Puente del Congosto es un municipio y localidad española de la provincia de Salamanca, en la comunidad autónoma de Castilla y León. Se integra dentro de la comarca de Guijuelo y la subcomarca del Alto Tormes, y pertenece al partido judicial de Béjar.[3]
Puente del Congosto | ||||
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municipio de España | ||||
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![]() Vista general de la localidad | ||||
Ubicación de Puente del Congosto en España | ||||
Ubicación de Puente del Congosto en la provincia de Salamanca | ||||
País |
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• Com. autónoma |
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• Provincia |
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• Comarca | Alto Tormes | |||
• Partido judicial | Béjar | |||
• Mancomunidad | Alto Tormes | |||
Ubicación | 40°30′07″N 5°31′28″O / 40.501944444444, -5.5244444444444 | |||
• Altitud | 944[1] m | |||
Superficie | 34,04 km² | |||
Núcleos de población | Bercimuelle, Puente del Congosto | |||
Población | 225 hab. (2024) | |||
• Densidad | 6,61 hab./km² | |||
Gentilicio | chapucero, -a | |||
Código postal | 37748 y 37750 | |||
Alcalde (2019) | Ángel Rosado (PP)[2] | |||
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Su término municipal ocupa una superficie total de 34,04 km² y cuenta con una población de 225 habitantes (INE 2024)
El nombre de Puente del Congosto viene de «Puente del Arco Angosto», haciendo referencia al puente sobre el río Tormes de la ruta Ávila-Ciudad Rodrigo, el cual tenía un arco estrecho del que solo se conserva una pared lateral.[cita requerida]
La localidad se encuentra a una altitud de 944 m s. n. m.[4][5] El municipio se encuentra en el sureste de la provincia; linda con los términos de Cespedosa de Tormes, Gallegos de Solmirón Navamorales, Santibáñez de Béjar y El Tejado —pertenecientes también a la provincia de Salamanca— y con los de Medinilla y Narrillos del Álamo —pertenecientes a la provincia de Ávila—.[6]
Noroeste: Cespedosa de Tormes | Norte: Narrillos del Álamo | Noreste: Gallegos de Solmirón |
Oeste: Santibáñez de Béjar | Este: Navamorales | |
Suroeste: Medinilla | Sur: El Tejado | Sureste: Navamorales |
Desde tiempos prehistóricos, la zona ha estado habitada, especialmente en las inmediaciones de El Berrueco, un imponente promontorio granítico que sirvió de refugio a numerosas poblaciones primitivas, desde el Paleolítico Superior hasta el proceso de romanización. Por ello, se considera uno de los yacimientos arqueológicos más relevantes de las provincias de Salamanca y Ávila.[7] Esa importancia histórica ha motivado su protección, y en 1931 fue declarado Monumento Histórico-Artístico.[8]
Los asentamientos más significativos, en orden cronológico, son los siguientes:[7]
Las excavaciones realizadas en el cerro han proporcionado valiosa información sobre la evolución del clima y la vegetación a lo largo del tiempo. Asimismo, ofrecen indicios sobre la organización social de las comunidades, sus actividades económicas y los criterios de ocupación del territorio. Además, el hallazgo de objetos procedentes del este del Mediterráneo ha demostrado la existencia de un intenso comercio en esta zona, a pesar de su aparente aislamiento.[7]
Uno de los asentamientos más importantes en los alrededores del cerro del Berrueco es Las Paredejas, situado en el término municipal de Medinilla, en la provincia de Ávila. Este yacimiento se encuentra sobre una plataforma ligeramente elevada en la base norte del cerro del Berrueco. Fue habitado por los vetones.[9] Un vestigio de esta cultura vetona que se conserva en Puente del Congosto es un verraco de piedra.
