente, haciendo referencia a otros ataques de las FDI contra iglesias de Gaza, como el ataque a la Iglesia de San Porfirio que dañó la iglesia ortodoxa griega más antigua de Gaza y mató al menos a dieciocho personas.[27]
El ejército israelí dijo que no había atacado la iglesia y que durante el diálogo con representantes de la comunidad religiosa, no surgieron informes de un ataque a la iglesia, ni de civiles heridos o muertos cuando hablaron con las FDI en la mañana del 16 de diciembre.[30][39] Tal Heinrich, portavoz del primer ministro Benjamín Netanyahu, negó que hubiera habido combates en la zona de la iglesia.[18] La vicealcaldesa de Jerusalén, Fleur Hassan-Nahoum, en una entrevista con la LBC, fue preguntada sobre los informes de francotiradores afuera de la iglesia, y ella respondió afirmando falsamente que no hay iglesias en Gaza y que los cristianos habían sido expulsados por Hamás.[40][41] El obispo Atallah Hanna, arzobispo ortodoxo griego de Sebastia, desestimó públicamente sus afirmaciones señalando que la presencia de cristianos en Gaza había sido atestiguada durante siglos.[40] Hassan-Nahoum luego se retractó y confesó que no había visto ningún informe.[42]
El ministro de Asuntos Exteriores italiano, Antonio Tajani, condenó los asesinatos, afirmando: «Un francotirador israelí disparó contra dos mujeres dentro de una iglesia. Esto no tiene nada que ver con la lucha contra Hamás, porque los terroristas ciertamente no se esconden en iglesias cristianas».[43] La parlamentaria británica, Layla Moran, cuyos familiares se refugiaban en los terrenos de la iglesia, habló sobre el ataque y las muertes en las redes sociales y afirmó que sus familiares estaban «más que desesperado vs y aterrorizados».[27]