El concepto de narratario se utiliza para describir la instancia discursiva a quien el narrador dirige su discurso. El término fue propuesto por primera vez por Gérard Genette en Figuras III[1] y completado posteriormente por Gerald Prince.[2] Forma parte de la narratología.
Cualquier narración fictiva.[3] necesita de una instancia que produzca el discurso: un narrador; y una instancia a la que el discurso es dirigido: un narratario. Por lo tanto, el narratario se localiza en el mismo nivel diegético que el narrador. Estas instancias no deben confundirse con sus equivalentes reales, virtuales o ideales.[4] En este sentido, el narratario no debe confundirse con el lector real: este último existe y está encarnado en la persona que lee, el otro es producto de la ficción. Tampoco debe confundirse con el lector virtual o implícito, ya que éste es el lector que el autor se imagina y proyecta dotándolo de cualidades, capacidades, gustos, etc. Y por último, tampoco debe confundirse con el lector ideal, es decir, la instancia lectora que sería capaz de comprender la totalidad del texto.[5]
Según su grado de presencia en el texto, el narratario puede ser clasificado como:
- Otras formas de clasificación: