Una picadura de abeja es una lesión causada por el aguijón de una abeja hembra.[4] Los síntomas incluyen un dolor agudo seguido de enrojecimiento, hinchazón y picazón.[1][2] Durante el día siguiente se puede formar una ampolla y el área de enrojecimiento puede expandirse durante 3 días.[2] Esto generalmente es seguido por una mejora en horas o días.[1] En más del 90% de los casos solo ocurre una reacción local; mientras que hasta en un 9% se presentan síntomas difusos.[1] Las complicaciones pueden incluir anafilaxia .[1] Una infección bacteriana secundaria es poco común.[5]
Picadura de abeja | ||
---|---|---|
El aguijón de una abeja melipona separado del cuerpo y unido a un vendaje protector. | ||
Especialidad | Medicina de emergencia | |
Síntomas | Dolor agudo seguido de enrojecimiento e hinchazón.[1] | |
Complicaciones | Anafilaxia[1] | |
Diagnóstico | Basado en la historia de los eventos[2] | |
Diagnóstico diferencial | Celulitis, foliculitis[1][2] | |
Tratamiento | Quitar el aguijón, medicación para el dolor, aplicar frío en la zona, antiestamínicos, epinefrina[1] | |
Pronóstico | Generalmente se resuelve en horas o días.[1] | |
Frecuencia | Relativamente común[2] | |
Tasa de letalidad | <100/año (USA)[3] | |
Sinónimos | ||
Picadura de abeja | ||
Las abejas melíferas generalmente solo pican cuando están amenazadas, mientras que la abeja africanizada puede picar sin provocación.[1] Por lo general, una abeja solo puede picar una vez.[2] Es un tipo de picadura de himenópteros, junto con avispas, avispones y hormigas de fuego.[2] El diagnóstico se basa en el historial de eventos.[2]
La prevención incluye el uso de DEET.[1] El tratamiento por lo general consiste en quitar el aguijón, la administración de analgésicos simples, aplicación de frío y antihistamínicos.[1] El aguijón se quita mejor raspándolo con un objeto como una tarjeta de crédito.[2] Las personas con reacciones graves pueden tratarse con epinefrina o corticosteroides.[1] En aquellos con antecedentes de reacciones graves, se puede usar la inmunoterapia con veneno.[1]
Las picaduras de abeja son relativamente comunes.[2] Los niños se ven más comúnmente afectados que los adultos.[2] Menos de 100 muertes ocurren al año en los Estados Unidos debido a picaduras de abejas, avispas y avispones; de los cuales el 80% ocurren en hombres.[3] Hipócrates utilizó las picaduras de abeja alrededor del año 400 a. C. para reclamar beneficios para la salud.[6]