Aguas frescas[1][2] es el nombre que se da en México y varios países de Centroamérica —como El Salvador, Guatemala y Honduras— a un tipo de bebida no alcohólica a base de agua, frutas, semillas, granos o flores, y azúcar, muy populares en la gastronomía de estas regiones.[3][4][5]
Se consumen principalmente durante la comida (en algunos países llamada almuerzo) y se venden en mercados, restaurantes, puestos callejeros y otros lugares públicos. Son bebidas tradicionales que forman parte importante de la cultura culinaria local.
Además de frutas y flores, las aguas frescas pueden elaborarse con hierbas, granos o semillas. Los ingredientes y formas de preparación varían por país o región, y muchas veces se combinan para lograr sabores únicos.
En Chiapas, Tabasco y Honduras, al pozol se le considera una bebida tradicional similar a las aguas frescas. Se elabora con maíz nixtamalizado molido.
Los ingredientes se licúan o exprimen, retirando cáscaras y semillas, y se mezcla con agua y azúcar al gusto. Algunas recetas requieren pasos previos, como hervir ciertos ingredientes:
En España, el término agua fresca también puede referirse a un tipo de perfume ligero para uso corporal.