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2025-04-18 (2025-04-22) siguiente →
Artículo destacado

Luis I de Hungría

Luis I de Hungría retratado en una miniatura de la Crónica Iluminada (1360).

Luis I (en latín, Ludovicus I; en húngaro, I. Lajos; Visegrád, 5 de marzo de 1326-Nagyszombat, 10 de septiembre de 1382) o Luis de Anjou (en húngaro, Anjou Lajos; en croata, Ludovik [Ljudevit] I. Anžuvinac [Anžuvinski]; en polaco, Ludwik Andegaweński), llamado «el Grande» (en latín, Ludovicus Magnus; en húngaro, Nagy Lajos; en croata, Ludovik Veliki; en eslovaco, Ľudovít Veľký) o «el Húngaro» por los polacos (Ludwik Węgierski), fue rey de Hungría y Croacia a partir de 1342 y de Polonia desde 1370 hasta su muerte. Fue el primer hijo de Carlos I de Hungría y su esposa, Isabel de Polonia, en sobrevivir la infancia. Un tratado de 1338 entre su padre y Casimiro III —el tío materno de Luis— confirmó el derecho del príncipe a heredar el Reino de Polonia si Casimiro III moría sin hijos. A cambio, Luis estaba obligado a ayudar a su tío en la reocupación de los territorios que Polonia había perdido en años anteriores. Ostentó el título de duque de Transilvania entre 1339 y 1342, pero no administró la provincia.

Aunque ya era mayor de edad cuando sucedió a su padre en 1342, su madre profundamente religiosa ejerció una poderosa influencia sobre él. Heredó un reino centralizado y un gran tesoro de su padre. Durante los primeros años de su reinado, Luis lanzó una cruzada contra los lituanos y restauró la autoridad real en Croacia. Sus tropas derrotaron al ejército tártaro y ampliaron su dominio hacia el mar Negro. Cuando su hermano Andrésduque de Calabria y esposo de la reina Juana I de Nápoles— fue asesinado en 1345, Luis acusó de asesinato a la viuda y durante los siguientes años conseguir un castigo para ella se convirtió en el principal objetivo de su política exterior. Lanzó dos campañas en el Reino de Nápoles entre 1347 y 1350. Sus tropas ocuparon territorios extensos en ambas ocasiones y Luis incorporó los estilos de los soberanos napolitanos (incluyendo el título del rey de Sicilia y Jerusalén), pero la Santa Sede nunca reconoció estas acciones. Las decisiones arbitrarias de Luis y las atrocidades cometidas por sus mercenarios hicieron impopular a su reinado en el sur de Italia. En 1351 retiró sus tropas en el Reino de Nápoles.