El asedio de Shushtar (o Shustar) fue un enfrentamiento militar ocurrido en 1225 y donde se enfrentaron las fuerzas del Imperio jorezmita, al mando del sah Yalal ad-Din Mingburnu, y la guarnición local leal al Califato abásida, liderada por el gobernador de Juzestán, Muzaffar ad-Din Wajh al-Sabu. Aunque no el sah abandonó el asedio, si consiguió vencer a las fuerzas abásidas en una posterior batalla campal.
Asedio de Shushtar | ||||
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Parte de las campañas de Yalal ad-Din | ||||
Fecha | Inicios de 1225 | |||
Lugar | Shushtar, actual Irán | |||
Resultado | Los jorezmitas abandonan el asedio, pero posteriormente vencen a las fuerzas abásidas en dos batallas campales y logran someter el territorio | |||
Combatientes | ||||
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Comandantes | ||||
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En 1224, después de volver del subcontinente indio, el sah de los restos del Imperio jorezmita, Yalal ad-Din Mingburnu se dedicó a consolidar su control sobre el oeste de la meseta iraní con mucho éxito.[1]
En enero o febrero de 1225,[2][3] el sah quería pasar el invierno en Shushtar (Shustar o Tustar), así que envió a Elchi Pahlavan (Yahan-Pahlavan Ilchi) con 2000 jinetes para explorar el territorio, y una vez ahí el noble local Sulaiman Sah le entregó a una hermana en matrimonio.[4] Así comenzó el asedio de Shushtar, donde su gobernador, Muzaffar ad-Din Kök-Böri,[nota 1] se defendió con ferocidad. Rápidamente los corasmios se dispersaron para saquear, llegando hasta Bâdurâyâ (Badra), Bâkusâyâ (Bagsaya)[2] y algunos hasta Basra (Basora).[5] Sin embargo, a estos últimos fueron atacados por el emir Multakm, prefecto de Basra, quien dio muerte a varios jorezmitas.[6]
Juvaini menciona que Yalal ad-Din estuvo un mes en Shabur Jast,[7] donde se reunió con los jefes de Lurs y luego se dirigió al oeste.[8] En cambio, Ibn al-Athir escribió que el asedio de Shushtar duró dos meses y sin aviso el sah lo finalizó.[6]
Yalal ad-Din partió hacia Bagdad para intentar ganarse el apoyo de An-Násir en su lucha contra los mongoles, pero este último envió al emir mameluco Qush Temür (Jamâl al-Dîn Qashtimur) con 20 000 soldados para expulsarlo de su territorio.[8][9] El califa abásida An-Násir también envió palomas mensajeras a Erbil (Irbil) para solicitar al atabeg Muzaffar que enviará 10 000 hombres a cortar las rutas de retirada del sah al este. Sin embargo, Qush Temür confiaba demasiado en su superioridad numérica y partió antes de que Muzaffar estuviera listo.[8]
En el camino que lleva al Gran Jorasán[6] las fuerzas del sah y del califa se encontraron, Yalal ad-Din envió mensajeros informando que buscaba refugio y necesitaba ayuda contra un poderoso enemigo pagano, los mongoles, pero el emir se negó a escucharlo. Superado más de diez a uno, el sah mandó que un destacamento se ocultara y el resto cargara dos o tres veces contra el centro y flancos del ejército abásida,[8] luego fingieron huir[10] y fueron perseguidos. Entonces, las tropas que el sah ocultó los atacaron por la retaguardia, mientras que el resto de los corasmios dieron media vuelta y los atacaron de frente. Los soldados abásidas fueron perseguidos hasta las afueras de Bagdad,[11] a Ba'qübâ, un pueblo ubicado a siete leguas de la ciudad. Cuando la noticia de la derrota llegó a Bagdad, sus habitantes prepararon flechas, nafta, arcos, ballestas y otras armas y el ejército califal volvió a la urbe. Por su parte, las tropas jorezmitas se dedicaron a saquear el campo, pues estaban escasos de monturas, suministros y bagaje y consiguieron un gran botín,[6] especialmente se dedicaron a robar mulas y caballos.[12]
Debe mencionarse que Shihab ad-Din Muhammad al-Nasawi, secretario personal del sah y autor de su biografía, no menciona nada del asedio, sólo que cuando Yalal ad-Din entró en Juzestán, Elchi Pahlavan fue enviado con la vanguardia al camino a Bagdad, donde venció al ejército abásida y lo forzó a regresar a la ciudad. Se tomaron prisioneros que fueron llevados ante el monarca jorezmita, quien ordenó su liberación. Después el sah se dirigió a los alrededores de la ciudad.[13]
Los corasmios se dirigieron a Daquq[11] (Daquqa),[14] ciudad que asediaron y tomaron por asalto, matando a la mayoría de sus habitantes.[12] Según Nasawi, cuando el ejército corasmio se aproximó, los habitantes de Daquq subieron a su muralla y empezaron a insultar al sah por saquear la región de Divan. En respuesta, Yalal ad-Din ordenó un ataque y los defensores levantaron sus estandartes, comenzando un combate en que los jorezmitas masacraron a muchos de los habitantes hasta que se declaró un alto al fuego.[14] Los supervivientes se dispersaron y muchos llegaron a Takrît, pero destacamentos jorezmitas que habían sido enviados a al-Batt y al-Râdhân los persiguieron y después de una feroz batalla con el ejército local que forzó a los jorezmitas a retirarse con el cuerpo principal. Poco después, los habitantes de al-Bawâzîj, ciudad perteneciente al emir Nasir ad-Din Mahmud de Mosul, le pidieron su protección[12] y Yalal ad-Din les envió un hombre para que los gobernara en su nombre.[15]
En mayo,[16] el sah se enteró de que Muzaffar se aproximaba con todo su ejército y le preparaba una emboscada. Yalal ad-Din dejó a su bagaje atrás y avanzó por un paso de montaña con un grupo de jinetes selectos, cayendo sorpresivamente sobre la columna de Muzaffar, quien fue derrotado, capturado y perdonado por el sah.[11] Luego resolvieron un acuerdo. Durante su estancia en Juzestán y el Irak persa, los árabes se alzaron por todo el campo y cortaron las comunicaciones corasmias.[16] Yalal ad-Din se reunió con el resto de su ejército[17] y se dirigió a Arrán y Azerbaiyán, donde gobernaba el atabeg Öz-Beg. Este último, sabedor que no podía enfrentarlo, prefirió abandonar Tabriz, mientras que el sah asediaba la ciudad.[18]
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