El Nuevo Mundo es uno de los nombres históricos con que los europeos han denominado al continente americano desde finales del siglo XV como consecuencia del descubrimiento de América en 1492. El adjetivo «nuevo» se emplea para distinguirlo del Viejo Mundo, es decir, los continentes ya conocidos por los europeos: Europa, Asia y África. Por esa razón, se justificaba el uso de un término inédito para designar al continente recién descubierto.
En principio, Cristóbal Colón, creyó que había llegado al continente asiático, llamado Indias por Marco Polo. Esa confusión hizo que los europeos denominasen Indias Occidentales a las islas recién descubiertas, en oposición a las Indias ya conocidas que desde entonces empezaron a llamarse Indias Orientales. Por esa misma equivocación, a los nativos americanos se los denominó indios. No obstante, ya en su tercer viaje (1498-1500) el mismo Colón advirtió que se trataba de un nuevo territorio, desconocido hasta entonces. De esta forma, desde el año 1507 las cartografías comenzaron a mostrar a América como un nuevo continente a partir de los trabajos de Americo Vespucio, Juan de la Cosa y Martín Waldseemüller.
Esta designación no debe interpretarse como sinónimo de mundo moderno o mundo contemporáneo, ya que estos dos últimos conceptos suelen referirse a periodos históricos concretos, y no a una masa de tierra o continente específicos. Para el posterior descubrimiento de Oceanía se utiliza el término novísimo mundo.
Actualmente, el uso del término Nuevo Mundo está circunscrito principalmente a los siguientes ámbitos: