Leopoldo Alonso

Summary

Leopoldo Alonso Hernández (Salvatierra de Tormes, 23 de abril de 1877-Madrid, 24 de abril de 1949)[1]​ fue un productor, documentalista, operador de cámara, fotógrafo, corresponsal de guerra y aviador salmantino. Su figura cobra especial relevancia cuando su documental El Canal de Castilla (1931) es declarado en 2020 BIC (Bien de Interés Cultural), y fue uno de los pioneros de la imagen aérea en el ámbito español, coexistiendo en la «Guerra de África» con José Ortiz Echagüe y otros destacados ejemplos del panorama audiovisual español. También se aproximó muy tempranamente a la sonorización, y supo dejar patente su cultura y capacidad para la escritura, que acompañó con frecuencia de imágenes.

Leopoldo Alonso

Leopoldo Alonso durante la filmación de «Salamanca» (1930) en Gargabete. Imagen procedente del Archivo Gombau.
Información personal
Nombre completo Leopoldo Alonso Hernández.
Nacimiento 23 de abril de 1877.
Salvatierra de Tormes, Salamanca.
Fallecimiento 24 de abril de 1949 (72 años).
Madrid.
Causa de muerte Cáncer de pulmón con metástasis.
Nacionalidad Español.
Familia
Cónyuge Generosa Septién Langre (hasta 1936).
Hijos Leopoldo Alonso Septién (Madrid, 1904 - Ciudad Rodrigo, 1950)
Familiares Javier Alonso Torrens (sociólogo, nieto).
Educación
Educación Graduado en Derecho.
Educado en Universidad de Salamanca.
Información profesional
Ocupación Productor, documentalista, operador de cámara, fotógrafo, periodista, corresponsal de guerra, aviador.
Años activo 1901-1949.
Empresa ICE (Información Cinematográfica Española).
Empleador ABC, Nuevo Mundo, Mundo Gráfico, La Esfera, Summa, Cinearte, ICE (Información Cinematográfica Española), Ejército del Aire.
Movimiento Cine español
Lengua literaria Español.
Obras notables

Salamanca (1929 y 1930).

Béjar en fiestas (1929).

Canal de Castilla (1931).

Colaboró con el diario ABC y con los semanarios Nuevo Mundo, Mundo Gráfico, La Esfera y Summa. Fundó el estudio Cinearte y creó su propia productora ICE (Información Cinematográfica Española), desde la que realiza los primeros reportajes turísticos sobre España (Estampas españolas).

Biografía

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Nacido en el seno de una familia acomodada originaria de la provincia de Salamanca, pues era hijo de notario, Leopoldo Alonso cursa estudios de bachillerato primero por libre y luego en el colegio-seminario de San Cayetano (Ciudad Rodrigo), recibiendo el título de bachiller en el Instituto de Salamanca (1892), tras lo que comenzaría Derecho por determinación paterna, terminándola un año más tarde de lo debido con un expediente mediocre producto de su descontento con la decisión del padre, que precisamente lo llevaría a trabajar en el despacho de Antonio Maura.[2]​ Abandonaría el trabajo al perder el primer pleito, soñando con la aventura y el viaje, lo que sería clave en su obra audiovisual posterior.

Pese a ser un mal estudiante, mantuvo interés por lo cultural y literario desde joven, no sólo conociendo a Miguel de Unamuno, sino formando parte de los estudiantes que lo acompañaban, como refleja en una crónica en la que aborda la poesía de Gabriel y Galán.[3]​ De su espíritu aventurero derivará su acercamiento al reporterismo, fundamentalmente el gráfico, que llegó a combinar con textos.

Se desconoce su formación fotográfica inicial, aunque muy tempranamente incorpora la imagen al texto, o el texto a la imagen: desde 1901, en el semanario Alrededor del Mundo, aparecen firma e imágenes de Leopoldo Alonso, y en el diario salmantino El adelanto se deja ver, durante el mismo año, «Postres y sobremesa. Carta canta», inaugurando la sección Planas Literarias. Las colaboraciones y su cercanía con el círculo unamunesco corroboran su importancia y valía cultural pese a su experiencia académica.

El primer tercio del siglo XX lo dedicaría a la fotografía, adquiriendo notable prestigio, y su interés por la aviación lo lleva a ser contratado en 1913 por el Ejército del Aire como fotógrafo oficial para las misiones de la guerra de África. No es un pionero de la fotografía aérea, que ya se practicaba,[4]​ pero sí de las imágenes filmadas desde avión.[5]

En su contacto con la imagen en movimiento durante los veinte debió advertir sus múltiples posibilidades tanto para el ámbito documental como para la ficción, y al cine se dedicaría desde dicha década y hasta el final de su vida, pues Pájaro Ciego aparecería el año de su fallecimiento.[6]

Carrera cinematográfica

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Del fotorreportero al cineasta: inicios y creación de ICE. Pionero del noticiario cinematográfico

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Fotograma de El hombre de la cámara de Dziga Vertov (1929), en el que es visible una Parvo L como la adquirida por el ejército español.

El primer contacto de Leopoldo con la filmación cinematográfica se da sobre 1921 en el ámbito aéreo-militar, cuando se compran primero un tomavistas Hertel y luego una Debrie Parvo de 35 mm o paso universal, que llega en 1923. Dos años después encontramos a Leopoldo como guionista y operador de cámara en Ruta gloriosa (Fernando Delgado, 1925).[7]​ También entre los miembros del equipo fotográfico de Currito de la Cruz (Alejandro Pérez Lugín y Fernando Delgado, 1925),[8]​ una de las tantas exitosas adaptaciones de Pérez Lugín que se suceden en los veinte.[9]​ También para Delgado interviene como guionista en El tren, o la pastora que supo amar (Fernando Delgado, 1928), con un argumento que se desarrolla en tierras de Salamanca.[10]

Paulatinamente iría abandonando el fotorreportaje y centrándose en la cinematografía. En 1926 pudo haber protagonizado uno de los hitos del cine español, pues casi filma un trayecto España-Argentina en el hidroavión Plus Ultra. Tal era su consciencia de lo que hacía, que afirmaría haber experimentado:[11]

«Pena, desconsuelo inmenso, no tanto por mí como por la parte que dejaba de tomar en el raid la cinematografía española, a la que me había incorporado en cuerpo y alma» (Leopoldo Alonso, a través de Francia 2024, p. 35).

Por esta época rodó Un vuelo sobre los Picos de Europa (1924),[12]​ con tono de reportaje y que destaca en la historia del cine español por sus imágenes aéreas.[13]​ También vinculando cine y aviación surgen El vuelo del Plus Ultra. Ambos ejemplos constituyen lo que años más tarde llamaría rollos;[14]​ es decir, piezas documentales que le ocuparon incluso en la posguerra, sobre todo en su serie Estampas Españolas, título que recuperaría posteriormente para los documentales de ciudades españolas patrocinados por el Patronato Nacional de Turismo,[15]​ caso de 'Salamanca (1929).[16]

 
Logotipo de ICE extraído de Estampas Españolas: Ávila, a través de RTVE.ES y Filmoteca Española.

Un campo prolífico para Leopoldo sería el del cine documental, pues no sólo mostraba facilidad para éste, sino que en España se convirtió en una categoría que no experimentaba el retraso de la censura y su correspondiente autorización, lo que le permitía al director salmantino cierto margen y actualidad, proyectando en salas especializadas en noticiarios de actualidad y reportajes.[17]​ Este campo interesaría a la Dictadura de Primo de Rivera y a su Patronato Nacional de Turismo por funciones propagandísticas y turísticas, y aquí ICE cobraría vital importancia.

