Rafael Leyda Mañes (f. 1914) fue un novelista, cuentista, abogado, comediógrafo y periodista español.
Rafael Leyda | ||
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Caricaturizado por Tovar (1907) | ||
Información personal | ||
Nacimiento | c. 1879 | |
Fallecimiento |
12 de marzo de 1914 Busot (España) | |
Nacionalidad | Española | |
Información profesional | ||
Ocupación | Escritor de cuentos, comediógrafo y periodista | |
En alguna fuente su nacimiento aparece datado en 1877 en Sevilla.[1] Sin embargo la prensa de la época le concedía una edad de treinta y cuatro[2] o treinta y cinco años[3] en el momento de su muerte. El Diccionario biográfico español lo tiene por nacido en Madrid en 1870.[4] Licenciado en Derecho, se dedicó al periodismo y la literatura, y colaboró en revistas como Helios, aunque no publicó un libro de poesías que llegó a anunciar, quizá por su temprano fallecimiento. Fue socio del Ateneo de Madrid, bohemio impenitente y amigo de Andrés González Blanco[5] y Emiliano Ramírez Ángel. Su primera obra fue una comedia, De 7 a 9, a la que siguió un libro de relatos, Valle de lágrimas (1903) con prólogo de Pío Baroja en el que este destaca las inquietudes sociales del autor; aún hizo otra colección de relatos, Tirano amor (1906); era un género que dominaba: en 1906 ganó el primer premio de cuentos de El Liberal; el segundo lo ganó José Francés y el tercero nada menos que Valle-Inclán.[6] Hernández Cano apercibe la sensualidad que envuelve sus relatos y la importancia de La toga “entravée” (1912), sobre una mujer que se convierte en abogada y donde hace aparecer a algunos personajes progresistas de la época, como Colombine y Luis Morote.[7]
A Leyda, que participó en las colecciones literarias El Cuento Semanal[8] y Los Contemporáneos, Enrique Díez-Canedo le describe como «un Maupassant con caracteres netamente españoles».[3] Mantuvo amistad con el poeta Juan Ramón Jiménez[1] y participó en prensa en publicaciones como Los Lunes de El Imparcial,[9] El Liberal y Nuevo Mundo.[10] Un año antes de morir, en 1913, proyectaba redactar una revista junto a Fernando Fortún, Enrique Díez-Canedo y Pedro Salinas.[11] Falleció en la provincia de Alicante, en el sanatorio de Busot, el 12 de marzo de 1914.[2] Según el crítico Sainz de Robles, «todas sus novelas largas y breves son de un atractivo realismo y están escritas en un muy castizo castellano».[12]