La laguna o lago Huelde (del mapudungun wele, siniestro, desgraciado)[1] es una masa de agua superficial de origen glacial y aguas salobres ubicado en la comuna de Chonchi, al oeste de la isla de Chiloé, en el sur de Chile.
Lago Huelde | ||
---|---|---|
Atardecer en el lago Huelde | ||
Ubicación geográfica | ||
Coordenadas | 42°35′47″S 74°06′36″O / -42.596388888889, -74.11 | |
Ubicación administrativa | ||
País | Chile | |
División | Región de Los Lagos | |
Cuerpo de agua | ||
Efluentes | Río Cipresal o Puchanquín | |
Superficie | 1,26 km2 | |
Mapa de localización | ||
Ubicación (Chiloé). | ||
Se ubica 4 km al norte del poblado de Cucao y a 58 km al suroeste de Castro,[2] en los límites del sector Cucao-Chanquín del parque nacional Chiloé, inmediatamente al norte del lago Cucao y al sur del río Deñal.[3]
Es alimentada por varios esteros[4]que nacen de la cordillera del Piuchén, y desemboca en el océano Pacífico a través de un corto emisario conocido como río Puchanquín o Cipresal, el que atraviesa las dunas de la playa de Cucao.[3]
En sus riberas abundan los cipreses y alerces.[3] Un estudio publicado en 1999 constató la existencia de ocho especies de peces en el lago Huelde: seis especies nativas (Cheirodon australe, Galaxias maculatus, Galaxias globiceps, Aplochiton taeniatus, Odontesthes mauleanum, y Eleginops maclovinus) y dos introducidas (Oncorhynchus mykiss y Salmo trutta).[5]
Ubicado en las inmediaciones del parque nacional Chiloé, en el lago Huelde pueden practicarse diferentes actividades deportivas como kayak y navegación, además de los servicios en sus alrededores como alojamiento, restaurantes, parques y senderos.[6]
De acuerdo a la leyenda popular, en la laguna Huelde nació la Pincoya, hija de la Huenchula y el Millalobo.[7] Era una bella mujer de tez blanca ligeramente bronceada, cabellos de oro y con la forma de pez desde su cintura hacia abajo. Habitaba una caverna y tenía por costumbre bañarse en la laguna y el río Puchanquín. Desde los roqueríos, silbaba hacia el lago para hacer emerger un tronco de oro macizo sobre el cual trepaba y peinaba sus cabellos. Se cree que desde que desapareció del lago, sus aguas tomaron un color oscuro. Pese a que muchos han intentado imitar el silbido de la Pincoya, el tronco de oro aún estaría sumergido esperando a su dueña.[8]