Los cangrejos de porcelana son crustáceos decápodos de la extensa familia Porcellanidae, que superficialmente se asemejan a los cangrejos verdaderos. Tienen cuerpos aplanados como adaptación para vivir en grietas de rocas. Son delicados, pierden fácilmente sus extremidades al ser atacados y utilizan sus grandes pinzas para mantener sus territorios. Aparecieron por primera vez en el Titoniano del Jurásico Superior, hace entre 145 y 152 millones de años.
Los cangrejos de porcelana son pequeños, generalmente con un ancho corporal inferior a 15 milímetros.[1] Comparten la estructura corporal general de una langosta, pero sus cuerpos son más compactos y aplanados, una adaptación para vivir y esconderse bajo las rocas. Los cangrejos de porcelana son animales bastante frágiles y a menudo mudan sus extremidades para escapar de los depredadores, de ahí su nombre. El apéndice perdido puede volver a crecer tras varias mudas. Los cangrejos de porcelana tienen grandes quelas (pinzas), que utilizan para las luchas territoriales, pero no para capturar alimento. El quinto par de pereiópodos es reducido y se utiliza para la limpieza.[2]
Los cangrejos porcelana son un caso de carcinización, un proceso evolutivo en el que un animal no relacionado con los cangrejos verdaderos adopta una forma similar. Aunque se parecen, se diferencian por tener tres pares de patas caminadoras visibles (el cuarto está reducido y pegado al caparazón), antenas largas situadas por fuera de los ojos, y un abdomen largo y móvil doblado bajo el cuerpo.[3][4]
Hasta 2018, se habían descrito unas 4.723 especies vivientes de cangrejos porcelana, distribuidas en 30 géneros.