Physophyllia ayleni es una especie monotípica del género de corales Physophyllia, que pertenece a la familia Merulinidae, dentro del grupo de los corales duros, orden Scleractinia.
Physophyllia ayleni | ||
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Estado de conservación | ||
Casi amenazado (UICN)[1] | ||
Taxonomía | ||
Reino: | Animalia | |
Filo: | Cnidaria | |
Clase: | Anthozoa | |
Subclase: | Hexacorallia | |
Orden: | Scleractinia | |
Familia: | Merulinidae | |
Género: | Physophyllia | |
Especie: |
Physophyllia ayleni (Wells, 1934) | |
Sinonimia | ||
Pectinia ayleni Wells, 1934 | ||
Son corales hermatípicos, constructores de arrecifes en aguas tropicales y templadas del océano Indo-Pacífico.
La organización taxonómica de las especies, géneros, familias y órdenes de la clase Anthozoa, viene siendo, desde el siglo XIX, materia apasionante para los científicos. Dados los avances científicos, que posibilitan, tanto la exploración y recolección de especies, como los análisis filogenéticos moleculares, o las imágenes proporcionadas por el microscopio electrónico de barrido, asistimos a una permanente reclasificación de los clados taxonómicos. Debido a ello, Physophyllia ayleni ha estado enmarcada hasta hace muy poco tiempo en la familia Pectiniidae, siendo reclasificada por el Registro Mundial de Especies Marinas,[2] sobre la base de recientes estudios,[3] que la asignan a la familia Merulinidae. No obstante, tanto el Sistema Integrado de Información Taxonómica (ITIS),[4] como la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN,[5] mantienen, hasta el momento, a Physophyllia ayleni en Pectiniidae.
Forman colonias con láminas incrustantes, o estratificadas. Las láminas tienen muros verticales de altura irregular, radiando hacia los márgenes de las láminas. Estos muros separan coralitos individuales, o pequeños grupos de coralitos, que, consecuentemente están ampliamente espaciados.[6]
Los coralitos son polimórficos y orgánicamente unidos. Sus cálices son medianos, entre 4 y 15 mm de diámetro. Los septos (24-36) se disponen en tres ciclos. La altura de los dientes de los septos es entre 3 y 6 mm. Los septos están espaciados, habiendo menos de 6 cada 5 mm. Los costosepta son confluentes y desiguales en grosor. Tienen columnela trabecular y esponjosa, y lóbulos paliformes amplios o moderados. El coenesteum, o parte común del esqueleto colonial, es extensivo, formando proyecciones mayores o iguales al diámetro del coralito.[3]
Los pólipos tienen un círculo de tentáculos cargados de células urticantes, llamadas nematocistos, para atrapar presas del plancton.
La gama de colores abarca el marrón, verde o gris. Algunos ejemplares alcanzan un tamaño de más de 1 m de extensión,[1] aunque lo habitual son colonias de 20 a 30 cm.
Vive en arrecifes de coral localizados en aguas tropicales, en zonas cercanas a las costas. Ocurren en la mayoría de hábitats de los arrecifes, excepto en aguas con fuertes corrientes. Suelen ocurrir entre 2 y 25 m de profundidad.[1]
Se distribuye en el océano Indo-Pacífico. Es especie nativa de: Australia; Camboya; Filipinas; Indonesia; Japón; Malasia; Papúa Nueva Guinea; Singapur; islas Salomón; Taiwán; Tailandia y Vietnam.[1]
Contienen algas simbióticas; mutualistas (ambos organismos se benefician de la relación) llamadas zooxantelas. Las algas realizan la fotosíntesis produciendo oxígeno y azúcares, que son aprovechados por los pólipos, y se alimentan de los catabolitos del coral (especialmente fósforo y nitrógeno).[7] Esto les proporciona entre el 70 y el 95% de sus necesidades alimenticias. El resto lo obtienen atrapando plancton con sus tentáculos, y de materia orgánica disuelta en el agua.
Se reproducen asexualmente mediante gemación, y sexualmente, lanzando al exterior sus células sexuales. En este tipo de reproducción, la mayoría de los corales liberan óvulos y espermatozoides al agua, siendo por tanto la fecundación externa. Los huevos una vez en el exterior, permanecen a la deriva arrastrados por las corrientes varios días, más tarde se forma una larva plánula[8] que, tras deambular por la columna de agua, cae al fondo, se adhiere a él y comienza su vida sésil, secretando carbonato cálcico para conformar un esqueleto o coralito. Posteriormente, los pólipos se reproducen por gemación intracalicular, dando origen a la colonia.