Los Zoelas (en latín, Zoelae) fueron una tribu prerromana perteneciente al pueblo de los astures, mencionada por Estrabón en su Geografía como parte de los pueblos astures del noroeste peninsular.[1] Su territorio se situó, según la mayoría de investigaciones recientes, en el occidente de la actual provincia de Zamora y el nordeste de Tras-os-Montes (Portugal), con epicentros arqueológicos y epigráficos en las comarcas de Aliste y Braganza.[2]
Zoelas | ||
---|---|---|
Descendencia | Desconocida (estimaciones arqueológicas) | |
Religión | Politeísmo indígena; cultos locales y culto imperial romano | |
A comienzos del siglo XX, Claudio Sánchez-Albornoz, interpretando a Plinio y siguiendo a autores como Flórez, Vigil y Macías, defendió que el territorio zoela se encontraba entre los ríos Navia y Eo. Sin embargo, las investigaciones de las últimas décadas del siglo XX y la historiografía del siglo XXI sitúan el área habitada por este pueblo en la región de Braganza (Portugal) y su extensión hacia el este hasta la Tierra de Aliste (Zamora), así como hacia el sur hasta el entorno de Miranda do Douro (Portugal).[2]
Algunos autores han propuesto como capital de los zoelas la aldea de Ouselle, antigua Ocellum Galaicorum, en el municipio lucense de Becerreá, aunque esta hipótesis carece de consenso académico.[2] Otros sostienen que la capital conventual fue Asturica Augusta (Astorga) y que la capital de la comunidad pudo ser la ciudad de Curunda, ubicada en algún lugar aún indeterminado entre Braganza y Zamora, posiblemente cerca del actual Rionegro del Puente.[2]
Los Zoelas se organizaban en comunidades gentilicias (gentilitates) integradas dentro de la gens o civitas Zoelarum en época romana. Las fuentes epigráficas conservan nombres de gentilidades y antropónimos de clara tradición céltica junto a otros latinos, lo que evidencia una romanización progresiva sin ruptura total de las identidades locales.[3][4]
El poblamiento zoela es predominantemente castreño (asentamientos fortificados en altura) desde la Edad del Hierro, con continuidad y adaptación en época romana. Entre los yacimientos más significativos destacan:
Las estelas funerarias de los zoelas muestran decoración con símbolos circulares (de probable carácter solar) y animales como el cerdo o el venado, lo que revela un imaginario simbólico ligado a la naturaleza y a creencias de raíz indoeuropea.[2]
Las inscripciones votivas atestiguan cultos indígenas (como el del dios Aenus/Aernus en el entorno de Braganza y Avelãs) coexistiendo con el culto imperial romano. Su origen es objeto de debate: algunos autores los consideran una de las etnias más antiguas de la península ibérica.[2]
Plinio el Viejo atribuye a los zoelas la producción de un lino de gran calidad, que alcanzó fama en Roma, lo que sugiere excedentes comercializables y un cierto grado de especialización artesanal.[2]
El pueblo zoela se caracteriza por un notable corpus epigráfico, especialmente concentrado en el área de Rabanales de Aliste (Zamora) y Braganza (Portugal). Sus inscripciones reflejan tanto la continuidad de nombres indígenas de raíz céltica como la adopción progresiva del latín y de fórmulas romanas. Entre las piezas más relevantes se encuentran:
Inscripción | Lugar de hallazgo | Descripción y relevancia | Referencia |
---|---|---|---|
Tabla de Astorga (Tabula Zoelarum) | Astorga (León) | Placa de bronce (32 × 24 cm) con un pacto de hospitalidad entre los Desoncos y Tridiavos, renovado en el siglo I d. C.; fundamental para entender las instituciones indígenas adaptadas al derecho romano. | [2][6] |
Estela de Caraucus, Alionus y Potitus | Rabanales de Aliste (Zamora) | Inscripción funeraria con genealogía de tres generaciones (abuelo, padre e hijo). Constituye la primera mención conocida del antropónimo celta Caraucus. | [4] |
Ara votiva al dios Aenus | Castro de Avelãs (Braganza, Portugal) | Ara dedicada por el ordo Zoelarum al dios Aenus/Aernus, divinidad propia de los zoelas; muestra la persistencia de cultos locales. | [2] |
Estela de Magilo | Rabanales de Aliste (Zamora) | Estela funeraria con el nombre indígena Magilo, documentado en varias zonas del noroeste; ejemplo de continuidad onomástica celta en el marco romano. | [3] |
Estela con símbolos solares y animales | Rabanales de Aliste y alrededores (Zamora) | Diversas estelas decoradas con círculos (símbolos solares) y figuras animales como el cerdo y el ciervo, vinculadas al imaginario religioso indígena. | [2] |
Este conjunto epigráfico convierte al territorio zoela en uno de los más ricos del noroeste peninsular en testimonios de época romana temprana.[3][4]
Una pieza fundamental para conocer la organización social y jurídica de los zoelas es la llamada Tabla de Astorga (también Tabla de los Zoelas): una placa de bronce con frontón que registra un pacto de hospitalidad (hospitium) entre dos gentilitates de la gens Zoelarum (Desoncos y Tridiavos), con renovaciones documentadas e integración de nuevos grupos y personas en fechas posteriores (alto Imperio). El documento ilustra la pervivencia y adaptación de instituciones indígenas (alianzas, clientelas, fidelidades) al marco jurídico romano.[2][6]
Tras las Guerras cántabras (29–19 a. C.), los zoelas se integraron en el conventus Asturum (provincia de Hispania Citerior Tarraconensis). La civitas Zoelarum adoptó el latín para la epigrafía pública y funeraria, mientras las comunidades mantuvieron elementos identitarios propios (onomástica, ritualidad), en un proceso de hibridación cultural más que de sustitución.[2][3]
La ubicación antigua (Navia–Eo) propuesta por Sánchez-Albornoz ha sido ampliamente revisada a la luz de los hallazgos arqueológicos y epigráficos de Zamora y Tras-os-Montes. Persiste el debate sobre la capital indígena: se han sugerido Ouselle (Ocellum Galaicorum) y Curunda (candidata probable entre Braganza y Zamora, quizá en el eje de Rionegro del Puente), mientras que Asturica Augusta fue la capital conventual en época romana.[2]
|universidad=
ignorado (ayuda)