Juan Antonio Navarrete (Guama, Yaracuy, 11 de enero de 1749 - Píritu, 11 de septiembre de 1814) fue un fraile franciscano, bibliotecario, erudito y escritor venezolano.[1]
Fray Juan Antonio Navarrete | ||
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Información personal | ||
Nacimiento |
11 de enero de 1749 Guama, Capitanía General de Venezuela | |
Fallecimiento |
11 de septiembre de 1814 Caracas, Venezuela | |
Nacionalidad | Venezolana | |
Información profesional | ||
Ocupación | Bibliotecario y escritor | |
Empleador | Orden Franciscana | |
Lengua literaria | Español | |
Género | Ensayo | |
Obras notables | Arca de letras y Teatro universal | |
Orden religiosa | Orden de Frailes Menores | |
Navarrete nació en la Hacienda Tamanavare, cerca de Guama.[2] Fue hijo de Agustín Gutiérrez de Navarrete, sevillano y Paula Borges Méndez, natural de Guama, hija de canarios. Tuvo cuatro hermanos: Francisco José, Agustín, José Gabriel y José Rafael.[2]
De acuerdo con el reverendo Lino Gómez Canedo, Navarrete era oriundo de Yaracuy, aunque luego se mudaría a Caracas.[3] En 1767, obtiene el Grado de Bachiller en Filosofía en la Universidad de Caracas.[2] Navarrete vivió en las islas de La Española y Puerto Rico y fue lector en la Universidad de Santo Domingo y bibliotecario del Convento Franciscano de San Juan de Puerto Rico.[2]
En 1770 entra a la Orden Franciscana,[3] y a partir de ese momento vivió en el Convento de San Francisco de Caracas, donde era ejercía de archivista y bibliotecario.[2]
Según Antonio Corredor Aveledo, se trataba no solamente de un bibliotecario sino de un bibliófilo y en una carta del 22 de junio de 1804, escrita por fray Marcos Romero y destinada a fray Francisco Javier Cubillán, se describe a Navarrete de la siguiente forma:
Señor y Amadísimo Padre: hace muchos días que nuestro Padre Navarrete me suplica se conceda la celda que está contigua a la suya para abrirle puerta por dentro y agregarla a su habitación, a causa de que la que por ahora goza es muy reducida y no le caben los libros, cama y demás muebles necesarios para su uso, sin estar unos encima de otros.[1]
Navarrete estuvo comprometido con la independencia de Venezuela. Hace referencia en sus obras a la invasión de Francisco de Miranda de 1806; la reunión del 2 de marzo de 1811 y la Declaración de Independencia. Navarrete fue mencionado en documentos gubernamentales como un sacerdote en el cual Supremo Gobierno podía confiar.[4] De igual manera, se sabe que Navarrete fue capellán del ejército de Miranda en su lucha contra Monteverde.[2]
Navarrete dejó Caracas en el contexto de la gran Emigración a Oriente, un episodio de la guerra de independencia de Venezuela en el que los patriotas venezolanos tuvieron que de Caracas, hacia el oriente del país cuando la gesta enmacipadora de Simón Bolívar comenzaba a perder fuerza a raíz de una serie de derrotas sufridas por el ejército independentista ante las fuerzas realistas incluida la de la Segunda Batalla de La Puerta el 15 de junio de 1814.
Según el presbítero Lino Gómez Cañedo, en su documento titulado Libro en que se asientan los Nombres de los Religiosos difuntos, existente en el Archivo General de la Nación, fray Juan Antonio Navarrete murió el 11 de septiembre de 1814 en el Colegio de Guayana, pequeño hospicio de los misioneros franciscanos en Píritu, base de sus misiones en la región del Orinoco y dependiente del Colegio de Barcelona, existente en la Nueva Barcelona.[2]
Fray Navarrete fue un escritor sumamente prolífico. De su autoría se han conservado, sin embargo solo tres obras, la Novena de Santa Efigenia, el Cursus Philosophicus Iuxtamiram y el Arca de letras y Teatro universal.[2]
Su Arca de letras y Teatro universal fue escrita entre finales del siglo XVIII y principios del XIX. La Biblioteca Nacional de Venezuela data el manuscrito de 1783, sin embargo, por las menciones al proceso de independencia de Venezuela, sabemos estuvo escribiendo el manuscrito hasta al menos 1813.[5]
Se trata de una obra monumental, con una estructura sumamente compleja, con múltiples anotaciones y referencias a otras obras de su autoría. La misma es de alguna forma una enciclopedia o diccionario que compila mucho del saber existente por esa época. En esta obra Navarrete conjuga con gran habilidad erudición y lexicografía. Su técnica lexicográfica, se expresa en las numerosas anotaciones donde brinda ayuda para poder interpretar la obra, producto de una profunda investigación y meditación.[2]
En una época en que la Inquisición ejercía su poder, Navarrete hace notar que "yo no escribo sino para mi utilidad" y "yo no escribo para otros, si no apuntes para mi", de forma de asentar lo inocuo de su tarea. Navarrete se manifiesta partidario de la independencia, y de una Universidad abierta al saber.[2]
Según la reconstrucción hecha a partir del Arca de letras hecha por Blas Bruni Celli de la Academia Nacional de la Historia de Venezuela, sabemos que Navarrete escribió los siguientes títulos:[6]