Desde la conquista inicial de Hispania, la zona permaneció como provincia romana durante aproximadamente seis siglos, aunque algunas zonas de la península ibérica tardaron cerca de doscientos años más en quedar completamente bajo control romano. El municipio de Puente del Congosto conserva algunos vestigios que dan testimonio de este periodo histórico, reflejando la influencia romana en la organización territorial.[10]
Tras la caída del Imperio romano, diversos pueblos germánicos —principalmente vándalos, suevos y alanos— cruzaron los Pirineos y se establecieron en distintas regiones de Hispania. En el territorio que rodea lo que más tarde sería el pueblo de Puente del Congosto, los alanos lograron imponer su dominio, causando una profunda devastación en las tierras de Vetonia y Lusitania.[11]
Sin embargo, el régimen alano fue efímero, extendiéndose únicamente entre los años 411 y 418, hasta que fueron derrotados por el rey visigodo Walia, quien había firmado un tratado con el emperador Honorio para expulsar a los pueblos bárbaros que habían invadido Hispania.[11]
Tras este episodio, los visigodos consolidaron su control sobre la península ibérica. Aún se conservan vestigios de esta cultura germánica en localidades cercanas a Puente del Congosto. Un ejemplo destacado es la llamada «Tumba del Moro», situada en Bercimuelle. A pesar de su nombre popular, se trata en realidad de una tumba visigoda, testimonio de la presencia de esta civilización en la zona.[12]
En el año 711 tuvo lugar la invasión musulmana de la península ibérica, lo que provocó que esta zona fuera ocupada por fuerzas islámicas y quedara semi-despoblada desde el siglo VIII hasta su recuperación durante la Reconquista, en este caso tras la conquista de Ávila por parte de las fuerzas cristianas.[13]
El territorio que ocupa el municipio de Puente del Congosto se encontraba dentro de la región conocida como «tierra de nadie» o «desierto del Duero», una vasta zona geográfica situada entre el Sistema Central y la Cordillera Cantábrica, que permaneció escasamente poblada durante este periodo. El verdadero alcance de esta despoblación sigue siendo un tema de discusión académica.[13]
La repoblación de Salamanca fue emprendida por el noble francés Raimundo de Borgoña, esposo de la reina Urraca I de León, quien desempeñó un papel clave en la reorganización cristiana de los territorios situados al sur del río Duero durante las primeras etapas de la Reconquista. Raimundo lideró el asentamiento de la región con pobladores provenientes del norte de Castilla y Galicia, contribuyendo así a la consolidación demográfica y política del área. Este proceso formó parte de una estrategia más amplia destinada a asegurar y estabilizar las zonas fronterizas que habían quedado despobladas tras la invasión musulmana del siglo VIII y los posteriores siglos de conflicto.[14]
El origen del núcleo urbano de Puente del Congosto se remonta al siglo XI. Desde sus inicios, estas tierras fueron incorporadas al alfoz de Ávila.[15]
La localidad experimentó un proceso de señoralización junto a Cespedosa, siendo donada por Enrique III de Castilla a Gil González Dávila el 2 de noviembre de 1393.[16][17][18] Gil González inició la construcción de la fortaleza que aún se conserva, obra que fue concluida por su viuda, Aldonza de Guzmán.[15]
Tras su fallecimiento en 1479, surgió una intensa disputa entre sus hijos, Juan Dávila y Luis de Guzmán, quienes reclamaban la herencia. El conflicto se centró especialmente en el señorío de Congosto, territorio de gran valor debido a los ingresos generados por el portazgo, el peaje que los señores cobraban por cruzar el puente.[15]
Los Reyes Católicos se vieron obligados a intervenir y decretaron que Juan Dávila conservaría Cespedosa, mientras que la villa y fortaleza del Congosto serían otorgadas a Luis de Guzmán, comendador de la Orden Militar de Calatrava. Guzmán falleció en 1495 sin descendencia, por lo que todas sus posesiones fueron incorporadas al patrimonio de dicha orden, cuya administración vitalicia había sido asegurada por los Reyes Católicos pocos años antes.[15] Se cree que la reina Isabel I pernoctó en el castillo, y que el emperador Carlos V también se alojó allí durante su camino hacia Yuste.[cita requerida]
El 4 de octubre de 1497, el único hijo varón de los Reyes Católicos, el príncipe Juan de Asturias, murió en Salamanca.[19] Con el paso del tiempo, se ha difundido una tradición local que sostiene que la reina Isabel I, al recibir noticias sobre el estado crítico de su hijo mientras se encontraba en Valencia de Alcántara, emprendió viaje hacia Salamanca con la intención de acompañarlo en sus últimos momentos. Según esta versión, habría pernoctado en el castillo de Puente del Congosto, donde se le comunicó el fallecimiento del príncipe.[19]
No obstante, esta interpretación ha sido cuestionada por el historiador Carlos Sánchez, quien afirma que la reina nunca estuvo en dicha localidad durante esos días. En su lugar, señala que quienes realmente se alojaron en el castillo fueron Margarita de Austria, esposa del príncipe Juan y archiduquesa de Austria, junto con la infanta Isabel de Aragón, hija mayor de los monarcas y futura reina de Portugal.[19]
Ante el agravamiento de la salud del príncipe, los Reyes Católicos tomaron la decisión de separar a Margarita de su esposo debido a su estado de gestación, temiendo que una posible infección pusiera en riesgo al futuro heredero. Puente del Congosto fue elegido como lugar de resguardo por su cercanía a Salamanca y por contar con la presencia de Pedro de Torres, segundo secretario del príncipe y gobernador de confianza de la fortaleza.[19]
Asimismo, se dispuso que la infanta Isabel viajara desde Extremadura, donde se encontraba preparando su enlace con el rey de Portugal, para acompañar a su cuñada en esos momentos de incertidumbre. Ambas mujeres llegaron al castillo el 2 de octubre y se alojaron en la torre semicircular.[19] Fueron recibidas con todos los honores por Pedro de Torres y el personal del castillo. Al día siguiente, 3 de octubre, la infanta Isabel partió hacia Extremadura, aunque se cree que deseaba continuar hasta Salamanca para estar junto a su hermano. Margarita, por su parte, permaneció en la fortaleza un día más, y fue allí donde recibió la noticia del fallecimiento de su esposo, presuntamente a causa de tuberculosis.[19]
La visita de estas figuras reales dejó una huella profunda en la memoria colectiva de la población local. Durante más de cinco siglos, el acontecimiento ha sido transmitido oralmente, aunque con ciertas distorsiones: la tradición popular sustituyó a la archiduquesa y a la infanta por la reina Isabel, probablemente con el deseo de vincular el pueblo a una figura de mayor renombre. Aunque esta versión no se ajusta a los hechos documentados según la investigación de Sánchez, refleja el anhelo de la comunidad por formar parte de un momento significativo en la historia de la monarquía española.[19]
En nombre de los Reyes Católicos, el caballero calatravo Pedro de Torres fue designado gobernador de la villa, asumiendo la responsabilidad de defender la fortaleza frente a los ataques de los comuneros castellanos. En 1518, su hijo Antonio de Torres obtuvo el señorío sobre la propiedad señorial.
Posteriormente, en 1539, el emperador Carlos V desvinculó la villa de la Orden de Calatrava y la concedió a Fernando Álvarez de Toledo, Gran Duque de Alba[20][nota 1], con el objetivo de recaudar fondos para financiar sus costosas campañas militares contra el Imperio otomano. Desde entonces, la villa quedó vinculada a la Casa Ducal de Alba de Tormes.[15]
Uno de los personajes más destacados relacionados con el castillo de los Dávila fue Pedro de la Gasca, nacido en Navarregadilla y criado en esta fortaleza. Reconocido por su papel como pacificador del Perú, fue enviado por Carlos V como presidente de la Real Audiencia de Lima, investido con poderes extraordinarios para resolver el conflicto originado por la rebelión de Gonzalo Pizarro, quien se oponía a las Leyes Nuevas que buscaban limitar los abusos cometidos por los encomenderos. Sin contar con ejército ni recursos militares, La Gasca se valió de su habilidad diplomática para convencer a los seguidores de Pizarro de cambiar de bando.[19] En reconocimiento a su trayectoria, se colocó una placa conmemorativa en el muro del castillo.
Los sucesivos duques de Alba nombraron gobernadores para administrar el señorío de El Congosto, quienes residieron en el castillo hasta el siglo XVII. Sin embargo, el progresivo deterioro de las condiciones habitables de la fortaleza, junto con la necesidad estratégica de centralizar la gestión económica de las extensas propiedades patrimoniales del ducado, motivaron el traslado de la administración a Alba de Tormes, centro administrativo de la Casa Ducal. A partir de ese momento, la fortaleza quedó deshabitada.[15]
Entre 1809 y 1813, durante la Guerra de la Independencia, el castillo de Puente del Congosto sufrió sus mayores daños al albergar un destacamento de tropas francesas conocido como el Royal Extranjero, integrado en la división comandada por el general napoleónico Joseph Léopold Sigisbert Hugo, padre del célebre escritor Victor Hugo.[15]
Durante estos años, también fue gravemente dañada por las tropas napoleónicas la ermita de la Orden, lugar en cuyos alrededores donde se celebra anualmente la tradicional romería.