 
Sección Ecos de la página dedicada al cine en el diario salmantino El Adelanto (23/II/1929, página 6).

En 1928 Leopoldo Alonso crea ICE (Información Cinematográfica Española), junto al Duque de Estremera, Iván de Bustos y Ruiz de Arana. También contó con colaboradores como el operador Agustín Macasoli y, luego, el joven Eduardo García Maroto. La finalidad de esta productora y distribuidora sería informar sobre el presente y crear documentales e informativos sobre patrimonio monumental, costumbres, fiestas y cultura en general.[18]​ Bien lo reflejará un intertítulo de Leopoldo Alonso en Estampas Españolas: Ávila:

El Patronato Nacional de Turismo ofrece a españoles y extranjeros estas Estampas que en la pantalla dan la síntesis real de una España de la que dijo Stresemann que tiene una armonía encantadora entre la conservación de las antiguas costumbres y el desarrollo de la civilización material.

EXTRANJEROS, visitad España.

Españoles, conoced vuestra Patria.[19]

ICE produciría el cine de la subdelegación central, con cierta libertad y margen de maniobra.[20]​ Se llega a hablar de una serie de rasgos comunes, tanto técnicos como de finalidad, para esta serie de documentales, de los que María Antonia Paz destaca la «fijación de un modelo de película destinada al turista extranjero y nacional» con un esquema que «se repetía porque facilitaba el trabajo a las productoras y al Patronato»:[21][22]

  • Montaje basado en el corte seco y el uso de fundidos.
  • Predominio de planos generales y panorámicas.
  • Inclusión de vistas aéreas al existir un vínculo productora-Servicio Fotográfico de la Aviación militar.
  • Intertítulos explican las imágenes y aportan datos identificativos.
  • Orientación a la propaganda exterior.
  • Producción por empresas españolas.
  • Mayoritariamente producidos en 1929, Año de las exposiciones, pues en 1928 y 1930 sólo se produce uno por año.[23]
  • Predominio de Andalucía (cinco cortometrajes).
  • Duraciones que oscilan desde el cortometraje hasta el mediometraje.
  • Relativa facilidad de conservación por comprometerse el Patronado a adquirir 10 copias de las películas.[24]
  • Carácter pedagógico y no comercial.[25]
  • Elementos del patrimonio histórico-artístico confluyen con patrimonio paisajístico, etnográfico, rasgos pintorescos, industrias incipientes y reclamos reales. También referencias religiosas.

Recapitulando, Leopoldo Alonso debió advertir el negocio de un cine que se le daba bien y que le permitía proseguir como autor de «cine corto»,[26]​ de ahí el predominio del director salmantino en la vertiente documental. Además, crearía entidades como ICE, donde su identificación con el rollo alcanzará el rango de logotipo y membrete, y sería pionero en múltiples hitos del cine español, como la filmación aérea, cuando no quedaría cerca de otros como la llegada del sonoro, para la que será clave Salamanca (1929).

Época sonora. Madrid Film y su incendio. Cinearte. La sonorización de Salamanca (1929) en París

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Salamanca (Leopoldo Alonso, 1929) no sólo destaca por establecer los rasgos documentales de la serie de piezas que conforman Estampas Españolas, sino también por ser el primer documental español sonorizado: en París y en 1930, poco después del primer largometraje español sonorizado que se conserva El misterio de la Puerta del Sol (1930), del onubense Francisco Elías Riquelme. Para Leopoldo Alonso, verdaderamente su filme es un hito, y vuelve a mostrar compromiso con la evolución de la cinematografía española, como bien recoge Ignacio Francia:

Nunca estuvo España en tan propicias condiciones para la organización y consolidación de una industria cinematográfica […] desde el momento en que las figuras de la pantalla empezaron a hablar, las cosas han variado totalmente a nuestro favor…, si sabemos aprovecharlo.

[27]​.

Lo cierto es que su documental Salamanca, tanto sonorizado como silente, era un éxito con proyección internacional, y su director poseía renombre en el sector cinematográfico, lo que llevará a Leopoldo y su operador, Agustín Macasoli, a filmar la inauguración de la Exposición Iberoamericana de Sevilla (9 de mayo de 1929), con la presencia de los Reyes, el Gobierno y una obra tan imponente como la Plaza de España, arquitectura regionalista proyectada por el sevillano Aníbal González y recién concluida. Tanto ésta como los pabellones serían filmados desde el aire, y de esta etapa son Inauguración de la Exposición Ibero-Americana de Sevilla y Valladolid, ambos mediometrajes al superar los cuarenta minutos. No correría la misma suerte su filmación de la otra gran exposición del “año de las exposiciones”, la de Barcelona, ante la que encontraría múltiples dificultades.

Aún en 1929 Leopoldo filmaría Béjar en fiestas, mediometraje de 30 minutos en el que se registra la visita de la infanta Isabel de Borbón a la Coronación de la Virgen del Castañar en Béjar.  Una suerte de prefacio con planos generales presentará la localidad castellanoleonesa, y, superado este prólogo, el leitmotiv del mediometraje arranca: la recepción de la tía del rey, de un lado, y la procesión y romería de la Virgen del Castañar, del otro, sin olvidar la corrida de toros en la plaza más antigua (Plaza de Toros del Castañar) y los planos de gentes bejaranas. Será un documento esencial para el estudio de múltiples tipologías patrimoniales bejaranas.

Por esta época no sólo predomina ya su producción reportera y documental, sino que protagoniza prodigios como la filmación, revelado, montaje y proyección, en la misma tarde, de la boda entre el piloto civil Ansaldo y la hija de Soriano, Jefe de la Aviación Militar, suponiendo un verdadero récord de velocidad que la revista ¡A mí… películas! Equipararía a “un reportaje gráfico a la americana”. No será un ejemplo aislado, pues también trabajó en la empresa de Leopoldo el cineasta Eduardo García Maroto, que describe como debieron filmar la llegada del Graf Zeppelin a Sevilla con unos medios sin parangón en la historia del cine español, tres cámaras filmando y un viaje exprés en avioneta a Madrid para su revelado, positivado y estreno en menos de un día. También filmó el entierro del general Primo de Rivera en 1930, en el que aparecen su hijo José Antonio Primo de Rivera y otros familiares.

Sobre 1930 Leopoldo presentaría su dimisión como director técnico cinematográfico del Servicio de Aviación, posiblemente por su interés hacia el cine. Es sobre esta época cuando Leopoldo y su empresa, ICE (Información Cinematográfica Española) deben considerarse pioneros del noticiario cinematográfico. Además, adquiriría el Phonofilm de Lee de Forest y se iniciaría en el sonoro con Salamanca (1930), que verdaderamente sonorizaría en París.[28]​ Para ICE produciría más de 50 documentales y reportajes, no descuidando jamás la inmediatez y el sentido periodístico que le daba a su labor, como bien sintetiza una frase de Luis Gómez Mesa en Popular Film en la que darán cierta epicidad al equiparar reporteros y operadores de cámara, destacando que camarógrafos como Alonso no son valorados justamente.[29][30]

También por entonces realiza El Canal de Castilla (1931), encargo de la Confederación Hidrográfica del Duero a ICE y hoy primer filme declarado BIC (Bien de Interés Cultural) en la categoría de bien mueble tras las gestiones de la Filmoteca de Castilla y León, así como tempranas contribuciones al nuevo régimen, a la II República Española,< caso de La proclamación de la República, a la que Román Gubern hizo referencias y que Fernando Redondo Neila redescubrió en los fondos de la Filmoteca Española, e imágenes del primero de mayo.[31][32]

