Perteneciente a la Escuela de Argüelles, realizó bajo la influencia de este grupo su primer corto, Gospel (1969), seleccionado para el festival de cine de Nueva Delhi. Guionista de sus propias películas (y de algunas ajenas), tuvo problemas con la censura y algunos de sus trabajos, como El desastre de Annual, fueron prohibidos.
Obtuvo un cierto renombre con Pascual Duarte, basada en la novela de Camilo José Cela, producida y encargada por Elías Querejeta. Este filme le granjeó el premio al mejor actor en el Festival de Cannes de 1976 a José Luis Gómez y se llevó el premio a la mejor fotografía del Círculo de Escritores Cinematográficos en el mismo año.
A mediados de los ochenta se estableció en Estados Unidos, donde, de sus varios proyectos, sólo logró llevar a cabo un largometraje, Gringo mojado, con el actor Sam Bottoms y la mexicana Rebecca Jones.
Además de ello, trabajó para televisión en las series La huella del crimen (uno de los capítulos dirigidos por Franco, "El crimen de las estanqueras de Sevilla", ganó el premio FIPA de Plata en el Festival de Cannes de Televisión de 1991), La mujer de tu vida, Yo, una mujer y Crónicas del mal, y dirigió y produjo varios documentales sobre distintas religiones.
Aparte de su trabajo como cineasta, publicó un libro de poemas, Los restos del naufragio (1979), y escribió una cantidad considerable de letras de canciones pop, entre ellas varias para el grupo español Tam Tam Go!, como su éxito Manuel Raquel. También es autor de la canción "Loco de amor", interpretada por el grupo Café Quijano e incluida en su CD Qué grande es esto del amor!
1997: Festival de Cannes (Sección Una cierta mirada): Premio Ecuménico del Jurado- Mención Especial
1997: Festival de Mar del Plata: Mejor director y actor
1997: Premios Forqué: Mejor película
1998: Festival Internacional de San Diego: Mejor película
Referencias
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↑«Ricardo Franco». IMDb. Consultado el 9 de septiembre de 2016.
↑En Contra viento y marea, Úbeda-Portugués afirma que Ricardo Franco participó como actor en Fu Manchú y el beso de la muerte (1968) y El castillo de Fu Manchú (1969), ambas de Jesús Franco, pero, si realmente actuó, su intervención es imperceptible para el espectador.