Leopoldo Alonso Hernández (Salamanca, 1877 - Madrid, 1949) fue un cineasta, fotógrafo y documentalista español, considerado uno de los pioneros del cine documental en España y precursor de la fotografía aérea vinculada a la aviación militar en los años veinte. Su trabajo está asociado a la filmación de costumbres tradicionales, el registro del paisaje castellano y la experimentación con nuevos lenguajes visuales en el primer tercio del siglo XX.[1]
Leopoldo Alonso Hernández | ||
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Información personal | ||
Nacimiento |
1877 Salamanca (España) | |
Fallecimiento |
1949 Madrid (España) | |
Nacionalidad | Española | |
Información profesional | ||
Ocupación | Director de cine, documentalista, fotógrafo | |
Obras notables | Estampas españolas (1926-1929), El Canal de Castilla (1931) | |
Nacido en Salvatierra de Tormes, Salamanca en 1877, se licenció en Derecho en la Universidad de Salamanca en 1898, pero pronto se decantó por una vida profesional ligada al periodismo, la fotografía y el cine.[2] Leopoldo Alonso desarrolló su carrera en un momento de eclosión de las artes visuales en España. Aunque civil, mantuvo una intensa vinculación con el Ejército del Aire, que lo conocía como el «fotógrafo de Cuatro Vientos», y participó en algunos de los primeros ensayos de fotografía aérea en España.[3] Trabajó para semanarios como El Adelanto, Nuevo Mundo, Mundo Gráfico,La Esfera, ABCy Blanco y Negro, entre otros, publicando fotografías, crónicas y reportajes de actualidad, viajes reales y acontecimientos sociales significativos.[4]
Cubrio con su trabajo La Guerra de África y como enviado especial en la Primera Guerra Mundial, Alonso combinó tareas de corresponsal con fotografía aérea; participó en vuelos de reconocimiento y capturas de paisaje y cartografía, y fotografió los Picos de Europa, la Sierra de Guadarrama, Sierra Nevada y El Teide. También su vínculo con el Ejército del Aire se consolidó en aquellos años, lo que le permitió acceso a recursos técnicos avanzados.[5]
En 1929 fundó la productora Información Cinematográfica Española , con la que emprendió diversas series de documentales de corte etnográfico y paisajístico. Parte de su trabajo estuvo influido por los planteamientos de la Institución Libre de Enseñanza, de la que heredó un enfoque pedagógico y regeneracionista.
Su productora ICE (Información Cinematográfica Española) colaboró con Fernando Delgado en filmes como Ruta Gloriosa y El tren, o la Pastora que supo amar. También elaboró documentales encargados por el Patronato Nacional de Turismo, entre ellos los de la serie Estampas Españolas que recorrieron ciudades como Salamanca, Barcelona, Melilla y otras. En 1931 filmó La Proclamación de la República, considerada por historiadores como pieza de gran valor para comprender ese momento político y social.[2]
En 1948 Alonso comenzó a enfermar, pero siguió gestionando proyectos hasta que el cáncer le afectó gravemente. Murió el 24 de abril de 1949, un día después de cumplir 72 años.[6]
Entre 1926 y 1929 rodó la serie de documentales Estampas españolas, que recogían escenas costumbristas y celebraciones tradicionales de distintas regiones. Una de las filmaciones más destacadas se realizó en Sejas de Aliste (Zamora) en 1926, donde documentó una boda alistana para el episodio El baile de la boda. Según algunos investigadores, pudo llegar al pueblo de la mano del pintor Ricardo Segundo.
Entre las piezas más destacadas de la serie figuran Estampas españolas: Salamanca (1929), que ofrece una mirada a la vida cotidiana, monumental y universitaria de la ciudad, y Estampas españolas: Exposición de Barcelona (1929), rodada con motivo de la Exposición Internacional de 1929. Ambas películas fueron recuperadas y digitalizadas por la Filmoteca Española dentro del programa «Flores en la sombra», que permitió redescubrir estas obras casi un siglo después de su estreno.[7][8]
En 1930 la Confederación Hidrográfica del Duero le encargó filmar un documental sobre el Canal de Castilla, estrenado en Valladolid en 1931. La obra muestra escenas de la vida cotidiana e industrial en torno al canal —barcazas, molinos, batanes, producción hidroeléctrica y regadíos— con una calidad técnica y estética excepcional.[9]
La película, rodada en 35 mm, muda y en blanco y negro, está conservada en la Filmoteca de Castilla y León y fue declarada Bien de Interés Cultural con la categoría de Bien Mueble en 2020, convirtiéndose en la primera película española en obtener esta protección patrimonial.[10]
Además de su labor como cineasta, Alonso fue pionero en la fotografía aérea en España, trabajando en el Aeródromo de Cuatro Vientos en los años veinte. Sus imágenes fueron utilizadas con fines militares, cartográficos y científicos, y hoy forman parte de los fondos del Centro Cartográfico y Fotográfico del Ejército del Aire (CECAF).[11] Se le atribuye haber realizado una de las primeras fotografías aéreas de El Teide desde un avión militar.[12]
La obra de Leopoldo Alonso ha sido objeto de estudio en los últimos años, especialmente gracias a la labor del escritor Ignacio Francia, que en 2024-2025 impulsó la recuperación de su figura como «uno de los grandes creadores del lenguaje documental visual del siglo XX».[13]
La Filmoteca Española y la Filmoteca de Castilla y León conservan parte de su producción, entre ellas copias digitalizadas de Estampas españolas y El Canal de Castilla. Estas instituciones han destacado la importancia de Alonso para comprender la evolución del cine documental en España y el patrimonio audiovisual del país.[14]