En los inicios de la década de 1930 llegan con poca diferencia cronológica el sonoro y la república, siendo Leopoldo Alonso esencial en este proceso de sonorización. Pero su campo no era la ficción, de ahí, quizá, su eclipse durante la época dorada del cine español, los dos últimos años de la república: ahí triunfarían Florián Rey, Benito Perojo y directores anteriormente vinculados a ICE, caso de Fernando Delgado y Eduardo G. Maroto.[33]

El incendio de Madrid Film

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Leopoldo Alonso alabó Madrid Film como hazaña industrial. También a su regidor, Enrique Blanco, conocido director de fotografía y cineasta, que participa en filmes tan conocidos como Currito de la Cruz (Pérez Lugín, 1926) y funda los laboratorios en 1910.[34]

 
Imágenes del incendio de los laboratorios Madrid Film extraídas del NODO nº 397 (14-08-1950)

Sin embargo, el 1 de agosto de 1950 se incendiarían los laboratorios de Madrid Film, situados en la calle Diego de León número 45, perdiéndose capital humano y fílmico.[35][36]​ Uno de los testimonios más interesantes, por pasional, será el del montador Pedro del Rey:

Cuando llegué al estudio, me encontré a todo el mundo llorando y señalando una columna de humo en Madrid que llegaba al cielo. Habían ardido los laboratorios de Madrid Film […]. Fue un desastre nacional porque desaparecieron cientos de películas del cine mudo, del primer cine hablado, una cosa espantosa.[37]

 
Nota de prensa del diario Ahora en la que se recoge el incendio del taller de Leopoldo Alonso. Nº 909, del 11 de noviembre de 1933, p. 27.

Curiosamente, también había ardido casi dos décadas antes el primitivo estudio de Leopoldo Alonso en Madrid. Un 10 de noviembre de 1933 y a causa de la entrada de un obrero del taller fumando, como recoge el diario gráfico Ahora.[38]

Lo cierto es que en este último incendio se perdieron medios, como el equipo de sonorización de Lee de Forest y material necesario para el revelado, positivado y producción de copias. También es posible que se perdieran filmes. Pero en el primero de los citados, el de Madrid Film, se quemaron todos los fondos cinematográficos que Leopoldo Alonso tenía depositados, así como los de gran parte del cine español.[39]​ Participaría entonces en la puesta en marcha de los estudios Cinearte, que ya funcionaban desde tiempo antes y que Méndez-Leite resucitó al disolverse la empresa primigenia.

Leopoldo tras la Guerra Civil

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A Leopoldo le cuesta integrarse en el cine de postguerra, probablemente por su presencia y actividad en la zona republicana, en la que, de todos modos, no fue muy relevante.[40]​ No constan expedientes de depuración y, curiosamente, otros directores que estuvieron en zona republicana sí se reinsertaron con mayor facilidad.[41]​ Ninguna de las dos grandes productoras españolas, CIFESA y Suevia Films contó con él, lo que posiblemente potenció su producción independiente. Su figura no volvería a la palestra hasta 1945, cuando Primer Plano lo incluyó en la serie «Los abuelos del cine español».[42]

En 1942, es nombrado profesor de Cinematografía en la Escuela de Auxiliares de Cartografía y Fotografía, dependiente del Ejército del Aire, y verdaderamente debe enseñar de todo,[43]​ lo que viene a incidir en su formación completa como director, hombre orquesta a la manera de los primitivos cineastas, pero también a que, desde entonces y hasta, al menos, 1945, no fue una persona non grata. Llama la atención, sin embargo, su silencio en la correspondencia con respecto a su labor docente, a la que llega ya más que sexagenario y, además, viudo desde 1936.[44]

Por estos años y tras toda una serie de peripecias y proyectos frustrados, crearía Minerva Films. Se conocen las cartas de Leopoldo a su familia, que Ignacio Francia estudia ampliamente en sus páginas solventando múltiples vacíos de la situación del cineasta durante la postguerra. Minerva Films ya debió estar configurada para 1945, pues con ella produce Toledo y sus viejas industrias (1945, y 1928),[45]​ así como también Colegio Jiménez de Cisneros y una pieza de meteorología para la Aviación y Minerva Films, así como otras sobre el Museo del Prado.[46]

Iniciaría 1948 con múltiples proyectos, incluso internacionales, pero cerca de los 71 años enferma, y su correspondencia va decayendo. No así sus ganas de trabajar, que perdurarán hasta su fallecimiento un día después de cumplidos los 72, en 1949. Para 1950 ya ha fallecido su hijo Leopoldo, de 46 años, y, para 1950, se produce el incendio de Madrid Films, completando un trienio sumamente trágico para los Alonso.

Como fotógrafo y fotoperiodista

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Goerz Anschutz plate camera. Modelo de cámara que usó Leopoldo Alonso (Francia 2024, 264).

Fotógrafo y periodista, la historiografía lo define como «fotorreportero», ámbito en el que Leopoldo sobresalió antes de su relación con la imagen en movimiento. Ya hemos abordado que sus contactos con el periodismo se dieron en Salamanca. También en Madrid, donde, de hecho, encontramos tempranos ejemplos de sus fotografías en la revista Alrededor del Mundo.[47]​ Para la misma revista documentaría las costumbres de La Alberca y un texto sobre la Universidad de Salamanca. De ahí saltaría a ABC, y también a Blanco y Negro, ambas fundadas por el sevillano Torcuato Luca de Tena, así como al semanario Nuevo Mundo, Mundo Gráfico y La Esfera.[48]

Leopoldo, curiosamente, pasó al fotoperiodismo directamente, sin una transición por la fotografía de estudio y la retratística, que era la vía frecuente por entonces: fotografió la calle y se encargó de todo el proceso, siendo incluido en toda relación de grandes fotorreporteros de la época pese a su juventud. López Mondéjar lo recoge entre los grandes de inicios del XX, y también cita como hito el traslado de los desastres de la guerra en Marruecos por diversos reporteros y sus cámaras.[49]

Juan Miguel Sánchez Vigil, también historiador de la fotografía, destacará la importancia de sus imágenes aéreas, pero también de sus paisajes, como los del Monasterio de Piedra para la sección «España pintoresca», del que alaba su técnica y su persecución del denominado «efecto cascada».

Serán múltiples los reportajes que dedique al ámbito castellanoleonés, desde localidades secundarias a las que atiende con un fuerte componente social hasta asuntos charros como la Universidad de Salamanca. También con fuerte compromiso social aparece un reportaje: La Nochebuena mala. Los que la pasan, donde aborda a trabajadores que no podían disfrutarla y lega una magnífica frase: «Acentuando el contraste por la brillantez del goce, que hace más oscuras las tintas del sufrimiento».[50][51]

Para Torcuato Luca de Tena haría reportajes sobre Getafe, fabricantes de tejas, Madrid, en la que desarrolla un fuerte componente social en torno a covachuelas, asilos, mercadillos y suburbios, también contra ciertas festividades costosas; el crimen de la calle de Ferraz, del que capta imágenes de las dos víctimas y su asesino, los tres muertos y sin cubrir;[52]​ el escandaloso intento de rapto de las hijas de una familia austro-rusa en España, que lo lleva directamente a la portada de ABC, etc.[53]

A Nuevo Mundo llegaría en 1905. Allí fotografía y escribe constantemente, y aquí se produce una dualidad para todos los fotógrafos: el reporterismo y la fotografía de calle; la cobertura frente a la  cotidianidad, con la que servían a modo de banco de imágenes a sus semanarios.[54]​ Para dicha publicación cubrirá Madrid, lo que le dará incluso para retratos regios y primeras incursiones en el aire, pero también otras regiones: Sigüenza, Salamanca -que eleva a portada del semanario a propósito de las fiestas patronales- y un largo etcétera de ejemplos.[55]​ Lo cierto es que podría considerársele el segundo fotógrafo del semanario, coexistiendo con Campúa, al que reemplazará cuando éste comience a cubrir Casablanca y su entorno, lo que le permitirá tomar múltiples fotografías regias, deportivas y culturales, e incluso ejecutar reseñas y reportajes culturales, como las que dedica a El Greco.[56]

También como fotorreportero cubre «El incendio de un “cine”» (Coliseo Ena Victoria, Madrid), y el asesinato del rey Carlos I y de su hijo Luis Felipe en Portugal, siendo enviado especial a Lisboa y consiguiendo para su periódico imágenes del prestigioso fotoperiodista luso Joshua Benoliel.

