Never Cry Wolf, traducida al español como Los Lobos También Lloran,[1] es un relato ficticio de la experiencia subjetiva del autor Farley Mowat[2] al observar lobos en el Canadá subártico,[3] publicado por primera vez en 1963. Fue adaptado al cine en una los lobos no lloran en 1983. Se le atribuye haber mejorado drásticamente la imagen pública del lobo salvaje.
Never Cry Wolf | ||
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de Farley Mowat | ||
Género | Autobiografía | |
Idioma | Inglés | |
Título original | Never Cry Wolf | |
Editorial | McClelland & Stewart | |
País | Canadá | |
Fecha de publicación | 1963 | |
En el libro, Mowat describe lo que serian sus experiencias en una narración en primera persona que arroja luz sobre su investigación sobre la naturaleza del lobo ártico en el sector Keewatin Barren Lands, al norte de Churchill, Manitoba.
Entre 1948 y 1949, el Servicio de Vida Silvestre encargó al autor investigar la causa de la disminución de las poblaciones de caribúes y determinar si los lobos eran los responsables de se desaparición.[1] Al encontrar su presa cerca del lago Nueltin, Mowat descubrió que, en lugar de ser cazadores descontrolados de caribúes, los lobos se alimentan en gran medida de pequeños mamíferos como roedores y liebres, «incluso prefiriéndolos a los caribúes cuando están disponibles».
Mowat concluye: «Hemos condenado al lobo no por lo que es, sino por lo que deliberada y erróneamente percibimos: el epítome mitológico de un asesino salvaje y despiadado, que, en realidad, no es más que el reflejo de nosotros mismos. Lo hemos convertido en el lobo expiatorio de nuestros propios pecados». Mowat escribe para denunciar la avalancha de exterminadores gubernamentales que buscan erradicar a los lobos del Ártico.
El libro de Mowat afirma que:
Barry Lopez, en su obra De lobos y hombres de 1978, calificó el libro como una introducción anticuada, pero aún buena, al comportamiento natural de los lobos.[4]
En un artículo de 2001 en The Canadian Historical Review titulado Never Cry Wolf: Science, Sentiment, and the Literary Rehabilitation of Canis Lupus, Karen Jones elogió la obra como "un capítulo importante en la historia del ambientalismo canadiense". El libro de Mowat ha recibido críticas asociadas con la veracidad de su trabajo y sus conclusiones. El funcionario del Servicio Canadiense de Vida Silvestre, Alexander William Francis Banfield, quien supervisó el trabajo de campo de Mowat, calificó el libro de "semi-ficticio" y lo acusó de mentir descaradamente sobre sus experiencias en la expedición. Señaló que, contrariamente a lo que se escribe en el libro, Mowat formó parte de una expedición de tres biólogos y nunca estuvo solo. Banfield también señaló que gran parte del texto de Los Lobos También Lloran no se derivaba de las observaciones directas de Mowat, sino que era un plagio de las propias obras de Banfield, así como de Los Lobos del Monte McKinley de Adolph Murie.[5] En un artículo de 1964 publicado en el Canadian Field-Naturalist, se comparó el éxito de ventas de Mowat de 1963 con Caperucita Roja, afirmando: "Espero que los lectores de Los Lobos También Lloran se den cuenta de que ambas historias comparten prácticamente el mismo contenido fáctico".[5][6]
En la edición de mayo de 1996 de Saturday Night, John Goddard escribió un artículo con una investigación exhaustiva titulado «A Real Whopper», en el que desmintió la afirmación de Mowat de que el libro no era ficción. Escribió: Mowat criticó duramente el artículo de Goddard, calificándolo de "...una tontería, pura y simple... este tipo se equivoca en tantos datos como moscas en un sapo atropellado".[7] El periodista Val Ross, de The Globe and Mail, coincidió en que "Mowat, más un polemista apasionado que un reportero riguroso, pintó a los burócratas federales con colores más oscuros de los que muchos merecían", pero que el artículo de Goddard cometía el mismo error contra Mowat.[8]
Aunque Mowat afirma haber interactuado estrechamente con una manada de lobos solo para estudiarlos, el primer biólogo de vida silvestre en utilizar con éxito el método de habituación para estudiar y seguir manadas de lobos salvajes en estrecha proximidad fue Lu Carbyn, también científico del CWS y representante canadiense del Grupo Internacional de Especialistas en Lobos, en un estudio realizado en la década de 1970 en el Parque Nacional Jasper. Si bien también señaló la naturaleza ficticia Los Lobos También Lloran en lugar de real, sus comentarios fueron menos críticos, calificando el libro de Farley Mowat de "buena ficción y buena lectura".
En 2012, Mowat habló con el Toronto Star sobre su reputación como narrador: "Me enorgullecía que se supiera que nunca permití que los hechos interfirieran en una buena historia. Estuve escribiendo no ficción subjetiva en todo momento".[2]
Los Lobos También Lloran fue un éxito comercial en Canadá. Poco después de su publicación, el Servicio Canadiense de Vida Silvestre recibió una avalancha de cartas de ciudadanos preocupados por la matanza de lobos. Aunque en general tuvo una buena acogida entre el público, las alusiones de Mowat al Servicio Canadiense de Vida Silvestre como organización dedicada a exterminar lobos provocaron la ira de los biólogos canadienses. El personal del Servicio argumentó que la agencia nunca había exigido el exterminio del lobo, ya que este es reconocido como parte integral del ecosistema del norte. Además, argumentaron que la misión de Mowat no había sido encontrar justificaciones para el exterminio de lobos, sino investigar la relación entre los lobos y los caribúes. En realidad, los lugareños cazaban caribúes por deporte y como fuente de alimento.
Al igual que otros libros de Mowat, Los Lobos También Lloran fue traducido al ruso y publicado en la Unión Soviética.[9] El mensaje del libro de que los lobos eran inofensivos comedores de ratones se volvió influyente, lo que llevó a una reacción popular contra los esfuerzos soviéticos de sacrificio de lobos.[10]