En ese mismo periodo, las Cortes de Cádiz, de orientación liberal, decretaron la abolición de todos los señoríos en España. No obstante, la Casa Ducal de Alba conservó la propiedad de numerosas fincas rurales en la villa, que fueron vendidas de forma progresiva, incluyendo el castillo y el derecho feudal de pontazgo. El Señorío de la Villa y Tierra de La Puente del Congosto estaba formado por la villa de Puente del Congosto y tres cuadrillas: la de El Tejado (con sus tres barrios y Peñaflor, ya despoblado), la de Bercimuelle y la de Navamorales (que era la cabeza de su cuadrilla e incluía las poblaciones ya desaparecidas de Las Casillas y Berrocosa).[19]
La reorganización provincial de Javier de Burgos de 1833 la encuadró en la provincia de Salamanca y la Región Leonesa.[22]
Cuenta con una población de 225 habitantes (INE 2024).
Gráfica de evolución demográfica de Puente del Congosto[23] entre 1842 y 2021 |
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Población de derecho según los censos de población del INE Población de hecho según los censos de población del INEEntre el censo de 1981 y el anterior, crece el término del municipio porque incorpora a 37048 (Bercimuelle)[24] |
El municipio se divide en dos núcleos de población, que poseían la siguiente población en 2015 según el INE.[25]
Núcleo de población | Población |
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Puente del Congosto | 175 |
Bercimuelle | 65 |
El escudo heráldico y la bandera que representan al municipio fueron aprobados oficialmente el 30 de abril de 2003. El escudo sigue el siguiente blasón:
Escudo partido. Primero en campo de gules un puente de oro sobre ondas de plata y azur, sumado de un castillo de oro aclarado de azur. Segundo jaquelado de quince piezas, ocho de plata y siete de azur.Boletín Oficial de Castilla y León n.º 103 de 2 de junio de 2003[26]
La bandera responde a la siguiente descripción textual:
Paño cuadrado, de proporción 1:1, dividido verticalmente en tres franjas iguales, la central de color rojo con el Escudo Municipal al centro del paño y las otras dos, ajedrezadas de quince piezas, ocho blancas y siete azules.Boletín Oficial de Castilla y León n.º 103 de 2 de junio de 2003[26]
La iglesia parroquial de Puente del Congosto, consagrada a Nuestra Señora de la Asunción, es un magnífico edificio gótico construido en el siglo XVI, seguramente sobre algún primitivo templo, y reconstruido en el XVI, formado por tres naves e igual número de capillas en la cabecera. Cabe resaltar de su interior las bóvedas de crucería del altar mayor y la capilla de un lateral, ambas del siglo XVI, así como el retablo central, del siglo XVII, que preside la capilla mayor, revestido con láminas de papel de oro pegadas, llamadas "panes de oro". Algo posteriores, del siglo XVIII, son los retablos de otros cuatro altares laterales, de estilo barroco, así como el órgano, de gran tamaño, situado en el coro. Además de los referidos, existen otros dos altares más modernos. La iglesia conserva igualmente un valioso cancel de madera tallada de nogal, así como interesantes objetos de orfebrería, escultura y ropas eclesiásticas. En la sacristía, cuyo techo es muy llamativo, hay otro vistoso mueble, también de madera de nogal. En cuanto al exterior del templo, no desmerece en absoluto de su interior. Destaca su artística portada, toda ella de granito de la zona, con tres llamativos arcos de piedra de cantería.
El origen se sitúa entre el siglo XII o XIII, para proteger el puente en la ruta Ávila - Ciudad Rodrigo. En 1393 Enrique III concede a Gil González Dávila el señorío del Puente del Congosto, el cual, lo reconstruye y perdura en la actualidad.
En 1485 nace Pedro de la Gasca, tataranieto de Gil González Dávila, a quien el emperador Carlos V encomendó sofocar la rebelión de Pizarro en Perú.
En 1497, a la reina Isabel la Católica hallándose en este castillo, le comunicaron el fallecimiento de su hijo, el Príncipe de Asturias.
El emperador Carlos V se alojó también en el castillo camino de su retiro en Yuste.
El castillo y la villa pasaron a manos de los duques de Alba. En 1809 las tropas francesas lo ocuparon durante dos años.
Su planta, demarcada por la muralla perimetral, es de un hexágono irregular. Puede recorrerse, en su parte alta, en su práctica totalidad, por un camino de ronda. La entrada actual al recinto da acceso directo a un espacioso patio de armas al aire libre, parcialmente solado con lanchas de granito.