 
Tres de las fotografías de Leopoldo Alonso en su artículo «Las Jurdes. La comarca más aislada de España» para Alrededor del Mundo. 7 de noviembre de 1901, páginas 289-291.[1]

La obra fotográfica de Leopoldo, por tanto, irá desde lo cotidiano hasta lo regio, y desde lo catastrófico hasta lo puramente conmemorativo. También abordaría deportes, fotografía aérea, social, periodística, política, de naturaleza y muchos otros ámbitos, siempre con un sorprendente interés por el pueblo, sus costumbres y sus padecimientos. Portadas de corte social y belicista serán las que aborden las ya citadas Hurdes y a los rifeños en las guerras del norte de África, y muchos de sus reportajes sobre poblaciones concretas, como Tipos santanderinos, conectarán a la perfección con obras como la del también aviador y fotógrafo guadalajareño José Ortiz Echagüe, autor, por ejemplo, de España, tipos y trajes (1930).[57]

Como fotoperiodista vinculado a lo belicista, fue, curiosamente, el primer periodista español en contar con autorización alemana para cubrir información en torno al ejército del káiser Guillermo II. Sin embargo, Nuevo Mundo no casaba con el posicionamiento político de aquel que enviaron como «distinguido reporter y fotógrafo». El 22 de noviembre de 1914 parte hacia Alemania, y para el 30 de enero de 1915 aparecen ya fotogramas belicistas del salmantino. Posiblemente experimentó la censura decretada por el Estado Mayor del Ejército Alemán, lo que estaría relacionado con las escasas fotos de Leopoldo publicadas en el semanario, pero lo que no aparecerían, por el alejamiento ideológico entre Nuevo Mundo y Leopoldo, serían sus textos.[58]​ Sin embargo, aparecería con rapidez un libro sobre su experiencia en la retaguardia y el frente alemán: Lo que yo he visto en la guerra. Relato de un testigo presencial de la gran lucha.

Leopoldo se convirtió en un verdadero cronista gráfico, uno de los grandes fotoperiodistas españoles del momento, y por ello ilustra parte de la historia española contemporánea del primer cuarto del siglo XX, desde grandes hitos políticos, ya citados, hasta la cobertura de construcciones e infraestructuras, a la manera de Jean Laurent y Charles Clifford, fotógrafos de la segunda mitad del XIX.[59]

 
Leopoldo Alonso y su hijo impartiendo una conferencia sobre vistas aéreas de la Sierra de Guadarrama en el Ateneo de Madrid. A través de Ignacio Francia 2024, 316.

De su fotografía aérea, prefacio de su filmación desde el aire, destacarán conferencias tempranas (en 1918 dicta una con su hijo en el Ateneo de Madrid titulada «La Sierra de Guadarrama vista desde un aeroplano»), el «raid» Melilla-Cabo Juby-Canarias, los 4.800 metros de altura en aeroplano junto al capitán Fanjul[60]​ y otros hitos, que a nivel de autoría se ven frenados, quizá, por su contrato con la Aviación Militar, cuando pasa a ocuparse de la fotografía y el cine del Ejército del Aire y, además, comienza su labor empresarial relacionada con el cinematógrafo. También la fotografía de naturaleza, vinculada al aire o no, sería uno de sus grandes campos, con frecuencia vinculadas a la revista La Esfera: Picos de Europa, Guadarrama, Gredos, Saltos del Duero, el Monasterio de Piedra, el Mulhacén, el Teide, del que toma la primera fotografía conocida…[61][62]​ También el mar: Cantabria, Cabo Mayor y otras ubicaciones.[63]

Lo cierto es que en la unión imagen-texto resuena en la obra de Leopoldo Alonso compromiso y empatía con los más desfavorecidos, explicando hasta el más mínimo detalle que permita dignificarlos. También su entusiasmo por el progreso y el dinamismo social.[64]​ Pero donde más fama cobra, quizá, es en la cobertura de la guerra en el Rif: guerra, actividades benéficas y otros múltiples campos puede abordar y aborda en el Magreb.[65]​ También en su fotografía de paisaje y naturaleza, en su crónica de la cotidianidad y en tantos otros campos que abordó Alonso.

El Canal de Castilla (1931): primer documento audiovisual declarado Bien de Interés Cultural en España

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El Canal de Castilla es una de las obras más destacadas de Leopoldo Alonso, filmando el recorrido por dicha senda de agua en 1930.[66]​ Básicamente, recorre por tierra y agua el itinerario por los ríos Pisuerga y Carrión; es decir, entre Valladolid y Palencia. Pero no sólo es interesante por mostrar un bien de interés cultural como el Canal de Castilla, sino por haber sido el primer material audiovisual en ser declarado BIC (Bien de Interés Cultural) en España.' Lo sería en 2020 con categoría de Bien Mueble, siendo la primera película de España en alcanzar dicho nivel de protección[67]​ y destacando el BOCYL (Boletín Oficial de Castilla y León) los valores tanto de su director como del propio material fílmico:

Leopoldo Alonso fue un maestro del documental, un operador experto y estéticamente muy preciso […]. Por su calidad técnica y cualidades estéticas de la imagen, por su interés documental relevante, por mostrar el modo de vida industrial en torno al Canal y por ofrecer unas imágenes panorámicas de Valladolid en 1930, consideradas únicas, este documental se considera un documento de gran relevancia cuya salvaguarda y conservación para la posteridad se debe garantizar como fuente de enriquecimiento para generaciones presentes y futuras. Por todo ello, resulta procedente el reconocimiento de esta producción cinematográfica como Bien de Interés Cultural.[68]

Análisis fílmico

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En su mediometraje documental, Leopoldo Alonso muestra un recorrido fluvial por el Canal de Castilla, pasando por las provincias de Palencia y Valladolid y filmando desde barcas y desde la propia tierra aspectos claves de la ingeniería que compone y rodea el canal. Así, adquieren importancia esclusas, barcas, operarios, ingenieros, industrias que rodean el canal, modos de reaprovechamiento de la fuerza motriz, etc.[69]

Hablábamos de mediometraje, pues nos encontramos ante un filme de diecinueve minutos y doce segundos, en gama de grises, mudo y con rótulos. Tanto la dirección de fotografía como la dirección y el guion del filme corresponden a Leopoldo Alonso, y la producción recae en su empresa, ICE (Información Cinematográfica Española) y en la Confederación Hidrográfica del Duero.[70]

Pueden contarse dieciséis intertítulos, algunos de dimensiones amplias, que pueden ser estáticos o no, y que tienen, en ocasiones, un fuerte componente social. A partir de estos intertítulos, pues cada nueva secuencia es antecedida por uno de ellos, podría aspirarse a una división en partes del filme: el viaje inicial por el ramal del norte (que luego proseguirá tras diversos intertítulos con una secuencia titulada «Continúa el viaje por el ramal de campos», por lo que casi alcanza los siete minutos, siendo la secuencia más larga), las «Obras en la presa y cauce» (que podría considerarse que culmina con la exposición de «la unión de las aguas de los dos ríos» y del monumento conmemorativo), la bajada por las esclusas de Calahorra (secuencia lenta y extensa), una continuación del viaje en la que podría incluirse el ramal sur de la dársena de Valladolid, una penúltima secuencia en torno a la limpieza de la broza y su transporte en vagonetas, en la que entra, además, la actividad industrial en torno al canal y una secuencia final que aborda panorámicamente Valladolid.[71]

Ejecutada una segmentación en secuencias, que por su independencia y división mediante intertítulos casi se corresponden con las partes del filme, otros aspectos del mediometraje serán:

 
Minuto 3:59 de El Canal de Castilla (1931). Una joven maneja la embarcación en plano americano. Un juego de plano-contraplano mostraría la rectitud de la navegación.
  • Escaso número de movimientos de cámara físicos, tanto de desplazamiento, los más, como sobre el eje, limitados estos últimos a alguna sutil panorámica de reencuadre.[72]​  La cámara se mueve al ser colocada sobre la barca.[73]​ Sin embargo, este movimiento de las barcas permitirá que encontremos travelling laterales que nos muestran el Canal de Castilla y su entorno, así como travelling avanti y de retroceso. Será curioso que tienda a dejar la proa como referencia.
  • Abundancia de planos generales con focal estándar (alrededor de 50 milímetros). Ocasionalmente planos detalle (presas, agua, acciones concretas de los operarios…) y algún plano medio, general y americano con sujetos, destacando el plano americano de la joven navegando; es decir, como timonel, manejando la embarcación.[74]
  • Montaje basado en el corte seco. Ocasionalmente algún fundido.
  • En ocasiones se recurre al plano-contraplano, como en la primera apertura de una presa, a la que se llega por travelling avanti con la cámara en proa y de la que se sale con un travelling de retroceso con la cámara en popa.[75]
  • Intertítulos articulan la narración. En ocasiones describen lo que se está viendo o presentan la secuencia que se verá, pero también los hay con un fuerte componente social en torno a los otros beneficios del canal (riego, energía, molienda, trabajo…), con múltiples datos geográficos o que incluso transcriben aquello que no puede leerse en planos detalle.
  • Preferencia por una búsqueda del movimiento a través del montaje, lo que hace que la cámara estática ante personajes sumamente dinámicos resulte tosca.
  • Recurrencia a la elipsis o supresión. No será frecuente, haciendo hincapié en los procesos, pero será visible cuando, por ejemplo, un corte seco haga que la compuerta cerrada se muestre abierta, o cuando, llegando el final del mediometraje, la barca que entra al dique se muestre arreglada tras un corte seco.
  • Montaje sintético o interno; es decir, planos largos, con frecuencia generales, y con gran profundidad de campo, dando una visión más amplia de la escena y careciendo de voluntad analítica.
  • Búsqueda en ocasiones de cierto ludismo en el montaje, aunque con resoluciones primitivas.
  • Interesantes planos de Valladolid, caso de naves con cubiertas en dientes de sierra, arquitecturas industriales y harineras y, tras hablar de cuatro fábricas de harina, la presunta panorámica desde el aire.
  • Quizá sean mucho más atractivos desde un punto de vista estético los planos de la reparación de barcazas y de los interiores de la industria castellanoleonesa que los del propio canal.
  • Fundidos o exposición múltiple de material industrial que pueden remitirnos al montaje soviético.
 
Exposición múltiple en una secuencia rodada en interior. Talleres del Canal de Castilla en Valladolid. Allí, reza el intertítulo, «se construyen y reparan cuantos elementos precisa la vida del Canal». Minutos 14:20-14:57.

El proceso de declaración como Bien de Interés Cultural.

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En 1997 llega a la Filmoteca de Castilla y León,[76]​ procedente del archivo de la Confederación Hidrográfica del Duero -que la deposita-, una copia de El Canal de Castilla. Ésta, de nitrato de celulosa, en 35 mm, muda y en gama de grises,[77]​ pone en valor el Canal de Castilla, que fue declarado BIC en 1991 y que permite acercar a la ciudadanía una producción audiovisual de interés cultural sobre una infraestructura que no sólo también lo es, sino que se erige como una de las obras e ingeniería más significativas de Castilla y León.

Es, como veníamos apuntando, el primer caso de material audiovisual declarado BIC en España. También, por desgracia, el último, lo que realza aún más la iniciativa de la Filmoteca de Castilla y León, encabezada por Maite Conesa, que planteó la documentación y argumentación adecuada ante el Gobierno regional, que asumió la tramitación de la declaración tras el cumplimiento de la normativa legal vigente, llegando la declaración el 1 de octubre de 2020, como hemos recogido.[78]

El Canal de Castilla, obra de ingeniería.

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Agustín de Betancourt, Plan general del Proyecto executado y por executar de los Canales de Castilla, h. 1801. Centro Depósito del Archivo Cartográfico y de Estudios Geográficos del Centro Geográfico del Ejército.

Leopoldo Alonso recoge el Canal de Castilla, obra ilustrada con casi cien años de construcción en la que se incorporan esclusas ovaladas basadas en modelos de Leonardo Da Vinci y que fue declarada BIC (Bien de Interés Cultural) con categoría de conjunto histórico el 14 de agosto de 1991.[79][80]​ El Canal de Castilla ha sido tratado a posteriori en múltiples ocasiones, y siempre se ha utilizado a Leopoldo como material preexistente o de archivo.[81][82]​ Su construcción parte de una petición del Marqués de la Ensanada en la que incluso recurre al parangón Fernando VI-Luis XIV (Representación enviada en 1751) para dejar clara la posibilidad y necesidad de su ejecución, recomendación que un siglo más tarde daría origen al canal, admirable obra de ingeniería hidráulica.[83]​ Su finalidad la del transporte de mercancías, sustituyendo a los viejos y abandonados caminos que conectaban Castilla con otras regiones, lo que pronto lo dejaría obsoleto cuando a mediados del XIX llegue el ferrocarril.[84]

Filmografía.

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Etapa silente.

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Un vuelo sobre los Picos de Europa 1924
Ruta gloriosa (Guionista y operador de cámara) 1925
Currito de la Cruz (Segundo Operador de cámara) 1925
Llegada del Plus Ultra a Canarias 1926
El tren, o la pastora que supo amar 1928
Toledo y sus viejas industrias[85] 1928 (Sonorizada en 1945)
Salamanca 1929 (Sonorizada en 1930).[86]
Ávila 1929
Zamora 1929
Barcelona 1929
Santander 1929
Granada 1929
Exposición Ibero-Americana de Sevilla 1929
Valladolid 1929
Exposición Internacional de Barcelona 1929
Béjar en fiestas[87] 1929
Fabricación de motores de aviación 1929
El vuelo del Jesús del Gran Poder 1929
Entierro de la reina María Cristina 1929
Entierro del general Primo de Rivera 1930
Melilla 1930
La proclamación de la República 1931
El Canal de Castilla 1931
Fabricación de paños en Béjar 1932
La purificación del fuego. San Pedro Manrique 1932

Etapa sonora.

