Chiquitano o monkox es un pueblo amerindio, nativo de la Chiquitanía, sabana tropical del departamento de Santa Cruz, Bolivia. Minorías residen en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, en el departamento del Beni, (Bolivia), y también en el estado de Mato Grosso, en Brasil. Aproximadamente veinte mil hablan el idioma chiquitano o besɨro.[4]
Chiquitano | ||
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![]() Chiquitanos en 1831, ilustración de Alcide d'Orbigny | ||
Otros nombres | Monkox | |
Idioma | Español y Besɨro | |
Religión | Católica | |
Asentamientos importantes | ||
87 885 (2012)[1] |
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498 (2014) - 2 000[2] [3] |
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La población que se autoreconoció como chiquitana en el censo boliviano de 2001 fue de 112 218 personas. Este número disminuyó a 87.885 en el censo de 2012.[5] Adicionalmente otros 243 fueron censados con el nombre de bésiros.[6]
El territorio de la Chiquitanía limita al norte con el departamento del Beni, al sur con la provincia Cordillera y la República del Paraguay, al este con la República del Brasil y al oeste con las provincias Guarayos y los valles mesotérmicos en el departamento de Santa Cruz de la Sierra
Los chiquitanos nombraron Upayaretu al dios tutelar de los niños. Esta deidad tiene la forma de un avestruz gigante y habita en el cielo. El mito de Upayaretu varia de acuerdo a la comunidad donde ha sido recogida su narración pues las historias de tradición oral varían por región. La historia central narra un evento en el que Upayaretu o Ñandú Tumpa aparece en el cielo mientras un grupo de niños juega al aire libre, carga a los niños sobre sus alas y se los lleva. La madre intenta detenerlo y jala a los niños, entonces nota que se quedó con sus deditos, los agarra y los mete en un cántaro.
Algunas versiones cuentan que por el riego con sus lágrimas, brota del cántaro la planta de maíz. En otras narraciones lo que brota es la planta de maní. Este es un resarcimiento de Ñandú Tupa o Upayaretu por haberse llevado a los niños y porque el pueblo quedó sin mano de obra. Como enmienda con las madres la avestruz gigante convierte a los niños en estrellas, así, las madres pueden verlos y recordarlos todas las noches.[7]
Los chiquitanos consideran a la luna como una deidad que influye en sus cosechas, si desapareciera afectaría a su subsistencia. Pama Kuara, significa luna brillante en Besiro. Este vocablo puede referirse a la luna llena o los eclipses lunares. La luna tiene una connotación dual para los chiquitanos. Cuando inicia la fase de luna llena, Pama Kuara o Luna Brillante, se convierte en una entidad peligrosa que devora almas. En este escenario los fenómenos astronómicos se convierten en un enfrentamiento entre animales del cielo y flechas de los guerreros.
Para los chiquitanos la luna es devorada, cada cierto tiempo, por perros que viven en el cielo. Así se explican los eclipses lunares. Cuando sucede este eclipse, los guerreros lanzan flechas al cielo para ahuyentar a los feroces perros, evitando que se coman a la luna para que vuelva a su forma original.[8]
Para los chiquitanos el ser humano está habitado por tres almas que poseen características y funciones específicas: nausɨpɨx nausɨpɨtux (alma de respiración), nausɨpɨx notox (alma de sangre) y nausɨpix nanasakax (alma de sombra).[9]
El alma de respiración solo desaparece con la muerte. Es considerada como la más importante de las tres su carácter dador de vida. El Alma de Sangre es la más grande. Se dice de ella que, durante los sueños cortos que toma el cuerpo, lo abandona también por poco tiempo. Esto ha dado lugar a que en algunas narraciones el Alma Sangre se la nombre como "Alma sueño", que le juega bromas al cuerpo abandonándolo mientras reposa; también se dice que si durante el sueño la persona moría o sufría herida que sangra, el cuerpo no despertaba jamás.[9]
El Alma Sombra es la más pequeña, vive cerca del cuerpo y se manifiesta a través de la sombra. Se dice que durante los sueños profundos, esta alma emprende viajes hacia el pasado o el futuro, y puede dejar al cuerpo por largos periodos de tiempo, dejando al Alma Sangre al cuidándolo. Durante estos viajes el Alma Sombra puede reunirse con otras almas de las que cuenta a las almas de Respiración y de Sangre a su retorno al cuerpo.[9]
Para los chiquitanos, después de la muerte del cuerpo, el Alma Sombra se traslada a un paraíso para después retornar a la tierra a habitar otro cuerpo. Sin embargo existen ocasiones en las que quiere regresar al cuerpo muerto, por lo que queda vagando en la tierra. En estos casos el Alma Sombra es considerada como un peligro para la gente y es necesaria la intervención de un chamán para convencerla de abandonar la tierra.[9]
Para los chiquitanos perder el alma es sinónimo de desdicha, por eso no viajaban ni salían en noches sin luna, esto para caminar siempre junto a su sombra.[9]
Otros relatos mencionan que el Alma Sombra está unida al cuerpo por los talones y la imita en todo momento.[9]