El pan con tomate (en catalán, pa amb tomaca/tomata/tomàquet), traducido informal y fonéticamente como pantumaca,[1][2] es una preparación tradicional en las cocinas catalana,[3] valenciana, aragonesa, balear y murciana en España, así como en el Rosellón en Francia.[4] Consiste en una rebanada de pan con medio tomate maduro restregado y aliñado con aceite de oliva, sal y opcionalmente ajo.[3] En Cataluña se usa tradicionalmente el pan de payés,[3] o el pan de coca.
Pan con tomate | ||
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Pantumaca, tomàquet, tomata | ||
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Tipo | desayuno, aperitivo, entremés | |
Consumo | ||
Origen |
Mediterráneo español![]() | |
Distribución | Universal, pero principalmente en la cuenca mediterránea | |
Datos generales | ||
Ingredientes | Pan (pan de payés) · aceite de oliva · tomate | |
En España, el pan con tomate se ha extendido recientemente fuera de su región tradicional,[5] de manera principal a través de restaurantes que lo han incluido en su carta, y de emigrantes que lo han promovido en sus lugares de origen.[cita requerida]
El pan con tomate se elabora tradicionalmente con variedades de tomate de piel dura, aptos para conservar durante el invierno, como por ejemplo las variedades tomàtiga de ramellet[6] o tomacó.
Se sirve como aperitivo, acompañado de embutidos, quesos, tortilla o salazones.
La media con tomate[7] de Andalucía parte de la base del tradicional desayuno andaluz, que es el mollete antequerano como la pieza de pan al que se le añade aceite de oliva, bien con o sin ajo, y al que se le añade el tomate triturado. Normalmente se le suele añadir jamón o queso.
En Murcia se prepara extendiendo sobre la rebanada de pan con pulpa de tomate rallado.[8]
El origen de la receta se sabe que está inspirado en el pan con aceite, rebanadas de pan aliñadas con aceite de oliva y condimentadas con un poco de sal. La unión del pan y el aceite de oliva ha estado presente en la cocina mediterránea desde la Grecia Antigua. En el siglo XVII aparece la receta panboli bo en el recetario Modo de cuynar a la mallorquina de Jaume Oliver, exactamente como la actual, sin tomate. Y es que, aunque el contacto de Europa con América comenzó a finales del siglo XV, el tomate no estuvo presente en la cocina española hasta el siglo XVIII.[9] El cocinero Josep Lladonosa i Giró, nacido en 1938, recuerda que su abuela Julia le contaba que ya sus padres comían pan con tomate.[9] Con más precisión, Nèstor Luján afirma que la primera referencia escrita de pan con tomate data de 1884.[9][10] Según la tesis de Nèstor Luján, el pan con tomate se habría ideado en el mundo rural, en un momento de abundancia en las cosechas de tomate, para aprovecharlos y así ablandar el pan seco.[9] La primera vez que se cita en la literatura catalana el pan con tomate es en 1884, en los versos del humorista y escritor Pompeu Gener, referentes a su estancia en París: «Lo que comimos cierta noche es pan con aceite aliñado con tomate. Lo ha puesto de moda Madame Adam, que lo ha comido. A Judit Gautier le ha gustado tanto que incluso la gran Sarah Bernhardt se ha hecho una rebanada».