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Salamanca 1930 (versión silente de 1929).
La ruta de Guadalupe 1935
Con «El Campesino» 1937
Éxodo 1937
El frente del campo 1937
Niños de hoy, hombres de mañana 1937
Defendemos nuestra tierra 1938
Rías Bajas Gallegas 1940
Por tierras de Castilla 1941
Cumbres de Granada 1941
Boda en Castilla 1941
León monumental 1943
Locomotoras 1943
Por tierras de Ávila 1944
Cerámica talaverana 1944
Viejos jardines 1944
Colegio Mayor Ximénez de Cisneros 1945
La sede primada 1945
Toledo y sus viejas industrias (versión sonorizada) 1945
La catedral sin paredes 1946
Grandes maestros. Velázquez 1946
La sede burgalesa 1946
Murillo, el pintor de la Inmaculada 1947
En la provincia de Pontevedra 1948
Pájaro ciego 1949

Además, existen toda una serie de obras por investigar como Lo que vemos tan fácil, Otra Sevilla, Pájaro ciego, Parte meteorológico, Rapaza, Románico (1944, dos rollos), La Alberca, Aniversario de la Victoria, Escuela Premilitar (1940), Béjar y sus paños (1932),[88]Del joyel de España: Estella (1947), Del Madrid futuro, En los jardines de La Granja (1943), Estampas de Madrid y Gótico (1945, dos rollos).[89]

