«¡Ciudadanoz! ¡Tenemoz a Zanzón, el azezino zaduceo! ¡Zilaz de Zidia, aliaz el Zagaz! ¡Zezenta y zeiz zediciozoz de Cezarea y...!» (Pijus Magníficus, siglo I d.C.)
«Mozuelas de Santillana / vaqueras de Reocín / alegradme la mañana / a mis ansias poned fin. / Habréis de dadme licencia / ¿qué culpa tengo en el fondo, / de que la economía de subsistencia / me ponga a mí tan cachondo?» (Apócrifo del Marqués de Santillana, siglo XV)
«No esperes hoy, vida mía, / ver conmigo la Batalla / unas rejas me lo impiden / ¡qué triste queda mi alma! / Yo recuerdo que otros años / contigo la presenciaba, / ibas muy linda y hermosa / cual flor fresca y perfumada.» Alejandro Oruña Zorrilla (“Zoa”), Poemario, 1948.