Manuel Tovar Siles (Granada, 1875-Chamartín de la Rosa, 1935) fue un dibujante y caricaturista español, que también firmó algunos de sus trabajos como «Don Hermógenes».
Manuel Tovar | ||
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![]() Autocaricatura en La Novela Teatral (1921)[1] | ||
Información personal | ||
Nacimiento |
10 de agosto de 1875 Granada | |
Fallecimiento |
10 de abril de 1935 (59 años) Chamartín de la Rosa | |
Sepultura | cementerio de La Almudena | |
Nacionalidad | Española | |
Información profesional | ||
Ocupación | Dibujante y caricaturista | |
Firma |
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Nacido en Granada[2] el 10 de agosto de 1875,[3] el propio Manuel Tovar afirmó en una entrevista que su enseñanza fue autodidacta, así como que uno de los artistas que más le influyó fue Ramón Cilla.[4] Aunque colaboró en sus inicios para revistas de Valencia y Barcelona,[5][6] se trasladó joven a Madrid.[6] Al comienzo de su carrera[6] llegó a emplear el pseudónimo «Don Hermógenes».[6][7][nota 1]
Cultivó áreas diversas, como la caricatura personal, la sátira política o bien temáticas costumbristas,[8] además de pintar óleos y acuarelas, faceta esta última menos conocida.[6]
Trabajó ilustrando publicaciones como Madrid Cómico, Gedeón, La Correspondencia de España, El Liberal, ABC, El Sol, La Voz, La Esfera, Blanco y Negro,[3] Nuevo Mundo, Mundo Gráfico,[8] Buen Humor,[9] El Imparcial, La Hoja de Parra, Gutiérrez, La Risa, ¡Oiga usted...!, Heraldo de Madrid, España Nueva, La Bandera Federal o Don Quijote,[10] entre otras.
Tovar, que participó en la colección de novela corta El Cuento Semanal,[11] realizó la mayor parte de las caricaturas en portada de la colección dramática La Novela Teatral, publicada entre 1916 y 1925,[12] además de ilustrar su continuadora, la colección Comedias.[13]
En el plano personal estuvo casado con Concepción Rodríguez y tuvo dos hijos, Manuel y Conchita.[6] Tras su muerte en Madrid[3][nota 2] el 10 de abril de 1935,[4][2] fue enterrado en el cementerio de la Almudena.[14][nota 3]
Calificado por Mariano Sánchez de Palacios como «una de las figuras más representativas del Madrid periodístico del primer cuarto de siglo»,[8] el periódico La Libertad afirmaría tras su fallecimiento que Tovar «era para Madrid su dibujante popular»[2] y años más tarde Federico Carlos Sainz de Robles le definiría como «el Arniches del lápiz».[16]
«Visiones históricas» (Gedeón, 1912)
«Postura teutónica» (El Imparcial, 1915)
«Siembra electoral» (Heraldo de Madrid, 1918)
(La Voz, 1920)