Referencias

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  1. Francia, Ignacio (2024). Leopoldo Alonso (1877-1949) y la aventura de la imagen. Salamanca: Junta de Castilla y León. Consejería de Cultura, Turismo y Deporte. Filmoteca de Castilla y León. p. 22. ISBN 978-84-9718-742-8. 
  2. Recoge un testimonio muy interesante de Leopoldo Ignacio Francia: «La fea realidad me hizo licenciado en Derecho por la Universidad de Salamanca…, a trancas y barrancas, pues la verdad es que me gustaba sólo de los códices y fueros aquello que tenían de belleza de la expresión: lo literario» (2024, 23).
  3. Alonso, Leopoldo (24 de octubre de 1902). «Un labrador, poeta notable». Alrededor del Mundo, Nº 177.
  4. Debe recordarse que ya había fotografía aérea en España desde 1888, cuando se ejecutan unas vistas de Barcelona, así como que Ortiz Echagüe la practica desde 1909.
  5. El Ejército adquirió una cámara para filmar cine desde aviones, que inauguró Leopoldo Alonso (Francia, 2024, 27). Fue una Debrie Parvo modelo L, cámara de paso universal (35 mm) fabricada en Francia y que fue la protagonista del cine mudo europeo. Anteriormente, en 1921, ya estrenó un tomavistas Hertel igualmente adquirido por el Ejército (Francia 2024, 34).
  6. No es nada extraño este viraje de fotográfico, y el siglo XX da múltiples ejemplos de ello, siendo uno de los más sonados el de Henri Cartier-Bresson con 6 documentales que recorren la Guerra Civil Española (Victoria de la vida, 1937, y España vivirá, 1938), la Segunda Guerra Mundial (El retorno, 1945) y sus viajes estadounidenses (Impresiones de California y Southern Exposures), además de Con la Brigada Lincoln en España (1937-38), que descubre el historiador del arte Juan Salas Iñigo alrededor de 2007.
  7. «Ruta Gloriosa (Fernando Delgado, 1925)». 
  8. «Currito de la Cruz (Alejandro Pérez Lugín y Fernando Delgado, 1925).». 
  9. No debe olvidarse, por ejemplo, La casa de la Troya (1924). Son producto de una década en la que el cine español diversifica sus géneros y en la que la producción madrileña tendrá un espectacular aumento de su producción desde 1926 (Pérez Perucha 2017, pp. 92-97). En el caso de Currito de la Cruz se filma durante meses en exteriores sevillanos. Fernando Delgado, codirector, abandonaría su labor, como también el director de fotografía Enrique Blanco (Pérez Perucha 2017, p. 108), que colaboraba junto a, además del propio Leopoldo, Agustín Macasoli y José Martín; es decir, Leopoldo y los «que entonces representaban los operadores de lujo en el cine español» (Francia 2024, p. 34).
  10. Francia 2024, p. 35.
  11. Ya había filmado previamente el recorrido del viaje Melilla-Cabo Juby-Canarias-Teide, con algunas de las primeras imágenes aéreas del Teide y del Sahara.
  12. «Un vuelo sobre los Picos de Europa». 
  13. Ya había fotografiado anteriormente desde avión estas latitudes para la revista La Esfera, y también hizo un reportaje de la caza de Alfonso XIII por los Picos para Nuevo Mundo (Francia 2024, p. 35).
  14. Evidentemente, esta forma de denominar al propio material fílmico-documental puede remitirnos a ejemplos muy anteriores, ya presentes en la paternidad del cine, cuando los Lumière denominan sus cortometrajes de la vida cotidiana, en cierto modo protodocumentales, como fragmentos vitales. Recoge Ignacio Francia que tal era su identificación con el «rollo» (bobina con alrededor de 30 minutos o menos de celuloide) que incluso el logotipo de ICE sería uno (Francia 2024, p. 43).
  15. Fernández Colorado, Luis (1998). «Visiones imperiales: documental y propaganda en el cine español (1927-1930)». Cuadernos de la Academia (2): pp. 97-110. 
  16. La serie estaría compuesta por Salamanca, Zamora, Ávila, Segovia, Santander y los que abordaron inauguraciones de exposiciones (Sevilla y Barcelona), además de Barcelona (Francia 2024, p. 39).
  17. Una Real Orden, que surge por petición de España Manufactura Cinematográfica, permitía la proyección de «películas informativas en las que se contemplen actos públicos, ceremonias (…), sin pasar el procedimiento de censura» (Francia 2024, p. 36).
  18. Este tipo de cine sería propicio para su tiempo. Primeramente por su reducido coste, de alrededor de 1000 pesetas para 700 metros, a lo que debía unirse su inmediatez, cercanía al espectador y atractivo para todo sistema político que comenzara a entender la utilidad del cine (Paz 2006, p. 80, nota al pie).
  19. Alonso, L. (Director). (1929). Estampas Españolas: Ávila. [1:07, 1:45]. Consultable a través de https://www.rtve.es/play/videos/archivo-historico/estampas-espanolas-avila/2917620/. También en Francia 2024, p. 40 y en Paz 2006, p. 82.
  20. Otras subdelegaciones serían las de Santander, Barcelona, Valencia, Sevilla y Salamanca (Francia 2024, p. 38).
  21. Paz 2006, p. 82.
  22. Los rasgos esquematizados proceden son una síntesis y guionización del texto de Paz 2006, pp. 79-84. Sin embargo, ya se encuentran en cierto modo en Salamanca, con la que arranca la serie.
  23. Se producen en 1929 la Exposición Iberoamericana de Sevilla y la Exposición Internacional de Barcelona.
  24. 14 de las Exposiciones, a razón de 1,50 pesetas el metro, salvo que se reutilizara material encargado por otra institución -0,75 pesetas el metro-: reutilización de material de archivo (Paz 2006, p. 81).
  25. No se permitía la proyección en salas de cine como complemento de la programación habitual.
  26. Así se proclamaba a sí mismo (Francia 2024, p. 43). El propio autor incide en que quizá su carácter aventurero lo incapacitara para detenerse en los múltiples aspectos que atañe la realización de un largometraje.
  27. Alonso, Leopoldo (1930). “Es nuestra hora”. Nuevo Mundo, 1890. A través de Francia 2024, p. 44.
  28. Gubern, Román (2017). «El cine sonoro (1930-1939). Desconcierto y primeros tanteos.». Historia del cine español. Madrid: Cátedra: Signo e Imagen. pp. 123-127. ISBN 978-84-376-2561-4. 
  29. Francia 2024, p. 53.
  30. Los alabados serán Leopoldo Alonso, José Gaspar, Alberto Arroyo, Juan Pacheco (“Vandel"), Tomás Duch, Segismundo Pérez de Pedro y otros (Revista Popular Film, 272, 22 de octubre de 1931: «Plano de Madrid». A través de Francia 2024, pp. 53-54).
  31. Véase Redondo Neila, Fernando (2007). “La proclamación de la República: imagen y testimonio de un momento histórico”. I Congreso de Historia y Cine. Madrid, Universidad Carlos III.
  32. Además, recoge Francia que el operador Eduardo García Maroto, desde el techo de un camión, fotografió el acontecimiento republicano con su teleobjetivo junto a múltiples compañeros eufóricos (2024, p. 55).
  33. Francia 2024, p. 61.
  34. Laboratorios que prolongaron su actividad hasta febrero de 2012, cuando cierran en una ubicación distinta como el penúltimo laboratorio de celuloide en Madrid (https://elpais.com/ccaa/2013/06/07/madrid/1370638704_385769.html).
  35. A nivel de conservación debe tenerse en cuenta que el material de filmación hasta los cincuenta fue el nitrato de celulosa, frágil e inflamable, y que fue sustituido entonces por el acetado de celulosa [filmes marcados como safety films] hasta llegarse al aún hoy vigente poliéster (Algarra 2023, p. 50). No será de extrañar que Manuel Carrero de Dios indicara que «hay que prestar atención especial y urgente a los negativos, tanto en placas como en rollos, fabricados con soporte de nitrato, pues en ello está en juego la integridad del archivo» (1987, p. 608). El autor expande su uso hasta la década de los sesenta, y sus inicios en el mundo del cine a Edison, que ya lo utilizaría en 1889.
  36. EFE recoge algunas fotografías y una breve nota de prensa https://efs.efeservicios.com/foto/incendio-laboratorios-madridfilms/8001813934
  37. López Aliaga, Guillermo (2022). «De Viridiana de Luis Buñuel a Carmen de Carlos Saura. Conversaciones sobre montaje cinematográfico con Pedro del Rey.». Foto Cinema. Revista Científica de Cine y Fotografía (24). 
  38. https://www.memoriademadrid.es/doc_anexos/Workflow/4/214093/hem_ahora_19331111.pdf [11/IV/2025]. El diario gráfico Ahora fue fundado por el madrileño Luis Montiel y Balanzat, también iniciador de la revista Estampa y del As. De Ahora no sólo debe destacarse que contara con colaboradores de la talla de Miguel de Unamuno, Magda Donato, Pío Baroja, Ramiro de Maeztu, Ramón María del Valle-Inclán, Salvador de Madariaga, Ramón Gómez de la Serna y otros, sino que contara con el sevillano Manuel Chaves Nogales como subdirector y redactor jefe. También tuvo ilustraciones de Salvador Bartolozzi, y Chaves Nogales llegó a ser «camarada director» antes de su exilio en 1936 (Cintas Guillén 2021, p. 11).
  39. Recoge Ignacio Francia, como otros muchos artículos, el papel que el nitrato de celulosa debió tener en la voracidad del incendio, pero más curioso será su forma de relatarlo: los bomberos peleaban contra las llamas y los empleados trataban de rescatar bobinas, como recoge el No-Do y como mostró recientemente la pieza La fragilidad del cine en la exposición 40 años-7 piezas-7 cineastas en la Filmoteca Española (Francia 2024, pp. 61-62; nota al pie 37).
  40. Ángel Ballesteros, hijo adoptivo de Leopoldo, así como colaborador de éste, precisó en conversación telefónica con Ignacio Francia que «lo que más recelo había levantado entre los militares había sido su participación en los documentales dirigidos por Fogués» (Francia 2024, p. 93).
  41. Recoge Ignacio Francia el caso de Rafael Gil, celebérrimo director español y autor, entre otros filmes, de El Clavo (1944). Gil aludiría a que desde la zona republicana se identificaba con el bando sublevado (Francia 2024, p. 69).
  42. De aquí proceden la mayoría de declaraciones de Leopoldo en torno a aquello de lo que es pionero, sus principales hitos en la historia del cine español, etc. Ignacio Francia recoge una síntesis, aunque debe corregirse la fecha de la revista para su correcta localización. Puede consultarse el artículo completo de "Los abuelos del cine español" en: https://repositori.filmoteca.cat/handle/11091/28087#page=28
  43. Así, ha de enseñar «práctica de toma de cine, proyección, montaje de películas mudas y sonoras, etc» (Francia 2024, p. 71).
  44. Su esposa Generosa Septién Langre fallecería poco antes del inicio de la Guerra Civil (Francia 2024, p. 74).
  45. Sobre ambas versiones, véase «Toledo y sus viejas industrias», artículo de Adolfo de Mingo en La Tribuna de Toledo. En él añade, además, que está montada a partir de numeroso material de archivo (procedente de las filmaciones de 1928), y que se darán variaciones como los viajes aéreos (en lugar de los férreos). https://www.toledo.es/wp-content/uploads/2019/10/texto-de-adolfo-de-mingo-sobre-la-pelicula.pdf
  46. Francia 2024, p. 87.
  47. Para Alrededor del Mundo realiza su reportaje sobre Las Jurdes, que, desde luego, se adelanta tres décadas a la obra de Luis Buñuel titulada Las Hurdes, tierra sin pan (1933). En él busca denunciar la dureza de las condiciones de vida de sus gentes, y recoge Ignacio Francia una durísima sentencia del fotorreportero: «Tuve el mal pensamiento de que allí no bajaba Dios» (2024, p. 237), que desde luego es relacionable con otras sentencias similares, caso de la lírica de una figura tal como Atahualpa Yupanqui, aquel que medio siglo después y autobiográficamente dejaría escrito en El Payador perseguido «Que he visto tanta pobreza, que yo pensé con tristeza, Dios por aquí no pasó» (Chavero 1963, 7:20). Debió ser impactante, puesto que al poco de pasar por allí Leopoldo comenzó a publicarse Las Hurdes. Revista mensual ilustrada, que se imprimía en Salamanca y que mostraba preocupación por las gentes de la localidad. En 1908 se celebraría en Plasencia un Congreso Nacional Hurdanófilo, y otras revistas hablarían de «la España desconocida» (Francia 2024, pp. 237-238; nota al pie número 123).
  48. Francia 2024, pp. 227-228. También para Luca de Tena colabora en Actualidades (Francia 2024, p. 244).
  49. De hecho, considerará que la guerra de Marruecos consolidó el reconocimiento popular hacia el periodismo gráfico español, llegando a ser los reporteros incluso conocidos para el gran público, como recoge Francia (2024, pp. 234-235).
  50. Francia 2024, p. 242.
  51. Alrededor del Mundo, Nº 186, 26 de diciembre de 1902.
  52. Emilia Pardo Bazán haría referencia a él. https://www.laopiniondezamora.es/opinion/2012/11/13/dolor-secreto-emilia-pardo-bazan-1131415.html
  53. Francia 2024, p. 247.
  54. Francia 2024, p. 249.
  55. En este contexto, Leopoldo recibe el encargo de cubrir actividades culturales, teatro, deportes -sección in crescendo-, toros y asuntos de carácter social (Francia 2024, p. 253). Con respecto a este último campo, firmará reportajes como El frío en Madrid, Los cinematógrafos o, más explícitamente, Callejeando. Un desahucio.
  56. Reseñará la monografía El Greco, de Manuel Bartolomé Cossío, una de las primeras reivindicaciones en el ámbito hispanohablante del condenado pintor (Francia 2024, p. 255).
  57. Para conocer más sobre la obra de José Ortiz Echagüe, consúltese, por ejemplo, Sougez 1981, 267-268. En la citada obra, será llamativa la ausencia, incluso nominal, de Leopoldo Alonso.
  58. Leopoldo hablaría de un francofilismo rabioso por parte de Nuevo Mundo, mientras que se definía a sí mismo como germano-francófilo o franco-germanófilo (Francia 2024, pp. 326-327).
  59. Leopoldo Alonso cubre las obras del túnel de Canfranc (ferrocarril Huesca-Francia), la instalación de una draga en Toral de los Vados para extraer oro del río Sil, las obras del ferrocarril Zamora-Orense, etc.
  60. Volaban en un Barrón W con motor Hispano-Suiza de 140 HP (Zubia Casas 2017, p. 250).
  61. Francia 2024, p. 348. Añade el autor que viaja con el teniente Jiménez, explora otras cumbres de Sierra Nevada e, impresionado, retornan a Sevilla, no sin antes dejar una panorámica de la ciudad (Francia 2024, p. 353).
  62. https://www.puentedemando.com/leopoldo-alonso-autor-de-la-primera-foto-aerea-de-el-teide/  [14/IV/2025].
  63. Francia 2024, pp. 351-352.
  64. Francia 2024, p. 250.
  65. De hecho, en la revista Por esos Mundos se configuró una sección, «Álbum de la guerra», en la que destacaron las fotografías de Leopoldo Alonso y de Campúa.
  66. No debe olvidarse que la obra data de 1931.
  67. El documental ‘El canal de Castilla’, de 1931, será el primero declarado BIC en España (https://www.elnortedecastilla.es/culturas/cine/documental-canal-castilla-20181110085804-nt.html?ref=https%3A%2F%2Fwww.elnortedecastilla.es%2Fculturas%2Fcine%2Fdocumental-canal-castilla-20181110085804-nt.html); El Canal de Castilla, primer documental BIC de España (https://filmotecadecastillayleon.es/canal-castilla/); Una película sobre el Canal de Castilla, el primer documental BIC de España (https://www.abc.es/espana/castilla-leon/abci-pelicula-sobre-canal-castilla-primer-documental-espana-202010021242_noticia.html).  
  68. https://bocyl.jcyl.es/boletines/2020/07/17/pdf/BOCYL-D-17072020-33.pdf
  69. Francia 2024, p. 186.
  70. Francia 2024, p. 186.
  71. 38 segundos. Indicará Francia que se trata de una filmación desde el aire, trazando una panorámica sobre el muelle-dársena en primer término y mostrando al fondo construcciones, para, siguiendo el recorrido del río, mostrar campos y edificios industriales (2024, p. 188).
  72. Salvo una sorprendente panorámica descriptiva de campos y alrededores en el ramal del norte, en la que casi se alcanza la panorámica circular (6:16-6:53) y la panorámica que compone la vista aérea final (Valladolid).
  73. Movimiento físico del eje; es decir, de desplazamiento. Como ya habían hecho los operarios de los Lumière con más de tres décadas de anterioridad, véase el Panorama du grand canal pris d’un bateau (Panorama del Gran Canal visto desde una embarcación), cortometraje filmado en 1896 y atribuido a Alexandre Promio. Se habla de uno de los primeros travelling de la historia, confrontándose con el de Constant Girel, también operario de los Lumière.
  74. Recoge Francia que la narración de la navegación por el cauce fue harto planificada por Leopoldo Alonso: planos generales para los espacios y el manejo de la barca y planos medios para las acciones de personajes o elementos del canal (2024, p. 188).
  75. También será visible algún juego de plano-contraplano cuando se siga desde tierra (puente) el curso de una barca, con gran sentido de la continuidad (racord).
  76. Así, ya lo encontramos presente en la catalogación de obras relacionadas con Castilla y León que ejecuta en 1998 Fernando Benito González García (González 1998, p. 39). Sin embargo, debe considerarse que «se incluyen títulos de los que no consta que se conserve copia, ni aun negativo localizable» (González 1998, p. 9), aunque sí se recogen las ubicaciones del itinerario fluvial. Ya Palacios Santos y Shahín García incluirían una breve descripción formal y una sinopsis en dos líneas del documental de Leopoldo, aunque, curiosamente, extienden la duración a 26 minutos (2014, 27).
  77. https://comunicacion.jcyl.es/web/jcyl/Comunicacion/es/Plantilla100Detalle/1281372057130/_/1284833274881/Comunicacion [15/IV/2025].
  78. Francia 2024, p. 190.
  79. https://www.youtube.com/watch?v=d4isMNcKnZI («Trailer El Canal de Castila. El sueño ilustrado’, de Eduardo Margareto». Incuna Film Fest, 2019, Sección Rescate).
  80. https://www.boe.es/boe/dias/1991/08/14/pdfs/A27109-27109.pdf (Decreto 154/1991, de 13 de junio, de la Junta de Castilla y León, por el que se declara bien de interés cultural con categoría de conjunto histórico a favor del Canal de Castilla).
  81. Lo que dará lugar a un cine de compilación, que recupera imágenes anteriores para nuevas reflexiones. Puede relacionarse con el «found footage» o metraje encontrado en tanto que técnica, no género.
  82. Ejemplos de este retorno al tema del Canal de Castilla será la serie El Canal de Castilla (RTVE, 2022), que en sus cuatro capítulos recorre la historia del canal, el ramal del norte, el ramal de campos y el ramal del sur, respectivamente.
  83. Historia del Canal, RTVE. 0:00:00-0:01:50.
  84. En 1860 se inaugura la línea ferroviaria Venta de Baños-Alar del Rey. Posteriormente, el ferrocarril Valladolid-Medina de Rioseco. Por ello, el canal pasa a un uso agrario y energético -fuerza motriz-, aunque proseguiría la navegación hasta 1959. Véase Canal de Castilla.
  85. Junto a Viaje a Andalucía (1929), forma parte de la serie Viaje en tren a […], similar a la de Estampas Españolas y vertebradas en torno a un viaje en ferrocarril: partida, interior y exterior de vagones y líneas férreas, mostrando desde el tren los paisajes (Paz 2006, p. 83).
  86. La original, muda con rótulos, tenía una duración de 40’40’’, mientras que la sonorizada se reduce a 8’10’’.
  87. Se conserva el documental Béjar en fiestas que, además, fue proyectado en la presentación del libro «Leopoldo Alonso (1877-1949) y la aventura de la imagen», de Ignacio Francia. Béjar ha sido escenario para el cine documental en diferentes ocasiones, y una de las primeras será Salamanca (Alonso, 1929), para la serie Estampas Españolas. También Alonso filmó Fabricación de paños en Béjar (c. 1932) y Béjar en fiestas (1929), reportaje sobre la visita de la infanta Isabel de Borbón a la romería de la Virgen del Castañar de Béjar, a la que entrega el manto donado por Alfonso XIII. 30 minutos en los que se presenta la ciudad, se da la recepción regia, la procesión de la Virgen ,a romería y una corrida de toros en la plaza del Castañar, terminando con imágenes del jardín El Bosque (Francia 2013, pp. 615-616).
  88. Béjar y sus paños bien podría ser Fabricación de paños en Béjar (1932).
  89. Francia 2024, pp. 429-431.

Bibliografía

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  • Carrero de Dios, Manuel (1987). “La conservación de archivos fotográficos. Un problema: los negativos de nitrato”. Boletín de la ANABAD 37, Nº 4: 607-614. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/801046.pdf
  • Chavero, Héctor Roberto (1963). El Payador Perseguido – Relato por Milonga. En El Payador Perseguido. EMI Odeón SAIC.
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